Resumen Latinoamericano, 6 de noviembre de 2020.
Se cumplen 7 meses desde que fue asesinada por la policía de San Luis y todavía no hay justicia. Su hermana, Andrea, denuncia que prácticamente no hay avances en la causa. Sostener su recuerdo cada día 5 es la mejor forma de que su femicidio no quede en el olvido.
“No sé nada, no sé qué pasa, todo sigue igual, no hay nada en concreto”. Andrea Morales habla sobre los avances en la causa vinculada al femicidio de su hermana, asesinada hace 7 meses por la policía de San Luis, y lo hace con angustia enorme, pero voz firme: no está dispuesta a parar hasta lograr justicia.
La mañana del 5 de abril, Florencia Magalí Morales salió de su casa, donde a los 39 años vivía con dos hijos y su nieta. A las 5 de la tarde fue asesinada en la comisaría 25ª de Santa Rosa de Conlara, provincia de San Luis.
La policía quiso encubrir el femicidio afirmando que se trató de un suicidio, pero las pruebas posteriores confirmaron lo que sus familiares sostuvieron desde el principio: a Maga Morales la mató la policía.
“Es una causa llena de mentiras y cosas sin sentido –explica Andrea – . Supuestamente, la policía la detuvo porque circulaba en contramano. ¡En bicicleta, en una calle de pueblo sin señalización! Y cuando detienen a alguien se hace una requisa donde se sacan cinturones, cordones, corpiño, todo. Pero justo a ella no se los sacaron. Y justo aparece ahorcada con un cordón”.
Las evidencias de su femicidio son muchas y contundentes. “La metieron en una celda, sola –señala su hermana – , y en la celda de al lado había dos hombres detenidos que declararon haber escuchado los gritos de mi hermana pidiendo auxilio. Después de esos gritos, de pronto, a ellos los trasladaron de seccional sin motivos. Minutos después, mi hermana aparece muerta. Cuando mi familia fue a reconocer el cuerpo, comprobamos que era imposible que se hubiera ahorcado, porque la bisagra desde la que se habría colgadomedía 2,30 metros. ¡No había forma de que subiera!”.
Cuando el personal de Criminalística llegó, el cuerpo estaba en el piso. Nadie lo vio colgado. Nadie tampo coreconoció haberlo movido. Figuraban de guardia cuatro policías, pero el personal de Criminalística declaró haber visto al menos ocho.
Semanas después, se solicitó una ampliación del informe al forense Gustavo Lafourcade Durán, quien confirmó que en el cuerpo de Maga se encontraron “lesiones en la muñeca y antebrazo izquierdo” y“escoriaciones debajo de las rótulas de las rodillas”, que “fueron producidas en vida y no pudieron provocarla muerte”. Además, en el informe médico que se realizó cuando fue ingresada a la comisaría se constató que no tenía ninguna de las lesiones mencionadas, por lo que solo pudieron generarse dentro de la institución.
Los policías que estaban presentes durante el femicidio siguen libres e, incluso, trabajan en otras dependencias. El comisario Heraldo Clavero, responsable de la comisaría 25ª, pudo viajar a Córdoba sin oposición judicial. La enorme lentitud de la causa, a cargo del juez Osvaldo Pinto, no está relacionada con el aislamiento obligatorio: el funcionamiento del Poder Judicial marcha normalmente en el resto de las causas.
La constancia de su familia, el apoyo de distintas organizaciones sociales, y compartir su imagen y su historia cada día 5 (y cada vez que sea posible) es esencial para que la lucha no se detenga y que pronto, sin mentiras de por medio, haya justicia para Magalí Morales.