Por Ricardo Avelar. Resumen Latinoamericano, 22 de noviembre de 2020.
Invest El Salvador es la firma de lobistas contratada para atraer inversiones y establecer un diálogo en Washington, a dos meses de que Joe Biden tome posesión.
El gobierno de El Salvador ha otorgado un contrato de $780,000 a una firma de lobistas formada hace solo tres semanas en Washington DC, capital de Estados Unidos. El obejtivo es atraer inversiones y acercarse a la administración de Joe Biden, el presidente electo que el 3 de noviembre derrotó a Donald Trump.
Antes de las elecciones, Biden adelantó que contempla ejecutar un ambicioso plan de $4,000 millones para la región centroamericana en los cuatro años de su administración. Este plan incluye refuerzo en la productividad, combate a la corrupción, fortalecimiento institucional y el apoyo en búsqueda de inversiones para el istmo.
Este contrato a la firma Invest El Salvador (Invierte El Salvador) es el tercero que la administración Bukele otorga a una firma de lobistas en Washington desde agosto, y se ha erogado para ello $1.6 millones.
En su sitio web, Invest El Salvador destaca la estabilidad macroeconómica, el acceso a mercados, incentivos fiscales y la ubicación del país, entre otros puntos, como factores que vuelven atractivo al país para inversionistas extranjeros. El director de la firma, según una nota de Associated Press, es Brian Dean, un especialista en Latinoamérica que ya ha emprendido esfuerzos para atraer inversiones en la región.
Invest El Salvador afirma buscar “informar al público estadounidense, oficiales de gobierno y los medios de comunicación sobre la importancia de fortalecer el diálogo entre El Salvador y Estados Unidos y promover las inversiones”.
Sin embargo, para lograr esto no basta con mostrar un país con condiciones macroeconómicas y fiscales favorables. Durante su año y medio en el poder, Bukele ha debilitado la imagen internacional de El Salvador al posicionarse como un presidente con actitudes autoritarias y un constante desafío al balance de los poderes y la prensa libre.
Eso le ha ganado constantes expresiones de rechazo en Washington. Inicialmente, del bando demócrata, que está a ocho semanas de ascender a la Casa Blanca, pero también del bando republicano que ha visto en las prácticas de Bukele signos de debilitamiento democrático e institucional.
Esto, además de afectar al clima político, supone incertidumbre para los inversionistas, que además de desafíos a órdenes judiciales y ataques al legislativo, han observado cómo el presidente enfila ataques a sus opositores, incluyendo la intervención de empresas privadas y el acoso fiscal.
Un asesor legislativo demócrata, que pidió no ser identificado, dijo recientemente a El Diario de Hoy que “Bukele puede gastar todo lo que quiera, pero no cambiará el hecho de que hacer amigos en Washington se logra respetando la ley”.
Además, afirmó que muchos presidentes creen que contratar firmas de lobistas experimentados pesa más que el respeto a las leyes, algo que descartó.
Mari Carmen Aponte, exembajadora de El Salvador y cercana al presidente electo Biden, dijo que la nueva administración demócrata no será tan pasiva con los abusos de Bukele.
De aliado fiel de Trump a buscar nexos con Biden
Durante su primer año y medio de gobierno, Nayib Bukele ha sido un leal aliado del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Además de expresiones de simpatía hacia el líder estadounidense, su par salvadoreño se sumó a los esfuerzos de limitar la migración irregular e incluso firmó un acuerdo de cooperación migratoria en el que se comprometió a recibir solicitantes de asilo en Estados Unidos mientras se resuelve su petición, a pesar de admitir que El Salvador no estaba listo para hacerlo.
Y esta lealtad le trajo réditos a Bukele. Pese a haber protagonizado episodios que amenazaron el Estado de derecho y la institucionalidad del país, las acciones del mandatario salvadoreño se encontraron con una aparente indolencia de una administración Trump menos comprometida con la promoción de la democracia y más con avanzar sus políticas migratorias draconianas.
Sin embargo, ante la inminente ascensión de un demócrata a la Casa Blanca, parece que la administración Bukele ya está buscando nuevas formas de acercarse a Washington.
Los contactos experimentados pueden ayudar, como dijo recientemente Aponte a este medio. Sin embargo, lo realmente fundamental para acercarse a Estados Unidos es que el gobierno salvadoreño respete la institucionalidad y se comprometa con la transparencia, algo que en este año y medio no ha sucedido.
Fuente: El Salvador
Foto: EDH //CAPRES