Resumen Latinoamericano, 23 de noviembre de 2020.
Los manifestantes repudian que el presupuesto aprobado por el Congreso no destina recursos suficientes al combate de la pobreza y la desnutrición infantil, y tampoco prevé aumentos en las partidas de salud y educación.
Guatemala es el escenario de nuevas movilizaciones que exigen la renuncia del presidente Alejandro Giammattei, a quien le reprochan no destinar suficientes recursos al combate de la pobreza y y la desnutrición infantil. Además, el presupuesto 2021 aprobado por el Congreso no prevé aumentos en las partidas de salud y educación. La Universidad de San Carlos, la única estatal del país, convocó a un paro nacional para este lunes. En medio de multitudinarias marchas pacíficas, decenas de guatemaltecos habían quemado el sábado la sede del Congreso, que amaneció el domingo con toneles de agua y varios extintores contra incendios en su ingreso.
Por los hechos del sábado la policía detuvo a 40 personas, entre ellas dos menores de edad, y casi medio centenar fueron hospitalizadas. Al menos dos manifestantes sufrieron lesiones oculares. Los uniformados reprimieron la movilización lanzando gases lacrimógenos incluso a los manifestantes pacíficos de la plaza, donde había decenas de niños. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó el «uso excesivo de la fuerza». Las protestas se producen luego de que el vicepresidente Guillermo Castillo propusiera este viernes al presidente que ambos renunciaran a sus cargos «por el bien del país». Este domingo volvió a pedirle a Giammattei que vete los presupuestos de 2021 porque tienen «anomalías» y condenó los hechos del sábado.
Portando banderas azules y blancas y pancartas en las que podía leerse «No más corrupción», «Fuera Giammattei» y «Se metieron con la generación equivocada», los manifestantes ocupan desde el sábado la Plaza Central frente al antiguo palacio de gobierno. El domingo, sin embargo, la calma parecía volver a la capital de Guatemala. Afuera del Congreso un contingente de la Policía Nacional Civil, llamativamente ausente el sábado por la noche, resguardaba el edificio. Sobre la calle permanecían apilados muebles y otros objetos que fueron destruidos o quemados durante la caótica jornada previa.
Algunos ciudadanos caminaban frente al Congreso y se detenían a observar la fachada del edificio y las pintadas. En redes sociales circularon convocatorias para que el domingo nuevamente los ciudadanos acudan a la Plaza de la Constitución a manifestar pacíficamente su rechazo a la aprobación del Presupuesto 2021.
El vicepresidente Guillermo Castillo, que anteriormente se había desmarcado de su presidente exigiéndole la renuncia, pidió este domingo al Ministerio Público que investigue la quema de oficinas del Congreso pero también la represión policial. «Son claros los hechos vandálicos y también el uso excesivo de fuerza policial», indicó. En tanto, el presidente de Guatemala mantenía hasta el domingo un llamativo silencio.
Condena de organismos internacionales
La CIDH se hizo de lo ocurrido el sábado y denunció el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía. «Agentes del Estado reprimieron de manera indiscriminada la protesta», remarcó el organismo panamericano en su cuenta de Twitter. «Conforme a estándares interamericanos en materia de protesta y derechos humanos, los Estados deben respetar la manifestación pacífica. Ante actos de violencia, deben individualizar las personas que pongan en riesgo derechos o atenten contra bienes del Estado», agregó la CIDH.
A las críticas se sumó la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones para los Derechos Humanos (OACNUDH), que recomendó al Estado de Guatemala investigar los acontecimientos. A su vez, recomendó que se cumpla el debido proceso de las personas que fueron detenidas «con especial énfasis en dos adolescentes» que fueron capturados por las fuerzas de seguridad.
Las claves del Presupuesto 2021
El Congreso, en su mayoría integrado por el oficialismo y partidos afines, aprobó la semana pasada un presupuesto para 2021 de casi 12.800 millones de dólares, un 25 por ciento más abultado que el de este año. La mayoría de los fondos están dirigidos a infraestructuras en el sector privado y no prevé aumentos en las partidas de salud ni de educación.
El presupuesto tampoco propone aumentar las partidas destinadas a combatir la pobreza, en un país en el que el 59,3 por ciento de la población vive por debajo de la línea de la pobreza, y la desnutrición infantil afecta a casi el 50 por ciento de los niños menores de cinco años.
Además, varias entidades económicas y analistas advierten que es un riesgo que un tercio del presupuesto sea financiado con deuda. El Congreso había aprobado préstamos por más de 3.800 millones de dólares para atender la pandemia, pero apenas un 15 por ciento de esos recursos llegaron a los guatemaltecos.
Sobre el resistido nuevo presupuesto, el presidente Giammattei explicó el viernes: «Nos planteamos la reducción de gastos de funcionamiento enfocando esos recursos para la atención de las prioridades de país. Además de buscar reducir el déficit fiscal y como resultado, un menor endeudamiento».
El manejo de la crisis sanitaria por parte de Giammattei, un médico de 64 años, también fue duramente criticada por su vicepresidente, la oposición y sectores sociales que denuncian carencias en los hospitales y deficiencias para atender a los grupos afectados por los confinamientos. Según datos oficiales, la covid-19 dejó hasta el momento 118.629 contagios y más de cuatro mil muertos en este país de 17 millones de habitantes.
Fuente: Página 12