Resumen Latinoamericano, 24 de noviembre de 2020.
El presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump, autorizó este lunes a la directora de la Administración de Servicios Generales del Gobierno (GSA, por sus siglas en inglés), Emily Murphy, y a su equipo a que «hagan lo que sea necesario con respecto a los protocolos iniciales», en referencia al proceso de transición con el nuevo Gobierno del país norteño.
Mediante un mensaje publicado en su cuenta oficial de la red social Twitter, el jefe de Estado también señaló que le ha dado instrucciones a su equipo para «que haga lo mismo».
«Quiero agradecer a Emily Murphy de GSA por su firme dedicación y lealtad a nuestro país», agregó, al tiempo que puntualizó que continuará con insistiendo por la vía legal para revertir los resultados de las elecciones que han favorecido al demócrata, Joe Biden.
Este anuncio se conoció luego de que la GSA señalara que asignaría al presidente electo los recursos necesarios para llevar a cabo el proceso de transición. Murphy indicó además que el equipo de Biden podrá disponer de 7,3 millones de dólares que saldrán de las arcas públicas.
Ambas decisiones están vinculadas con la certificación de la victoria de Biden en el estado de Michigan por parte de sus autoridades. A ello se suman contextos similares en Georgia, donde Trump había presentado varias denuncias sobre el proceso electoral sin obtener los resultados deseados.
La comisión especial de Michigan decidió por tres votos a favor y una abstención que Biden sea certificado vencedor en los comicios en el estado, en el que se impuso por cerca de 156.000 votos a Trump, en un estado donde se computaron 5,5 millones de sufragios.
Asismimo, el estado de Pensilvania debe certificar este lunes sus resultados donde el exvicepresidente estadounidense tiene una ventaja de más de 80.000 votos.
Fuente: TeleSUR
EE.UU. en el camino hacia un nuevo gobierno
El presidente estadounidense, Donald Trump, finalmente autorizó el inicio de la transición de poder hacia el demócrata Joe Biden, una señal de lo infructuosos que se mantienen hoy sus esfuerzos por revertir los resultados electorales.
Con semanas de retraso, y en medio de presiones provenientes de ambos lados del espectro político, la Administración de Servicios Generales (GSA, por sus siglas en inglés) informó ayer al demócrata que el gobierno del republicano está listo para comenzar el proceso de transición formal.
En una carta enviada al equipo de Biden, la titular de ese cuerpo, Emily Murphy, una funcionaria nombrada por Trump, indicó que firmará la victoria del demócrata, un proceso conocido como verificación e imprescindible para proporcionar recursos clave en la etapa de traspaso de poder.
La misiva enviada por Murphy, quien recibió numerosas críticas por su negativa a reconocer hasta el momento los resultados de las elecciones del pasado 3 de noviembre, fue vista como el primer paso que da la administración Trump para admitir la derrota del actual ocupante de la Casa Blanca.
Esa acción se dio más de dos semanas después de que los principales medios de prensa del país declararan a Biden como el vencedor de los comicios con 306 votos electorales, frente a los 232 del gobernante republicano.
Durante todo este tiempo, Trump se ha negado a asumir ese desenlace electoral e incluso llegó a decir de forma falsa que fue él quien se impuso en las urnas, además de que su campaña interpuso decenas de desafíos legales en estados clave para revertir los resultados.
Este lunes, tras difundirse el contenido de la carta de Murphy, el mandatario escribió en Twitter que le recomendó a la titular de la GSA y a su equipo hacer lo necesario con respecto a los protocolos iniciales de transición, porque ello iba ‘en el mejor interés de nuestro país’.
A pesar de eso, evitó reconocer explícitamente el triunfo de Biden y aseguró que seguirá adelante con su caso para desafiar los resultados. ‘Continuaremos la buena batalla y creo que prevaleceremos’, afirmó el mandatario.
Sin embargo, organizaciones de noticias como la cadena de televisión CNN sostuvieron que la carta de la GSA es otra evidencia de que está llegando a su fin la apuesta legal de Trump para eludir el desenlace de los comicios, la cual está cargada de teorías conspirativas.
Aun cuando el presidente se empeña en repetir las acusaciones de fraude electoral masivo, lo cierto es que su equipo legal, encabezado por su abogado Rudy Giuliani, no ha proporcionado evidencias de irregularidades que logren convencer a los jueces en diversos estados del país.
De hecho, los letrados del presidente solo obtuvieron un par de éxitos en las cortes, pero en al menos 30 ocasiones sus demandas resultaron desestimadas o debieron retirarlas dadas las pocas posibilidades de avance.
La luz verde dada por el republicano a la GSA solo ocurrió después de la creciente presión colocada sobre Trump y sobre la propia Murphy con vistas a que liberaran millones de dólares en recursos federales y se le permitiera al equipo de Biden tener acceso a las agencias gubernamentales.
El presidente electo y los demócratas advirtieron que el retraso en la transición amenazaba la seguridad nacional y obstaculizaba la capacidad de la administración entrante para responder a la pandemia de la Covid-19.
Mediante misivas enviadas ayer a Murphy, líderes demócratas de la Cámara de Representantes y el Senado también la acusaron de socavar la seguridad nacional con su negativa a certificar a Biden como el ganador de las presidenciales.
Asimismo, aunque en un primer momento la mayoría de los legisladores republicanos evitó pronunciarse al respecto, en los últimos días se incrementó el número de miembros de la fuerza roja que instaron a Trump a comenzar la transición.
De ese modo, aunque el jefe de la Casa Blanca todavía tiene casi dos meses para tratar de concretar prioridades de su controvertida agenda antes de abandonar el cargo, Estados Unidos avanza hacia un nuevo gobierno que, al menos en lo proyectado por Biden, tendrá marcadas diferencias con el ejecutivo actual.
Fuente: Prensa Latina