Ecua­dor. ¡Aler­ta, las elec­cio­nes tie­nen que ser libres!

Por Juan Meri­guet. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 2 de diciem­bre de 2020.

En medio de la pan­de­mia y la des­mo­vi­li­za­ción, los orga­nis­mos elec­to­ra­les cavi­lan si la can­di­da­tu­ra de Andrés Arauz va o no en la pape­le­ta pre­si­den­cial. Bus­can, ago­tan­do arti­ma­ñas, la des­ca­li­fi­ca­ción de una opción que ya ha toma­do cuer­po y pri­me­rí­si­ma posi­ción en las encuestas.

Quie­nes aúpan este osa­do des­pro­pó­si­to son los mis­mos que usu­fruc­túan del poder jun­to a los gru­pos oli­gár­qui­cos que los mane­jan, y todos, con el aval de una emba­ja­da, tra­tan de crear un esce­na­rio de caos. Lo úni­co que les mue­ve es el páni­co a per­der la pró­xi­ma con­tien­da en las urnas.

O pos­ter­gar los comi­cios (pan­de­mia más con­vul­sión social de pre­tex­to) o bajar esa o cual­quier can­di­da­tu­ra, son inten­cio­nes anti­cons­ti­tu­cio­na­les y antidemocráticas.

Crear con­flic­tos y lue­go crear con­flic­tos, es una vie­ja fór­mu­la, here­da­da, para apli­car su nefas­to plan entre éste y el pró­xi­mo período:

1. Eje­cu­tar, a raja­ta­bla y a cual­quier pre­cio, el pro­gra­ma eco­nó­mi­co neo­li­be­ral, en toda su exten­sión. Acre­cen­tar sus estra­tos­fé­ri­cas ganan­cias. Para ello, para alla­nar su camino, nos impon­drán un reme­do de cons­ti­tu­ción vie­ja y liqui­da­rán la Cons­ti­tu­ción de la Repú­bli­ca, apro­ba­da y pro­mul­ga­da con referendo.

2. Liqui­dar la dola­ri­za­ción, como anun­cia­ra el empre­sa­rio y polí­ti­co César Rohón. Retor­nar, bajo la fal­sa ban­de­ra de «inver­sión extran­je­ra», una míni­ma par­te de los ingen­tes capi­ta­les saca­dos a paraí­sos fis­ca­les y «com­prar», a pre­cio rega­la­do, los bie­nes y ser­vi­cios públi­cos y, ade­más, las pro­pie­da­des de quie­nes que­bra­rán en el crack que ellos mis­mos avecinan.

3. Des­aten­der­se y entre­gar la sobe­ra­nía nacio­nal y el mane­jo estra­té­gi­co geo­po­lí­ti­co del país a la emba­ja­da aquella.

4 Ase­gu­rar el mono­po­lio y el poder oli­gár­qui­co de los ban­que­ros, impi­dien­do aún el ingre­so y com­pe­ten­cia de inver­sión extran­je­ra en sus empre­sas financieras.

Es hora de impe­dir estos afa­nes que aten­ta­rán con­tra la inte­gri­dad huma­na en nues­tro país. Es la tarea de todas y todos, sin excep­ción, sal­var el alien­to vital que que­da en un pue­blo trai­cio­na­do, des­em­plea­do y des­aten­di­do, el cual ele­gi­rá su dere­cho humano al res­pe­to y a la dignidad.

La obli­ga­ción de res­pe­tar el pro­nun­cia­mien­to popu­lar, no corres­pon­de, úni­ca­men­te, a la can­di­da­tu­ra afec­ta­da. Lo urgen­te es ele­var voces, en Ecua­dor y el Mun­do, en defen­sa de la demo­cra­cia y de los dere­chos huma­nos, para que nada ni nadie afec­te el dere­cho libre y sobe­rano del pue­blo a ele­gir su mandatario.

La exis­ten­cia de la Patria, siem­pre, nos exi­ge sal­var­la. Regre­se­mos en uni­dad, con deci­sión y valen­tía, al impe­rio del sen­ti­do común y la soli­da­ri­dad. El pue­blo debe deci­dir sin ata­du­ras y la úni­ca fecha es el pró­xi­mo 7 de febrero.

Fuen­te: TeleSUR

Itu­rria /​Fuen­te

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