México. Las cinco principales amenazas del crimen organizado a la niñez mexicana

Méxi­co. Las cin­co prin­ci­pa­les ame­na­zas del cri­men orga­ni­za­do a la niñez mexicana

Nancy Flo­res /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 2 de diciem­bre de 2020

La exten­sa pre­sen­cia del cri­men orga­ni­za­do en terri­to­rio nacio­nal impac­ta de muchas for­mas a la niñez mexi­ca­na, pero son cin­co las prin­ci­pa­les ame­na­zas aso­cia­das: homi­ci­dios dolo­sos, des­apa­ri­cio­nes, reclu­ta­mien­to para delin­quir, tra­ta –sobre todo en su moda­li­dad de trá­fi­co sexual y por­no­gra­fía infan­til– y adic­cio­nes. Ello, por­que los meno­res de edad son alta­men­te vul­ne­ra­bles ante el poder de las ban­das, en muchos casos, colu­di­das con auto­ri­da­des (de los tres nive­les de gobierno y de los tres Pode­res de la Unión).

La aten­ción a estos pro­ble­mas –inclui­do tam­bién el apo­yo a los infan­tes en situa­ción de orfan­dad por vio­len­cia– son más que urgen­tes, pues la impu­ni­dad pro­pi­cia casos tan des­ga­rra­do­res como el atroz ase­si­na­to de dos niños mazahuas, de 12 y 14 años de edad, que se encon­tra­ban des­apa­re­ci­dos des­de el 27 de octu­bre y cuyos res­tos fue­ron halla­dos el pasa­do 1 de noviem­bre en el Cen­tro His­tó­ri­co de la Ciu­dad de México.

No hace fal­ta repe­tir aquí los deta­lles del cri­men, sino des­ta­car que se aso­ció a la Unión Tepi­to, uno de los gru­pos cri­mi­na­les que ope­ran en la capi­tal del país. Dos hipó­te­sis de las auto­ri­da­des apun­tan en ese sen­ti­do –a supues­tos “ajus­tes de cuen­tas” por “cobro de piso” o por nar­co­me­nu­deo–, sin que a la fecha se haya escla­re­ci­do aún el caso.

Los homi­ci­dios dolo­sos de meno­res de edad –inclui­dos los que ocu­rren en fue­go cru­za­do– son, sin duda, los peo­res impac­tos del cri­men orga­ni­za­do en ese sec­tor pobla­cio­nal: no hay mane­ra de repa­rar el daño a las fami­lias. En muchas des­apa­ri­cio­nes se enfren­ta la mis­ma situa­ción, por­que hay víc­ti­mas que jamás regre­san a casa.

Homi­ci­dios de infantes

Cada día, sie­te niñas, niños y ado­les­cen­tes son ase­si­na­dos en el país, y otros sie­te son des­apa­re­ci­dos en total impu­ni­dad, esti­ma la Red por los Dere­chos de la Infan­cia en Méxi­co (Redim). De cada 100 car­pe­tas de inves­ti­ga­ción don­de meno­res son víc­ti­mas, sólo tres alcan­zan algún tipo de sen­ten­cia o pro­ce­sos judi­cia­les, “garan­ti­zan­do [con ello] un alto índi­ce de impu­ni­dad en torno al 97 por ciento”.

Esto, por­que los meno­res de edad han que­da­do en medio de una de las peo­res cri­sis huma­ni­ta­rias que vive el país –y de la que aún no pue­de librar­se – , a cau­sa de la vio­len­cia que des­ató Feli­pe Cal­de­rón Hino­jo­sa con su gue­rra para empo­de­rar al Cár­tel de Sina­loa [bas­te ver el papel que jugó su súper-secre­ta­rio de Segu­ri­dad Públi­ca, Gene­ro Gar­cía Luna, actual­men­te suje­to a jui­cio en Esta­dos Uni­dos por su coope­ra­ción con esa orga­ni­za­ción cri­mi­nal] y con­te­ner por la fuer­za el des­con­ten­to social.

Tan sólo en la Ciu­dad de Méxi­co y en el Esta­do de Méxi­co ocu­rrie­ron 208 homi­ci­dios vio­len­tos de niñas, niños y ado­les­cen­tes en 2019. El 58.8 por cien­to en la capi­tal y el 41.7 por cien­to en el Esta­do de Méxi­co corres­pon­dían a ado­les­cen­tes de entre 15 y 17 años, apun­tan datos de la Redim. Los muni­ci­pios y alcal­días con más homi­ci­dios de per­so­nas de 0 a 17 años fue­ron: Eca­te­pec, Nau­cal­pan, Tecá­mac, Tlal­ne­pantla, Nico­lás Rome­ro, Izta­pa­la­pa y Coacal­co.

En el caso de las des­apa­ri­cio­nes de meno­res en la Ciu­dad de Méxi­co, la orga­ni­za­ción ha docu­men­ta­do que, de 516 casos vigen­tes, el 50 por cien­to (273) se regis­tró en 2019 y lo que va de 2020.

Al res­pec­to, la Red ha des­ta­ca­do la cruel­dad del cri­men orga­ni­za­do en diver­sas expre­sio­nes de vio­len­cia extre­ma con­tra ado­les­cen­tes, y en el caso de la capi­tal, ha seña­la­do el gra­ve error de las auto­ri­da­des al negar la pre­sen­cia y ope­ra­ción de los cár­te­les de la dro­ga, pues al redu­cir­los a pan­di­llas o “peque­ñas mafias” les ofre­ce una capa de protección.

En ese con­tex­to de vio­len­cia, impu­ni­dad y expan­sión de los cár­te­les es en el que ocu­rre un ter­cer fenó­meno aso­cia­do: el reclu­ta­mien­to for­za­do de meno­res para delin­quir. Según la Redim, 30 mil per­so­nas de has­ta 17 años han sido coop­ta­das por gru­pos delic­ti­vos, como el caso de la “Tro­pa del Infierno”, con sica­rios de 5 años de edad en ade­lan­te y que se rela­cio­na con el Cár­tel del Noreste.

Su rol en estas ban­das cri­mi­na­les va des­de ser hal­co­nes o infor­man­tes, has­ta el sica­ria­to, que inclu­ye “labo­res” de eje­cu­ción, tor­tu­ra, des­apa­ri­ción. Tam­bién se les emplea en la pro­duc­ción y el trá­fi­co de dro­gas ilí­ci­tas, como mulas en la fron­te­ra Nor­te o dea­lers en sus escue­las y entor­nos sociales.

Tra­ta de infantes

El cri­men orga­ni­za­do tam­bién está detrás de cien­tos de casos de tra­ta de per­so­nas, en sus moda­li­da­des de explo­ta­ción sexual de meno­respor­no­gra­fía infan­til y trá­fi­co inter­na­cio­nal de infan­tes no acom­pa­ña­dos con fines migra­to­rios. Ade­más, por años se ha pre­su­mi­do que algu­nas de las des­apa­ri­cio­nes podrían estar rela­cio­na­das con trá­fi­co de órga­nos.

En su estu­dio Vio­len­cias con­tra gru­pos vul­ne­ra­bles. Una visión com­ple­men­ta­ria para la aten­ción inte­gral en la pre­ven­ción de las vio­len­cias hacia muje­res, niñas y niños en Méxi­co –recién publi­ca­do – , el Cen­tro de Estu­dios Socia­les y de Opi­nión Públi­ca (Cesop) apun­ta que el país es el segun­do lugar mun­dial en turis­mo sexual infan­til y el pri­mer lugar a nivel mun­dial como emi­sor de por­no­gra­fía infan­til.

Ade­más, des­ta­ca que uno de cada cin­co meno­res engan­cha­dos en esos deli­tos que vul­ne­ran la vida –tan­to físi­ca como men­tal­men­te– es abor­da­do por inter­net. Recuer­da que la Orga­ni­za­ción de las Nacio­nes Uni­das ha esti­ma­do que “hay más de 1 millón de pedó­fi­los que están atra­pan­do a nues­tros niños por medio de este nue­vo delito”.

Otro dato que pro­por­cio­na el aná­li­sis –ela­bo­ra­do por los inves­ti­ga­do­res Omar Cor­tés Macías y José Mar­tín Iñi­guez Ramos– corres­pon­de a infor­ma­ción gene­ra­da de la Comi­sión Eje­cu­ti­va de Aten­ción a Víc­ti­mas, en don­de apun­ta que de 1 mil denun­cias de vio­len­cia sexual con­tra niñas y niños, sólo una lle­ga a con­de­na. “La impu­ni­dad es de 99 por cien­to y la cifra negra, aún mayor”.

El estu­dio del Cesop agre­ga que el abu­so sexual infan­til no está tipi­fi­ca­do en los esta­dos de Aguas­ca­lien­tes, Naya­rit, Nue­vo León, Tlax­ca­la y Sono­ra. Jun­to a la impu­ni­dad, esto, sin duda, repre­sen­ta un ali­cien­te para los cri­mi­na­les y los pedófilos.

Por su par­te, la Guar­dia Nacio­nal y la Secre­ta­ría Eje­cu­ti­va del Sis­te­ma Esta­tal de Pro­tec­ción Inte­gral de Niñas, Niños y Ado­les­cen­tes han aler­ta­do de un incre­men­to del 73 por cien­to en la por­no­gra­fía infan­til des­de que ini­ció el con­fi­na­mien­to nacio­nal por la pan­de­mia de Covid-19. Y han iden­ti­fi­ca­do a la Ciu­dad de Méxi­co y Jalis­co como las enti­da­des con mayor incidencia.

Adic­cio­nes

En la revi­sión de los impac­tos más seve­ros del cri­men orga­ni­za­do a la infan­cia mexi­ca­na no pue­de fal­tar el tema de las adic­cio­nes. De acuer­do con Cen­tros de Inte­gra­ción Juve­nil (CIJ), los hom­bres sue­len ini­ciar el con­su­mo de taba­co y alcohol a los 15 años, y de dro­gas ilí­ci­tas a los 16 años; y las muje­res a los 15 y 18 años, respectivamente.

Las dro­gas de mayor con­su­mo en los pacien­tes de los CIJ son: alcohol, 89 por cien­to; marihua­na, 84.8 por cien­to; taba­co, 84.8 por cien­to; cocaína/​crack, 48.5 por cien­to; esti­mu­lan­tes, 47.9 por cien­to (prin­ci­pal­men­te metan­fe­ta­mi­nas, 43.8 por cien­to; y éxta­sis, 7.5 por cien­to); inha­la­bles, 21.1 por cien­to; depre­so­res, 16.9 por cien­to; dro­gas alu­ci­nó­ge­nas y diso­cia­ti­vas, 14.8 por cien­to; y opiá­ceos, 4.2 por cien­to (prin­ci­pal­men­te heroí­na).

Otro dato que pro­por­cio­na el CIJ es que las sus­tan­cias más uti­li­za­das por sus pacien­tes un mes antes del ini­cio del tra­ta­mien­to fue­ron: taba­co, 60.9 por cien­to; alcohol, 55.8 por cien­to; can­na­bis, 44.9 por cien­to; metan­fe­ta­mi­nas, 25.4 por cien­to; cocaína/​crack, 15.2 por cien­to; ben­zo­dia­ce­pi­nas, 5.7 por cien­to; e inha­la­bles, 5.6 por ciento.

Es urgen­te e impres­cin­di­ble que –más allá de la dis­cu­sión social que han des­ata­do los más recien­tes homi­ci­dios dolo­sos de niños en la capi­tal del país– Méxi­co com­ba­ta todos los deli­tos aso­cia­dos al cri­men orga­ni­za­do con impac­to en los infan­tes, y tam­bién que se les pro­te­ja de las adic­cio­nes. Para ello es nece­sa­rio que se con­so­li­den polí­ti­cas públi­cas coor­di­na­das en los tres nive­les de gobierno y eso no se pue­de pos­ter­gar más.

FUENTE: Con­tra LInea

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