Durante el día, Óliver Fernández, párroco de la localidad vallisoletana de Zaratán, celebraba eucaristías, bautizaba a recién nacidos y era ejemplo a seguir tanto por su juventud (30 años) como por su devoción. Según su perfil en Facebook, bailaba con Shakira y Celtas Cortos, era fan de la saga de El señor de los anillos y de las novelas de Pérez-Reverte y, etre sus películas preferidas, figuraban Una monja de cuidado y las dos trilogías de La Guerra de las Galaxias.
En su tiempo libre se conectaba a Internet, entraba en redes sociales y presuntamente se dedicaba a enviar mensajes a menores muy subidos de tono: «Ola…queria decirte que eres un bellezon de chica, estas tremenda… no creo que te moleste pero es la verdad. con chicas como tu en este mundo merece la pena vivir. jejeje besos preciosidad».
Según recoge El Norte de Castilla, el sacerdote Fernández no paraba ahí. Seguía y seguía con la intención de conseguir cada vez un poco más. La destinataria de sus mensajes era una chica de Alicante de 14 años recién cumplidos. El padre de la menor duda de que sea la única víctima.
Lo que llevó a contactar con la joven fue una imagen que ésta había colgado en la que salía en bikini. No se le pasó por alto al párroco: «Jejeje, eso ya no es amor a primera vista sino cariño al primer mensaje jejejeje. Bueno no se si e sque te miras poco al espejo ero es verdad que estas estupenda y mas en esa foto principal en bikini tan sexy. Ademas puede que haya un pequeño problemilla jejeje que tengo unos cuantos años mas que tu jajajaja pero te saco mas de 10 años».
El el arzobispo de Valladolid ha prometido que se tomarán medidas, aunque aún no se ha hecho nada
Aparte de mentir en la diferencia de edad ‑son 14, no diez años de diferencia- y cometer innumerables errores ortográficos, el párroco aumenta el acoso al reclamarle su dirección de mensajería instantánea. La chica, en todo momento, expresa su estupor ante los comentarios del desconocido.
El cura lo niega todo… unas horas
El 23 de junio el padre de la menor accede a la cuenta de la primogénita en la red social Tuenti, donde se da de bruces con la conversación. Comienza a indagar y localiza el perfil de religioso en Facebook ‑que ya ha sido eliminado‑, ya que, en todo momento, el cura ha utilizado su nombre verdadero.
Como primera reacción, el progenitor le exige que cese cualquier contacto con su hija. Éste niega las acusaciones e, incluso, le felicita «por vigilar con quién andan sus hijos». «Ojala muchos padres lo hiciesen, pero antes de presentar denuncias por sospechas como esta que usted tiene conmigo le pediria que las corrobore, porque denunciar a alguien por sospechas de pederastia es algo muy grave y si es cierto pues estupendo, pero si es falso puede acer usted mucho daño a esa».
Apenas 24 horas después Óliver Fernández se viene abajo y confiesa sus pecados. Manda un mensaje al padre pidiéndole perdón a él y su hija. «Muchas veces la reaccion es intentar que escampe, y es lo que yo hice. Siento muchisimo el daño que le haya podido hacer a usted o a su hija, y de nuevo le pido perdon. Esta tarde he hablado con mi vicario, y espero poder hablar con mi obispo mañana o pasado, para pedirle perdon a el tambien y para ponerme en sus manos para lo que el crea conveniente. Espero que me perdone y ya que es usted creyente o al menos por lo que me dijo esta cercano a la Iglesia, le pido que rece por mí».
«Muchas veces la reaccion es intentar que escampe, y es lo que yo hice», se excusó el cura
Perdón que le sabe a poco al padre, que llama al vicario de zona, Luis Argüello, para comunicarle lo sucedido. Éste le asegura que conoce los hechos porque Fernández ya ha confesado ante sus superiores.
Medidas que aún no se han tomado
El 11 de julio el matrimonio de la menor recibe un correo electrónico del arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez Pérez, en la que lamenta » el reprobable comportamiento de un sacerdote de nuestro presbiterio». «Puede comprender que también para mí conocer lo que ha ocurrido me ha producido un gran disgusto y una gran preocupación», prosigue para zanjar: «Tenga también la seguridad de que estamos ya abordando la situación de Ó. siguiendo las indicaciones últimas de la Santa Sede; en este sentido ya he dado instrucciones para conocer a fondo la situación y obrar en consecuencia. Deseo conocer si se trata de un caso aislado, siempre condenable y particularmente indigno de un sacerdote, o de un problema de personalidad e inmoralidad que condicionara al ejercicio del ministerio sacerdotal. Puedo asegurarle que el estudio psicológico realizado en su etapa formativa no mostró nada anormal».
Pese a las disculpas, El Norte de Castilla revela que Óliver Fernández, cura de día, presunto acosador de noche, ha bautizado y ha celebrado la eucaristía del domingo.