Resumen Latinoamericano, 17 de diciembre de 2020.
EL CUMPLIMIENTO DE LA IMPLEMENTACIÓN INTEGRAL DEL ACUERDO DE PAZ NO ES UN CAPRICHO:ES UNA NECESIDAD VITAL PARA TODOS Y TODAS LAS FIRMANTES DE LA PAZ.
Carta a la comunidad fariana y militancia de nuestro Partido.
“La exclusión nunca es el camino a seguir en nuestros caminos compartidos hacia la libertad y la justicia.”-Desmond Tutu
El Partido surgido de la transición de las FARC-EP a la vida política legal, fruto del Acuerdo Final de paz corre hoy graves peligros. A la profundización de la perfidia estatal y la ausencia de garantías para elconjunto de la oposición política, se suma la exclusión sistemática del derecho a la reincorporación política contra un creciente número de firmantes de la paz y de militantes del Partido de la Rosa que sufrimos la permanente y flagrante violación de más los elementales principios democráticos, no solo de los que hacen parte del aparato institucional legal, sino también de los que defendimos y promovimos como principios farianos, incluso, en los más duros años de la confrontación armada.
Son múltiples las problemáticas que causan hoy justa preocupación entre firmantes de paz y militantes del Partido, y que tristemente forman parte de la actual crisis del Acuerdo de Paz: el genocidio en curso que suma ya más de 250 firmantes asesinados, que aún después de la peregrinación y los compromisos concertados con el gobierno Duque como resultado de esta, no paran; la permanencia de 300 de nuestros compañeros en las cárceles sin poder obtener los beneficios jurídicos de su acogimiento al SIVJRNR; la precariedad de la reincorporación económica y social, así como la transparencia en el manejo de los recursos para este proceso; la pronta expiración del término para la entrega del inventario de bienes pactado, sin que siquiera los antiguos mandos tengan claridades al respecto, sumado a las acusaciones gubernamentales frente a este tema; la política de entrampamientos judiciales contra los firmantes del Acuerdo de la que apenas se han empezado a develar los primeros capítulos, pero que al parecer continúa en marcha con graves riesgos para la seguridad jurídica; y nuestro compromiso con las víctimas de otorgar verdad plena sin denigrar de nuestra condición de rebeldes, de las categorías del DIH, ni descargar responsabilidades en los mandos medios.
Sobre estos aspectos mencionados anteriormente es poca o nula la orientación y acción efectiva de la dirección del Partido hasta la actualidad.Por ello resulta inútil e inadecuado convocar un pleno y una Asamblea Nacional (congreso), para cuatro temas específicos que si bien son importantes, no son fundamentales para la vida del partido al tiempo que minimiza el difícil momento que atraviesa la implementación integral del Acuerdo, que afecta de forma vital a toda la comunidad fariana, así como obviando que es la Asamblea el máximo órgano desde donde se deben promover, discutir y solucionar, la crisis política que como Partido estamosatravesando y que son propias de cualquier institución que se aprecie de democrática, máxime cuandose encuentra en un proceso de transición en condiciones tan adversas como las nuestras. Las necesidades urgentes de las y los firmantes del Acuerdo de Paz y de las y los militantes del Partido y de la implementación del Acuerdo de Paz no se resuelven con el avance de una purga interna comomecanismo para dirimir diferencias, que busca excluir de la militancia a compañeros dirigentesnacionales. Los intentos de expulsión solo menguan el ya cada vez más debilitado censo de quienes, ‑así como creímos en la causa revolucionaria y dejamos nuestras vidas y nuestras familias por ello- nos acogimos a continuar nuestra lucha por las vías que nos da el marco constitucional con la plena confianza de que esta sería la ruta menos dolorosa para lograr los cambios que reclama el país.
Nuestro compromiso con la paz es incuestionable y verificable, sin que esto cercene nuestra posibilidad de disentir ante los errores cometidos por una parte de la dirección del Partido. Desde este sentir, rechazamos enérgicamente tanto las exclusiones hacia compañeros de la militancia partidaria, como la campaña de desprestigio y estigmatización que contra nuestros valores revolucionarios se han emprendido, y que ponen en riesgo, no solo nuestros derechos políticos sino, además, nuestras vidas y la de nuestros seres queridos; acciones éstas que lamentablemente cuenta con la connivencia de algunos sectores de la actual dirección.
Nuestra próxima Asamblea debe contar con la participación de todos los firmantes de Paz que se encuentran en proceso de reincorporación y reconocer toda la militancia del Partido; debe recoger a todas las voces y sentires, escuchar y aceptar de manera autocritica, los llamados de atención que desde la militancia se tenga que hacer. Se requiere una asamblea de cara al país balanceando los 4 años del Acuerdo, revisando nuestros compromisos y los del Estado y proyectándonos para ser un Partido que aporte en una amplia convergencia democrática y no que se convierta en una carga para nuestros aliados. Llamamos a los garantes y amigos de la paz a contribuir en la construcción de salidas a la actual crisis,ya que no estamos solamente ante un debate interno sino frente a una realidad que afecta la reincorporación y lo firmado en La Habana.
Exhortamos a los antiguos mandos, a la vieja guerrillerada y a toda la militancia a no continuar dispersándonos: a luchar unidos y unidas ‑no por intereses particulares- sino por la supervivencia de nuestro legado político y los frutos de lo firmado, porque sin lugar a dudas, con el debilitamiento de los instrumentos para la reincorporación política, se debilita también, la reincorporación social y comunitaria, nuestra credibilidad hacia fuera y el Acuerdo de Paz en su conjunto.
VICTORIA SANDINO SIMANCA HERRERA. Senadora Partido FARC. Integrante del Consejo Político Nacional.
ISRAEL ZÚÑIGA IRIARTE (BENKOS BIOHÓ). Senador Partido FARC. Integrante Consejo Político Nacional.