Por Raúl Antonio Capote, Resumen Latinoamericano, 22 de diciembre de 2020.
Según los manuales de guerra no convencional elaborados por los servicios especiales estadounidenses, para que tenga éxito este tipo de estrategia de agresión, lo primero que deben estudiar sus ejecutores es la naturaleza del poder político del gobierno que piensan derribar, sin ese primer y primordial punto es imposible obtener el éxito.
Conocer los pilares sobre los que se sostiene el Estado e irlos derribando uno a uno, hasta que el gobierno implosione, es el objetivo y el sumun de un golpe suave.
Cuba enfrentó en el año 2020 todas las variables de esta forma de agresión, un cerco económico llevado al extremo, con prácticamente una medida semanal de acoso, las Fuerza de Tarea creada en 2017 para utilizar Internet como herramienta de guerra contra la isla, desplegó todos sus recursos de acción en redes sociales, se contrataron delincuentes para crear lo que ellos llaman la «violencia civil organizada» y se intentó movilizar a sectores ajenos a la contrarrevolución tradicional a acciones de desobediencia y protesta antigubernamental.
El cerco económico llegó a superar con mucho lo acontecido en el año 2019 a lo que se suma que, valiéndose de la crisis creada por la pandemia, intentaron utilizar el «arma económica» para que «el hambre y su eterna compañera la peste» como proclamaron en 1898, diezmaran a la población civil y sumar a Cuba en el caos y la desesperación.
Cuba se vio privada de la posibilidad de adquirir ventiladores pulmonares y medicamentos de última generación para enfrentar los efectos de la pandemia de la COVID-19.
Las redes digitales contaron con una bien articulada estructura de medios contrarrevolucionarios, compañías de Internet versadas en propaganda negra, un ejército de ciber mercenarios y ciber sicarios que en coordinación casi perfecta se dedicaron a «masacrar» a la máxima dirección de la Revolución en una campaña de descrédito sin parangón.
El «asesinato del carácter» dirigido a miembros del gobierno, personalidades del arte y la cultura, periodistas revolucionarios y todo aquel de defiende a Cuba, intentó amedrentar, aterrorizar y sacar de juego a los revolucionarios.
Rumores, mentiras, falsas noticias, ciber acoso, todas las técnicas del juego sucio creadas por la CIA estuvieron sobre la mesa en el intento de lograr sus propósitos divisionistas, erosionar la confianza del pueblo en sus líderes, desmovilizar y afectar la autoestima del pueblo.
Sobre todo, en la última etapa del año, en acciones a todas luces desesperada, sacaron a la luz a los delincuentes contratados para destruir, asesinar, quemar, torturar, golpear a los revolucionarios, en un remedo de las Guarimbas venezolanas y al estilo de los grupos violentos usados en Irán y Bolivia contra el pueblo.
Los 50 millones de USD declarados no bastaron y sacaron más del saco sin fondo del dinero dedicado a la subversión contra Cuba, millones para bandidos y gente sin alma que termina enriqueciendo a los mafiosos de la Florida.
Sin embargo, nada lograron, deberían estudiar mejor los manuales que ellos mismos elaboran, desconocer la naturaleza del poder político en Cuba y Venezuela les ha llevado a fracasar una y otra vez, cuando el pueblo está en el poder no hay estrategia de golpe que funcione.