Cuba. 2021: Seis desa­fíos de géne­ro (y algu­nas ideas más)

Por Ania Terre­ro y Dixie Edith, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 10 de enero de 2021.

Jus­to ini­cian­do el 2021, un pres­ti­gio­so inte­lec­tual cubano, pane­lis­ta del pro­gra­ma Escri­ba y Lea, comen­ta­ba que qui­zás era tiem­po de ana­li­zar con lupa de géne­ro los gra­ba­dos de Lan­da­lu­ce. Mien­tras, más de un perio­dis­ta serio ha deja­do entre­ver su volun­tad explí­ci­ta de usar len­gua­je inclu­si­vo en nues­tros medios de comu­ni­ca­ción. Son ape­nas pin­ce­la­das, seña­les ais­la­das de que la visi­bi­li­za­ción de los deba­tes de géne­ro en el espa­cio públi­co, len­ta­men­te, va ganan­do espa­cios. El camino aún es esca­bro­so. Pero pue­de ver­se una luz al final, sobre todo si lo ana­li­za­mos al ampa­ro de la sen­ten­cia según la cual “el pri­mer paso es el más largo”.

A 12 meses jus­tos de que estas Letras de Géne­ro vie­ran la luz, un paneo rápi­do al mal­de­ci­do 2020 nos reve­la que “el año en que todo se paró” no fue tan inmó­vil como pare­ce. Efec­ti­va­men­te, este tiem­po pasa­rá a la his­to­ria como el momen­to en que Cuba –y el mun­do- hizo fren­te a una pan­de­mia sin pre­ce­den­tes que deja­rá secue­las en la eco­no­mía y la cien­cia, las ruti­nas coti­dia­nas, las mane­ras de expre­sar afec­tos, de cele­brar, de tra­ba­jar, de rela­cio­nar­nos socialmente.

Pero duran­te esos lar­gos meses de con­fi­na­mien­to se fue­ron coci­nan­do pro­pues­tas y medi­das que apues­tan por arran­car de cua­jo mitos y este­reo­ti­pos sexis­tas, des­na­tu­ra­li­zar la des­igual­dad y hora­dar, poco a poco, los cimien­tos del patriarcado.

Así, 2020 fue el año en que Cuba apro­bó su Pro­gra­ma Nacio­nal para el Ade­lan­to de las Muje­res (PAM), actua­li­za­ción del Plan Nacio­nal de Segui­mien­to a la Pla­ta­for­ma de Acción de Bei­jing y docu­men­to pro­gra­má­ti­co para el empo­de­ra­mien­to feme­nino. El pro­gra­ma ‑y ese es qui­zás su prin­ci­pal valor- nace del espí­ri­tu incon­for­me de no dar por con­clui­da la bata­lla por la igual­dad, a pesar de los inne­ga­bles dere­chos con­quis­ta­dos. Se inser­ta, ade­más, en el sen­de­ro reno­va­dor que dejó abier­ta la apro­ba­ción de la más recien­te Cons­ti­tu­ción del patio en 2019.

Casi cuan­do se acer­ca­ban las doce cam­pa­na­das que ente­rra­rían defi­ni­ti­va­men­te al año mal­di­to, la Línea 103, pri­me­ro anti­dro­ga y lue­go habi­li­ta­da para aten­der deman­das diver­sas duran­te el ais­la­mien­to por la COVID-19, exten­dió sus fun­cio­nes a la aten­ción y deri­va­ción de denun­cias o inquie­tu­des vin­cu­la­das a las vio­len­cias de géne­ro y otros mal­tra­tos que ocu­rren en el esce­na­rio familiar

“Tene­mos que eli­mi­nar cual­quier ves­ti­gio que que­de en nues­tra socie­dad de vio­len­cia o de dis­cri­mi­na­ción hacia las muje­res”, ase­gu­ró el pre­si­den­te Miguel Díaz-Canel ante el Par­la­men­to cubano y esa fue, no por casua­li­dad, la fra­se de la pri­me­ra pos­tal publi­ca­da en las redes socia­les por la Cam­pa­ña Junt@s por la No Vio­len­cia, ini­cia­ti­va de la Fede­ra­ción de Muje­res Cuba­nas (FMC) para visi­bi­li­zar el com­pro­mi­so ins­ti­tu­cio­nal con la eli­mi­na­ción de un fla­ge­lo que, dolo­ro­sa­men­te, se hizo más cruen­to duran­te el con­fi­na­mien­to a que nos obli­gó la pandemia.

La cam­pa­ña, pri­me­ra de su tipo pre­sen­ta­da por el meca­nis­mo nacio­nal para el ade­lan­to de las muje­res, se anun­cia como la fase ini­cial de un esfuer­zo mucho más amplio que, con el men­sa­je de Tole­ran­cia Cero, acom­pa­ña­rá la Estra­te­gia Inte­gral Cuba­na de Pre­ven­ción y Aten­ción a la Vio­len­cia de Géne­ro e Intrafamiliar.

Sin embar­go ‑y no es leta­nía que­jum­bro­sa, aun­que se reite­re una y otra vez en estas líneas‑, las heren­cias patriar­ca­les no se sacu­den de un plu­ma­zo, siguen vivas y acti­vas y aso­man en el día a día de este archi­pié­la­go tras com­por­ta­mien­tos y accio­nes que a menu­do pasan inad­ver­ti­das. Los desa­fíos, por tan­to, persisten.

¿Cómo se per­fi­lan estos retos, vis­tos des­de las len­tes de géne­ro, para el año que comien­za? En bus­ca de res­pues­tas, Cuba­de­ba­te inte­rro­gó a diez cuba­nas (*) de per­fi­les pro­fe­sio­na­les diver­sos, pero con un sue­ño en común: su apues­ta de muchos años por la igual­dad de género.

Retos al cie­rre del año en que todo se movió

Soció­lo­gas, juris­tas, eco­no­mis­tas, psi­có­lo­gas, demó­gra­fas, comu­ni­ca­do­ras y perio­dis­tas. Diez muje­res cuba­nas, cien­tis­tas socia­les y com­pro­me­ti­das has­ta el cue­llo con la cons­truc­ción de un pro­yec­to social más demo­crá­ti­co e inclu­si­vo iden­ti­fi­ca­ron algu­nos de los retos más acu­cian­tes que sig­na­rán los cami­nos de las bata­llas de géne­ro para la socie­dad cuba­na en este año que ini­cia. No por casua­li­dad, muchos inte­gran la agen­da ya anun­cia­da por el PAM en 2020. Otros han sido reco­no­ci­dos como obje­tos de prio­ri­dad guber­na­men­tal des­de la polí­ti­ca eco­nó­mi­ca o la de aten­ción a la diná­mi­ca demo­grá­fi­ca. Aquí, los 5 retos más coin­ci­den­tes en opi­nión de estas expertas:

La res­pon­sa­bi­li­dad de las tareas de cui­da­do, con sobre­car­ga para las mujeres

Si en tiem­pos nor­ma­les, en una socie­dad patriar­cal como la nues­tra, las tareas domés­ti­cas sue­len recaer sobre los hom­bros de las muje­res, sumán­do­se a las jor­na­das labo­ra­les de aque­llas que tie­nen un empleo fue­ra de casa, este año esas car­gas se mul­ti­pli­ca­ron debi­do al con­fi­na­mien­to. No es casual, por tan­to, que este fue­ra el tema con más coin­ci­den­cias nues­tra consulta.

En una socie­dad con más de un 20 por cien­to de enve­je­ci­mien­to demo­grá­fi­co, el cui­da­do se posi­cio­na como reto urgen­te y con él, los impac­tos dife­ren­cia­dos que trae para la pobla­ción feme­ni­na. Por solo apor­tar una evi­den­cia, cer­ca del 57 por cien­to de la pobla­ción cuba­na mayor de 50 años pre­fie­re, en caso de nece­si­tar cui­da­dos, que estos sean ofre­ci­dos por muje­res. Solo poco más del 5 por cien­to ele­gi­ría a un hom­bre como cui­da­dor, según la Encues­ta Nacio­nal de Enve­je­ci­mien­to de la Pobla­ción, rea­li­za­da en 2017 por la Ofi­ci­na Nacio­nal de Esta­dís­ti­cas e Infor­ma­ción (ONEI).

En un país con vejez demo­grá­fi­ca, en medio de la pan­de­mia de COVID-19, urge pro­ble­ma­ti­zar sobre las res­pon­sa­bi­li­da­des com­par­ti­das con res­pec­to a los cui­da­dos, visi­bi­li­zar las con­tri­bu­cio­nes de las muje­res y lo que esa sobre­car­ga les limi­ta su par­ti­ci­pa­cion social y labo­ral”, dijo a Cuba­de­ba­te la comu­ni­ca­do­ra Tama­ra Roselló.

Bre­chas de empo­de­ra­mien­to deri­va­das del orde­na­mien­to eco­nó­mi­co, inclui­do el posi­ble impac­to sobre el empleo

Nece­sa­rio y a la par audaz y desa­fian­te. Ese es el esce­na­rio eco­nó­mi­co que se per­fi­la para la Cuba de 2021. En ese camino, las trans­for­ma­cio­nes eco­nó­mi­cas tam­bién nece­si­tan pen­sar­se – se está hacien­do- des­de las des­igual­da­des, pues de lo con­tra­rio podrían ampliar­se las bre­chas de equi­dad, con un impac­to mayor sobre las muje­res y otros gru­pos vul­ne­ra­bles. Lo ha reco­no­ci­do el pro­pio pre­si­den­te Miguel Díaz Canel y con ape­nas un par de sema­nas des­de la arran­ca­da ya se ha pues­to a prue­ba la dis­po­si­ción de ajus­tar el tiro a par­tir de escu­char deman­das de la pobla­ción y aler­tas des­de la ciencia.

Datos de 2018 situa­ban la lla­ma­da bre­cha de géne­ro en la par­ti­ci­pa­ción labo­ral en alre­de­dor de 27 por cien­to, según la Ofi­ci­na Nacio­nal de Esta­dís­ti­cas e Infor­ma­ción (ONEI). Mien­tras la tasa de acti­vi­dad eco­nó­mi­ca mas­cu­li­na era de 76,9 por cien­to, la feme­ni­na alcan­za­ba ape­nas 49,5 por cien­to, una situa­ción aún más dis­par en las zonas rura­les. En ese mis­mo año, entre las acti­vi­da­des eco­nó­mi­cas mejor remu­ne­ra­das se encon­tra­ban la cons­truc­ción, la explo­ta­ción de minas y can­te­ras, la inter­me­dia­ción finan­cie­ra, la indus­tria azu­ca­re­ra, la cien­cia e inno­va­ción, la pes­ca y la agri­cul­tu­ra, casi todas desa­rro­lla­das mayo­ri­ta­ria­men­te por hom­bres. Y si en el sec­tor esta­tal, en gene­ral, hay casi pari­dad en el empleo entre muje­res y hom­bres, pese a las dife­ren­cias en los ingre­sos, en el no esta­tal ellas ape­nas alcan­zan 18 por cien­to mien­tras en el tra­ba­jo por cuen­ta por cuen­ta pro­pia repre­sen­tan cer­ca de 34 por ciento.

Toda la infor­ma­ción que se ha mane­ja­do, al menos en los últi­mos 10 años, apun­ta a que la par­ti­ci­pa­ción de las muje­res en el sec­tor no esta­tal es de alre­de­dor de una ter­ce­ra par­te. De ellas, la mayo­ría son con­tra­ta­das, no due­ñas de nego­cios”, ha cal­cu­la­do Tere­sa Lara, una de las espe­cia­lis­tas consultadas.

Este desa­fío en par­ti­cu­lar, ade­más, deman­da un segui­mien­to inte­li­gen­te y opor­tuno des­de la comu­ni­ca­ción, coin­ci­den las perio­dis­tas Sara Más y Lirians Gor­di­llo, con­sul­ta­das para este trabajo.

Sis­te­ma inte­gral e inte­gra­do de aten­ción a la vio­len­cia machis­ta que inclu­ye per­fec­cio­na­mien­to de su tra­ta­mien­to legislativo

Muchos de los pasos gana­dos en 2020 cla­si­fi­can como avan­ces en la aten­ción a este desa­fío. A la ya cita­da exten­sión de la Línea tele­fó­ni­ca 103 para aten­der esta pro­ble­má­ti­ca se une la apro­ba­ción de una estra­te­gia inte­gral para la pre­ven­ción, aten­ción y enfren­ta­mien­to a la vio­len­cia de géne­ro, coor­di­na­da des­de la FMC que bus­ca esta­ble­cer un sis­te­ma bien arti­cu­la­do para la deri­va­ción a otros ser­vi­cios esen­cia­les del sis­te­ma de pro­tec­ción, como los poli­cia­les, jurí­di­cos o de salud e inclu­ye su tra­ta­mien­to legislativo.

En com­pa­re­cen­cia para el pro­gra­ma tele­vi­si­vo Mesa Redon­da, a fines del pasa­do noviem­bre, la vice­fis­cal de la Repú­bli­ca de Cuba Ali­na Mon­te­si­nos reco­no­ció la volun­tad del país para avan­zar en la ins­tru­men­ta­ción legal de pro­tec­ción con­tra la vio­len­cia de géne­ro y expli­có que el pro­ble­ma deman­da no solo la ela­bo­ra­ción de una o varias leyes, sino ade­más trans­ver­sa­li­zar el tra­ta­mien­to de géne­ro a las ins­ti­tu­cio­nes y legisladores.

Según la Encues­ta Nacio­nal de Igual­dad de Géne­ro rea­li­za­da en 2016, el 39,6 por cien­to de las muje­res entre­vis­ta­das había sufri­do vio­len­cia en sus rela­cio­nes de pare­ja en algún momen­to de su vida, mien­tras que 26,7 por cien­to decla­ró haber sido víc­ti­ma de mal­tra­to en los últi­mos 12 meses.

Las soció­lo­gas Clo­til­de Pro­ve­yer e Iya­mi­ra Her­nán­dez, dos de nues­tras encues­ta­das, con­si­de­ran la inte­gra­li­dad como pie­dra angu­lar de cual­quier espa­cio o pro­to­co­lo de aten­ción de la vio­len­cia machista.

Para la perio­dis­ta Ibet Gar­cía, urge, ade­más, “colo­car el tema en las agen­das públi­cas de los medios de comu­ni­ca­ción” y hacer­lo des­de bue­nas prác­ti­cas y no como cober­tu­ras aisladas.

Pro­ce­so de deba­te y apro­ba­ción del Códi­go de las Familias

La per­ma­nen­cia de este­reo­ti­pos sexis­tas en la socie­dad cuba­na es una ame­na­za de cara al pro­ce­so de con­sul­ta popu­lar del nue­vo Códi­go de la Fami­lia, pre­vis­to para 2021, coin­ci­den muchas de las espe­cia­lis­tas encues­ta­das por Cuba­de­ba­te.

La acep­ta­ción acrí­ti­ca de patro­nes hete­ro­nor­ma­ti­vos, cen­tra­dos en con­cep­cio­nes de jerar­quía y poder, guar­da rela­ción con el des­co­no­ci­mien­to de la legi­ti­mi­dad de las múl­ti­ples con­fi­gu­ra­cio­nes fami­lia­res que exis­ten actual­men­te. En Cuba ha ope­ra­do un pro­ce­so de com­pren­sión de las rela­cio­nes fami­lia­res que se ale­ja de la tra­di­cio­nal fami­lia nuclear y bus­ca aten­der intere­ses más valio­sos como el afec­to, la soli­da­ri­dad, la leal­tad, la con­fian­za y el res­pe­to, y así que­da reco­gi­do en la actual Cons­ti­tu­ción de la República.

Los artícu­los 42 y 81 de la Car­ta Mag­na, par­ti­cu­lar­men­te, reco­no­cen los prin­ci­pios de plu­ra­lis­mo, inclu­sión e igual­dad. Pero con­se­guir que esa pro­tec­ción sea real­men­te efec­ti­va pasa por revi­sar las nor­ma­ti­vas vigen­tes rela­cio­na­das no solo con la estruc­tu­ra fami­liar, sino tam­bién con otras ramas del dere­cho civil y penal que abar­can asun­tos eco­nó­mi­cos, patri­mo­nia­les, vin­cu­la­dos a deli­tos o vio­len­cia, entre otros. En ese camino, el pró­xi­mo deba­te y apro­ba­ción del nue­vo Códi­go de las Fami­lias resul­ta un paso imprescindible.

Para la juris­ta Yami­la Gon­zá­lez Ferrer, los desa­fíos en este sen­ti­do son muchos, en tan­to se tra­ta de nume­ro­sas ins­ti­tu­cio­nes fami­lia­res a modi­fi­car, actua­li­zar sus con­te­ni­dos y hacer­los via­bles para que res­pon­dan a las nece­si­da­des de las fami­lias y garan­ti­cen la solu­ción de con­flic­tos que se pue­den gene­rar en ese espa­cio. A su jui­cio, debe exis­tir una cohe­ren­cia entre el tex­to cons­ti­tu­cio­nal y los pos­tu­la­dos que desa­rro­llan el res­to de las legis­la­cio­nes en el orde­na­mien­to jurí­di­co e insis­te en no per­der de vis­ta que es en el entorno fami­liar don­de se man­tie­nen los este­reo­ti­pos, de diver­sa índo­le, pero prin­ci­pal­men­te de cor­te sexista.

Aten­ción de las unio­nes tem­pra­nas y el emba­ra­zo adolescente

Más de 900 mucha­chas entre 14 y 17 años con­tra­je­ron matri­mo­nio duran­te el 2019 en Cuba. En para­le­lo, al cie­rre del mis­mo año, alre­de­dor del 16 por cien­to de los naci­mien­tos en Cuba los apor­ta­ron madres meno­res de 20 años, para una tasa de fecun­di­dad ado­les­cen­te de 52,3 naci­mien­tos por cada mil jóve­nes entre 15 y 19 años. Las cifras son reve­la­do­ras y visi­bi­li­zan desa­fíos, reco­no­ci­dos por espe­cia­lis­tas e ins­ti­tu­cio­nes del archi­pié­la­go cubano, que tie­nen en su base des­igual­da­des de géne­ro. Las con­se­cuen­cias para niñas y ado­les­cen­tes inclu­yen ries­gos para la salud y limi­ta­cio­nes a su desa­rro­llo pro­fe­sio­nal, social y eco­nó­mi­co. Las mucha­chas afec­ta­das sue­len inte­rrum­pir sus estu­dios y fre­nar sus opcio­nes de futuro.

Estos núme­ros resul­tan, como míni­mo, polé­mi­cos, en un país que des­de 1978 está por deba­jo del nivel de reem­pla­zo de la pobla­ción. “La tasa glo­bal de fecun­di­dad de menos de dos hijos por mujer nos ubi­ca entre paí­ses desa­rro­lla­dos, sin embar­go, hay una des­ar­ti­cu­la­ción en el gru­po ado­les­cen­te”, ase­ve­ra Matil­de Moli­na, psi­có­lo­ga y demó­gra­fa, quien tam­bién res­pon­dió a Cuba­de­ba­te.

En opi­nión de la psi­có­lo­ga y sexó­lo­ga Bea­triz Torres, se ha habla­do poco, ade­más, de las unio­nes tem­pra­nas que han ocu­rri­do pro­duc­to del ais­la­mien­to sani­ta­rio, cuan­do muchas fami­lias opta­ron por acep­tar la con­vi­ven­cia per­ma­nen­te de novias o novios de muy cor­ta edad sin la debi­da pre­pa­ra­ción y con la “posi­bi­li­dad de emba­ra­zos y aban­dono escolar”.

En opi­nión de ambas exper­tas, entre las con­di­cio­nan­tes de estas prác­ti­cas en la Isla se iden­ti­fi­ca a la fami­lia como espa­cio de influencia.

“Las mucha­chas repi­ten patro­nes apren­di­dos de for­ma­ción tem­pra­na de las fami­lias, a par­tir de unio­nes tem­pra­nas, for­ma­li­za­das o no, con emba­ra­zos pre­ma­tu­ros aso­cia­dos”, apun­ta Moli­na. Según la sub­di­rec­to­ra del CEDEM, no hay un úni­co fac­tor que expli­que el tema de la fecun­di­dad ado­les­cen­te y para com­pren­der­la se deben rea­li­zar estu­dios intersectoriales.

Des­na­tu­ra­li­zar mitos y este­reo­ti­pos que obs­ta­cu­li­zan la igualdad

Tele­no­ve­las que mues­tran a muje­res preo­cu­pa­das por sus rela­cio­nes de pare­ja o la mater­ni­dad y solo a veces, por su rea­li­za­ción pro­fe­sio­nal; video­clips con abun­dan­tes pla­nos de bai­la­ri­nas casi des­nu­das, ofre­cien­do sus encan­tos al artis­ta de turno; cari­ca­tu­ras que ganan pre­mios humo­rís­ti­cos natu­ra­li­zan­do el aco­so; anun­cios publi­ci­ta­rios don­de, mien­tras ellas coci­nan, lavan y sue­ñan con elec­tro­do­més­ti­cos idea­les para el hogar, ellos mane­jan carros de lujo y ges­tio­nan la vida más allá de casa. Los este­reo­ti­pos sexis­tas aso­man en cual­quier esqui­na, red social o medio de comu­ni­ca­ción y se tras­la­dan des­de el uni­ver­so sim­bó­li­co, vir­tual, mediá­ti­co, has­ta la vida real.

El mayor peli­gro radi­ca en que, de for­ma direc­ta o indi­rec­ta, sue­len natu­ra­li­zar una cons­truc­ción pre­jui­cia­da de los géne­ros y un esque­ma de subor­di­na­ción don­de las muje­res jue­gan con des­ven­ta­ja. Según expli­có a Cuba­de­ba­te la perio­dis­ta espe­cia­li­za­da en temas de géne­ro, Lirians Gor­di­llo, el femi­nis­mo y la teo­ría de géne­ro tuvie­ron la cla­ri­dad de demos­trar la inter­co­ne­xión entre dis­tin­tas dis­cri­mi­na­cio­nes. “La rela­ción que exis­te entre el patriar­ca­do, el capi­ta­lis­mo y el racis­mo, entre otros, como sis­te­mas de opre­sión per­mi­te que se sos­ten­gan y actua­li­cen entre ellos”, ase­ve­ra esta perio­dis­ta, otra de nues­tras entrevistadas.

Este desa­fío par­ti­cu­lar, que va de cam­biar men­tes más que dis­po­si­cio­nes o leyes, se posi­cio­na como el sex­to más repe­ti­do en nues­tra encues­ta. Otros, menos men­cio­na­dos, pero rela­cio­na­dos con los ante­rio­res com­ple­tan una lis­ta de 8 que fue­ron iden­ti­fi­ca­dos al menos, por 3 de nues­tras encuestadas. 

Trans­ver­sa­li­zar enfo­ques de géne­ro en la polí­ti­ca social, eco­nó­mi­ca e ins­ti­tu­cio­nal; así como en las pro­pues­tas legis­la­ti­vas y tam­bién en la edu­ca­ción, la fami­lia, las rela­cio­nes labo­ra­les y los medios de comu­ni­ca­ción, son esos otros retos a tener en cuenta.

A lo lar­go del año que empie­za, esta colum­na vol­ve­rá una y otra vez sobre ellos.

(*) Nota: Espe­cia­lis­tas consultadas

1‑Clotilde Pro­ve­yer Cer­van­tes. Soció­lo­ga. Pro­fe­so­ra de la Uni­ver­si­dad de La Haba­na, exper­ta en temas de vio­len­cia de géne­ro y coor­di­na­do­ra del gru­po ase­sor de la FMC para la aten­ción a esta problemática.

2‑Yamila Gon­zá­lez Ferrer: Juris­ta. Vice­pre­si­den­ta de la Unión Nacio­nal de Juris­tas de Cuba y pro­fe­so­ra de la Uni­ver­si­dad de La Haba­na, espe­cia­lis­ta en temas de fami­lia, géne­ro y derecho.

3‑Matilde Moli­na Cin­tra. Psi­có­lo­ga y demó­gra­fa. Sub­di­rec­to­ra del Cen­tro de Estu­dios Demo­grá­fi­cos (CEDEM), de la Uni­ver­si­dad de La Haba­na. Espe­cia­lis­ta en temas de fecun­di­dad ado­les­cen­te y familia.

4‑Beatriz Torres Rodrí­guez: Psi­có­lo­ga y sexó­lo­ga. Pre­si­de la Socie­dad Cuba­na Mul­ti­dis­ci­pli­na­ria para el Estu­dio de la Sexua­li­dad (SOCUMES) y es pro­fe­so­ra de la Uni­ver­si­dad de La Haba­na. Espe­cia­lis­ta en temas de sexua­li­dad y género.

5‑Iyamira Her­nán­dez Pita. Soció­lo­ga. Inte­gra la Jun­ta Direc­ti­va de la Socie­dad Cuba­na Mul­ti­dis­ci­pli­na­ria para el Estu­dio de la Sexua­li­dad (SOCUMES). Espe­cia­lis­ta en temas de géne­ro y violencia.

6‑Teresa Lara Jun­co. Eco­no­mis­ta y espe­cia­lis­ta en esta­dís­ti­cas. Estu­dio­sa de los indi­ca­do­res de géne­ro y la eco­no­mía feminista.

7‑Sara Más Farías: Perio­dis­ta. Escri­be para la revis­ta Muje­res, de la Edi­to­rial de la Mujer y SEM­lac. Coor­di­na la cáte­dra de Géne­ro y Comu­ni­ca­ción del Ins­ti­tu­to Inter­na­cio­nal de Perio­dis­mo José Mar­tí (IIPJM). Espe­cia­lis­ta en temas de comu­ni­ca­ción y género.

8– Ibet Gar­cía Álva­rez. Perio­dis­ta. Espe­cia­lis­ta en Comu­ni­ca­ción del Cen­tro Oscar Arnul­fo Rome­ro (OAR) y par­te del equi­po crea­ti­vo de la cam­pa­ña Evo­lu­cio­na. Espe­cia­lis­ta en temas de comu­ni­ca­ción y género.

9‑Lirians Gor­di­llo Piña: Perio­dis­ta. Escri­be para la revis­ta Mucha­ca, de la Edi­to­rial de la Mujer y SEM­lac. Espe­cia­lis­ta en temas de comu­ni­ca­ción y género.

10-Tama­ra Rose­lló Rei­na: Comu­ni­ca­do­ra. Espe­cia­lis­ta del Cen­tro Oscar Arnul­fo Rome­ro (OAR) y par­te del equi­po crea­ti­vo de la cam­pa­ña Evo­lu­cio­na. Espe­cia­lis­ta en temas de comu­ni­ca­ción y género.

Fuen­te: Resu­men en Cuba Foto de por­ta­da: José Luis Sánchez 

Itu­rria /​Fuen­te

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