Otro año de lucha que celebrar, otro año de reflexión inmediata por lo que queda por hacer, un momento especial para reconocernos en el otro porque los esfuerzos nos unen y el silencio nos separa.
Otro instante para arrinconar el miedo y recuperar palabras que construyan.
Vivimos tiempos siniestros. Tiempos en los que el capitalismo está demostrando su única y verdadera cara: la de un sistema incapaz de resolver los problemas del ser humano. Ahora que se celebra por todo lo alto el aniversario de la caída del muro de Berlín, vemos con inquietud como este sistema único no solo no ha sido capaz de resolver las diferencias que nos separan, sino que esas diferencias se han agudizado y han mostrado su cara más salvaje.
Tod@s sabemos que el problema viene de la propia raíz del capitalismo basado en la explotación depredadora, pero ¿qué está pasando ahora que esos problemas estructurales explotan en sus narices? Ahora nos encontramos con una vieja alianza basada en el silencio. El silencio de l@s trabajador@s temeros@s de perder las migajas que les fueron concedidas, el silencio cómplice de los sindicatos mayoritarios comiendo de la mano de su amo, el silencio de los medios afines al sistema que aseguran que todo pasará sin dolor: una muerte rápida…
Y quedamos nosotr@s, los que de verdad creemos en la alternativa necesaria, los que hemos de hacer que el silencio vuelva a su rincón para que el grito despierte una mañana y no se vaya mientras dure. Esa es la verdadera base de este encuentro. Sin vítores innecesarios, sin esperanzas infundadas hemos de coger la realidad, moldearla, transformarla, encontrar espacios donde se unan los pueblos y las personas que nunca quisieron ser esclavos.
Ahora que, como decimos, la bestia muestra su cara más fiera, la represión (nunca olvidada) se muestra como el arma esencial que ellos blanden ante todo pueblo dispuesto a lanzar su voz. Sin embargo, este sistema también es consciente de lo que se juega porque es una lucha perdida: la tierra agarra nuestros pasos y nos mantiene firmes.
Es un orgullo para Castilla acoger estos días a todos los pueblos del Estado Español en lucha, porque vuestra lucha es mi lucha, es nuestra lucha. Y desde luego en Castilla sobran ganas e ilusión para seguir vuestro ejemplo, a pesar de las enormes dificultades. Reconocemos especialmente la lucha incesante e inagotable del pueblo palestino por sus derechos esenciales robados con el silencio cómplice de la comunidad internacional. Estamos a vuestro lado.
¿Que papel juega el arte en todo lo dicho?
Nosotr@s creemos que el arte ha de tener tres vertientes fundamentales:
La concienciación social.
La transmisión de la esencia (especificidad de cada pueblo) de cada pueblo.
La reflexión individual de valores.
Estos puntos son continuamente anulados por el sistema. No es casualidad, de la misma manera que no es casualidad que, ante un conflicto, los intelectuales sean de los primeros en ser asesinados (ejemplos sobran). El arte no ha de ser el capricho de la sociedad burguesa, ha de ser el vehículo donde todos nos vivamos y nos aprendamos a mirar. Esto nos ha sido robado por un arte burgués, promovido por el sistema, en el que el individuo se muestra como un ser asocial, movido por el dinero y no por la capacidad de crear una emoción. Nosotr@s creemos que eso no es el arte. Creemos en el arte revolucionario que sale de las vísceras de la tierra, que nos mantiene unidos a ella, que nos hace seres pensantes y conscientes de lo que nos rodea. Las formas de arte negadas a los pueblos en lucha que han servido de transmisión entre generaciones y ejemplos como el del dramaturgo Alfonso Sastre, perseguido y negado por sus ideas políticas son razones más que suficientes para que todas las formas del arte recuperen el espacio perdido entre l@s trabajador@s y entre el propio movimiento revolucionario.
Desde Izquierda Castellana se quiere formar un nuevo espacio de reflexión, debate y acción, en el cual la creación artística y la historia cultural de cada pueblo sean el punto central. Pretendemos propulsar un espacio de encuentro, creación y comprensión en el que tengan cabida las distintas sensibilidades e identidades que existen entre los distintos pueblos. Un punto de unión para compartir experiencia, iniciativas, reflexiones y puntos de vista, pero sobre todo alegría, ilusión y lucha.
Para ello este año hemos querido convocar al debate sobre la producción de la cultura como consumo de masa y, por otra parte, pero no sin conexión, la pérdida de la cultura histórica de cada pueblo y por consiguiente su pérdida de identidad. La preocupación por la recuperación y por la creación son las bases de nuestra propuesta: el presente es heredero del pasado, de su historia, pero también responsable de su futuro. Vivir en sociedad significa hacer futuro, siendo consciente del pasado.
La solidaridad con otros pueblos de trabajadores/as, el compromiso con su lucha, que termina siendo nuestra lucha, es también otro motivo. Este año queremos recordar especialmente al pueblo palestino, compartir su tristeza, pero también su ilusión, su esperanza y su fuerza.
…sean tod@s bienvenid@s…