Fran­cia. En el Sahel, men­ti­ras y gue­rra sucia

Por Gua­di Cal­vo*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 2 de febre­ro de 2021-.

Las tro­pas fran­ce­sas que des­de el 2012 fue­ron des­ti­na­das en el nor­te de Mali, pri­me­ro cono­ci­das con el nom­bre de Ope­ra­ción Ser­val y a par­tir de agos­to de 2014 como Ope­ra­ción Barkha­ne, de la que ya han muer­to unos sesen­ta efec­ti­vos, siguen sin encon­trar la solu­ción al pro­ble­ma que allí las lle­va­ron: la insur­gen­cia inte­gris­ta, que en ese momen­to ame­na­za­ba no solo el nor­te de Mali, sino que se han exten­di­do a Chad y Bur­ki­na Faso, don­de ope­ran con muchí­si­ma viru­len­cia, ponien­do a esos dos esta­dos y a varios de la región (Níger, Mau­ri­ta­nia y Arge­lia) en altí­si­ma aler­ta, por lo que cada día París. pare­ce apro­xi­mar­se a un des­en­la­ce tan humi­llan­te como el de Diên Bien Phu, la bata­lla que, en 1954, mar­có el fin de la pre­sen­cia fran­ce­sa en Indo­chi­na (Laos, Cam­bo­ya y Vietnam).

Ya no son pocas las voces en Fran­cia que están exi­gien­do la reti­ra­da de los cer­ca de cin­co mil efec­ti­vos, que ade­más cuen­ta con 22 heli­cóp­te­ros, 290 vehícu­los arma­dos, 380 vehícu­los de logís­ti­ca y 240 LAV-25 (vehícu­lo de com­ba­te de infan­te­ría) a un cos­to dia­rio que ron­da el millón de euros, que, a pesar del apo­yo de los Esta­dos Uni­dos, el Rei­no Uni­dos y otras nacio­nes de la Unión Euro­pa, no encuen­tran la mane­ra de maqui­llar el fra­ca­so y vol­ver a casa sin que se note demasiado.

Aque­lla heca­tom­be de la jun­gla viet­na­mi­ta, pre­ci­pi­ta­ría la gue­rra de libe­ra­ción arge­li­na, la que final­men­te se con­ver­ti­ría en una nue­va y trá­gi­ca derro­ta, ace­le­ran­do el pau­la­tino aban­dono de Fran­cia del res­to de sus colo­nias afri­ca­nas, que daría por ter­mi­na­do, aho­ra sí, para siem­pre el impe­rio colo­nial francés.

Qué podría aca­rrear­le a Fran­cia este nue­vo fra­ca­so, ya que son muchos los intere­ses eco­nó­mi­cos que París, man­tie­ne en Áfri­ca, más allá de los polí­ti­cos, que solo sir­ven para encu­brir los pri­me­ros. De hecho, Fran­cia nun­ca ha per­di­do pre­sen­cia en el con­ti­nen­te a pesar de que for­mal­men­te sus colo­nias los deja­ron de ser en los pri­me­ros años de la déca­da de 1960. Des­de enton­ces su pre­sen­cia en el con­ti­nen­te jamás ha men­guan­do, alen­tan­do dic­ta­du­ras y gobier­nos “demo­crá­ti­cos” corrup­tos y com­ba­tien­do, a como dé lugar, pro­ce­sos popu­la­res y revo­lu­cio­na­rios, para man­te­ner su sis­te­ma de saqueo a los inago­ta­bles recur­sos natu­ra­les del con­ti­nen­te, par­ti­cu­lar­men­te los refe­ri­dos a los hidro­car­bu­ros y mine­ra­les, cómo litio, ura­nio o col­tán entre otros muchos.

Por lo que si bien nun­ca París reco­no­ció cua­les serían el obje­ti­vo final para ter­mi­nar con su pre­sen­cia mili­tar en el nor­te de Mali, son cada vez más los pro­ble­mas que la suje­tan a su vie­ja colo­nia. Con la Ope­ra­ción Barkha­ne, ade­más de fra­ca­sar cate­gó­ri­ca­men­te en el con­trol del terro­ris­mo, se ha vis­to obli­ga­da, o no tan­to obli­ga­da, a reem­pla­zar a las FAMa (For­ce Armées Malien­nes), dado su impe­ri­cia y su res­pon­sa­bi­li­dad en crí­me­nes de gue­rra y vio­la­cio­nes masi­vas de dere­chos huma­nos, no solo con­tra los terro­ris­tas sino y fun­da­men­tal­men­te con­tra la pobla­ción civil.

en muchas áreas par­ti­cu­lar­men­te en la fron­te­ra con Chad y Bur­ki­na Faso, ade­más de cum­plir fun­cio­nes poli­cia­les para con­tro­lar el cri­men orga­ni­za­do; a las fuer­zas de auto­de­fen­sa crea­das por las comu­ni­da­des sahe­lia­nas; los movi­mien­tos sepa­ra­tis­tas, par­ti­cu­lar­men­te el Tua­reg, que fue la pie­dra de toque a esta nue­va reali­dad; gen­dar­mes y poli­cías que viven gra­cias a la extor­sión, tra­fi­can­tes de todo tipo, ladro­nes de gana­do, ade­más de tener que mediar, en los cada vez más san­grien­tos, enfren­ta­mien­tos por el acce­so a la tie­rra entre las dife­ren­tes tri­bus en el cen­tro del país.

Fren­te a este pano­ra­ma el gobierno fran­cés insis­te en negar­lo y con­ti­núa afir­man­do que el úni­co obje­ti­vo de la Ope­ra­ción Barkha­ne, es “solo luchar con­tra los gru­pos terro­ris­tas arma­dos (GAT)” los que espe­cí­fi­ca­men­te son dos, la fran­qui­cia de al-Qae­da cono­ci­da como Jamāʿat nuṣ­rat al-islām wal-mus­li­mīn o JNIM (Gru­po de Apo­yo al islam y los musul­ma­nes o GISM) y el que res­pon­de a Daesh glo­bal cono­ci­do como Daesh del Gran Sáha­ra, para lo que su estra­te­gia con­sis­te, en extir­par a los muyahi­di­nes, inte­rrum­pir el flu­jo de finan­cia­ción, mucha lle­ga­da de las monar­quías waha­bi­tas del Gol­fo Pér­si­co; sofo­car su capa­ci­dad de ata­que y redu­cir al míni­mo su influen­cia en la pobla­ción, crean­do alter­na­ti­vas eco­nó­mi­cas, para con­tra­rres­tar la pre­sen­cia de los fun­da­men­ta­lis­tas que en esas mate­ria están muy arrai­ga­dos en la población.

Fran­cia se encuen­tra en una encru­ci­ja­da de hie­rro, por sus bene­fi­cios eco­nó­mi­cos debe man­te­ner en los dife­ren­tes gobier­nos de su influen­cia, a las cas­tas corrup­tas e inefi­cien­tes, aso­cia­das a sus polí­ti­cas de saqueo, que ade­más se han har­ta­do de vio­lar todo tipo de dere­chos huma­nos a sus pue­blos y por otro sabe que es impo­si­ble ven­cer a los muyahi­di­nes, si no asu­me la res­pon­sa­bi­li­dad de deto­nar a esa cas­ta, tan vital para sus intereses.

El caso Bounti

La incur­sión fran­ce­sa en esos terri­to­rios, a lo lar­go de estos últi­mos años es per­ci­bi­da cada vez con más razón como una fuer­za de ocu­pa­ción, que como un alia­do que lle­ga a pro­te­ger­los del terror “yiha­dis­ta” y esta sen­sa­ción se acen­túa cuan­to más atas­ca­das en el con­flic­to pare­cen estar la Barkha­ne, lo que hace que su reti­ra­da, sea más compleja.

Lo que se cre­yó ini­cial­men­te que su expe­rien­cia colo­nia­lis­ta en el terri­to­rio iba a ser una ven­ta­ja para Paris, ya que cono­ce el terreno y sus pobla­cio­nes, satis­fa­cien­do las nece­si­da­des más urgen­tes de sus alia­dos del G5-Sahel, la fuer­za mili­tar for­ma­da por los ejér­ci­tos de Bur­ki­na Faso, Malí, Mau­ri­ta­nia, Níger y Chad., ha resul­ta­do todo lo contrario.

Si bien París, ha man­te­ni­do, des­de los años sesen­ta, coope­ra­ción mili­tar con Chad y Níger, pare­ce no haber teni­do en cuen­ta que, a lo lar­go de la Gue­rra Fría, su rela­ción tan­to con Bur­ki­na Faso, Mali y Mau­ri­ta­nia, fue­ron por lo menos dis­tan­tes, ya que estas tres nacio­nes pare­cían estar más pró­xi­ma a Mos­cú, vía Trí­po­li, que, del blo­que occi­den­tal, por lo que una vez ini­cia­da por el pre­si­den­te Geor­ge W. Bush su exte­núa­te e inú­til “Gue­rra glo­bal con­tra el terro­ris­mo” en 2001, París se vio impe­li­da a rever­de­cer sus lazos con las anti­guas colo­nias y par­ti­cu­lar­men­te con esas tres ex colo­nias que le había sido dís­co­las por enton­ces. El esta­tus de ex poten­cia colo­nial tam­bién ali­men­ta muchas deman­das en el Sahel. A lo que diez años des­pués el rol pre­pon­de­ran­te de Fran­cia la la con­cre­ción del holo­caus­to libio, ya que el Coro­nel Gad­da­fi, con sus pros y sus con­tras, era mucho más que­ri­do que el tri­den­te Bush-Sarkozy-Cameron.

Dado los resul­ta­dos y las accio­nes, de Fran­cia en esos terri­to­rios, para muchos polí­ti­cos e inte­lec­tua­les afri­ca­nos, la vie­ja metró­po­li, apo­ya­ría a las ban­das terro­ris­ta para seguir des­es­ta­bi­li­zan­do esos paí­ses en pro­cu­ra de seguir usu­fruc­tuan­do de sus debi­li­da­des y en bús­que­da de esta­ble­cer un neo-colo­nia­lis­mo en el Sahel, el gol­pe de esta­do de agos­to pasa­do en Mali, no fue más que una cla­ra mues­tra de la des­ilu­sión que mucho malíes tie­nen por la cla­se dirigente.

No son pocas las voces que acu­san a Fran­cia de estar lle­van­do a cabo una gue­rra sucia en el Sahel, en la que ocul­ta no solo sus accio­nes pre­me­di­ta­das, sino inclu­so sus erro­res garra­fa­les. Recien­te­men­te se cono­ció uno de esos “erro­res garra­fa­les”, que se podría haber come­ti­do el pasa­do domin­go tres de enero, cuan­do en pleno día, fue ata­ca­da una reu­nión don­de un gru­po de aldea­nos fes­te­ja­ban un casa­mien­to, por heli­cóp­te­ros per­te­ne­cien­tes a la Ope­ra­ción Barkha­ne. La matan­za se habría pro­du­ci­do en la aldea de Boun­ti, en la región de Mop­ti, a unos 600 kiló­me­tros, al nor­te de Bama­ko, la capi­tal del país, que habría deja­do al menos vein­te civi­les muer­tos. Al tiem­po que los man­dos fran­ce­ses hablan de una acción den­tro del mar­co de la Ope­ra­ción Eclip­se, que se desa­rro­lló entre el dos y el vein­te de enero, en que se habría dado con la loca­li­za­ción de un cam­pa­men­to terro­ris­ta, don­de tras la acción habrían muer­to unos diez insurgentes.

Dado el difí­cil acce­so a esa área, ya que allí se ha esta­ble­ci­do uno de los prin­ci­pa­les focos de la gue­rra, solo exis­ten acu­sa­cio­nes cru­za­das entre los aldea­nos y las auto­ri­da­des tan­to fran­ce­sas como malienses.

Otras ver­sio­nes fran­ce­sas hablan de una patru­lla de avio­nes de com­ba­te que “neu­tra­li­zó” a dece­nas de terro­ris­tas, que habían sido detec­tas tras una ope­ra­ción de inte­li­gen­cia que había dura­do varios días. Según el man­do de la Barkha­ne: “La infor­ma­ción sobre un matri­mo­nio no coin­ci­de con las obser­va­cio­nes hechas”.

El silen­cio man­te­ni­do por las auto­ri­da­des a exa­cer­ba­do más los áni­mos de los ciu­da­da­nos y des­pués de dos sema­nas de silen­cio varios cen­te­na­res de per­so­nas han sali­do a mani­fes­tar­se en Bama­ko, en recla­mo de una acla­ra­ción del caso Boun­ti en pro­cu­ra de una res­pues­ta, la que ama­ble­men­te fue dada por la poli­cía con gases lacri­mó­ge­nos y gol­pes de bastón.

Se cono­ció que dada el estan­ca­mien­to de la situa­ción el pre­si­den­te fran­cés Emma­nuel Macron, que entien­de como un éxi­to par­cial de sus hom­bres y la lle­ga­da de algu­nos con­tin­gen­tes mili­ta­res de la Unión Euro­pea, anun­ció un “ajus­te” a la pre­sen­cia de sus fuer­zas en el Sahel, el que se resol­ve­rá en la pró­xi­ma cum­bre con­jun­ta de Fran­cia y el G5-Sahel, que se pro­du­ci­rá en N´Djamena capi­tal del Chad el pró­xi­mo mes, algu­nas fuen­tes creen que la reti­ra­da par­cial podría pro­du­cir­se a par­tir de media­dos de febrero.

Macron se enfren­ta el pró­xi­mo año a la posi­bi­li­dad de reno­var su man­da­to por lo que no hay dudas, hará todo lo posi­ble para disi­mu­lar el fracaso.

*Gua­di Cal­vo es escri­tor y perio­dis­ta argen­tino. Ana­lis­ta Inter­na­cio­nal espe­cia­li­za­do en Áfri­ca, Medio Orien­te y Asia Cen­tral. En Face­book: https://​www​.face​book​.com/​l​i​n​e​a​i​n​t​e​r​n​a​c​i​o​n​a​lGC.

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