Por Juraima Tavares. Resumen Latinoamericano, 17 de febrero de 2021.
El ex jefe del ejército Eduardo Villas Boas reveló que la cúpula militar brasileña articuló en 2018, año de la elección del presidente Jair Bolsonaro, una amenaza ‑que fue conocida por un texto en Twitter- para que el Supremo Tribunal Federal no aceptara un habeas corpus para liberar al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, principal favorito para ganar las elecciones de ese año.
La revelación sobre un posible golpe está incluida en una entrevista de 13 horas que concedió para un libro del Centro de Documentación Histórica de la Universidad Fundación Getúlio Vargas (FGV) divulgada recientemente a la prensa, en la que justifica la amenaza contra el máximo tribunal porque había movimientos golpistas que pedían una intervención militar en caso de la liberación de Lula, preso tras ser condenado por el ex juez Sérgio Moro por corrupción.
Para Villas Boas, liberar a Lula sería un riesgo para la institucionalidad, aunque no dice el motivo, aunque deja en clara una eventual intervención militar en caso de que Lula fuera liberado. En el libro revela que fue bajo su mando que los militares volvieron a adentrarse en política, buscando a un candidato que en las elecciones presidenciales de 2018 pudiese derrotar a la izquierda, representada esencialmente por el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula da Silva.
«El texto fue sometido a mi staff y luego a los jefes militares de área (de todo el país) antes de su publicación. Se trataba de una advertencia, mucho más que una amenaza», dice en el libro el ex general del ejército Vilas Boas, quien llegó al cargo máximo en el gobierno de la trabalhista de Dilma Rousseff (2011−2016) y luego, en 2019, tras su retiro, se convirtió en asesor presidencial de Bolsonaro, por lo que es una figura de enorme influencia sobre la tropa.
Entre las revelaciones impactantes, Villas Boas admite que se reunió varias veces con el entonces vice presidente Michel Temer, cuando se estaba tramando el golpe institucional (parlamentario) que arrebató la presidencia a Dilma Rousseff. También admite que un texto divulgado por las redes sociales en vísperas de que el Supremo Tribunal Federal votase un habeas corpus solicitado por la defensa de Lula da Silva tenía como propósito directo alcanzar el resultado pretendido: el rechazo a la petición.
También sorprendió la confesión de que el texto no era suyo sino resultado de varias conversaciones con el alto mando del ejército de Tierra. O sea, fue una iniciativa de la jefatura de la más importante de las fuerzas armadas brasileñas; las fuerzas aéreas y la marina no fueron ni consultadas ni informadas.
Después de que Rousseff instaurara la Comisión de la Verdad, destinada a investigar y denunciar los crímenes de lesa humanidad cometidos por militares y agentes públicos de seguridad durante la dictadura (1964−1985), el alto mando vio la necesidad de enterrar la propuesta y confiar en algún mandatario que no fuera del PT.
Para Villas Boas, Bolsonaro, quien era considerado un ejemplo de indisciplina e irregularidad como capitán del ejército, era la única opción viable para derrotar a la izquierda en 2018 y, de paso, asegurar a los uniformados un retorno al escenario político.
Lo que está claro es que el de Bolsonaro no es un gobierno militarizado, con más de 10 mil efectivos (activos y retirados) en cargos del gobierno, sino un gobierno de los militares, que hicieron todo lo posible para volver al poder tras la dictadura de 1964.
En el Brasil de hoy hay un gobierno encabezado por un ex militar y ex congresista de oscura trayectoria que cuenta con el total respaldo del ejército, que ahora se hace cómplice de todo lo que ocurre en Brasil. También de la pandemia: más de mil muertos por covid-19 cada 24 horas, o sea, más de 40 cada hora, casi uno por minuto, señala Eric Nepomuceno.
Mientras, el PT
La defensa del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva aseguró que existen pruebas suficientes para encausar al ex juez Sérgio Moro por parcialidad e ilegalidad en la persecución judicial que protagonizó contra el ex mandatario. Los abogados defensores señalaron que la lucha contra la corrupción fue el lema que impulsó la ahora desactivada operación Lava Jato, sin embargo, ‘las prácticas legales corruptas y sin escrúpulos eran la realidad cotidiana’.
Los abogados del líder del Partido de los Trabajadores accedieron a conversaciones, pirateadas por hackers a teléfonos móviles de miembros de la Lava Jato, tras una decisión del juez Ricardo Lewandowski, del Supremo Tribunal Federal y señalaron que “los diálogos que ahora se revelan refuerzan este antiguo escenario de sospecha e ilegalidad practicado por Lava Jato y muestran al desnudo cómo se ha corrompido el Estado de derecho”.
Los abogados Cristiano Zanin y Valeska Martins afirman que el material al que accedieron fue el confiscado por la Policía Federal en el momento en que era diligenciado por el propio Moro, durante la operación denominada Spoofing (usurpación) y reiteraron que el acceso fue autorizado por decisión del juez Lewandowski.
Se trata de un material que está en poder del Estado, sometido al escrutinio de los expertos y cuyo acceso fue franquiciado por el máximo órgano del poder judicial, añadieron susabogados, tras denunciar que el contenido del material telefónico decomisado muestra trampas procesales de todo orden y la constitución de una verdadera agencia clandestina de persecución contra los adversarios.
‘Estamos ante una oportunidad única para entender cómo el lawfare (guerra jurídica) puede llevar a un país a la ruina, como ocurrió con Brasil’, subrayaron. Los mensajes pusieron al desnudo la falta de imparcialidad de Moro y su influencia en procedimientos y estrategias de la Lava Jato, así como sus claras intenciones de condenar sin pruebas a Lula. El dictamen de Lewandowski representa otra victoria judicial para el ex presidente.
Juaraima Tavares es investigadora brasileña y analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).
Fuente: estrategia.la