Resumen Latinoamericano, 22 de febrero de 2021.
Unos 100 millones de personas fueron afectadas por una tormenta invernal que dejó al menos 26 muertos. Aun, la mitad de la población de Texas, sigue sin agua potable tras la nevada. Las comunidades pobres son las que sienten el peor impacto.
Muchos de los millones de texanos que se quedaron sin electricidad durante días desde que una tormenta invernal desquició la red de energía la han recuperado, pero la crisis dista de haber terminado en partes del sur del estado, donde la gente carece de agua potable.
De acuerdo con un reporte de la agencia AP, casi 185 mil viviendas y negocios todavía estaban a oscuras el viernes por la mañana según la página web poweroutage.us, comparado con unos 3 millones dos días atrás.
Las autoridades dijeron que aún podría haber apagones selectivos limitados.
Más de 335 mil personas de Virginia a Luisiana carecían de electricidad y 71 mil en Oregon padecían una semana de apagón luego de una enorme tormenta de hielo y nieve, añadió la información de AP.
VAN 57 MUERTOS POR EL FRÍO
El hielo y la nieve se desplazaron hacia los Apalaches, el norte de Maryland y el sur de Pensilvania y el noreste.
El clima causó la muerte de por lo menos 57 personas, incluida una niña de 17 años que cayó a un lago helado en Oklahoma el jueves, según la patrulla de caminos de ese estado. Mucha gente pereció cuando intentaba mantener el calor.
En Abilene, en el oeste de Texas, seis personas murieron, entre ellas un hombre de 60 años que murió de frío en su cama. En la zona de Houston una familia murió en su auto asfixiada por el monóxido de carbono.
Las empresas de electricidad desde Minnesota hasta Texas utilizaron apagones escalonados para aliviar la presión sobre sus redes, pero los apagones que aún persistían en Texas se debían al mal tiempo, según el organismo que maneja la red en el estado, ERCOT.
MOVILIZACIÓN DE EMERGENCIA
El jefe interino de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés), Bob Fenton, dijo que sus equipos se encontraban en Texas para distribuir combustibles, agua, mantas y otros artículos de primera necesidad.
El gobernador Greg Abbott advirtió que aún no se ha superado la emergencia, ya que las temperaturas siguen siendo frígidas, una tormenta invernal amenaza el sur del estado y puede haber trastornos en la cadena de suministro de alimentos.
Por si fuera poco, el clima trastornó los sistemas de agua potable. Las autoridades ordenaron a 7 millones de personas —un cuarto de la población del segundo estado más grande— que hiervan el agua corriente antes de beberla en vista de los daños causados a la infraestructura y las cañerías.
En Abilene murió un hombre que no pudo recibir tratamiento médico debido a la falta de presión del agua.
El presidente Joe Biden dijo que llamó a Abbott el jueves por la noche ara ofrecerle apoyo adicional del gobierno federal.
El alcalde de Houston, Sylvester Turner, dijo que los habitantes de la cuarta ciudad de Estados Unidos probablemente tendrán que hervir el agua corriente hasta el domingo o lunes.
Apagones de clase
Los apagones en el estado de Texas no afectan a todos de la misma manera. Los primeros y más golpeados fueron los barrios y comunidades más pobres. Según el New York Times «Si bien los apagones continuos en Texas han dejado a unos 4 millones de residentes sin electricidad en un clima brutalmente frío, los expertos y grupos comunitarios dicen que muchas comunidades marginadas fueron las primeras en sufrir cortes de energía y, si la historia sirve como guía , podrían estar entre las último en volver a conectarse. Esto es particularmente peligroso, dicen, dado que los hogares de bajos ingresos pueden carecer de los recursos financieros para huir a un lugar seguro o recuperarse después de la interrupción».
La especulación hizo que en forma inmediata se dispararan los precios de los insumos para poder calefaccionarse. Es decir que estas familias no solo no pueden ir a otros lugares para huir del frio y los cortes de luz, sino que muchas de ellas terminan endeudadas para poder comprar gas o combustible para calefaccionarse.