Tres motines carcelarios se registraron en la mañana de este martes 23 de febrero. Los escenarios fueron la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil; y los Centros de Rehabilitación de Turi, en Cuenca; y de Cotopaxi, en Latacunga.
La Policía reporta ocho muertos en motín en la Penitenciaría de Guayaquil A las 13:39, la Policía reveló la primera cifra de fallecidos e indicó que Criminalística ya registraba más de 50 presos fallecidos durante los motines, pero conforme avanzó el día el número de víctimas aumentó.
Durante una rueda de prensa ofrecida a las 16:45 desde el Palacio de Carondelet, el director del SNAI, Edmundo Moncayo, informó de 67 muertos, pero a las 17:15 antes de finalizar su intervención rectificó la cifra y dijo que se confirmó el deceso de 62 presos en las tres cárceles mencionadas. Según Moncayo, los hechos fueron coordinados y protagonizados por grupos delictivos que operan al interior de las cárceles y que intentan disputar el liderazgo que ejercen tras las rejas ‘Los Choneros’.
Según Moncayo, las víctimas no pertenecen a una misma banda, sino a las diferentes agrupaciones en disputa. La Fiscalía y Criminalística de la Policía levantaron los cadáveres. Informaron el detalle de los fallecidos: Guayas: 21 muertos y dos heridos graves en la Penitenciaría del Litoral. Azuay: 33 muertos en el pabellón de máxima seguridad de la Cárcel de Turi. Cotopaxi: Ocho cadáveres se levantaron en el CRS Cotopaxi.
La Fiscalía confirmó el levantamiento de ocho cadáveres de la prisión de Latacunga, en la provincia de Cotopaxi, donde cumple prisión el exvicepresidente de Rafael Correa, Jorge Glas, por el caso Odebrecht. El director del sistema penitenciario confirmó después que había policías heridos, pero que los funcionarios de las prisiones habían conseguido salir a tiempo. El ministro de Gobierno, Patricio Carrillo, indicó que entre los amotinados en ese centro había reos de “alto riesgo”.
Se convocó entonces al Puesto de Mando Unificado, conformado por policías y militares, para lograr recuperar el control de las prisiones. Como explicación preliminar, el Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de Libertad, SNAI, que es el ente rector de las cárceles, apuntó como detonante de los motines una inspección realizada la noche anterior. “Se realizó una requisa en el Centro de Privación de Libertad de Guayas N.º 4 ‑el de Guayaquil‑, por lo que se presume que estos hechos son señal de resistencia y rechazo por parte de los internos ante las acciones de control”, comunicó a través de las redes sociales.
Familiares de algunos detenidos dijeron a la prensa que fue la policía y los guardiacárceles los que generaron la mayor cantidad de muertos al querer «poner órden».
Por su parte, el presidente Lenín Moreno, sostuvo que se trata de una pelea de mafias organizadas y que ha pedido que se use la fuerza de manera progresiva para garantizar la seguridad de los detenidos.La Policía Nacional ha desplegado unidades a todas las cárceles del país para prevenir nuevos incidentes y colaborar con el Servicio de Rehabilitación Social. Realmente suena poco creíble que se quiera dar seguridad a los presos, cuando justamente las fuerzas policiales entran a las prisiones, en estos casos, a balazo limpio.
Moreno, además de traidor a la Revolución Ciudadana y al movimiento popular, siempre se destacó por sus frases impunes y provocadoras. Lo que ocurre en este caso, es que aprovecharse de un hecho trágico donde fueron asesinados de manera muy confusa 62 presos, es de alta irresponsabilidad. Moreno insistió que le parece “raro” el amotinamiento en los centros penitenciarios. “En octubre (2019), el correísmo contrató a criminales que estaban fuera de las cárceles para provocar los desmanes y distorsionar la legítima aspiración de los indígenas. No nos asombraría que ahora la mano de ellos esté presente. Total, son bastante conocidos”, aseguró el mandatario.
Lo que suena más que raro es que estos hechos hayan sucedido justo cuando desde el propio gobierno se viene creando un manto de incertidumbre sobre la realización o no de la segunda vuelta electoral. Justamente ahora aparecen estas masacres como mostrando un clima de total inseguridad en el país, lo que pudiera servir de excusa a quienes están tratando de impedir el triunfo de Andrés Arauz.
No es la primera vez que las autoridades atribuyen los motines entre internos a las guerras de bandas criminales. En los últimos dos años, el Gobierno decretó dos estados de excepción para recuperar el control dentro de las prisiones. En mayo de 2019, tres motines en el lapso de un mes y medio dejaron 10 reos muertos y unas imágenes muy crudas de cuerpos incinerados y un decapitado. La declaratoria de emergencia se extendió 90 días. Justo un año después, en agosto de 2020, en medio de la pandemia, otro arranque de violencia motivó un nuevo estado de excepción de 90 días, después de que fuera asesinado dentro de prisión un testigo clave en un caso de corrupción hospitalaria. Entonces, el director del sistema penitenciario reconoció que había problemas recurrentes, entre ellos el hacinamiento de presos.
Ante esta situación, el director de las prisiones pidió un “marco legal suficientemente fuerte contra estas personas que no le dan valor a la vida de los seres humanos”.