Hace 74 años, en la noche del 10 al 11 de agosto de 1936, Blas Infante, Padre de la Patria Andaluza, caía asesinado por el fascismo como tantos otros luchadores antiimperialistas, anticapitalistas, libertarios y comunistas andaluces/zas en esos días. El “alzamiento” del 18 de Julio pretendía exterminar a la disidencia política que amenazaba el “orden y la unidad de España”. Los golpistas no se “alzaron” contra “la legalidad vigente” y la “democracia”, como dicen los legitimadores del régimen neofranquista actual, ni contra la República, como afirma el nuevo españolismo republicanista, sino para imposibilitar que los trabajadores tomaran las riendas del poder y los pueblos recuperasen su libertad. Fue un Golpe de Estado contra los pueblos trabajadores, para impedir su emancipación social y liberación nacional. No era la forma de Estado lo que les preocupaba, sino al servicio y en manos de quienes estaba la supremacía y el dominio económico y político-social.
Blas Infante fue detenido y asesinado, porque personificaba todo aquello que la elite dominante pretendía impedir con el establecimiento del fascismo; la destrucción de los dos pilares que justifican y sustentan la existencia de toda idea de España como estructura estatal y “realidad” socio-cultural impuesta, la “unidad de la patria” y el “libre mercado”, o sea, la opresión de los pueblos y la explotación de sus trabajadores.
El peligro de Blas Infante para el españolismo, radicaba y radica en propagar un mensaje que aunaba y aúna la lucha soberanista y anticapitalista, contra la esclavitud nacional y la asalariada, en un mismo y global combate libertador del Pueblo Trabajador Andaluz. La sentencia, dictada tras su asesinato por el Tribunal de Responsabilidades Políticas español, en 1940, avalaba esta ejecución vil de Blas Infante por su carácter “andalucista y revolucionario”. Su preocupación por formar y hacer participe del proyecto andalucista al Pueblo Trabajador Andaluz y su práctica política unitaria con libertarios, marxistas y otras fuerzas transformadoras andaluzas, prefiguraba un peligroso precedente en el que la revolución social se aglutinaba con el deseo de la liberación de Andalucía como nación oprimida.
Frente al sucedáneo de Blas Infante que pretende mostrarnos el gobierno colonialista “autonómico”, los hechos nos muestran un Blas Infante enemigo del orden burgués y el imperialismo español. Esa es la razón de que también la Junta colonial española de Andalucía y su “parlamento”, administradores de nuestra dependencia y capataces del robo de nuestra riqueza y nuestro trabajo, lleven treinta años intentando por todos los medios desvirtuar su vida y su obra. Igual que sus antecesores intentaron mediante la muerte del hombre silenciar el ideal libertador andaluz, el españolismo contemporáneo pretende asesinarlo vital e intelectualmente excluyendo toda la carga transformadora de la realidad andaluza que contienen y conllevan sus hechos y pensamientos. Esa es la razón de sustituir el 10 de Agosto por el 5 de Julio como día de Blas Infante. Su importancia no radica en su mera existencia, sintetizada en su nacimiento, sino en las ideas por las que vivió y murió, resumidas en los porqués de su asesinato. Celebrar su día un 5 de Julio es recordar solo al hombre, hacerlo un 10 de Agosto es homenajear al Padre de la Patria Andaluza, al luchador y a su lucha por una Andalucía libre.
Por eso este año, más que nunca, debemos proclamar al 10 de Agosto como su día, y adquiere especial relevancia el que sus herederos políticos, la izquierda soberanista andaluza, las distintas organizaciones que mantienen la briega por alcanzar ese ideal andaluz que él defendía, el de la liberación nacional y social del Pueblo Trabajador Andaluz, se hayan unido, no solo con objeto de mantener vivo su recuerdo, el de sus ideas y el del día del crimen, sino con la intención de manifestar la común intención de continuar su lucha. Esperamos, por todo ello, que la concentración unitaria de este año, suponga y signifique un principio en la imprescindible e ineludible acumulación de fuerzas y esfuerzos, de coordinación y unidad de acción, que el momento histórico y las necesidades de nuestro pueblo demandan del MLNA. Conseguir que para el próximo 10 de agosto, el del 75º aniversario, hayamos logrado avanzar en dicha coordinación y unidad, será el mejor homenaje que podremos hacerle a Blas Infante y a todos l@s luchadores/as que dieron su vida por la libertad de los andaluces/zas.
¡Por una Andalucía independiente y socialista!
Nación Andaluza – Comisión Permanente