Hai­tí. Los «Fan­tas­mas» de Puer­to Prín­ci­pe: gru­pos arma­dos y rebe­lión policial

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 16 de mar­zo de 2021.

  • La enési­ma movi­li­za­ción anti­gu­ber­na­men­tal tuvo en Hai­tí carac­te­rís­ti­cas pecu­lia­res. A las pro­tes­tas de cam­pe­si­nos, médi­cos, abo­ga­dos, estu­dian­tes, jóve­nes de las peri­fe­rias, cató­li­cos y evan­gé­li­cos ‑solo por men­cio­nar algu­nas de las más recien­tes- se suma­ron aho­ra los “Fan­tas­mas”, un gru­po disi­den­te de la Poli­cía Nacio­nal de Hai­tí (PNH) cono­ci­do como “Fan­tom 509”.

Quié­nes están detrás de las más­ca­ras de estas figu­ras fan­tas­ma­gó­ri­cas? ¿Se tra­ta de sedi­cio­sos y terro­ris­tas como afir­ma el gobierno de fac­to de Jove­nel Moï­se? ¿Cuá­les son sus intere­ses y deman­das? ¿Por qué su irrup­ción en las calles del país con­tó con el acom­pa­ña­mien­to entu­sias­ta de miles de per­so­nas? Y, ade­más, ¿por qué fra­ca­san una y otra vez los ope­ra­ti­vos anti­pan­di­llas? ¿Qué otros acto­res arma­dos ope­ran en el país y con qué obje­ti­vos? A con­ti­nua­ción, un recuen­to y un aná­li­sis sobre la pro­li­fe­ra­ción de acto­res arma­dos en el país.

La pro­tes­ta

Des­de la maña­na del día mar­tes, la cal­ma siem­pre pre­ca­ria e inter­mi­ten­te de Puer­to Prín­ci­pe se vio asal­ta­da por una pro­tes­ta intem­pes­ti­va. La acti­vi­dad diur­na de la urbe, sin lle­gar a inte­rrum­pir­se del todo, comen­zó a dis­cu­rrir en cáma­ra len­ta: nume­ro­sos nego­cios y ofi­ci­nas guber­na­men­ta­les se apre­su­ra­ron a cerrar, mien­tras los padres se preo­cu­pa­ban por bus­car a sus hijos en las escue­las. A media maña­na, dife­ren­tes gru­pos de mani­fes­tan­tes comen­za­ron a blo­quear e incen­diar neu­má­ti­cos en dife­ren­tes pun­tos de la Ave­ni­da de Del­mas, una arte­ria cen­tral de la zona metro­po­li­ta­na. En Nazon, inclu­so, un camión fue colo­ca­do de lado para tran­car el trá­fi­co por completo. 

Algu­nos de los pre­sen­tes ocul­ta­ban sus ros­tros con capu­chas, y por lo gene­ral sus res­pues­tas sobre el moti­vo de la pro­tes­ta eran esqui­vas. Rápi­da­men­te comen­zó a escu­char­se lo que se cono­ce como el bat tenèb, el gol­pe­teo de las cace­ro­las, de par­te de quie­nes acom­pa­ña­ron el recla­mo. Recla­mo que en Hai­tí, sal­vo que se indi­que lo con­tra­rio, se sobre­en­tien­de que tie­ne carác­ter anti­gu­ber­na­men­tal, más aún des­de que el pasa­do 7 de febre­ro expi­ra­ra el man­da­to pre­si­den­cial del pre­si­den­te, aho­ra de fac­to, de Jove­nel Moïse.

Miles de jóve­nes se ple­ga­ron a la movi­li­za­ción anti­gu­ber­na­men­tal de los “Fan­tas­mas”. Foto: Jean Shnei­der Cezai­re (Agen­cia Popu­lar de Pren­sa Hai­tia­na ‑APPA-) y Lau­ta­ro Riva­ra (ARG Medios).

Pron­to se supo que el pro­ta­go­nis­mo de la jor­na­da era de los “Fan­tas­mas”, quie­nes comen­za­ron a reagru­par­se, enca­pu­cha­dos y muñi­dos con armas lar­gas. Ya nutri­dos de varios cien­tos de acom­pa­ñan­tes, una cara­va­na comen­zó a remon­tar la ave­ni­da cen­tral has­ta el dis­tri­to comer­cial de Pétion­vi­lle, dejan­do a su paso algu­nas barri­ca­das y neu­má­ti­cos en lla­mas, así como peque­ños rete­nes. No pudi­mos ver, has­ta enton­ces, pre­sen­cia algu­na de las fuer­zas de segu­ri­dad. Des­de Pétion­vi­lle la mani­fes­ta­ción comen­zó a des­cen­der hacia Champ de Mars, cen­tro polí­ti­co del país, dete­nién­do­se oca­sio­nal­men­te y rea­li­zan­do dis­pa­ros al aire. Ya en las inme­dia­cio­nes del Pala­cio Nacio­nal se pro­du­jo algún cona­to de enfren­ta­mien­to con la Poli­cía Nacio­nal, con gru­pos a car­go del comi­sio­na­do Jean-Louis Paul-Ménard, lo que cul­mi­nó con algu­nos dis­pa­ros y gases lacri­mó­ge­nos que dis­per­sa­ron a los mani­fes­tan­tes. Los Fan­tas­mas se esfu­ma­ron con el mis­mo sigi­lo con que se habían congregado. 

¿Quié­nes son los Fantasmas?

La carac­te­ri­za­ción del gru­po es com­ple­ja, por su com­por­ta­mien­to errá­ti­co, por la mul­ti­pli­ci­dad de méto­dos, pero sobre todo por su clan­des­ti­ni­dad. Su sur­gi­mien­to tie­ne que ver con las deman­das sec­to­ria­les de un sec­tor impor­tan­te de la PNH. En pri­mer lugar en rela­ción a la exi­gen­cia de aumen­tos sala­ria­les para los efec­ti­vos poli­cia­les, des­de los 15 mil y 20 mil gour­des men­sua­les ‑entre 200 y 250 dóla­res apro­xi­ma­da­men­te- has­ta los 50 mil gour­des ‑650 dóla­res-. Pero la deman­da cen­tral, has­ta aho­ra irre­so­lu­ble, se vin­cu­la a la exi­gen­cia de con­tar con un sin­di­ca­to, lo que es recha­za­do de plano por la cúpu­la poli­cial y por el gobierno nacional. 

De hecho, la ten­ta­ti­va de poner el gre­mio en pie lle­vó a comien­zos del 2020 a la exo­ne­ra­ción de cin­co ofi­cia­les de este sec­tor de la fuer­za, inclui­da una de sus lide­re­sas, Yanick Joseph. El modus ope­ran­di de los Fan­tas­mas ha com­bi­na­do des­de enton­ces accio­nes lega­les y públi­cas de pro­tes­ta, con accio­nes ile­ga­les que inclu­yen el enfren­ta­mien­to arma­do, la extor­sión y el ata­que a ofi­ci­nas de la admi­nis­tra­ción pública. 

En febre­ro de ese mis­mo año, la repre­sa­lia esta­tal fue res­pon­di­da por los Fan­tas­mas con el incen­dio de los stands dis­pues­tos para cele­brar el car­na­val en la capi­tal. Los enfren­ta­mien­tos se radi­ca­li­za­ron y cul­mi­na­ron con un ata­que a un cuar­tel del Ejér­ci­to, dos muer­tos y una dece­na de heri­dos. En aque­llas jor­na­das el apo­yo a la rebe­lión poli­cial fue entu­sias­ta y masivo. 

Ofi­cia­les de la Poli­cía Nacio­nal de Hai­tí escol­tan a los mani­fes­tan­tes. Foto: Jean Shnei­der Cezai­re (Agen­cia Popu­lar de Pren­sa Hai­tia­na ‑APPA-) y Lau­ta­ro Riva­ra (ARG Medios).

En abril del 2020, ante la demo­ra en la paga de los sala­rios, los Fan­tas­mas res­pon­die­ron con ata­ques a la Ofi­ci­na Nacio­nal de Segu­ros (ONA), para ingre­sar final­men­te en el patio del Minis­te­rio de Eco­no­mía y Finan­zas, en don­de incen­dia­ron varios vehícu­los. Tras estos hechos, el enton­ces Minis­tro de Jus­ti­cia Luc­ma­ne Déli­le, decla­ró al gru­po disi­den­te como una orga­ni­za­ción terrorista. 

En febre­ro de este año, nue­vos enfren­ta­mien­tos con la Poli­cía Nacio­nal en Cana­pé-Vert con­du­je­ron al ase­si­na­to de Patrick Ano­zard, un agen­te de la Uni­dad SWAT de éli­te. Como res­pues­ta, la Ins­pec­ción Gene­ral de la Poli­cía Nacio­nal de Hai­tí (IGPNH) anun­ció la crea­ción de una comi­sión espe­cial para inves­ti­gar a poli­cías afi­lia­dos a los Fan­tas­mas o a pan­di­llas loca­les, pro­mo­vien­do la “depu­ra­ción” de la ins­ti­tu­ción. Aun­que Jonet Vital, por­ta­voz de la IGPNH, anun­ció la iden­ti­fi­ca­ción de 70 de estos poli­cías, la inves­ti­ga­ción se encuen­tra estan­ca­da de momento.

Bajo las capu­chas negras y los uni­for­mes ofi­cia­les que carac­te­ri­zan a los Fan­tas­mas, se encuen­tran enton­ces efec­ti­vos en acti­vi­dad, así como otros reti­ra­dos o exo­ne­ra­dos. Tam­po­co es de des­car­tar el reclu­ta­mien­to de sim­ples ban­di­dos o mer­ce­na­rios para sus accio­nes de pre­sión. Lo que es cla­ro es que este gru­po, suma­men­te acti­vo, actúa como el bra­zo arma­do de un sec­tor disi­den­te de las fuer­zas de segu­ri­dad, que pue­de inclu­so resul­tar repre­sen­ta­ti­vo de sec­to­res de la fuer­za que no se movi­li­zan acti­va­men­te. Y que, en su enfren­ta­mien­to encar­ni­za­do con el gobierno de fac­to de Moï­se, gene­ra una mez­cla de terror y sim­pa­tía en vas­tas capas de la población.

La ope­ra­ción en Villa­ge de Dieu: ¿inope­ran­cia poli­cial o sui­ci­dio planificado?

La pro­tes­ta del 15 de mar­zo, sin embar­go, no impli­có ata­ques a edi­fi­cios esta­ta­les, enfren­ta­mien­tos, ni estu­vo guia­da por deman­das sala­ria­les o sin­di­ca­les. Qui­zás, por eso, vol­vió a ser acom­pa­ña­da por miles de mani­fes­tan­tes, pese al carác­ter arma­do de la movi­li­za­ción. Como uno de los Fan­tas­mas nos refi­rió en una de las barri­ca­das, la con­vo­ca­to­ria tuvo como obje­ti­vo recla­mar por el falli­do ope­ra­ti­vo anti­pan­di­llas que el vier­nes 12 de mar­zo cul­mi­nó en desas­tre en Villa­ge de Dieu.

Des­de que León Char­les asu­mie­ra nue­va­men­te el car­go de Direc­tor Nacio­nal de la PNH el 18 de noviem­bre del 2020, al menos nue­ve ope­ra­ti­vos anti­pan­di­llas han sido rea­li­za­dos. Las accio­nes se han des­ple­ga­do en Croix-des-Bou­quets, Canaan, Petit Riviè­re de l’Artibonite y, cua­tro veces con­se­cu­ti­vas, en Villa­ge de Dieu, una barrio popu­lar del sur de Puer­to Prín­ci­pe. Según la Comi­sión Nacio­nal de Desar­me, Des­man­te­la­mien­to y Rein­te­gra­ción (CNDDR), hay más de 76 pan­di­llas ope­ran­do en todo el terri­to­rio nacio­nal, así como más de 500 mil armas cir­cu­lan­do ilegalmente. 

El balan­ce de los ope­ra­ti­vos no fue alen­ta­dor: 13 per­so­nas fue­ron ase­si­na­das, 8 resul­ta­ron heri­das y 56 gángs­ters fue­ron arres­ta­dos, aun­que nin­gún jefe de ban­da. La mayor par­te de las veces el cos­to es asu­mi­do por los pro­pios habi­tan­tes de los barrios más empo­bre­ci­dos, quie­nes que­dan atra­pa­dos en medio de los ope­ra­ti­vos y ven sus casi­llas incen­dia­das. Tal vez el caso más emble­má­ti­co haya sido la des­truc­ción com­ple­ta del barrio “Sha­da 2” como pudi­mos docu­men­tar, una enor­me expla­na­da redu­ci­da a escom­bros para des­alo­jar a una de las pan­di­llas más acti­vas de la ciu­dad de Cabo Haitiano.

El 12 de mar­zo una nue­va ope­ra­ción en Villa­ge de Dieu movi­li­zó a una cen­te­na de poli­cías de varias uni­da­des espe­cia­li­za­das, pero ape­nas 12 eran los que tenían la misión de intro­du­cir­se, en tres vehícu­los blin­da­dos, en los terri­to­rios del gru­po cri­mi­nal cono­ci­do como “5 Segun­dos”. Se tra­tó de un des­plie­gue más bien modes­to si con­si­de­ra­mos que más de 1500 efec­ti­vos fue­ron movi­li­za­dos para el car­na­val en la ciu­dad de Port-de-Paix. Y más aún tenien­do en cuen­ta el pode­río de la ban­da coman­da­da por el ban­di­do “Izo”, que ade­más de ope­rar en su pro­pio terri­to­rio, se encuen­tra mucho mejor arma­da que las fuer­zas de segu­ri­dad del Esta­do. Los ban­di­dos habían sido infor­ma­dos de la ope­ra­ción, y ten­die­ron una emboscada. 

Como resul­ta­do, cua­tro efec­ti­vos de la PNH fue­ron ase­si­na­dos. Un quin­to ofi­cial murió pro­duc­to de las heri­das, y otros 7 resul­ta­ron heri­dos. Imá­ge­nes y videos de sus cuer­pos ensan­gren­ta­dos y escar­men­ta­dos en la vía públi­ca cir­cu­la­ron prác­ti­ca­men­te en vivo des­de el día vier­nes por las redes socia­les, sus­ci­tan­do la indig­na­ción gene­ra­li­za­da. La deman­da de sus cuer­pos, que ni siquie­ra fue­ron recu­pe­ra­dos, es uno de los recla­mos que men­cio­na­ron a la pren­sa los por­ta­vo­ces de los Fan­tas­mas. Ade­más, armas, muni­cio­nes, uni­for­mes, pla­cas iden­ti­fi­ca­to­rias y has­ta un carro blin­da­do fue­ron secues­tra­dos por los bandidos.https://platform.twitter.com/embed/Tweet.html?dnt=false&embedId=twitter-widget‑0&frame=false&hideCard=false&hideThread=false&id=1371534404183584769&lang=en&origin=https%3A%2F%2Fwww.telesurtv.net%2Ftelesuragenda%2FLos-Fantasmas-de-Puerto-Principe-grupos-armados-y-rebelion-policial-en-Haiti-20210316 – 0019.html&siteScreenName=teleSURtv&theme=light&widgetsVersion=e1ffbdb%3A1614796141937&width=550px 

En un comu­ni­ca­do del 15 de mar­zo, la Red Nacio­nal de Defen­sa de los Dere­chos Huma­nos (RNDDH), carac­te­ri­zó al ope­ra­ti­vo como “sui­ci­da” y res­pon­sa­bi­li­zó al Direc­tor Gene­ral y al Ins­pec­tor Gene­ral Carl Henry Bou­cher. Pero sobre todo seña­ló que este tipo de ope­ra­ti­vos son “orga­ni­za­dos para com­pla­cer al pre­si­den­te de fac­to Jove­nel Moï­se y dar­le razo­nes para afir­mar que las ban­das arma­das están sien­do efec­ti­va­men­te des­man­te­la­das, mien­tras que fue­ron él y su equi­po quie­nes arma­ron y fede­ra­ron a las bandas”. 

El comu­ni­ca­do se refie­re a la recien­te irrup­ción del “G9”, una pode­ro­sa fede­ra­ción de pan­di­llas coman­da­da por el ex poli­cía Jimmy Ché­ri­zier, alias “Bar­be­cue”, en la zona metro­po­li­ta­na de Puer­to Prín­ci­pe. Los orga­nis­mos de dere­chos huma­nos y la opo­si­ción acu­san a Moï­se de con­ni­ven­cia con el cri­men orga­ni­za­do, y con­si­de­ran que el G9 ope­ra como un bra­zo para­mi­li­tar para la repre­sión polí­ti­ca y el con­trol terri­to­rial de los barrios movi­li­za­dos con­tra el gobierno y la inje­ren­cia externa.

La segu­ri­dad, el mono­po­lio de la fuer­za y los acto­res internacionales

La teo­ría polí­ti­ca clá­si­ca men­cio­na al mono­po­lio ‑legí­ti­mo o no- de la coer­ción como una carac­te­rís­ti­ca defi­ni­to­ria de los Esta­dos moder­nos. Sin embar­go, esta­dos peri­fé­ri­cos que no por eso dejan de ser moder­nos son carac­te­ri­za­dos, sobre todo bajo regí­me­nes neo­li­be­ra­les, por la frag­men­ta­ción de la coer­ción y por la dis­per­sión de los acto­res arma­dos. En Hai­tí, encon­tra­mos al menos los siguientes:

-Las Fuer­zas Arma­das, disuel­tas por Jean Ber­trand Aris­ti­de en el año 1996 por su par­ti­ci­pa­ción ins­ti­tu­cio­nal duran­te la dic­ta­du­ra del clan Duva­lier, y nomi­nal­men­te remo­vi­li­za­das por el gobierno de Jove­nel Moïse.

-La Poli­cía Nacio­nal, prin­ci­pal actor secu­ri­ta­rio del país, aun­que por lo gene­ral mal arma­da y peor entre­na­da. Sus esca­sas capa­ci­da­des ope­ra­ti­vas son reba­sa­das no solo por las ban­das cri­mi­na­les, sino tam­bién por las pací­fi­cas pro­tes­tas calle­je­ras anti­gu­ber­na­men­ta­les que, como en julio del 2018, lle­va­ron a su acuartelamiento.

-Gru­pos de cho­que de los lati­fun­dis­tas loca­les, nota­ble­men­te en depar­ta­men­tos como el del Nor­te y el Nor­des­te del país. Estos par­ti­ci­pan sobre todo en el des­alo­jo y aca­pa­ra­mien­to de tie­rras de pro­pie­dad cam­pe­si­na, en alian­za con gru­pos espe­cia­les como la Bri­ga­da de Áreas Pro­te­gi­das (BSAP), curio­sa uni­dad poli­cial depen­dien­te del Minis­te­rio de Medio Ambiente. 

-Sec­to­res disi­den­tes de la poli­cía como los Fan­tas­mas, con sus pro­ba­bles rami­fi­ca­cio­nes extra­po­li­cia­les, los que, evi­den­te­men­te, actúan com­ple­ta­men­te al mar­gen del con­trol estatal.

-Fuer­zas de ocu­pa­ción inter­na­cio­nal de las Nacio­nes Uni­das, con sus corres­pon­dien­tes con­tin­gen­tes poli­cia­les y mili­ta­res. Aun­que la ame­na­za de re-ocu­pa­ción es como una espe­cie de espa­da de Damo­cles que pen­de sobre el país, sus últi­mos rema­nen­tes fue­ron des­mo­vi­li­za­dos con el fin de la MINUJUSTH en el año 2019, sien­do ésta reem­pla­za­da por una misión civil, la BINUH. Estas misio­nes “de paz” tuvie­ron un accio­nar des­ta­ca­do en la repre­sión al movi­mien­to popu­lar en la coyun­tu­ra post 2004, per­pe­tran­do algu­nas masa­cres emble­má­ti­cas como la de Cité Soleil.

-El cri­men orga­ni­za­do, tan­to el “autó­no­mo”, como el que es orga­ni­za­do, arma­do y finan­cia­do por el poder polí­ti­co: sena­do­res, minis­tros, pre­si­den­tes, etc. Como hemos seña­la­do en otros tex­tos, la delin­cuen­cia orga­ni­za­da es, en Hai­tí, un fac­tor pre­do­mi­nan­te­men­te polí­ti­co y la delin­cuen­cia “civil” rela­ti­va­men­te esca­sa. Antes del auge de “Bar­be­cue” y del G9, otro famo­so ban­di­do, Anel Joseph ‑recien­te­men­te ase­si­na­do tras su fuga de la pri­sión de Croix-des-Bou­quets- hacía públi­cos y explí­ci­tos sus víncu­los con sena­do­res del gober­nan­te PHTK. Recien­te­men­te el arres­to del nar­co­tra­fi­can­te con­vic­to Liss­ner Mathieu ‑hai­tiano natu­ra­li­za­do esta­dou­ni­den­se- quien por­ta­ba una tar­je­ta ofi­cial del Pala­cio Nacio­nal, arro­jó más evi­den­cias sobre los víncu­los del gobierno de Moï­se, las pan­di­llas y el narcotráfico.

-Aún más difí­cil de pon­de­rar que todos los acto­res ante­rio­res, resul­ta la exis­ten­cia cono­ci­da pero opa­ca de una infil­tra­ción per­ma­nen­te de ex mari­nes y mer­ce­na­rios nor­te­ame­ri­ca­nos. Al menos en dos oca­sio­nes estos suje­tos fue­ron inter­cep­ta­dos con armas, muni­cio­nes y equi­pos de tele­co­mu­ni­ca­cio­nes en el Aero­puer­to Inter­na­cio­nal Tous­saint L’Ouverture, para ser rápi­da­men­te repa­tria­dos a los Esta­dos Uni­dos con el con­cur­so de su emba­ja­da en Hai­tí. Se des­co­no­ce el volu­men de esta infil­tra­ción y sus fun­cio­nes pre­ci­sas, pero dado que su arri­bo al país coin­ci­de con los picos de movi­li­za­ción con­tra un gobierno alia­do en la geo­po­lí­ti­ca del Cari­be, estas resul­tan fáci­les de prever.

Arse­nal incau­ta­do a tres ex mari­nes y un con­tra­tis­ta fede­ral nor­te­ame­ri­ca­nos en Puer­to Prín­ci­pe en el año 2019. Foto: Mia­mi Herald.

-Por últi­mo, pero no menos rele­van­te, resul­ta la recien­te crea­ción de Moï­se de una “Agen­cia Nacio­nal de Inte­li­gen­cia”, una suer­te de poli­cía polí­ti­ca bajo su exclu­si­vo coman­do. Sus fun­cio­nes, sus pre­rro­ga­ti­vas y su inmu­ni­dad extra-legal para “com­ba­tir el terro­ris­mo”, lle­va­ron a que inclu­so el club de paí­ses alia­dos a Moí­se ‑cen­tral­men­te Esta­dos Uni­dos, Cana­dá y algu­nos de la Unión Euro­pea- cri­ti­ca­ran su creación.

De todo lo ante­rior pode­mos extraer al menos cua­tro conclusiones:

1) Que el des­man­te­la­mien­to de las fuer­zas repre­si­vas está lle­van­do al país a un esque­ma de ato­mi­za­ción de la fun­ción arma­da que resul­ta aún más peli­gro­sa, hete­ró­no­ma e incon­tro­la­ble, no solo para el esta­do, sino sobre todo para los acto­res civi­les. La emer­gen­cia de los Fan­tas­mas es tan sólo un sín­to­ma de ello, y ni siquie­ra el sín­to­ma más gra­ve. Su con­tra­ca­ra inter­na­cio­nal es la soli­ci­tud públi­ca de Moï­se para que la OEA brin­de un “fuer­te apo­yo téc­ni­co” al país en mate­ria de segu­ri­dad. La res­pues­ta posi­ti­va y “opor­tu­na” de Luis Alma­gro fue cono­ci­da jus­ta­men­te ayer, en medio de las protestas. 

2) Que las prin­ci­pa­les víc­ti­mas de este des­ca­la­bro son el cam­pe­si­na­do, los tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras, las muje­res ‑lo que recru­de­ce son, tam­bién, las vio­la­cio­nes y otros crí­me­nes sexua­les- y los jóve­nes de las peri­fe­rias urba­nas, así como los movi­mien­tos socia­les y la opo­si­ción polí­ti­ca orga­ni­za­da. Al no haber mono­po­lio y ten­ta­ti­vas de legi­ti­mar el uso de la fuer­za, y al resul­tar des­co­no­ci­do el ori­gen de los más diver­sos crí­me­nes ‑el caso más emble­má­ti­co es el caso de los secues­tros y las masa­cres- la jus­ti­cia y la repa­ra­ción resul­tan imposibles. 

3) Que la situa­ción de caos orga­ni­za­do que atra­vie­sa el país tri­bu­ta, a la lar­ga, para las posi­cio­nes de quie­nes cla­man por la inter­ven­ción que los Esta­dos Uni­dos y los paí­ses occi­den­ta­les siem­pre están dis­pues­tos a hacer para inten­tar paci­fi­car a la fuer­za “la cosa hai­tia­na” y para sal­va­guar­dar el pro­ce­so de acu­mu­la­ción de las com­pa­ñías tras­na­cio­na­les y de la oli­gar­quía local. Algo pare­ci­do suce­dió en los años pre­ce­den­tes al 2004, en el peli­gro­so jue­go de suma cero de acto­res que por izquier­da y por dere­cha pre­ten­dían tum­bar a Aris­ti­de, y que cul­mi­nó con el gol­pe de Esta­do y el des­em­bar­co de la MINUSTAH. Es pre­ci­so tomar nota de ello. 

4) Que la ope­ra­ción sui­ci­da de Villa­ge de Dieu no solo tie­ne que ver, como la RNNDH sugie­re, con una “pues­ta en esce­na” de par­te del gobierno de fac­to de Moï­se de cara a la opi­nión públi­ca nacio­nal. Esto res­pon­de más que nada a las pre­sio­nes del esta­blish­ment inter­na­cio­nal, sobre todo tras el recam­bio del elen­co guber­na­men­tal en los Esta­dos Uni­dos, para mori­ge­rar siquie­ra un poco los cos­ta­dos más bru­ta­les de un gobierno auto­ri­ta­rio que, qué dudas caben, cogo­bier­na el país con el cri­men organizado.

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