Argen­ti­na. Las chis­pas y la pradera

Susa­na Lara /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 24 e mar­zo de 2021

Negli­gen­cia empre­sa­rial y ampa­ro esta­tal en los incen­dios del noroes­te de Chubut

Chis­pa­zos en las líneas eléc­tri­cas com­bi­na­dos con vien­to, sequía, altas tem­pe­ra­tu­ras y fal­ta de man­te­ni­mien­to de las fores­ta­cio­nes des­ata­ron incen­dios en el noroes­te de Chu­but que toma­ron carac­te­rís­ti­cas nun­ca antes regis­tra­das en la Pata­go­nia, coin­ci­die­ron nume­ro­sas fuen­tes con­sul­ta­das, a pesar de que sec­to­res de gobierno lo nie­guen y se haya des­ata­do la cace­ría de los supues­tos piró­ma­nos. El fue­go con­su­mió la vida de tres per­so­nas, la vivien­da y per­te­nen­cias de al menos 350 fami­lias, cha­cras en pro­duc­ción, bos­que nati­vo, las mejo­res tie­rras de engor­de y la hacien­da de comu­ni­da­des mapu­che-tehuel­che y peque­ños pro­duc­to­res. En tres horas, la tor­men­ta de fue­go del 9 de mar­zo devo­ró más de 14.000 hec­tá­reas de los eji­dos muni­ci­pa­les de Lago Pue­lo y El Hoyo y avan­zó sobre el bra­zo sur del cor­dón mon­ta­ño­so Pil­tri­qui­trón. Mien­tras un fuer­te movi­mien­to social ini­ció la recons­truc­ción de los barrios urba­nos, al cie­rre de este infor­me las bri­ga­das ofi­cia­les y volun­ta­rixs sos­te­nían la vigía de los pun­tos calien­tes. Varias lof (comu­ni­da­des) com­ba­tie­ron el fue­go en sus terri­to­rios, tan­to como a la cam­pa­ña de invi­si­bi­li­za­ción de los focos cer­ca­nos a El Mai­tén. El fue­go seguía en el terri­to­rio de la lof Qui­lo­drán has­ta el vier­nes, cuan­do un docu­men­to interno del INTA con­ta­bi­li­zó 35.000 hec­tá­reas afec­ta­das en dos meses.

Des­de hace diez años ace­cha­ba el fan­tas­ma del incen­dio en pobla­mien­to urbano inser­to en bos­que nati­vo y fores­ta­ción con espe­cies exó­ti­cas, lla­ma­do “de inter­fa­se”. Aho­ra un fren­te lle­gó a metros de una tur­be­ra (for­ma­ción natu­ral alta­men­te com­bus­ti­ble) y de una esta­ción de ser­vi­cio sobre la ruta 40. Los estra­gos del fue­go en los para­jes Cerro Radal y Golon­dri­nas se com­bi­nan y poten­cian con los que se pro­du­je­ron pocos kiló­me­tros al nor­te, en la mis­ma comar­ca del para­le­lo 42. El 24 de enero se ini­ció un foco en Cues­ta del Ter­ne­ro (al nores­te de El Bol­són, lade­ra nor­te del cerro Pil­tri­qui­trón) que con­su­mió casi 7.000 hec­tá­reas en varias sema­nas. Uno de los focos no extin­gui­dos se reavi­vó el 7 de mar­zo, afec­tó más de 10.000 hec­tá­reas y con­ti­nua­ba ardien­do bajo tie­rra cer­ca de El Mai­tén al cie­rre de esta nota.

El mis­mo día 9 otros focos pudie­ron agra­var la situa­ción. Fren­te a la comi­sa­ría de Epu­yén chis­pa­zos en la línea eléc­tri­ca ini­cia­ron un fue­go rápi­da­men­te sofo­ca­do, según rela­tó un vecino de esa loca­li­dad. Por las mis­mas horas se pren­dió fue­go un pinar fren­te a un nodo de gas en Cho­li­la, apa­ga­do por los pro­pios pobla­do­res. La fal­ta de man­te­ni­mien­to de las líneas de alta y media ten­sión es un pro­ble­ma recu­rren­te tan­to en verano como en invierno con las neva­das, seña­la­ron nume­ro­sas fuen­tes con­sul­ta­das. Una cañe­ría rota libe­ró gas duran­te horas en Pue­lo, agre­gó un pro­fe­sio­nal que sigue los pro­ce­sos de incen­dios en el país des­de hace años. A la vez, en todo el desa­rro­llo de estos focos y fren­tes hay situa­cio­nes dudo­sas, por lo que no se des­car­tan intencionalidad(es), cues­tión que no es el eje de esta nota y que no debe­ría ocul­tar fallas estruc­tu­ra­les del pro­ce­so de urba­ni­za­ción en área de mon­ta­ña y de infra­es­truc­tu­ra bási­ca, así como el mode­lo de eco­nó­mi­co de las fores­ta­cio­nes.

Resis­ten­cia en el campo

Una len­gua de fue­go tre­pó por el cau­ce del arro­yo Pedre­go­so, en la lade­ra sur del cor­dón Pil­tri­qui­trón, atra­ve­só el cerro León (o Azul) en direc­ción al para­je Bue­nos Aires Chi­co. Ahí que­mó los pues­tos de vera­na­da de varias fami­lias y tie­rras de las lof Sepúl­ve­da, Cañío Pan­gui Wing­kul y Rin­cón de Bue­nos Aires Chi­co, expli­có un vecino de Bari­lo­che que acu­dió a dar una mano. En esa zona per­dió la vida Six­to Gar­cés Liem­pe, quien cui­da­ba una pun­ta de ani­ma­les. Fal­ta­ban dos caba­llos y un reca­do, indi­có el jefe de Defen­sa Civil de Chu­but cuan­do toda­vía exis­tía la posi­bi­li­dad de encon­trar­lo con vida. Días des­pués, sus pro­pios lamn­gen (her­ma­nos, en sen­ti­do amplio) encon­tra­ron su cuer­po, su caba­llo y el piño de ove­jas que inten­tó sal­var del corral. En diez días ter­mi­na­ba el tiem­po de vera­na­da y baja­ba al pueblo.

Ardió un len­gal de pro­fun­do valor espi­ri­tual y reser­va gené­ti­ca. Las tres comu­ni­da­des per­die­ron gran par­te de sus tie­rras de bue­nas pas­tu­ras natu­ra­les y gran dis­po­ni­bi­li­dad de agua dul­ce super­fi­cial. Toda­vía no pudie­ron cons­ta­tar ni cuan­ti­fi­car las pér­di­das de gana­do (ovino y bovino) por­que el fue­go les impe­día ingre­sar. Los malli­nes secos y las raí­ces ardie­ron por deba­jo de la super­fi­cie. Al pisar la tie­rra que­ma­da, se res­que­bra­ja­ba y bro­ta­ba el fue­go de las bra­sas. No hay cal­za­do ni pie que lo sopor­te. Perros y caba­llos tam­bién sufrie­ron que­ma­du­ras. Por eso lla­mó la aten­ción que el gobierno pro­vin­cial die­ra a cono­cer cifras de las pér­di­das y daños cuan­do no están com­ple­tos los relevamientos.

Téc­ni­cos de orga­nis­mos nacio­na­les pre­sen­tes en el lugar indi­ca­ron que las fami­lias de la lof Rin­cón –en pro­ce­so de cons­ti­tu­ción– per­die­ron 400 ove­jas, casi la tota­li­dad de la maja­da; Sepúl­ve­da ocho vacas y ocho ter­ne­ros; Cañío había alcan­za­do a bajar sus ani­ma­les. Todos per­die­ron las rukas que se usan los meses de verano, las que recla­man sean reco­no­ci­das como vivien­das a recons­truir en el plan que anun­ció el gobierno nacional.

Al este de El Hoyo, tre­pan­do el extre­mo sur del Pil­tri­qui­trón, des­pués de arra­sar la zona urba­na un fren­te con­su­mió la ocu­pa­ción de muchas fami­lias de peque­ños pro­duc­to­res que con­ver­gen en la lagu­na Espe­jo. Cer­ca, sobre el cau­ce alto del Pedre­go­so, el fue­go alcan­zó el terri­to­rio de la comu­ni­dad Qui­lo­drán mien­tras se des­pla­za­ba en direc­ción a la lagu­na Las Mer­ce­des. Ani­ma­les que­ma­dos se refu­gia­ron en la cos­ta de la lagu­na y tuvie­ron que ser sacri­fi­ca­dos, rela­tó Nel­son Ava­los, perio­dis­ta que vive en esa mis­ma zona.

Se que­mó la abun­dan­te pas­tu­ra natu­ral; ya fal­ta forra­je para la hacien­da res­ca­ta­da. Todas estas comu­ni­da­des y varios pobla­do­res con per­mi­so pre­ca­rio de ocu­pa­ción tie­nen con­flic­tos terri­to­ria­les con la pro­vin­cia, los muni­ci­pios y capi­ta­les pri­va­dos, por lo que el cerro­jo polí­ti­co se agu­di­zó en su con­tra, al igual que duran­te la últi­ma neva­da gran­de, coin­ci­die­ron nume­ro­sos tes­ti­mo­nios reco­gi­dos. Recién esta últi­ma sema­na Chu­but pagó apor­tes por pér­di­das en el invierno. Tar­de, poco y dis­cre­cio­nal­men­te lle­ga­ron 40.000 pesos para la gen­te de Vuel­ta del Río, que sopor­ta­ron más de dos metros de nie­ve, y 75.000 para los de Mai­tén, más afi­nes al poder local.

Mega­pi­ne­ría

En Puer­to Patria­da, en la cos­ta nor­te del lago Epu­yén, eji­do de El Hoyo, ya emer­ge un desier­to ver­de de un pinar que­ma­do hace pocos años. Cre­cen 2.000 plan­ti­tas de pino por metro cua­dra­do, hacien­do casi impo­si­ble erra­di­car por medios mecá­ni­cos ese desier­to ver­de que avan­za sólo con las pla­gas. Ni un pája­ro, ni un hon­go, nada más vive, con­fir­man estu­dios cien­tí­fi­cos. Ese hori­zon­te ya pro­ba­do le espe­ra a bue­na par­te de las plan­ta­cio­nes que­ma­das esta temporada.

A fines del año pasa­do una tor­men­ta eléc­tri­ca ori­gi­nó el fue­go en el área rural cer­ca­na a Lon­co­pué (Neu­quén), avi­só un pobla­dor que bus­ca­ba sus ani­ma­les ahu­yen­ta­dos por el humo. Ardie­ron 760 hec­tá­reas de la Cor­po­ra­ción Fores­tal Neu­quén (CORFONE), esta­tal. Allí se regis­tró tor­men­ta eléc­tri­ca de ceni­zas, fenó­meno poco fre­cuen­te que se da en incen­dios de mucha seve­ri­dad, pre­ci­só un inves­ti­ga­dor refe­ren­te para la Patagonia.

El 17 de enero sobre el río Alto Chu­but, un incen­dio afec­tó 3.000 hec­tá­reas (según INTA) inclu­yen­do la fores­ta­ción de pino pon­de­ro­sa de la Coope­ra­ti­va de Obras y Ser­vi­cios Públi­cos, Socia­les y Vivien­da de El Bol­són (Coope­tel Ltda). A dos días de fina­li­za­do, se ini­ció otro en el barrio Mira­dor que se expan­dió por Cues­ta del Ter­ne­ro don­de que­mó plan­ta­cio­nes de pri­va­dos y de la esta­tal Empre­sa Fores­tal SA (EMFORSA), que ya habían sufri­do incen­dios hace diez años. En un momen­to, un rayo habría ori­gi­na­do un foco en el cua­dro Pues­to Cha­pa de la estan­cia El Mai­tén del gru­po Benet­ton, como infor­mó el Ser­vi­cio Pro­vin­cial de Lucha con­tra Incen­dios Fores­ta­les (SPLIF) en sus reportes.

Ese fren­te per­ma­ne­ció con­te­ni­do pero acti­vo en el extre­mo oes­te, como corro­bo­ra­mos en una reco­rri­da a fines de febre­ro con tes­ti­mo­nios e imá­ge­nes sate­li­ta­les de inves­ti­ga­do­res inde­pen­dien­tes. Se man­tu­vo y reac­ti­vó con fuer­za des­de las fores­ta­cio­nes de Esta­ble­ci­mien­to Mallín Cumé SA y Estan­cia El Boque­te (en RN) el 7 de mar­zo, des­pla­zán­do­se al sur del para­le­lo hacia Bue­nos Aires Chi­co y El Mai­tén. El inge­nie­ro Gui­ller­mo Tam­bu­ri­ni Beli­veau, doc­tor en geo­má­ti­ca e inves­ti­ga­dor del Gru­po ESTEPES (CIT San­ta Cruz – CONICET), ana­li­zó imá­ge­nes sate­li­ta­les que con­fir­man la simul­ta­nei­dad de los focos des­de el inte­rior de los pina­res de pro­pie­da­des pri­va­das en Río Negro.

Gol­cu Invest­ment SA, radi­ca­da en Uru­guay, ins­cri­bió en 1986 una filial en la Argen­ti­na con la que com­pró cua­tro frac­cio­nes que suman casi 6.000 hec­tá­reas. Luciano Car­los Cie­za era el admi­nis­tra­dor. En 2005 se disol­vió la fir­ma y las pro­pie­da­des pasa­ron a Mallín Cumé SA, con Cie­za como pre­si­den­te. Pocos kiló­me­tros al sur está el esta­ble­ci­mien­to del mis­mo nom­bre, que en 2015 con­si­guió una auto­ri­za­ción esta­tal de uso de agua del arro­yo Blan­co para sis­te­ma­ti­zar 80 hec­tá­reas de malli­nes cer­ca de El Mai­tén. Cie­za vie­ne del mun­do de las finan­zas, según docu­men­ta­ción del Ban­co Cen­tral que acre­di­ta inves­ti­ga­cio­nes por irre­gu­la­ri­da­des en Inter­bo­nos Capi­tal Mar­kets SA y Com­pa­ñía Finan­cie­ra Argen­ti­na SA, don­de era socio minoritario.

Ade­más inte­gró los direc­to­rios de la agro­pe­cua­ria La Dehe­za SA y El Zono­te SA, dedi­ca­da a la admi­nis­tra­ción de bos­ques, fores­ta­ción y refo­res­ta­ción de tie­rras e ins­ta­la­ción y explo­ta­ción de ase­rra­de­ros, entre otros obje­tos. Aun­que su inser­ción en el con­flic­to por el con­trol del terri­to­rio se advier­te en su con­di­ción de pre­si­den­te de Lago Vin­ter SA, fir­ma pro­pie­ta­ria del cam­po y lod­ge de pes­ca en Chu­but del gru­po bel­ga BURCO.

En Río Negro es vecino de la estan­cia El Boque­te pro­pie­dad de Die­go Gui­ller­mo Pedro Klöck­ner, direc­ti­vo de Deka­print SA. Atra­ve­sa­do por el arro­yo Pan­ta­no­so, El Boque­te en 1998 plan­tó casi 400 hec­tá­reas de pino pon­de­ro­sa, pro­po­nién­do­se lle­gar a 10.000, pro­yec­to ini­cia­do por la Empre­sa Fores­tal Bari­lo­che S.A., fir­ma de la Coope­ra­ti­va de Elec­tri­ci­dad de Bari­lo­che (CEB).

En toda la Cues­ta hay otras fores­ta­cio­nes de menor enver­ga­du­ra, plan­ta­cio­nes sin pro­yec­to indus­trial que lo jus­ti­fi­quen, prác­ti­cas empre­sa­ria­les total­men­te sub­si­dia­das por el Esta­do que casi no gene­ran pues­tos de tra­ba­jo; com­bo que el acti­vis­mo social crí­ti­co lla­ma “mega­pi­ne­ría”. El incen­dio en ese fren­te arra­só con el terri­to­rio de la lof Kellu­ve, que sola­men­te sal­vó las rukas. Pocos kiló­me­tros al este, Nés­tor Anti­cu­ra vio lle­gar el fue­go en horas a la por­ción en la que vive des­de que su fami­lia fue des­alo­ja­da hace déca­das de la ocu­pa­ción tra­di­cio­nal. Ahí eli­mi­na­ron tri­ga­les para plan­tar pinos. Con el sue­lo aún calien­te ana­li­zó el papel de las fores­ta­cio­nes en la des­truc­ción de la natu­ra­le­za y el des­po­jo del wall­ma­pu (terri­to­rio ances­tral). Sos­tu­vo que el pue­blo mapu­che debe opo­ner­se a la con­ti­nui­dad de la fores­ta­ción, una de las for­mas del extrac­ti­vis­mo, en tes­ti­mo­nio que cir­cu­ló por las redes sociales.

Negli­gen­cia empre­sa­rial, ampa­ro estatal

“Este incen­dio demos­tró los alcan­ces de la inva­sión del pino sobre el eco­sis­te­ma nati­vo, hacien­do que ni las rutas sir­vie­ran como cor­ta­fue­gos. La fal­ta de raleo y man­te­ni­mien­to de las plan­ta­cio­nes favo­re­ció la velo­ci­dad del fue­go que, ade­más, tomó las copas pro­pa­gán­do­se por arri­ba. Una plan­ta­ción bien man­te­ni­da hace que el fue­go corra por aba­jo, mien­tras el vien­to pasa por enci­ma de la copa. Los pri­va­dos no asu­men nin­gún cos­to, es una acti­vi­dad total­men­te sub­ven­cio­na­da por el Esta­do”, indi­co en una pri­me­ra eva­lua­ción un inves­ti­ga­dor. Hay una ten­sión que no se dis­cu­te abier­ta­men­te entre la polí­ti­ca de pro­mo­ción fores­tal y la de defen­sa del bos­que nati­vo, añadió.

El incen­dio Radal/​Golondrinas con­su­mió en tres horas la mis­ma super­fi­cie que el de Cues­ta del Ter­ne­ro en tres sema­nas, lo que se expli­ca tan­to por las con­di­cio­nes cli­má­ti­cas extre­mas (vien­tos, sequía, altas tem­pe­ra­tu­ras que carac­te­ri­zan el cam­bio cli­má­ti­co) como por los pina­res de exó­ti­cas. “El bos­que nati­vo se que­ma, el eco­sis­te­ma acu­mu­la com­bus­ti­ble y cícli­ca­men­te se que­ma y renue­va, pero de otra mane­ra”, insis­tió un biólogo.

El mis­mo fue­go gene­ra sus con­di­cio­nes de pro­pa­ga­ción, de acuer­do a su mate­rial com­bus­ti­ble y las con­di­cio­nes cli­má­ti­cas. En este caso, se regis­tra­ron explo­sio­nes y lla­mas que los exper­tos cali­fi­can como tor­men­tas de fue­go. Un aná­li­sis pos­te­rior deter­mi­na­rá la seve­ri­dad de estos incen­dios. Cuan­do es rápi­do a baja tem­pe­ra­tu­ra actúa de un modo; cuan­do es len­to cal­ci­na, este­ri­li­za la capa supe­rior del sue­lo matan­do micro­fau­na y micro­flo­ra. En ese caso es muy difí­cil de recu­pe­rar, expli­có el experto.

Cor­ti­nas de humo

Nume­ro­sas cau­sas judi­cia­les se abrie­ron a raíz de estos incen­dios y la pro­tes­ta social a las polí­ti­cas públi­cas que los atra­vie­san, cuyos expe­dien­tes mere­cen un segui­mien­to y deba­te. La pena­li­za­ción a seis turis­tas que hicie­ron un asa­do en el barrio Mira­dor, que supues­ta­men­te ini­ció foco en Cues­ta del Ter­ne­ro, no pue­de exi­mir a Mallín Cumé y Estan­cia El Boque­te por la ausen­cia sis­te­má­ti­ca de los tra­ba­jos en las plan­ta­cio­nes, por los que reci­bie­ron sub­si­dios acre­di­ta­dos en regis­tros públi­cos. Ellos solos pro­me­ten, al mediano pla­zo, por lo menos mil hec­tá­reas de desier­to ver­de, según la super­fi­cie iden­ti­fi­ca­da por el INTA sobre imá­ge­nes sate­li­ta­les del 16 de marzo.

Ade­más, si sólo la natu­ra­le­za apa­ga incen­dios como éstos, si no hay equi­pa­mien­to ni tec­no­lo­gía capaz de con­tro­lar­los –como insis­ten los espe­cia­lis­tas – , el Esta­do debe tra­ba­jar antes con el con­jun­to de la socie­dad, no con­fron­tar­la en medio de la devas­ta­ción. Los cuer­pos espe­cia­les de com­ba­te con­tra incen­dios no saben tra­ba­jar en diá­lo­go con la pobla­ción direc­ta­men­te afec­ta­da, cuya exi­gen­cia téc­ni­ca requie­re tam­bién de espa­cios de for­ma­ción e infor­ma­ción pre­vios. El Esta­do des­con­fía de todo acto de auto­no­mía popu­lar, como se vio en El Bol­són cuan­do el muni­ci­pio cues­tio­nó al movi­mien­to de bri­ga­dis­tas auto­con­vo­cadxs. Ese males­tar y ten­sión se reavi­va­ron en Pue­lo y El Hoyo, el mis­mo espa­cio social y polí­ti­co de El Bol­són. El para­le­lo 42° sola­men­te divi­de las res­pon­sa­bi­li­da­des ins­ti­tu­cio­na­les de Ara­be­la Carre­ras (gober­na­do­ra de Río Negro) y de Mariano Arcio­ni (Chu­but).

* Volun­ta­rixs de Villa La Angos­tu­ra y Bari­lo­che apor­ta­ron las foto­gra­fías. Javier Gros­so, geó­gra­fo inves­ti­ga­dor de la UNC reali­zó la car­to­gra­fía. Las ubi­ca­cio­nes y alcan­ces de los incen­dios son recons­truc­cio­nes apro­xi­ma­das a par­tir de rela­tos de pobla­do­res ya que al cie­rre no había nin­gún mapa ofi­cial actua­li­za­do de acce­so público.

FUENTE: El cohe­te a la luna

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