Perú. «La revo­lu­ción y la tie­rra»: Canal del Esta­do no debe dar che­que en blan­co a censuradores

Móni­ca Del­ga­do /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 2 de abril de 2021

La noti­cia de que el canal del Esta­do, TV Perú, había repro­gra­ma­do a pedi­do de algu­nos usua­rios la emi­sión del docu­men­tal La Revo­lu­ción y la tie­rra (2019) del cineas­ta Gon­za­lo Bena­ven­te, moti­vó diver­sos comen­ta­rios sobre el tipo de cen­su­ra o de impo­si­cio­nes que se siguen pasan­do por agua tibia. Aflo­ró el temor con­ser­va­dor a que la his­to­ria del país se conoz­ca, a que la gen­te se infor­me y tome sus pro­pias deci­sio­nes, en tiem­pos de Iver­mec­ti­na y fake news.

Aún el canal no se ha pro­nun­cia­do, sin embar­go, como cons­ta en las redes socia­les de la pelí­cu­la, se habría jus­ti­fi­ca­do el cam­bio de fecha debi­do al pro­ce­so elec­to­ral, ya que se iba a pasar en estreno tele­vi­si­vo este domin­go 4 de abril y se pasó para el 18, en el pro­ba­ble con­tex­to de la segun­da vuel­ta. Es decir, un film que con­tras­ta diver­sas per­cep­cio­nes sobre la figu­ra de Juan Velas­co Alva­ra­do y la refor­ma agra­ria, entre ellas la de Anto­nio Zapa­ta, Hugo Nei­ra o Jai­me de Althaus, es vis­to como peli­gro­so o inopor­tuno en medio de un con­tex­to elec­to­ral y a días de ir a las urnas.

Ante el anun­cio por par­te de la mis­ma pro­duc­to­ra de que se iba a pasar el film en el canal esta­tal el 4 de abril, el expre­mier Pedro Cate­riano indi­có en su cuen­ta de Twit­ter que: “Cuan­do ocu­pé la PCM man­tu­ve el mane­jo neu­tral de TV Perú. No orde­né ata­ques, mani­pu­la­ción de la infor­ma­ción o la divul­ga­ción de pro­gra­mas ses­ga­dos polí­ti­ca­men­te. ¿Es opor­tuno que en la rec­ta final de la cam­pa­ña elec­to­ral se trans­mi­ta «La Revo­lu­ción y la Tierra»?”.

Por su par­te, el perio­dis­ta Augus­to Álva­rez Rodrich dijo en su cuen­ta de Twit­ter sobre esta emi­sión que “poner­lo en la TV esta­tal en los días elec­to­ra­les cons­ti­tu­ye un des­atino que es mejor corre­gir, pues pue­de afec­tar no solo la per­cep­ción de neu­tra­li­dad de @tvperupe sino (de) un gran film”.

Ambos men­cio­nan como argu­men­to para que el film no se pase el 4 de abril el prin­ci­pio de “neu­tra­li­dad”.

Comu­ni­ca­do de los pro­duc­to­res del docu­men­tal (Face­book).

Según el Decre­to Supre­mo N° 199‑2020-PCM, que esta­ble­ce la neu­tra­li­dad elec­to­ral como de cum­pli­mien­to obli­ga­to­rio, se seña­la que está prohi­bi­do, entre otros pun­tos, hacer uso inde­bi­do de bie­nes y recur­sos públi­cos a favor o en con­tra de par­ti­dos polí­ti­cos o can­di­da­tos, obs­truir el dere­cho a la infor­ma­ción públi­ca y hacer uso inde­bi­do de la infor­ma­ción a la que acce­den por su car­go, o influir polí­ti­ca­men­te en los ciu­da­da­nos o en el per­so­nal a su car­go uti­li­zan­do su posición.

Según lo esti­pu­la­do, la emi­sión del docu­men­tal no esta­ría afec­tan­do la neutralidad.

No hay can­di­da­tos entre los entre­vis­ta­dos, y no hay rela­ción algu­na entre lo que apa­re­ce en el film y algún par­ti­do polí­ti­co. Más bien opi­nio­nes de estas per­so­nas dejan en evi­den­cia el deseo de impo­ner qué es lo que sí se debe ver o no en el canal del Esta­do. Esta afir­ma­ción sin sus­ten­to rati­fi­ca que en este país las opor­tu­ni­da­des de ver cine peruano están supe­di­ta­das al gus­to o vis­to bueno de algu­nos pocos. Bas­ta la que­ja de unos cuán­tos para que se defi­na qué es lo que pode­mos ver y no, y cuándo. 

No pode­mos olvi­dar que cuan­do Cate­riano fue minis­tro de Defen­sa apo­yó en 2015 a la pro­duc­ción de la obra tea­tral La Cau­ti­va, que esta­ba sien­do inves­ti­ga­da por la Direc­ción con­tra el Terro­ris­mo (Dir­co­te) por apo­lo­gía a Sen­de­ro Lumi­no­so, y sus­cri­bió el comu­ni­ca­do del Minis­te­rio de Cul­tu­ra, en el cual se indi­ca­ba que tra­ta­ba de una «repre­sen­ta­ción fic­cio­nal, ins­pi­ra­da en un hecho que for­ma par­te de nues­tra his­to­ria reciente».

En aquel enton­ces Cate­riano dijo en sus redes que La Cau­ti­va es sola­men­te una mani­fes­ta­ción artís­ti­ca». ¿Por qué La Revo­lu­ción y la tie­rra no pue­de ser vis­ta tam­bién como una mani­fes­ta­ción artís­ti­ca, como un docu­men­to sobre nues­tra his­to­ria? ¿Por qué ese cam­bio de pen­sa­mien­to? ¿Por qué las emi­sio­nes de las misas del Arzo­bis­pa­do o Te deum en la tele­vi­sión públi­ca, que debe­ría ser lai­ca, no des­pier­tan el mis­mo estu­por? ¿Por qué lo polí­ti­co se redu­ce al perio­do elec­to­ral, por­que si exis­ten los cues­tio­na­mien­tos a la TV perua­na solo apa­re­cen por conveniencia?

Pero, este deseo de con­tro­lar las posi­bi­li­da­des del cine como expan­sión del diá­lo­go y cono­ci­mien­to de la his­to­ria del país o de la actua­li­dad, no es nue­vo. Es más, creo que vivi­mos en cons­tan­te lucha con­tra las can­ce­la­cio­nes y cen­su­ras. Lo vivió Sin Vagi­na me Mar­gi­nan de Wes­ley Verás­te­gui, lo vivió Hugo Blan­co Río Pro­fun­do, de la cineas­ta Male­na Mar­tí­nez Cabre­ra, o inclu­so Mi cuer­pa, mi reglas, una serie que ni siquie­ra existe.

¿Qué men­sa­je da el Esta­do con esta repro­gra­ma­ción de La Revo­lu­ción y la tie­rra? Me pre­gun­to qué va a pasar con esas 200 mil fir­mas en con­tra de un pilo­to de serie, que evi­den­cia la dic­ta­du­ra del “no me gus­ta” de algu­nos misó­gi­nos. Es peli­gro­so y debe ser tema de aler­ta ciu­da­da­na deman­dar al esta­do prio­ri­zar las liber­ta­des ante todo: de expre­sión, de crea­ción y de acce­so a la infor­ma­ción, sino se pen­sa­rá que unos pocos tie­nen la potes­tad de ser oídos en sus pre­jui­cios y creencias.

Revi­sé las redes socia­les y pági­na de TV Perú, y no vi anun­cio alguno del film. Si lo tenían pro­gra­ma­do des­de hace meses, ¿ya no lo que­rían difun­dir? Podría pen­sar que ante el usual mal­tra­to de las exhi­bi­do­ras que pro­gra­man cine peruano un mar­tes a las 13 horas, don­de nadie va, tam­bién el Esta­do pro­ce­de a emplear méto­dos de invi­si­bi­li­za­ción del cine que el mis­mo esta­do finan­cia con recur­sos públi­cos. Es deber del esta­do abrir las puer­tas a los films para que la ciu­da­da­nía los conoz­ca, los dis­cu­ta y valore.

Por ello, esta es una opor­tu­ni­dad para que se apli­quen de una vez polí­ti­cas de difu­sión del cine peruano en el canal esta­tal, con adqui­si­cio­nes de lar­gos y cor­to­me­tra­jes, en pro­gra­ma­cio­nes sos­te­ni­bles, más aún en tiem­po de pan­de­mia. El año pasa­do hubo una par­ti­da para adqui­rir con­te­ni­dos, pero este año ya no hay. Qui­zás la reali­dad es que tam­po­co haya dine­ro para hacer sim­ples flyers, reels o avi­sos para pro­mo­ver el cine peruano en las redes socia­les públi­cas, y es mejor pasar pelí­cu­las en el silencio.

FUENTE: Way​ka​.pe

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