Mála­ga: Con­de­nan a un guar­dia civil y dos poli­cías loca­les por una denun­cia fal­sa de agre­sión y fal­si­fi­car un atestado

El Tri­bu­nal Supe­rior de Jus­ti­cia de Anda­lu­cía (TSJA) ha rati­fi­ca­do la con­de­na impues­ta por la Audien­cia de Mála­ga a un guar­dia civil y a dos poli­cías loca­les por fal­si­fi­car un ates­ta­do sobre una agre­sión al guar­dia y denun­ciar de for­ma fal­sa a un hom­bre como res­pon­sa­ble de la mis­ma. Así, se recha­zan los recur­sos de ape­la­ción pre­sen­ta­dos por las defen­sas de los acusados.

Según se decla­ró pro­ba­do por la Audien­cia de Mála­ga y cons­ta en la sen­ten­cia del alto Tri­bu­nal anda­luz, a la que ha teni­do acce­so Euro­pa Press, la patru­la de la Guar­dia Civil, for­ma­da por el acu­sa­do y un com­pa­ñe­ro, esta­ba jun­to al recin­to ferial del muni­ci­pio de Coín, don­de se halla­ban tam­bién los otros dos pro­ce­sa­dos, como poli­cías locales.

Así, la víc­ti­ma esta­ba en el inte­rior de su vehícu­lo –que tenía el motor apa­ga­do – , en esta­do de embria­guez, diri­gién­do­se al mis­mo los cua­tro agen­tes de la auto­ri­dad para iden­ti­fi­car­lo, a lo que este se negó, insul­tán­do­los. Cuan­do los agen­tes de la Poli­cía Local le requi­rie­ron que se some­tie­ra a la prue­ba de alcoho­le­mia, les dijo que no lo hacía.

Enton­ces, fue engri­lle­ta­do por el guar­dia civil con­de­na­do, el cual, «de for­ma volun­ta­ria, se gol­peó con­tra el cris­tal del auto­mó­vil del dete­ni­do, auto­le­sio­nán­do­se, para des­pués tirar­se del polo del uni­for­me que lle­va­ba has­ta rom­per­lo», tras lo que se diri­gió a la víc­ti­ma «y le dijo: ‘Esto me lo has hecho tú’», todo ello en pre­sen­cia de los otros tres agentes.

Según la sen­ten­cia, el guar­dia civil con­du­jo al hom­bre al pues­to de Coín en cali­dad de dete­ni­do como supues­to a autor de los deli­tos de aten­ta­do a agen­te de la auto­ri­dad, resis­ten­cia y des­obe­dien­cia, com­pa­re­cien­do ese mis­mo día y, «fal­tan­do deli­be­ra­da­men­te a la ver­dad, hizo cons­tar que el arres­ta­do le había agre­di­do, gol­peán­do­le la cabe­za con­tra su automóvil».

Por su par­te, los agen­tes de la Poli­cía Local acu­sa­dos «fir­ma­ron la com­pa­re­cen­cia ini­cial que dio ori­gen al ates­ta­do, corro­bo­ran­do los hechos rela­ta­dos por el guar­dia civil» y, pos­te­rior­men­te, ese mis­mo día, ela­bo­ra­ron un ates­ta­do por un pre­sun­to deli­to con­tra la segu­ri­dad vial «con igual­men­te des­pre­cio a la ver­dad», seña­la la resolución.

Así, estos dos poli­cías loca­les «hicie­ron cons­tar, sien­do fal­so, que el encau­sa­do había cogi­do del cue­llo al guar­dia civil, gol­peán­do­le la cabe­za con­tra el cris­tal tra­se­ro del vehícu­lo, lesio­nán­do­lo. Por estos hechos, los tres fue­ron con­de­na­dos como auto­res de un deli­to de fal­si­fi­ca­ción docu­men­tal y de un deli­to de denun­cia falsa.

La Sala de Mála­ga le impu­so al agen­te de la Guar­dia Civil la pena de tres años de pri­sión, mul­ta de seis meses con cuo­ta dia­ria de diez euros; es decir, el pago de 1.800 euros, e inha­bi­li­ta­ción espe­cial para ejer­cer el car­go de agen­te de la auto­ri­dad por tiem­po de dos años, por el pri­mer deli­to; y mul­ta de 12 meses con cuo­ta dia­ria de diez euros (3.600 euros) por el segundo.

En cuan­to a los dos poli­cías loca­les, se les impu­so a cada uno la pena de dos años de pri­sión, mul­ta de seis meses con cuo­ta dia­ria de diez euros (1.800 euros); e inha­bi­li­ta­ción espe­cial para ejer­cer el car­go de agen­te de la auto­ri­dad por tiem­po de dos años, por el pri­mer deli­to; y el pago de una mul­ta de 3.600 euros de cuan­tía por el segundo.

Según el TSJA, el tri­bu­nal pro­vin­cial reali­zó un aná­li­sis com­pa­ra­ti­vo de cre­di­bi­li­dad y le dio «cré­di­to sufi­cien­te a la ver­sión incul­pa­to­ria, lle­gan­do a la con­clu­sión de la reali­dad de los dis­tin­tos hechos impu­tados» a los agen­tes, median­te una apre­cia­ción pro­ba­to­ria «per­fec­ta­men­te razo­na­ble, con­cre­ta y sufi­cien­te­men­te moti­va­da y no des­pro­vis­ta de pau­tas obje­ti­vas de valoración».

En la sen­ten­cia de ape­la­ción se seña­la que la ver­sión de los hechos que dan los acu­sa­dos «es obje­ti­va­men­te increí­ble; mien­tras que, por el con­tra­rio, la diná­mi­ca del cabe­za­zo con­tra la ven­ta­ni­lla es per­fec­ta­men­te con­gruen­te con unas lesio­nes auto­in­fli­gi­das, aun­que esa con­duc­ta auto­le­si­va habría sido más espe­ra­ble por par­te del dete­ni­do que no del agen­te que le detuvo».

El alto Tri­bu­nal anda­luz entien­de que las defen­sas «no son capa­ces de pro­por­cio­nar en sus res­pec­ti­vos recur­sos datos o ele­men­tos de hecho que pudie­ran reve­lar una valo­ra­ción arbi­tra­ria del tri­bu­nal de pri­me­ra ins­tan­cia ni argu­men­tos para poner seria­men­te en entre­di­cho la racio­na­li­dad de su moti­va­ción pro­ba­to­ria, en tér­mi­nos tales que demues­tren obje­ti­va­men­te el cla­ro error que exigen».

Así, la Sala de ape­la­ción entien­de que la prue­ba de car­go prac­ti­ca­da «per­mi­tía al de ins­tan­cia alcan­zar la con­vic­ción racio­nal de que los acu­sa­dos rea­li­za­ron los hechos obje­to de acu­sa­ción sin mar­gen de duda razo­na­ble», sien­do correc­to el tipo delic­ti­vo, la indi­vi­dua­li­za­ción de la pena, recha­zan­do, por tan­to, los recur­sos de mane­ra íntegra.

Fuen­te: Euro­pa Press

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