Groenlandia: Gana la izquierda independentista y ecologista que rechaza gran proyecto minero

Groen­lan­dia: Gana la izquier­da inde­pen­den­tis­ta y eco­lo­gis­ta que recha­za gran pro­yec­to minero

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Los resul­ta­dos de las elec­cio­nes anti­ci­pa­das legi­la­ti­vas y muni­ci­pa­les en Groen­lan­dia cele­bra­das ayer han dado un tum­bo a la hege­mo­nía polí­ti­ca de la isla, dan­do la vic­to­ria al par­ti­do de izquier­das Inuit Ata­qa­ti­giit (IA). Socia­lis­ta, eco­lo­gis­ta y par­ti­da­rio de la inde­pen­den­cia de Groen­lan­dia –terri­to­rio autó­no­mo de Dina­mar­ca – , IA se ha impues­to con un 36,6% de los votos, once pun­tos por­cen­tua­les más que en los comi­cios de 2018 y sie­te pun­tos por enci­ma del social­de­mó­cra­ta Siu­mut, que ha lide­ra­do todos los gobier­nos des­de que la isla con­si­guió la auto­no­mía en 1979, excep­to uno.

El prin­ci­pal caba­llo de bata­lla de la cam­pa­ña de IA ha sido su recha­zo fron­tal al pro­yec­to mine­ro de Kuan­ner­suit (Kva­nef­jeld en danés), tema estre­lla de estas elec­cio­nes y cau­sa prin­ci­pal de la con­vo­ca­to­ria anti­ci­pa­da. El hecho de ser uno de los terri­to­rios más afec­ta­dos por las con­se­cuen­cias inme­dia­tas del calen­ta­mien­to cli­má­ti­co ha lle­va­do a IA a opo­ner­se a la explo­ta­ción mine­ra de ese yaci­mien­to, una de las mayo­res reser­vas del mun­do. Así, la vic­to­ria de la for­ma­ción de izquier­das deja en el aire el futu­ro de esta enor­me y con­tro­ver­ti­da mina del sur de la isla, que tie­ne el poten­cial de con­ver­tir­se en el mayor pro­duc­tor occi­den­tal de tie­rras raras. Este yaci­mien­to, ubi­ca­do a pocos kiló­me­tros de Nar­saq, es el segun­do más gran­de del mun­do de tie­rras raras, y tam­bién alber­ga enor­mes can­ti­da­des de ura­nio. Esto es lo que ha divi­di­do a la pobla­ción groen­lan­de­sa, entre quie­nes prio­ri­zan el desa­rro­llo eco­nó­mi­co y los que aler­tan de que la extrac­ción de ura­nio con­lle­va­ría ries­gos dema­sia­do ele­va­dos para la isla y sus 56.000 habitantes.

El gru­po aus­tra­liano Green­land Mine­rals –cuyo prin­ci­pal accio­nis­ta es la empre­sa chi­na Shenghe– con­si­guió la licen­cia de explo­ra­ción del yaci­mien­to en 2007, y está pen­dien­te de la luz ver­de de las auto­ri­da­des loca­les para empe­zar a explo­tar la mina, lo que debe­rá deci­dir el pró­xi­mo Eje­cu­ti­vo. Inuit Ata­qa­ti­giit ha ase­gu­ra­do duran­te la cam­pa­ña elec­to­ral que, si gobier­na, para­rá el proyecto.

Aho­ra debe­rán empe­zar las nego­cia­cio­nes para for­mar el gobierno autó­no­mo, ya que IA ha con­se­gui­do 12 esca­ños y nece­si­ta sumar 16 para tener mayo­ría en el Par­la­men­to, for­ma­do por 31 dipu­tados. Los medios loca­les apun­tan a que otro par­ti­do inde­pen­den­tis­ta (Nale­raq), que ha logra­do 4 esca­ños, pue­de ser un socio via­ble, tenien­do en cuen­ta que tam­bién es un fir­me defen­sor de la inde­pen­den­cia de Groen­lan­dia y se opo­ne a la extrac­ción de uranio.

Así en la opo­si­ción que­da­ría el social­de­mó­cra­ta Siu­mut, que ha man­te­ni­do los 10 esca­ños de la últi­ma legis­la­tu­ra; el socio­li­be­ral Demo­kraa­tit, con cua­tro, y el libe­ral Atas­sut, con dos. Los resul­ta­dos dejan fue­ra a Nunat­ta Qitor­nai, socio mino­ri­ta­rio del ante­rior Eje­cu­ti­vo, y a Samar­bejds­par­tiet, par­ti­da­rio de man­te­ner la unión con el Rei­no danés.

El deba­te alre­de­dor de Kuan­ner­suit está liga­do direc­ta­men­te al deba­te sobre la inde­pen­den­cia de la isla, anti­gua colo­nia de Dina­mar­ca. En 2009, el Par­la­men­to danés dio luz ver­de al nue­vo Esta­tu­to de Auto­no­mía de Groen­lan­dia, que reco­no­ce el dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción y otor­ga al Gobierno de Nuuk las com­pe­ten­cias sobre áreas estra­té­gi­cas como la ges­tión de sus recur­sos natu­ra­les, entre ellos la explo­ta­ción mine­ra, que se ha iden­ti­fi­ca­do como esen­cial para lograr la auto­su­fi­cien­cia eco­nó­mi­ca. En estos momen­tos, apro­xi­ma­da­men­te la mitad del pre­su­pues­to públi­co de Groen­lan­dia depen­de de la sub­ven­ción anual de Dina­mar­ca, de más de 500 millo­nes de euros, lo que hace invia­ble una inde­pen­den­cia a cor­to pla­zo, pese a que una gran mayo­ría de los groen­lan­de­ses aspi­ra a conseguirla.

Fuen­tes: La Van­guar­dia /​Le Mon­de

Francisco Vílchez

Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.

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