Argen­ti­na. Visi­tas inconducentes

Por Ati­lio A. Boron, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 15 de abril de 2021

La lle­ga­da de tres altos fun­cio­na­rios del gobierno de Esta­dos Uni­dos a la Argen­ti­na des­ató un torren­te de espe­cu­la­cio­nes en los medios de pren­sa hege­mó­ni­cos. La sali­da del Gru­po de Lima por par­te del gobierno de Alber­to Fer­nán­dez y la incur­sión de un sub­ma­rino esta­dou­ni­den­se con arma­men­to nuclear en aguas del Atlán­ti­co Sur y el cre­cien­te beli­cis­mo del gobierno de Boris John­son en las Islas Mal­vi­nas, cues­tio­nes ambas que mere­cie­ron enér­gi­cas pro­tes­tas de la Can­ci­lle­ría, moti­va­ron que algu­nos de los opi­nó­lo­gos del esta­blish­ment mani­fes­ta­ran que Washing­ton des­pa­chó a sus envia­dos con el obje­to de exi­gir una rec­ti­fi­ca­ción del rum­bo del gobierno nacio­nal. En pocas pala­bras, que la Casa Rosa­da rede­fi­nie­ra a la baja su gra­do de vin­cu­la­ción con Chi­na y que se can­ce­la­ra defi­ni­ti­va­men­te la visi­ta Alber­to Fer­nán­dez a Chi­na para reu­nir­se con Xi Jin­ping, pos­ter­ga­da a cau­sa de la pandemia.

Algún ana­lis­ta leyó entre líneas lo que pudo haber­se dis­cu­ti­do con los visi­tan­tes y con­clu­yó que “Alber­to Fer­nán­dez mues­tra que pre­fie­re que­dar mal con los chi­nos, lo cual es impor­tan­te en rela­ción con la even­tua­li­dad de un acuer­do con el Fon­do.” Es evi­den­te que aque­llos envia­dos vinie­ron a exi­gir cam­bios, pero de ahí a que la Argen­ti­na deci­da enfriar sus rela­cio­nes con Chi­na hay un gran paso.

Sue­len seña­lar­se dos temas can­den­tes que habrían esta­do en la agen­da de los visi­tan­tes: la cons­truc­ción en Tie­rra del Fue­go de una base de apro­vi­sio­na­mien­to logís­ti­co de naves que se diri­jan a la Antár­ti­da o que inten­ten uti­li­zar el paso bio­ceá­ni­co en caso de un inci­den­te que pro­vo­que el cie­rre del Canal de Pana­má. La preo­cu­pa­ción de Washing­ton es que esa base la cons­tru­ya (o la con­tro­le) Chi­na, cosa que reite­ra­da­men­te des­car­tó la Casa Rosa­da. Pero la Casa Blan­ca exi­ge más aca­ta­mien­to a sus exi­gen­cias ante quien no sólo es un rival comer­cial sino un “enemi­go”, según diver­sos docu­men­tos ofi­cia­les. El otro tema tie­ne que ver con la mal lla­ma­da Hidro­vía, que supues­ta­men­te que­rría admi­nis­trar el gigan­te asiá­ti­co. Difí­cil sub­es­ti­mar la impor­tan­cia de este tema dado que por el Para­ná tran­si­ta el 80 por cien­to de las expor­ta­cio­nes de nues­tro país. Pero se equi­vo­can quie­nes ase­gu­ran que el gobierno nacio­nal pos­ter­ga­ría la lici­ta­ción y deja­ría en manos de la Orga­ni­za­ción para la Coope­ra­ción y el Desa­rro­llo Eco­nó­mi­cos (OCDE) el con­trol de ese corre­dor flu­vial. Lo que el gobierno hizo, en cam­bio, es algo bien dife­ren­te: soli­ci­tar a la OCDE la cer­ti­fi­ca­ción de la trans­pa­ren­cia de la lici­ta­ción inter­na­cio­nal, a la cual se pre­sen­ta­rán gran­des empre­sas de varios paí­ses euro­peos y de Chi­na. Esto, ade­más, en el mar­co de un pro­ce­so de cre­cien­te arti­cu­la­ción del esta­do nacio­nal con los gobier­nos de las pro­vin­cias ribe­re­ñas para moni­to­rear y fis­ca­li­zar todo lo que acon­te­ce en la Hidro­vía que inclu­ye, entre otras cosas, el deli­ca­do e impos­ter­ga­ble asun­to de qué hacer con los puer­tos pri­va­dos ins­ta­la­dos a ori­llas del Paraná.

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La visi­ta del jefe del Coman­do Sur, Craig Faller (a pun­to de fina­li­zar su man­da­to) a la Argen­ti­na y el Uru­guay reve­la los alcan­ces de la obse­si­va preo­cu­pa­ción de Washing­ton por opo­ner­se ‑y de ser posi­ble rever­tir- la cre­cien­te influen­cia eco­nó­mi­ca y polí­ti­ca de Chi­na en Suda­mé­ri­ca. Lo mis­mo cabe decir de la que días más tar­de efec­tua­ron el colom­bo-esta­dou­ni­den­se Juan Gon­zá­lez (foto), encar­ga­do del Hemis­fe­rio Occi­den­tal en el Con­se­jo Nacio­nal de Segu­ri­dad, quien vino acom­pa­ña­do por Julie Chung, sub­se­cre­ta­ria inte­ri­na de la Ofi­ci­na de Asun­tos del Hemis­fe­rio Occi­den­tal del Depar­ta­men­to de Esta­do. En su encuen­tro con el pre­si­den­te habla­ron menos de cues­tio­nes mili­ta­res enfo­cán­do­se sobre todo en la gue­rra comer­cial que Washing­ton libra con­tra Bei­jing, en la vana espe­ran­za de que el gobierno argen­tino tome abier­ta­men­te par­ti­do por los Esta­dos Uni­dos o por las empre­sas de ese país. Tal cosa no está en los pla­nes del actual gobierno así como de cual­quier otro que en la región actúe con un míni­mo de sen­sa­tez. Si a Faller le des­ve­la la posi­bi­li­dad de que Chi­na ins­ta­le una base naval o con­tro­le un puer­to en el sur de Tie­rra del Fue­go, cosa que está fue­ra de cues­tión, a Gon­zá­lez y Chung les inquie­ta que la Argen­ti­na sea ten­ta­da por los avan­ces en la tec­no­lo­gía 5G de Chi­na y per­mi­ta que la empre­sa Hua­wei sea la encar­ga­da de ofre­cer­la en este país. Pero el pro­ble­ma de fon­do que nin­gu­na visi­ta pue­de resol­ver es la ven­ta­ja que Chi­na le sacó a Esta­dos Uni­dos en ésta y en otras ramas de la infor­má­ti­ca, asun­to sobre el cual exis­te un amplio con­sen­so entre los espe­cia­lis­tas. Y tam­po­co pue­den re-escri­bir la his­to­ria para hun­dir en el olvi­do el hecho de que cuan­do Argen­ti­na nece­si­ta­ba vacu­nas Chi­na y Rusia se las ofre­cie­ron y Esta­dos Uni­dos ‑y la Pfi­zer, para ser más explí­ci­tos- se las negó pese a que el nues­tro fue uno de los tres paí­ses (los otros fue­ron Esta­dos Uni­dos y Bra­sil) en don­de se ini­ció la ter­ce­ra fase de prue­bas de la vacu­na de esa empre­sa con 4.500 volun­ta­rios que fue­ron aten­di­dos en el Hos­pi­tal Mili­tar Cen­tral. Sin dudas que estos ante­ce­den­tes irrum­pie­ron en la con­ver­sa­ción del pre­si­den­te con los envia­dos estadounidenses.

En rela­ción a Faller, su via­je a Ushuaia fue pour la gale­rie por­que has­ta los por­te­ros del Coman­do Sur en el esta­do de Flo­ri­da saben que no hay bases nava­les, aero­na­va­les o mili­ta­res chi­nas en Lati­noa­mé­ri­ca. Sí saben que el Coman­do Sur regen­tea casi cien, poco más de la mitad de las cua­les en Cen­troa­mé­ri­ca y El Cari­be y algu­na de ellas encu­bier­tas como ins­ta­la­cio­nes de la DEA u obser­va­to­rios de la bio­di­ver­si­dad.Tam­po­co hay sub­ma­ri­nos Chi­na o de Rusia que sur­quen las aguas del Atlán­ti­co Sur. Pero Faller tenía que obser­var in situ el asun­to, y se dio el gusto.

De lo ante­rior se des­pren­de que es un grue­so error vati­ci­nar que el gobierno va a optar por “que­dar mal con los chi­nos.” Se podrán decir muchas cosas del pre­si­den­te Alber­to Fer­nán­dez, como de cual­quier otro, pero no se le cono­cen incli­na­cio­nes sui­ci­das. Chi­na es hoy la loco­mo­to­ra de la eco­no­mía mun­dial y el país que lle­va la delan­te­ra en las nue­vas tec­no­lo­gías infor­má­ti­cas y en la “Inter­net de las cosas”. Ade­más es gran com­pra­dor de pro­duc­tos argen­ti­nos mien­tras la Argen­ti­na tie­ne que pren­der una vela a cada san­to para con­cre­tar una misé­rri­ma ven­ta de 14.000 tone­la­das de limo­nes a Esta­dos Uni­dos, cuan­do aquí se pro­du­cen un millón y medio de tone­la­das anua­les. Por eso no sólo este gobierno “no que­da­rá mal con los chi­nos” sino que la diná­mi­ca de la eco­no­mía mun­dial hará que cada día más y más paí­ses se esme­ren por “que­dar bien” con ellos. Por­que, al fin y al cabo, los chi­nos no sólo comer­cian –acti­vi­dad que ellos inven­ta­ron y per­fec­cio­na­ron des­de el siglo XII- sino que ade­más tie­nen exce­den­tes para hacer gigan­tes­cas inver­sio­nes en paí­ses de Áfri­ca y Amé­ri­ca Lati­na, cosa que no están en con­di­cio­nes de hacer ni Esta­dos Uni­dos ni sus socios euro­peos, como lo reco­no­cie­ra hace poco tiem­po atrás Jimmy Car­ter. Por­que, dijo el expre­si­den­te, hemos des­pil­fa­rra­do nues­tro dine­ro en gue­rras cruen­tas e inú­ti­les, mien­tras que Chi­na se ponía a la cabe­za mun­dial en las nue­vas tec­no­lo­gías. Y aho­ra el mun­do es defi­ni­ti­va­men­te tri­po­lar, le gus­te o no a la Casa Blan­ca. Y des­de el pun­to de vis­ta eco­nó­mi­co Chi­na es muchí­si­mo más impor­tan­te para la Argen­ti­na que Esta­dos Uni­dos

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