Cuba. La Revo­lu­ción, con paso segu­ro, en manos jóvenes

Por Yuniel Laba­ce­na Rome­ro, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano /​Juventud Rebel­de /​16 de abril de 2021. 

En nom­bre de las nue­vas gene­ra­cio­nes que repre­sen­tan, inte­gran­tes del Buró Nacio­nal de la UJC hablan con madu­rez, des­en­fa­do y cari­ño de pre­sen­te y futu­ro, y de la orgu­llo­sa con­vic­ción que expe­ri­men­tan al saber­se segui­do­res de la orga­ni­za­ción mayor, siem­pre bajo el alien­to de Fidel, por­que el 8vo. Con­gre­so del Par­ti­do es tam­bién la cita «de cada joven que pien­sa como país y hace por Cuba»

En sus hijos, quie­nes comien­zan a des­per­tar­se ver­da­de­ra­men­te al mun­do y les que­da por delan­te un gran por­ve­nir, encuen­tran la mayor ins­pi­ra­ción de sus vidas y más aún la sen­si­bi­li­dad que se requie­re al asu­mir la direc­ción de una orga­ni­za­ción como la Unión de Jóve­nes Comu­nis­tas (UJC).

Lo que más los moti­va en su labor es el cons­tan­te diá­lo­go para saber qué nece­si­tan nues­tros niños, ado­les­cen­tes y jóve­nes, lo que les gus­ta o no, lo que pien­san o los inquie­ta, cuá­les son sus sue­ños y aspi­ra­cio­nes, y la crea­ti­vi­dad que le impri­men a todo lo que hacen.

Son miem­bros del Buró Nacio­nal de la orga­ni­za­ción for­ma­dos en el bre­gar de cada día, con esfuer­zo, sacri­fi­cio, y has­ta tro­pie­zos, pero cre­cien­do, apren­dien­do, superán­do­se, dán­do­se en cuer­po y alma, en cada tarea, empe­ño o desafío.

No son «diri­gen­tes de pro­be­ta o madu­ra­dos con car­bu­ro». O si no que le pre­gun­ten a quien des­cu­brió muy joven un cen­tral azu­ca­re­ro en Cien­fue­gos, o quien se fue como ins­truc­to­ra de arte a una escue­la pri­ma­ria y a otra de ense­ñan­za espe­cial en Arte­mi­sa, o la maes­tra que ense­ñó a leer y a cal­cu­lar a niños de Cama­güey y has­ta la doc­to­ra que des­de la medi­ci­na inter­na sal­vó vidas en Granma.

Algu­nos lle­ga­ron al tra­ba­jo pro­fe­sio­nal de la UJC lue­go de más de cin­co años de expe­rien­cia labo­ral y otros has­ta diez. Poco a poco fue­ron tran­si­tan­do pro­gre­si­va­men­te con resul­ta­dos en varias res­pon­sa­bi­li­da­des has­ta la que hoy desem­pe­ñan. Y ello les per­mi­tió tam­bién ganar méri­tos para ingre­sar a las filas del Par­ti­do con menos de 30 años.

Nues­tros entre­vis­ta­dos ase­gu­ran que la juven­tud nun­ca pue­de dejar de ser arries­ga­da, crea­do­ra y a ayu­dar a trans­for­mar su reali­dad, creen en la tras­cen­den­cia del Par­ti­do y en los desa­fíos de este nue­vo tiem­po que les ha toca­do vivir.

En nom­bre de las nue­vas gene­ra­cio­nes que repre­sen­tan, hablan con madu­rez, des­en­fa­do y cari­ño de pre­sen­te y futu­ro, y de la orgu­llo­sa con­vic­ción que expe­ri­men­tan al saber­se segui­do­res de la orga­ni­za­ción mayor, siem­pre bajo el alien­to de Fidel.

Juven­tud más diversa

Para Dios­vany Acos­ta Abrahan­te —quien hace casi un año enca­be­za la UJC y sien­te orgu­llo de haber sido con­quis­ta­do por ella labo­ran­do en varias áreas del cen­tral del muni­ci­pio cien­fue­gue­ro de Cru­ces — , hoy tene­mos una juven­tud que le ha toca­do un con­tex­to dife­ren­te, más hete­ro­gé­neo, diver­so… y eso se ha enrai­za­do tam­bién en su for­ma de ser y actuar.

«Lo vivi­do en este tiem­po así lo demues­tra. La esen­cia está en que las orga­ni­za­cio­nes lle­guen, inter­cam­bien, expli­quen con argu­men­tos, den espa­cio para que los jóve­nes par­ti­ci­pen y cons­tru­yan, así como atien­dan sus nece­si­da­des, sus aspi­ra­cio­nes, sus pro­yec­tos de vida…».

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Dios­vany Acos­ta Abrahante

Al inda­gar si ello ha influi­do en el inte­rés o la dis­po­si­ción de las nue­vas gene­ra­cio­nes para ingre­sar a la UJC o al Par­ti­do, el joven licen­cia­do en Dere­cho ase­gu­ra que con este gru­po eta­rio exis­ten muchos tabúes que gene­ran este­reo­ti­pos nega­ti­vos, y «aun­que toda­vía pue­den explo­tar­se méto­dos más efi­ca­ces de acer­ca­mien­to, este tema ha sido de los que más ha preo­cu­pa­do y ocu­pa­do a la orga­ni­za­ción en los últi­mos años.

«En los luga­res don­de exis­te un fun­cio­na­mien­to ade­cua­do y don­de se tie­ne inte­rés, se suman muchos más jóve­nes al queha­cer y no siem­pre como mili­tan­tes, sino como jóve­nes dis­pues­tos a par­ti­ci­par, y se tra­ba­ja con ellos para que en algún momen­to inte­gren nues­tras filas. Una mues­tra de ello es que hemos cre­ci­do en sec­to­res de la pro­duc­ción, los ser­vi­cios, el cam­pe­si­na­do y la industria».

—Regu­lar­men­te había un pro­ce­so lar­go para ingre­sar al Par­ti­do y la doble mili­tan­cia era muy esca­sa. ¿Qué visión exis­te sobre el tema del ingre­so al Par­ti­do en la actualidad?

—Hay requi­si­tos gene­ra­les esta­ble­ci­dos para ingre­sar al Par­ti­do como lle­var tres años como mili­tan­tes de la UJC y tener 21 años de edad o más; pero eso no quie­re decir que todo el que los cum­pla va a inte­grar sus filas, este debe ser un pro­ce­so natu­ral. Por eso, lo más impor­tan­te es el aná­li­sis indi­vi­dua­li­za­do des­de que iden­ti­fi­ca­mos a un joven para ser mili­tan­te de la UJC.

«De con­jun­to con el Par­ti­do crea­mos un nue­vo pro­ce­so: Somos Con­ti­nui­dad, con el obje­ti­vo de lle­gar de mane­ra más 
direc­ta a la mili­tan­cia con requi­si­tos e inter­cam­biar con ellos en aras de cono­cer opi­nio­nes y cri­te­rios, bus­car dis­po­si­ción y com­pro­mi­so para inte­grar las filas de nues­tro Partido.

«Como hemos dicho en más de una oca­sión, no es cre­cer por cre­cer. La aspi­ra­ción del mili­tan­te de la UJC es lle­gar lue­go al Par­ti­do, y en ello sí nos toca ser la prin­ci­pal can­te­ra de su ingre­so. Tene­mos que apro­ve­char los espa­cios des­de que se es estu­dian­te en un poli­téc­ni­co o un pre­uni­ver­si­ta­rio, por­que la mili­tan­cia en la Juven­tud es un pro­ce­so de pre­pa­ra­ción para, de mane­ra más madu­ra, asu­mir la mili­tan­cia partidista.

«Hay ejem­plos con­cre­tos, tal como se dijo hace unos días, ha sido el apor­te cre­cien­te de la UJC a la labor pro­fe­sio­nal en el Par­ti­do lo que ha per­mi­ti­do la pro­mo­ción, como cua­dros, de 470 com­pa­ñe­ros en los últi­mos cin­co años. De for­ma gene­ral, el 23,5 por cien­to de los diri­gen­tes pro­fe­sio­na­les del Par­ti­do pro­vie­nen de la orga­ni­za­ción polí­ti­ca juve­nil y varios de ellos han tran­si­ta­do a res­pon­sa­bi­li­da­des superiores».

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Auto­no­mía y mucha

Al ser la orga­ni­za­ción juve­nil del Par­ti­do, muchos pien­san que la UJC no tie­ne sufi­cien­te auto­no­mía para deci­dir lo que hace, lo que pro­po­ne, sus pro­yec­cio­nes…; sin embar­go, «sí posee y mucha para rea­li­zar su tra­ba­jo», como dice sin titu­beos Aylín Álva­rez Gar­cía, segun­da secre­ta­ria del Comi­té Nacio­nal de la UJC, la mucha­cha con una voca­ción peren­ne por ser útil.

«El fin común de las dos orga­ni­za­cio­nes es el apor­te a la cons­truc­ción de un país, de una socie­dad que cuen­te con una van­guar­dia que pue­da con­du­cir­la. La auto­no­mía no va por­que sea­mos dos orga­ni­za­cio­nes dife­ren­tes, cada una tie­ne sus méto­dos y sus for­mas de hacer. A noso­tros nos que­da cla­ro que somos la orga­ni­za­ción juve­nil del Par­ti­do y como tal debe­mos actuar».

Para la ins­truc­to­ra de arte en la espe­cia­li­dad de Músi­ca y quien comen­zó su tra­ba­jo juve­nil des­an­dan­do —sobre todo — coope­ra­ti­vas y otros sitios rela­cio­na­dos con la gana­de­ría en el muni­ci­pio agrí­co­la de Cai­mi­to, en Arte­mi­sa, esa auto­no­mía a la que alu­de se evi­den­cia en los modos de hacer y en los méto­dos que empleamos.

«La UJC tie­ne sus mane­ras de hacer, por lógi­ca uti­li­za­mos méto­dos más afi­nes a las eda­des que repre­sen­ta­mos, para alcan­zar una mejor comu­ni­ca­ción con nues­tros mili­tan­tes y el uni­ver­so juve­nil, eso dis­tin­gue nues­tros pro­ce­sos y otor­ga dina­mis­mo al sis­te­ma de acti­vi­da­des, aun­que no esta­mos con­for­mes, sabe­mos que es perfectible.

«Noso­tros como orga­ni­za­ción tene­mos facul­ta­des para deci­dir cómo desa­rro­llar nues­tra vida, cómo lle­gar de mane­ra dife­ren­te a par­tir de los pro­pios intere­ses y carac­te­rís­ti­cas de cada lugar don­de se desa­rro­llan los niños, ado­les­cen­tes y jóve­nes, lo cual no sig­ni­fi­ca que nos des­vin­cu­le­mos de los prin­ci­pios rec­to­res del Par­ti­do y su guía.

«Por eso, exis­te una rela­ción muy armó­ni­ca y de mucho apren­di­za­je. En cada orga­ni­za­ción de base y terri­to­rio reci­bi­mos con mucha satis­fac­ción cada con­se­jo y suge­ren­cia de cómo rea­li­zar nues­tro tra­ba­jo. Todo ello es muy nece­sa­rio en el papel que tene­mos que lograr como socie­dad y de la influen­cia que tene­mos que ejercer».

Des­de la participación

Aun­que el Par­ti­do y la Juven­tud tie­nen res­pal­do cons­ti­tu­cio­nal, tam­bién cuen­tan con el apo­yo moral de la socie­dad. ¿En qué medi­da esa auto­ri­dad moral del mili­tan­te es hoy tan fuer­te como la reque­ri­mos?, pre­gun­ta­mos a Nis­lay Moli­na Nápo­les, la joven cama­güe­ya­na que des­de hace un año está al fren­te de la Esfe­ra Ideo­ló­gi­ca, y se sien­te orgu­llo­sa de ser gra­dua­da de Licen­cia­tu­ra en Edu­ca­ción en la espe­cia­li­dad Primaria.

«A nues­tro jui­cio el pri­mer res­pal­do es que nues­tra Car­ta Mag­na haya sido refren­da­da con el 86,85 por cien­to de los votos a favor, y por tan­to esa deci­sión sobre nues­tro Par­ti­do y Juven­tud, más si recor­da­mos que la mayo­ría de quie­nes ejer­cie­ron el voto per­te­ne­cen a las gene­ra­cio­nes naci­das des­pués del triun­fo de la Revo­lu­ción, lo que refle­ja la for­ta­le­za y con­ti­nui­dad de nues­tros principios.

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«Es ver­dad que tene­mos casos en los cua­les los mili­tan­tes han incu­rri­do en indis­ci­pli­nas, pero eso no quie­re decir que así sea la mayo­ría. A estos gene­ral­men­te les asis­te una res­pon­sa­bi­li­dad, una éti­ca, una acti­tud, una actua­ción con­se­cuen­te con lo que repre­sen­tan… Por eso, se ana­li­zan las indis­ci­pli­nas en el seno del comi­té de base o núcleo del Partido.

«No debe­mos olvi­dar que se habla de orga­ni­za­cio­nes de van­guar­dia y, por tan­to, tene­mos que seguir poten­cian­do esa auto­ri­dad moral que exi­ge ejem­pla­ri­dad, com­ba­ti­vi­dad, pre­pa­ra­ción, así como demos­tra­das cua­li­da­des éti­cas, polí­ti­cas e ideo­ló­gi­cas», ase­gu­ra Nislay.

En ese camino apun­ta que los con­cep­tos de par­ti­ci­pa­ción que se uti­li­zan en el fun­cio­na­mien­to y en la labor de la UJC y en el Par­ti­do bus­can pare­cer­se a los que requie­re hoy la socie­dad cuba­na. «Se tra­ta de que nues­tro pue­blo pue­da estar, pro­po­ner, accio­nar… como ha suce­di­do muchas veces.

«En el caso de los jóve­nes se evi­den­cia cuan­do estos son con­vo­ca­dos, cuan­do ellos mis­mos pro­po­nen sus accio­nes y acti­vi­da­des, las orga­ni­zan y ante con­vo­ca­to­rias que sur­gen des­de nues­tras estruc­tu­ras han esta­do, inclu­so, han trans­for­ma­do nues­tra propuesta.

«Si habla­mos de espa­cios de toma de deci­sio­nes el prin­ci­pal esce­na­rio es el comi­té de base por­que en él se encau­zan los pro­ble­mas del lugar don­de tra­ba­ja o estu­dia el joven y se deci­de des­de que se dise­ña una acti­vi­dad, se eli­ge adón­de que­re­mos ir, cómo vamos a home­na­jear una fecha his­tó­ri­ca o impul­sar la producción…

«Eso es par­ti­ci­pa­ción y tam­bién lo es cuan­do vamos ante un con­se­jo de direc­ción de una empre­sa, de una escue­la y con­tri­bui­mos con pro­pues­tas. La par­ti­ci­pa­ción ver­da­de­ra es en la que se impli­ca cada uno de los jóve­nes, mili­tan­tes o no, en cómo con­vo­can, se agru­pan y hacen.

«En los últi­mos tiem­pos, nues­tros jóve­nes han dado una repues­ta des­ta­ca­da, espe­cial­men­te en medio de la pan­de­mia; pero tene­mos que edu­car para la par­ti­ci­pa­ción y seguir modi­fi­can­do nues­tro accio­nar, nues­tras mane­ras de con­vo­car, de cons­truir colec­ti­va­men­te… A todos nos que­da cla­ro que el méto­do es dar­les a los jóve­nes la opor­tu­ni­dad de pro­po­ner, de cons­truir su pro­pio esce­na­rio, su pro­pio accio­nar; pero siem­pre hará fal­ta la guía».

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Por nues­tros sueños

Una de las mayo­res con­tra­dic­cio­nes que ha enfren­ta­do la socie­dad cuba­na es el ideal de socie­dad al que aspi­ra­mos y la real que nos toca vivir casi siem­pre ase­dia­da, con limi­ta­cio­nes mate­ria­les y eco­nó­mi­cas que influ­yen mucho sobre las con­di­cio­nes de vida y los sue­ños de los jóve­nes… Así lo cree tam­bién Lisa­ra Coro­na Oli­ve­ros, quien hace solo más de dos meses fue pro­mo­vi­da al Buró Nacio­nal de la UJC al fren­te de la esfe­ra de Jóve­nes tra­ba­ja­do­res y combatientes.

«La juven­tud no solo en Cuba, sino en cual­quier lugar del mun­do, tie­ne un gru­po de nece­si­da­des pro­pias de la edad, por­que sue­ña con con­for­mar una fami­lia, tener una casa, es la edad en la que tam­bién el que­rer lucir, asis­tir a cen­tros recrea­ti­vos, tener un buen tra­ba­jo… impli­ca cier­ta con­di­cio­nes materiales».

Esta cama­güe­ya­na de naci­mien­to con ideas de mucho peso, reafir­ma que esos son aná­li­sis que hace la orga­ni­za­ción, pero «tene­mos cla­ro que la estra­te­gia es de país, no solo de la UJC, pues esta es una orga­ni­za­ción polí­ti­ca y no pro­vee a los jóve­nes de ele­men­tos mate­ria­les, sino de la mane­ra de edu­car­los para que entien­dan, por ejem­plo, por qué hay que estu­diar o por qué el tra­ba­jo es una fuen­te de riquezas…

«Por suer­te, en los últi­mos tiem­pos hemos inte­gra­do varias comi­sio­nes de tra­ba­jo que atien­de la máxi­ma direc­ción del Esta­do y el Gobierno. Un ejem­plo es la comi­sión de Recrea­ción, don­de expli­ca­mos cómo debe lle­gar la recrea­ción a cada uno de los luga­res del país, que se parez­ca a cada sitio, a los gus­tos de quie­nes allí habi­tan y a sus condiciones.

«Hay otros gru­pos de tra­ba­jo en los cua­les deba­ti­mos cómo lle­gar­les a los jóve­nes de zonas rura­les o urba­nas, cómo aten­de­mos a los cien­tí­fi­cos o a quie­nes se desem­pe­ñan en la agri­cul­tu­ra. Pero nues­tra labor va a lo edu­ca­ti­vo, a lo for­ma­ti­vo, a impul­sar, y tam­bién a que en las comi­sio­nes repre­sen­te­mos y defen­da­mos sus cri­te­rios, y, por supues­to, algo esen­cial es el nivel de infor­ma­ción que lue­go brin­de­mos a ellos sobre los aná­li­sis que se realizan».

Ante nues­tra afir­ma­ción de que los con­gre­sos del Par­ti­do han hecho un dise­ño del tipo de socie­dad que que­re­mos y se han actua­li­za­do los Linea­mien­tos, pero no siem­pre se ha avan­za­do con la cele­ri­dad que se requie­re en la con­cre­ción de esos Linea­mien­tos, Lisa­ra con­si­de­ra que los con­gre­sos del Par­ti­do tra­zan líneas que son ideas bas­tan­te aca­ba­das de lo que que­re­mos alcan­zar, pero ellas en sí no son un pro­duc­to ter­mi­na­do y su imple­men­ta­ción pasa por una reali­dad cambiante.

«Algu­nas de ellas pue­den estar dadas por erro­res de con­duc­ción, deci­sio­nes des­acer­ta­das, eso lo reco­no­ce­mos, pero esa con­cre­ción de lo acor­da­do, esa imple­men­ta­ción táci­ta de lo deli­nea­do en el caso de Cuba ha teni­do que enfren­tar una agre­si­vi­dad cre­cien­te, un blo­queo que es cada vez más des­pia­da­do y un esce­na­rio inter­na­cio­nal muy adver­so. Lo más efec­ti­vo y lo que de hecho esta­mos hacien­do es no renun­ciar a los Linea­mien­tos, ade­cuar­los, defen­der sus pos­tu­la­dos, pero nun­ca dejar­los como letra muerta».

Un con­gre­so juvenil

Nues­tros entre­vis­ta­dos coin­ci­den en que la mayo­ría de las accio­nes dise­ña­das por la Revo­lu­ción des­de 1959 has­ta hoy han con­tem­pla­do de mane­ra estra­té­gi­ca la aten­ción a los más nue­vos, inclu­so, muchas veces más allá de capa­ci­da­des y posi­bi­li­da­des eco­nó­mi­cas para el país, por ello urge asu­mir con más inme­dia­tez nues­tro rol como con­ti­nua­do­res de la obra revolucionaria.

En ese sen­ti­do, Nis­lay es de las que creen que para que nues­tras orga­ni­za­cio­nes sean autén­ti­ca­men­te de van­guar­dia, como hori­zon­te deben ani­mar­las «la nece­si­dad de ser capa­ces y cada vez con más fuer­za lle­gar a los sen­ti­mien­tos de la gen­te, de tocar resor­tes insos­pe­cha­dos para empren­der múl­ti­ples tareas colec­ti­vas en una épo­ca que es excep­cio­nal y que gra­vi­ta sobre la per­cep­ción y las moti­va­cio­nes de cada niño, ado­les­cen­te y joven de nues­tro pue­blo todo».

Al recor­dar que hace casi un año la UJC deci­dió no cele­brar las sesio­nes fina­les de su 11no. Con­gre­so y con­cen­trar ener­gías y esfuer­zos para enfren­tar la pan­de­mia, la Segun­da Secre­ta­ria de la orga­ni­za­ción ase­gu­ra que «esta cita par­ti­dis­ta tam­bién es nues­tro con­gre­so, sabién­do­nos repre­sen­ta­dos y for­man­do par­te de un deba­te que tam­bién será refle­jo de los temas que noso­tros ana­li­za­mos; este es el con­gre­so de cada joven que pien­sa como país y hace por Cuba.

«Sabe­mos que los momen­tos son com­ple­jos, con un arre­cia­mien­to iné­di­to de la polí­ti­ca hos­til del Gobierno nor­te­ame­ri­cano y la situa­ción eco­nó­mi­ca des­fa­vo­ra­ble agra­va­da por la pan­de­mia; pero es impor­tan­te desa­rro­llar el 8vo. Con­gre­so del Par­ti­do y debe­mos decir que no es el pri­me­ro que se rea­li­za en tiem­pos difí­ci­les, pues en medio del perío­do espe­cial tam­bién tuvi­mos un con­gre­so histórico».

Lisa­ra agre­ga que esta cita reafir­ma la uni­dad como pilar de la nación y el papel del Par­ti­do como fuer­za rec­to­ra de la socie­dad. «Es un can­to a la sobe­ra­nía, a la inde­pen­den­cia, a la Revo­lu­ción y al socia­lis­mo. El Con­gre­so no será la solu­ción a todos nues­tros pro­ble­mas, pero sí es el deba­te entre revo­lu­cio­na­rios para mar­car nues­tro camino al desa­rro­llo eco­nó­mi­co y social».

Como afir­mó Acos­ta Abrahan­te, «aquel lema que nos acom­pa­ñó todo un año: Tu futu­ro, hoy, es tam­bién para este tiem­po del 8vo. Con­gre­so del Par­ti­do, cuyos acuer­dos segu­ra­men­te nos trae­rán nue­vos desa­fíos; es para enten­der cla­ra­men­te que el por­ve­nir no espe­ra, es hoy, se hace y se deci­de des­de el presente.

«Lo vivi­do en estos tiem­pos de pan­de­mia nos sigue demos­tran­do que los jóve­nes, lejos de dis­tan­ciar­se de la obra de la Revo­lu­ción, han cerra­do fila jun­to a ella. Son los artí­fi­ces de una filo­so­fía que defien­de las esen­cias de nues­tro pro­yec­to social, lo que sig­ni­fi­ca enal­te­cer el amor a la Patria, a Fidel, a la soli­da­ri­dad, a la sen­si­bi­li­dad por los pro­ble­mas de los demás.

«Si ello sigue calan­do así en las nue­vas gene­ra­cio­nes, jus­to en un momen­to tor­men­to­so para el mun­do, y cuya influen­cia nos alcan­za por­que no vivi­mos en una urna de cris­tal, nadie ten­drá duda de que segui­re­mos con­du­cien­do la Revo­lu­ción por pasos seguros».

De izquier­da a dere­cha: Dios­vany Acos­ta Abrahan­te, Aylín Alva­rez Gar­cía, Lisa­ra Coro­na Oli­ve­ros y Nis­lay Moli­na Nápo­les. Foto: Enri­que Gon­zá­lez Díaz. 

Itu­rria /​Fuen­te

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