Perú. ¿Por qué ganó Pedro Castillo?

Nico­lás Lynch /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 21 de abril de 2021

La gran sor­pre­sa de las elec­cio­nes del 11 de abril fue indu­da­ble­men­te la vic­to­ria de Pedro Cas­ti­llo en la pri­me­ra vuel­ta de las elec­cio­nes gene­ra­les. ¿Cuá­les fue­ron las cla­ves de esta vic­to­ria que casi nadie pare­ce ter­mi­nar de expli­car? Creo que la cues­tión más impor­tan­te fue que Pedro Cas­ti­llo logró que su pre­sen­cia como líder y su pro­pues­ta, apa­ren­te­men­te la más fir­me en el terreno del cam­bio, se con­vir­tie­ra en el par­tea­guas de la com­pe­ten­cia elec­to­ral, trans­for­mán­do­se a la pos­tre en el fac­tor de pola­ri­za­ción que lo hace ver, para una par­te impor­tan­te del elec­to­ra­do, como una alter­na­ti­va real al gra­ve des­or­den existente.

Las pala­bras par­tea­guas y pola­ri­za­ción han sido ana­te­ma en estos 30 años de hege­mo­nía neo­li­be­ral en el Perú y más toda­vía en los últi­mos 20 en los que supues­ta­men­te está­ba­mos en un perío­do de cons­truc­ción demo­crá­ti­ca. Acor­de con la hege­mo­nía neo­li­be­ral rei­nan­te, nadie podía pola­ri­zar —con­tra el mode­lo eco­nó­mi­co y polí­ti­co impe­ran­te se entien­de— si que­ría salir en la foto. Y esto, para­dó­ji­ca­men­te, con­ta­gió tam­bién a par­te de la izquier­da que ha com­pe­ti­do elec­to­ral­men­te en este tiem­po. Fue el caso, cla­mo­ro­so, de la Hoja de Ruta el 2011 con Ollan­ta Huma­la y Gana Perú y ha sido el caso de nue­vo, aun­que con menor inten­si­dad, de Veró­ni­ka Men­do­za y Jun­tos por el Perú en este 2021. Hacer polí­ti­ca, con algún gra­do de legi­ti­mi­dad y posi­bi­li­da­des de éxi­to, sig­ni­fi­ca­ba acer­car­se, sobre todo en el aspec­to eco­nó­mi­co, al poder dominante. 

Pedro Cas­ti­llo y Perú Libre, has­ta aho­ra por lo menos, han opta­do por no acer­car­se ni pare­cer­se al mode­lo hege­mó­ni­co neo­li­be­ral. Los pun­tos de su pro­gra­ma, al menos en los temas de jus­ti­cia social y sobe­ra­nía nacio­nal, pue­de que no sean tan dis­tin­tos a los de Veró­ni­ka Men­do­za, pero los énfa­sis han sido total­men­te dife­ren­tes. Mien­tras Men­do­za creía ganar votos repi­tien­do en los medios que no se preo­cu­pen, que no va a pasar mayor cosa con la apli­ca­ción de sus medi­das, Cas­ti­llo seña­la­ba a quien lo qui­sie­ra escu­char, pri­me­ro unos pocos, pero lue­go millo­nes, que rea­li­za­ría cam­bios de fon­do cai­ga quien cai­ga. Men­do­za ase­gu­ró la leal­tad de cier­ta cla­se media blan­ca y lime­ña, es cier­to, pero Cas­ti­llo fue ganan­do a los millo­nes de com­pa­trio­tas defrau­da­dos no solo con el mode­lo sino tam­bién con la polí­ti­ca, pobres y muy pobres de la ciu­dad y del cam­po que se iden­ti­fi­can étni­ca y social­men­te con él. No a todos estos últi­mos cier­ta­men­te, como lo demues­tra el alto núme­ro de votos blan­cos y vicia­dos, pero a un núme­ro sufi­cien­te para ganar con toda cla­ri­dad esta pri­me­ra ron­da y ase­gu­rar­se el paso a la segun­da vuel­ta. Lo que Men­do­za ganó por la dere­cha lo per­dió por la izquier­da y vice­ver­sa, solo que las sumas y res­tas de estas estra­te­gias han favo­re­ci­do lar­ga­men­te a Castillo.

Lo pri­me­ro que cae en este esce­na­rio es la tesis del cen­tro polí­ti­co que levan­ta­ron des­de la izquier­da Fuer­za Ciu­da­da­na y des­de la dere­cha el Par­ti­do Mora­do, por algo fue­ron alia­dos a esta con­tien­da elec­to­ral. Ambos sos­te­nían que la sali­da a la cri­sis del mode­lo neo­li­be­ral era la crea­ción de un cen­tro polí­ti­co lo sufi­cien­te­men­te fuer­te para lle­var ade­lan­te un con­jun­to de refor­mas, que sin cam­biar el mode­lo ali­via­ran la situa­ción y esta­bi­li­za­ran la demo­cra­cia. La tesis del cen­tro polí­ti­co ha sido disuel­ta por los resul­ta­dos de estas elec­cio­nes, su pro­pues­ta era muy peque­ña para la mag­ni­tud de la crisis.

Lo segun­do, es la rela­ción entre las pro­pues­tas de redis­tri­bu­ción y las de reco­no­ci­mien­to que Veró­ni­ka Men­do­za y Nue­vo Perú entre otros han traí­do con fuer­za y para bien a la polí­ti­ca perua­na en los últi­mos años. Por las pri­me­ras me refie­ro a las pro­pues­tas sobre jus­ti­cia, dere­chos socia­les y sobe­ra­nía nacio­nal. Por las segun­das, a la equi­dad de géne­ro, al res­pe­to a las dife­ren­tes orien­ta­cio­nes sexua­les, a nues­tro carác­ter plu­ri­cul­tu­ral y mul­ti­lin­güe y a la con­si­de­ra­ción del medio ambien­te en que vivi­mos. Para Men­do­za pare­cen tener la mis­ma impor­tan­cia redis­tri­bu­ción y reco­no­ci­mien­to, para Cas­ti­llo las pri­me­ras son las que exis­ten y las segun­das da la impre­sión de igno­rar­las. Pare­ce decir “les gus­tan los indios por­que no exis­ten, pero a los cho­los ni nos miran”. El caso es que el elec­to­ra­do ha pre­fe­ri­do la opción de Cas­ti­llo, afir­man­do su carác­ter con­ser­va­dor en este aspec­to y des­car­tan­do el apo­yo entu­sias­ta de Veró­ni­ka Men­do­za a las cau­sas de reco­no­ci­mien­to. Es más, pare­ce ser que en los últi­mos días de cam­pa­ña Men­do­za per­dió un gran cau­dal de votos por un ata­que en este pun­to. ¿Se tra­ta­rá de posi­cio­nes irre­con­ci­lia­bles o podre­mos lle­gar al enten­di­mien­to de que las pro­pues­tas de redis­tri­bu­ción abren el paso a las de reconocimiento?

Con su vic­to­ria Cas­ti­llo demues­tra, como ya ha suce­di­do en casi toda Amé­ri­ca Lati­na, que la izquier­da para ganar tie­ne que pola­ri­zar. No se tra­ta como dicen cier­tos ana­lis­tas que la izquier­da que pola­ri­za no es demo­crá­ti­ca y la que no lo hace sí. Gra­ve equi­vo­ca­ción. La izquier­da que pola­ri­za entien­de que para derro­tar al hege­mon neo­li­be­ral hay que pro­po­ner otro alter­na­ti­vo. Lo demo­crá­ti­co no está en seguir los vetos y las exclu­sio­nes de la demo­cra­cia neo­li­be­ral, sig­na­da por la cri­mi­na­li­za­ción de la pro­tes­ta y la pro­tec­ción de los pode­ro­sos, sino en ampliar y pro­fun­di­zar la demo­cra­cia para lle­gar a un régi­men que nos inclu­ya a todos. Como ya se ha hecho en otras par­tes: Lula y el PT en el Bra­sil, el pero­nis­mo de izquier­da en Argen­ti­na, Evo Mora­les y el MAS en Boli­via, Correa y la revo­lu­ción ciu­da­da­na en el Ecua­dor; a la hege­mo­nía neo­li­be­ral se la com­ba­te plan­tean­do una hege­mo­nía alter­na­ti­va, por eso la nece­si­dad de una nue­va cons­ti­tu­ción que la exprese. 

Sin embar­go, no es sufi­cien­te pola­ri­zar y plan­tear hege­mo­nía alter­na­ti­va. Hay que con­ver­tir esto en lide­raz­go nacio­nal, que repre­sen­te a una mayo­ría ciu­da­da­na. Eso le fal­ta a Cas­ti­llo y le fal­tó a Men­do­za. Hay enton­ces camino que reco­rrer, duro, zig­za­guean­te, con avan­ces y retro­ce­sos; pero el úni­co posi­ble, el de una mayo­ría demo­crá­ti­ca que le de otro camino al Perú. 

FUENTE: Otra Mirada

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *