Nación Mapuche. Los medios empresariales intentan restar impacto al Fallo de la Corte, favorable a nuestro Pueblo

Nación Mapu­che. Los medios empre­sa­ria­les inten­tan res­tar impac­to al Fallo de la Cor­te, favo­ra­ble a nues­tro Pueblo

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Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 29 de abril de 2021

LOS MEDIOS EMPRESARIALES CLASISTAS Y RACISTAS no saben como res­tar impac­to al Fallo de la Cor­te favo­ra­ble al pue­blo nación mapuce. 

No hay pro­fe­sio­nal serio de cual­quie­ras de las cien­cias wig­ka (antro­po­ló­gi­ca, social o his­to­ria) que se ani­me a fir­mar las burra­das del tenor de esta nota.

Recu­rren enton­ces a un igno­to pre­si­den­te de una Fun­da­ción (fer­vien­te mili­tan­te Macris­ta, de quien nos ocu­pa­mos en otra nota) que se ani­ma a fir­mar y afir­mar: «La segu­ri­dad jurí­di­ca está en ries­go, la pro­pie­dad pri­va­da está ame­na­za­da, la for­ma de gobierno repu­bli­ca­na y la sobe­ra­nía nacio­nal acosadas». 

Si «Info­bae», «La Nación», «Per­fil», «Cla­rín» están alar­ma­dos por el fallo… vamos bien!

NOTA DEL DIARIO PERFIL:

UN ESTADO DENTRO DE OTRO ESTADO– Ser­gio Capozzi (*

Debe­mos bre­gar por la inter­ac­ción ade­cua­da, armo­nio­sa y razo­na­ble entre la for­ma de vida indí­ge­na y la no indí­ge­na en la ges­tión guber­na­men­tal, hacien­do reali­dad el mode­lo de Esta­do mul­ti­cul­tu­ral y plu­ral que ha adop­ta­do nues­tro país.

Villa Pehuenia
Villa Pehue­nia es una aldea de mon­ta­ña ubi­ca­da en el cen­tro oes­te de la pro­vin­cia del Neu­quén, muni­ci­pa­li­za­da hace más de trein­ta años. Cuen­ta con 3.500 habi­tan­tes, de los cua­les el 10% se auto per­ci­be como des­cen­dien­tes de mapuches.

La Cor­te Supre­ma de Jus­ti­cia de la Nación, el 8 de abril pasa­do, dic­tó un fallo en el caso “Comu­ni­dad Mapu­che Cata­lán y Con­fe­de­ra­ción Indí­ge­na Neu­qui­na c/​Pro­vin­cia del Neu­quén s/​acción de incons­ti­tu­cio­na­li­dad”, que revis­te una tras­cen­den­cia que aún no sido asi­mi­la­da por los direc­ta­men­te afec­ta­dos y menos por el res­to los ciu­da­da­nos de la Nación Argen­ti­na. La segu­ri­dad jurí­di­ca está en ries­go, la pro­pie­dad pri­va­da está ame­na­za­da, la for­ma de gobierno repu­bli­ca­na y la sobe­ra­nía nacio­nal acosadas.

Villa Pehue­nia es una aldea de mon­ta­ña ubi­ca­da en el cen­tro oes­te de la pro­vin­cia del Neu­quén, muni­ci­pa­li­za­da hace más de trein­ta años. Cuen­ta con 3.500 habi­tan­tes, de los cua­les el 10% se auto per­ci­be como des­cen­dien­tes de mapuches.

La Cor­te Supre­ma, con el voto de la mayo­ría de sus inte­gran­tes, resuel­ve que no se ha res­pe­ta­do la iden­ti­dad y el dere­cho par­ti­ci­pa­ción de esa mino­ría en la for­ma­ción del gobierno muni­ci­pal, esto en línea con el artícu­lo 75 inci­so 17 de la Cons­ti­tu­ción Nacio­nal. Agre­gan­do que todos los actos jurí­di­cos ya rea­li­za­dos son váli­dos pero que, en el futu­ro, cuan­do se ten­gan que tomar deci­sio­nes polí­ti­cas que afec­tan a la comu­ni­dad Cata­lán, se los debe con­sul­tar previamente.

Para fun­dar la sen­ten­cia, la Cor­te ha recu­rri­do al artícu­lo 6, inc. (a) del Con­ve­nio 169 Orga­ni­za­ción Inter­na­cio­nal del Tra­ba­jo que esta­ble­ce: “Al apli­car las dis­po­si­cio­nes del pre­sen­te Con­ve­nio, los gobier­nos debe­rán: con­sul­tar a los pue­blos intere­sa­dos, median­te pro­ce­di­mien­tos apro­pia­dos y en par­ti­cu­lar a tra­vés de sus ins­ti­tu­cio­nes repre­sen­ta­ti­vas, cada vez que se pre­vean medi­das legis­la­ti­vas o admi­nis­tra­ti­vas sus­cep­ti­bles de afec­tar­les directamente”.

Deten­gá­mo­nos un segun­do: ¿Qué tie­ne que ver un con­ve­nio inter­na­cio­nal sobre dere­chos de los tra­ba­ja­do­res con dere­chos polí­ti­cos y de pro­pie­dad? Esta­mos abso­lu­ta­men­te de acuer­do con que un con­tra­to de tra­ba­jo y su eje­cu­ción, no pue­de estar vicia­do por nin­gún tipo de dis­cri­mi­na­ción, racial, social, reli­gio­so o de géne­ro. Todo tra­ba­ja­dor o tra­ba­ja­do­ra tie­ne dere­cho a igual retri­bu­ción y posi­bi­li­dad de movi­li­dad sólo en base a sus méri­tos. Se deben res­pe­tar sus creen­cias, cos­tum­bres y par­ti­ci­pa­ción en el gobierno, pero gobierno de un empre­sa no de un pue­blo, de una pro­vin­cia o nación.

Nues­tra Cons­ti­tu­ción Nacio­nal esta­ble­ce en su artícu­lo 16 que: “La Nación Argen­ti­na no admi­te pre­rro­ga­ti­vas de san­gre, ni de naci­mien­to: no hay en ella fue­ros per­so­na­les ni títu­los de noble­za. Todos sus habi­tan­tes son igua­les ante la ley, y admi­si­bles en los empleos sin otra con­di­ción que la ido­nei­dad. La igual­dad es la base del impues­to y de las car­gas públicas.”

La Comu­ni­dad Mapu­che Cata­lán pre­ten­día la decla­ra­ción de nuli­dad de la con­vo­ca­to­ria a elec­cio­nes, pues tenían que con­sul­tar a su pro­pia asam­blea y lle­var sus pretensiones.

Todo gobierno, nacio­nal, pro­vin­cial o muni­ci­pal tie­ne la obli­ga­ción de con­sul­tar y alen­tar la par­ti­ci­pa­ción de los pue­blos indí­ge­nas, en pro­cu­ra de la igual­dad social y eco­nó­mi­ca de los gru­pos vul­ne­ra­bles. Pero así como, según las leyes elec­to­ra­les, nadie pue­de con­cu­rrir a una elec­ción si no es a tra­vés de un par­ti­do polí­ti­co, los pue­blos indí­ge­nas tam­po­co pue­den hacer­lo o pre­ten­der pri­vi­le­gios de los cua­les los demás habi­tan­tes carecen.

Si su méto­do de toma de deci­sio­nes es por medio de asam­bleas popu­la­res pre­si­di­das por jefes, caci­ques o lon­cos en el caso de los mapu­ches, lo que corres­pon­de es que los gobier­nos escu­chen y res­pe­ten sus cos­tum­bres pero de nin­gu­na mane­ra que estás reem­pla­cen o pre­ten­dan estar por enci­na de las leyes. Nues­tra Cons­ti­tu­ción Nacio­nal, en su artícu­lo 22, dis­po­ne que “el pue­blo no deli­be­ra ni gobier­na, sino por medio de sus repre­sen­tan­tes y auto­ri­da­des crea­das por esta Cons­ti­tu­ción. Toda fuer­za arma­da o reu­nión de per­so­nas que se atri­bu­ya los dere­chos del pue­blo y peti­cio­ne a nom­bre de éste, come­te deli­to de sedición.”

Con­sen­tir que una asam­blea de una par­te del pue­blo tome deci­sio­nes polí­ti­cas que afec­ten a todos los habi­tan­tes es crear un Esta­do den­tro de otro Esta­do. Nues­tras leyes no con­tem­plan esa figura.

Dice el Dr. Car­los Rosen­krantz, a tra­vés de su voto en mino­ría, que: “Las comu­ni­da­des indí­ge­nas no pue­den pre­ten­der dere­chos polí­ti­cos que nin­gún colec­ti­vo dife­ren­te al pue­blo de la Nación y de las pro­vin­cias tie­ne ni podría aspi­rar a tener dado el modo repre­sen­ta­ti­vo, repu­bli­cano y fede­ral adop­ta­do por la Cons­ti­tu­ción”. Y agre­ga: “El muni­ci­pio de Villa Pehue­nia no es una ame­na­za a la vida inter­na de las comu­ni­da­des indí­ge­nas. No tie­ne la obli­ga­ción de orga­ni­zar­se, siquie­ra par­cial­men­te, por el sis­te­ma “asam­bleís­ti­co” pro­pio de las comu­ni­da­des que es extra­ña a la for­ma de gobierno repre­sen­ta­ti­va y repu­bli­ca­na. Ello solo sería posi­ble si antes se refor­ma­se la Cons­ti­tu­ción Nacio­nal ya que, de acuer­do con ella, el gobierno nacio­nal, pro­vin­cial y muni­ci­pal debe adap­tar­se a la for­ma repre­sen­ta­ti­va y republicana.”

La Refor­ma Cons­ti­tu­cio­nal de 1994, reco­no­ció un nue­vo para­dig­ma de res­pe­to y pro­tec­ción a la diver­si­dad cul­tu­ral admi­tién­do­se que “la Nación Argen­ti­na es una socie­dad mul­ti­ét­ni­ca y plu­ri­cul­tu­ral” pero con la acla­ra­ción que era “úni­ca, inte­gra­da e indivisible”.

El com­pro­mi­so de los Esta­dos con sus pue­blos indí­ge­nas se remi­te a la pro­mo­ción de opor­tu­ni­da­des de par­ti­ci­pa­ción las que deben ser, al menos, equi­va­len­tes a las que están al alcan­ce de otros sec­to­res de la pobla­ción. El res­pe­to de sus cul­tu­ras y prac­ti­cas ances­tra­les no pue­de ser ili­mi­ta­da, sobre todo cuan­do las mis­mas entran en con­flic­to con los dere­chos del niño y la mujer, que tam­bién gozan de pro­tec­ción cons­ti­tu­cio­nal y res­pal­do de con­ve­nios inter­na­cio­nal de igual rango.

El “con­flic­to Villa Pehue­nia” ya se está tras­la­dan­do a Villa La Angos­tu­ra, en la mis­ma pro­vin­cia del Neu­quén y podrá hacer­lo a muchos luga­res más. En inme­dia­cio­nes del cerro Ven­ta­na, San Car­los de Bari­lo­che, gra­cias a una reso­lu­ción del Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Asun­tos Indí­ge­nas, se reco­no­cen dere­chos a la comu­ni­dad Bue­nu­leo sobre tie­rras que afec­tan dos barrios crea­dos y desa­rro­lla­dos a lo lar­go de más de cua­ren­ta años.

Debe­mos bre­gar por la inter­ac­ción ade­cua­da, armo­nio­sa y razo­na­ble entre la for­ma de vida indí­ge­na y la no indí­ge­na en la ges­tión guber­na­men­tal, hacien­do reali­dad el mode­lo de Esta­do mul­ti­cul­tu­ral y plu­ral que ha adop­ta­do nues­tro país. En Argen­ti­na, la sobe­ra­nía resi­de en el pue­blo que es uno solo y cons­ti­tu­ye el úni­co suje­to colec­ti­vo con dere­cho a la auto­de­ter­mi­na­ción colec­ti­va. Es nece­sa­rio dar­le un día lími­te al rele­va­mien­to de tie­rras ances­tra­les. Pro­ce­so que ya lle­va cator­ce años y man­tie­ne en la incer­ti­dum­bre a todos.

Los habi­tan­tes de la Nación Argen­ti­na nece­si­ta­mos segu­ri­dad jurí­di­ca, tener cer­te­za que nues­tra for­ma de gobierno no será alte­ra­da y los dere­chos adqui­ri­dos no serán piso­tea­dos y menos con violencia.

(*) El autor es Pre­si­den­te de la Fun­da­ción Río Negro activa

DE: PERFIL

FUENTE: Con­fe­de­ra­ción Mapu­che de Neuquén

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