Pen­sa­mien­to crí­ti­co. Las maqui­las y lxs trabajadorxs

Por Luis Brit­to Gar­cía. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de mayo de 2021.

Des­de comien­zos de la Revo­lu­ción Indus­trial luchan los tra­ba­ja­do­res por sus dere­chos, y los capi­ta­lis­tas por negár­se­los. Tres estra­te­gias mar­can su polí­ti­ca labo­ral. La pri­me­ra, la con­ver­sión de toda rela­ción esta­tu­ta­ria en con­trac­tual. La segun­da, la trans­for­ma­ción de todo meca­nis­mo públi­co de pro­tec­ción social en pri­va­do. La ter­ce­ra, la pro­gre­si­va des­apa­ri­ción de la rela­ción labo­ral y del pro­pio tra­ba­ja­dor del cam­po de las rela­cio­nes jurídicas.

La maqui­la

El mode­lo pri­vi­le­gia­do para la explo­ta­ción glo­ba­li­za­da del tra­ba­jo es la maqui­la. Con­sis­te en una fac­to­ría que las trans­na­cio­na­les ins­ta­lan en un país del Ter­cer Mun­do para cum­plir total o par­cial­men­te un pro­ce­so cuyo pro­duc­to se expor­ta en su casi tota­li­dad, a fin de apro­ve­char la bara­tu­ra de la mano de obra y diver­sos incen­ti­vos, tales como la sus­pen­sión de las leyes labo­ra­les y todo tipo de pri­vi­le­gios como exen­cio­nes y exo­ne­ra­cio­nes fiscales.

Las maqui­las fue­ron intro­du­ci­das en Méxi­co en 1965 por el pre­si­den­te Díaz Ordaz en vir­tud del Pro­gra­ma de Indus­tria­li­za­ción de la Fron­te­ra desa­rro­lla­do por Arthur D. Little Co. en imi­ta­ción de otro pro­yec­to simi­lar crea­do en Por­tu­gal. Su base es una medi­da pro­tec­cio­nis­ta del gobierno de Esta­dos Uni­dos, que des­de 1964 pre­mia con tari­fa pre­fe­ren­cial la impor­ta­ción de bie­nes pre­via­men­te expor­ta­dos del país para su ela­bo­ra­ción, y exi­me de impues­tos dicha expor­ta­ción. De unas 3.000 maqui­las ins­ta­la­das en Méxi­co para comien­zos de siglo, capi­ta­les esta­dou­ni­den­ses son pro­pie­ta­rios del 40%, y otro 47% es poseí­do por com­pa­ñías mexi­ca­nas sub­si­dia­rias de esta­dou­ni­den­ses. Vale decir, median­te la maqui­la el capi­tal esta­dou­ni­den­se evi­ta cum­plir con las leyes de su país y eva­de asi­mis­mo las de aquél don­de se ins­ta­la. Al prin­ci­pio se les limi­ta­ba ven­der en Méxi­co un por­cen­ta­je de su pro­duc­ción, para que ésta no com­pi­tie­ra des­leal­men­te con la indus­tria local; des­de la fir­ma del TLCAN, esta res­tric­ción no existe.

Un mode­lo transnacional

Bajo prin­ci­pios simi­la­res fun­cio­nan las maqui­las ins­ta­la­das en Cen­troa­mé­ri­ca y en Asia. La Con­fe­de­ra­ción Inter­na­cio­nal de Sin­di­ca­tos Libres (CISL) con sede en Gine­bra com­pa­ró las con­di­cio­nes de las maqui­las de Cen­troa­mé­ri­ca con las de los cam­pos de con­cen­tra­ción, y denun­ció que en ellas se come­tían vio­la­cio­nes con­tra los dere­chos huma­nos tales como gol­pi­zas, abu­so sexual y la dis­tri­bu­ción de anfe­ta­mi­nas para sopor­tar las arduas jor­na­das de tra­ba­jo, que pro­me­dian entre 10 y 12 horas dia­rias, con fre­cuen­tes horas extras no paga­das. Los sala­rios osci­lan entre 1,40 y 1,90 dóla­res, mucho más bajos que el sala­rio míni­mo legal de 2,83 dóla­res dia­rios. De tre­ce sin­di­ca­tos que había en Gua­te­ma­la en 1990, en 1996 sólo res­tan tres: sus miem­bros son aco­sa­dos has­ta que se disuel­ven, y las empre­sas cie­rran y se tras­la­dan en cuan­to enfren­tan cual­quier pro­ble­ma labo­ral (Pea­ce Bri­ga­des Inter­na­tio­nal: “Tra­de Unions and the Maqui­la Sec­tor- Gua­te­ma­la Spe­cial Report”, sep­tiem­bre 1996).

Ínfi­ma remuneración

En éste, como en la mayo­ría de los encla­ves trans­na­cio­na­les en el Ter­cer Mun­do, el nego­cio estri­ba en el cos­to ínfi­mo de la fuer­za labo­ral. Los dere­chos cobra­dos por Michael Jor­dan por uso de su ima­gen para un cal­za­do depor­ti­vo eran mayo­res que toda la remu­ne­ra­ción can­ce­la­da a los maqui­la­do­res asiá­ti­cos que lo fabri­ca­ban. En 1985, un tra­ba­ja­dor manu­fac­tu­re­ro gana­ba 1,26 dóla­res por hora en Méxi­co, y 9,56 en Esta­dos Uni­dos. En 1992, el mexi­cano gana­ba 2,07 dóla­res por hora, y el esta­dou­ni­den­se 11,3: casi seis veces más. (INEGI, mayo-agos­to 1993, 30, cit. por Esté­vez, Edna (1998): Glo­ba­li­za­ción, trans­na­cio­na­les e inte­gra­ción; Vadell Her­ma­nos Edi­to­res, Caracas,148). A prin­ci­pios de siglo la hora de tra­ba­jo, cuya remu­ne­ra­ción pro­me­dio es de 21 dóla­res en Esta­dos Uni­dos, cues­ta 5 dóla­res en Méxi­co, don­de las leyes labo­ra­les son menos exi­gen­tes y los sin­di­ca­tos inca­pa­ces de imponerse.

Noam Chomsky hace notar que el colap­so de la eco­no­mía mexi­ca­na sub­si­guien­te a la ins­tau­ra­ción del Tra­ta­do de Libre Comer­cio con Esta­dos Uni­dos en 1995, según la pren­sa finan­cie­ra “trans­for­mó Méxi­co en una fuen­te bara­ta (es decir, más bara­ta aún!) de artícu­los manu­fac­tu­ra­dos con unos sala­rios indus­tria­les que son la déci­ma par­te de los de Esta­dos Uni­dos” (Chomsky 1999, 127).

Muje­res y niños

Refi­rién­do­se tam­bién a la expe­rien­cia mexi­ca­na resu­me Edna Estévez:

Es decir, las maqui­las desa­rro­llan acti­vi­da­des pro­duc­ti­vas y/​o de ser­vi­cios, a veces con­ta­mi­nan­tes, inten­si­vas en mano de obra bara­ta, no cua­li­fi­ca­da y pre­fe­ren­te­men­te, feme­ni­na (cons­ti­tu­yen más del 90% de la mano de obra con­tra­ta­da), aun­que uti­li­zan tam­bién a niños de 12 años (igual que la pri­me­ra pro­duc­ción indus­trial). Tra­ba­jo que le per­mi­te aho­rrar has­ta 25.000 dóla­res al año por emplea­do. (Esté­vez 1998, 149)

En Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na me dicen cono­ce­do­res del tema que la pre­fe­ren­cia por la mano de obra feme­ni­na se debe a que la con­si­de­ran más dócil y menos pro­pen­sa a pro­tes­tar por las duras con­di­cio­nes de tra­ba­jo. En el mis­mo sen­ti­do, hace notar Jean Zie­gler que las maqui­la­do­ras de la indus­tria del jugue­te por lo regu­lar hacen tra­ba­jar a sus obre­ros jor­na­das de 16 horas, sie­te días a la sema­na, sin pago espe­cial por horas extras ni sala­rio noc­turno, sala­rio míni­mo ni per­mi­sos por mater­ni­dad, gra­cias a lo cual los cos­tos sala­ria­les ape­nas repre­sen­tan el 6% del pre­cio de ven­ta al públi­co (Zie­gler, Jean: (2003)Los nue­vos amos del mun­do; Edi­cio­nes Des­tino S.A. Barcelona,131).

Eli­mi­na­ción del fue­ro laboral

Las fuen­tes de los bene­fi­cios de las maqui­las son el tra­ba­jo peli­gro­so, pre­pon­de­ran­te­men­te feme­nino o infan­til y mal remu­ne­ra­do. Todas sur­gen de la dero­ga­ción o la vio­la­ción de un esta­tu­to que pro­te­ge al tra­ba­ja­dor, en aras de un supues­to libre con­sen­ti­mien­to con­trac­tual. Todas depen­den de la exclu­sión de su per­so­nal del cam­po de la pro­tec­ción labo­ral. En todo el Ter­cer Mun­do se repi­ten expe­rien­cias simi­la­res, aun­que la explo­ta­ción maqui­la­do­ra es par­ti­cu­lar­men­te inmi­se­ri­cor­de en los lla­ma­dos Tigres del Asia, en Méxi­co y en los paí­ses cen­tro­ame­ri­ca­nos. Como reco­no­cen los mis­mos ase­so­res de la polí­ti­ca exte­rior esta­dou­ni­den­se en el Docu­men­to San­ta Fe II: “Muchos de los mexi­ca­nos que cru­zan la fron­te­ra méxi­co-nor­te­ame­ri­ca­na son hom­bres que por lo gene­ral no pue­den obte­ner empleo en las maqui­la­do­ras, ya que las prin­ci­pa­les habi­li­da­des manua­les y el tra­ba­jo a des­ta­jo son mejor desem­pe­ña­dos por las muje­res. Este empleo exce­si­vo de muje­res ha ten­di­do a debi­li­tar la estruc­tu­ra fami­liar y a exa­cer­bar las ya pési­mas con­di­cio­nes socia­les, ambien­ta­les, sani­ta­rias y edu­ca­cio­na­les en los pue­blos fron­te­ri­zos” (San­ta Fe II 1988).

Paraí­sos fis­ca­les transnacionales

A esto hay que aña­dir que los regí­me­nes de zona fran­ca per­mi­ten a los inver­sio­nis­tas apro­ve­char los ser­vi­cios públi­cos, la segu­ri­dad jurí­di­ca y la edu­ca­ción y salud de los tra­ba­ja­do­res de un país sin con­tri­buir sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te con el gas­to públi­co que los cos­tea. En dichas “zonas espe­cia­les de pro­duc­ción” por lo regu­lar el inver­sio­nis­ta está exo­ne­ra­do de pagar los dere­chos de impor­ta­ción de las mate­rias pri­mas y de expor­ta­ción de los pro­duc­tos ela­bo­ra­dos, ade­más de que por lo regu­lar los demás tri­bu­tos le son dis­pen­sa­dos gra­cias a los infa­mes Tra­ta­dos con­tra la Doble Tri­bu­ta­ción y otras nor­mas de pri­vi­le­gio inconstitucional.

Así, el Esta­do debe cubrir el défi­cit fis­cal recar­gan­do los impues­tos al valor agre­ga­do y al con­su­mo sobre los depau­pe­ra­dos tra­ba­ja­do­res, pues­to que dichas zonas fran­cas por lo regu­lar son islas don­de no rigen los dere­chos huma­nos pom­po­sa­men­te pro­cla­ma­dos en Car­tas y cons­ti­tu­cio­nes. Por lo cual reco­no­ce el Infor­me sobre Desa­rro­llo Humano 1999 de la ONU que “cuan­do no se per­mi­te a 27 millo­nes de tra­ba­ja­do­res de las 845 zonas fran­cas indus­tria­les que hay en el mun­do orga­ni­zar­se en sin­di­ca­tos, eso cons­ti­tu­ye una vio­la­ción de los dere­chos de los tra­ba­ja­do­res al igual que de sus dere­chos huma­nos” (PNUD 1999, 86). La liber­tad de mer­ca­do pre­su­po­ne la eli­mi­na­ción de todas las demás.

En fin, el sis­te­ma maqui­la­dor tie­ne efec­tos simé­tri­cos con res­pec­to a la fuer­za labo­ral de los paí­ses desa­rro­lla­dos y los sub­de­sa­rro­lla­dos. Si los paí­ses pobres obtie­nen empleos mise­ra­bles, los tra­ba­ja­do­res de los paí­ses ricos pier­den los suyos y pasan a inte­grar un ejér­ci­to indus­trial de reser­va que debe­rá acep­tar sala­rios cada vez más bajos y con­di­cio­nes menos favo­ra­bles. En la glo­ba­li­za­ción las con­di­cio­nes labo­ra­les tien­den inexo­ra­ble­men­te hacia el míni­mo común denominador.

Balan­ce

En resu­men, las maqui­las o zonas espe­cia­les sólo pro­du­cen bene­fi­cios para las trans­na­cio­na­les, y arro­jan efec­tos nega­ti­vos para todos los demás par­ti­ci­pan­tes: 1)Para la cla­se tra­ba­ja­do­ra, que sólo labo­ra en ellas en con­di­cio­nes de dis­cri­mi­na­ción sexis­ta, sobre­ex­plo­ta­ción y remu­ne­ra­ción ínfi­ma, y a la cual arre­ba­tan la tota­li­dad las con­quis­tas socia­les y labo­ra­les gana­das median­te arduas luchas de déca­das. 2) Para el Esta­do, que en vir­tud de los Infa­mes Tra­ta­dos con­tra la Doble Tri­bu­ta­ción, con­tra­tos de esta­bi­li­dad tri­bu­ta­ria, exen­cio­nes, exo­ne­ra­cio­nes y otros pri­vi­le­gios incons­ti­tu­cio­nal­men­te otor­ga­dos a las trans­na­cio­na­les, prác­ti­ca­men­te no per­ci­be de éstas impues­tos con los cua­les cos­tear la edu­ca­ción, salud y pen­sio­nes de los tra­ba­ja­do­res y otros gas­tos indis­pen­sa­bles. 3) Para la eco­no­mía del país don­de se ins­ta­lan, que sólo ope­ra una fase del pro­ce­so pro­duc­ti­vo, y casi nun­ca reci­be para su con­su­mo interno la pro­duc­ción maqui­la­do­ra, en su mayo­ría des­ti­na­da a mer­ca­dos exter­nos y a pre­cios incos­tea­bles para los nacio­na­les. 4) Para la sobe­ra­nía nacio­nal, que pasa a ser frag­men­ta­da en zonas don­de no se apli­can las leyes de la Repú­bli­ca ni ope­ran sus tri­bu­na­les, como si hubie­ran sido mili­tar­men­te ocu­pa­das por poten­cias extran­je­ras. 5)Y en fin, para las orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas ges­to­ras: Rafael Cal­de­ra dio el pri­mer paso para la ins­ta­la­ción de maqui­las en Vene­zue­la en 1997 con la anu­la­ción de la retro­ac­ti­vi­dad de las pres­ta­cio­nes socia­les y demás con­quis­tas labo­ra­les. Su par­ti­do no vol­vió a ganar jamás una elección.

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