La polémica política levantada sobre la quema de contenedores se ha convertido en la «serpiente veraniega» de este 2010. El último capítulo se escribió ayer, cuando fuentes del Departamento de Interior de Lakua y la Ertzaintza admitieron en «El País» que no advierten ninguna estrategia ni ligazón tras estos sucesos y que todo puede deberse a un «efecto dominó». Pero poco después oficialmente se volvía a situar como «kale borroka» otro caso en Errenteria.
Ramón SOLA | DONOSTIA
La recta final del verano en Euskal Herria está siendo monopolizada informativamente por una cuestión que se ha repetido año a año sin trascendencia alguna, pero que ahora ha sido elevada a acontecimiento político de primer orden: la quema de contenedores en localidades que, a menudo, celebran sus fiestas. La polémica creció ayer cuando, como ya había apuntado la víspera en otra información, «El País» indicó citando fuentes del Departamento de Interior que se descarta que estos sucesos sean producto de una estrategia.
Como ya remarcaba GARA el miércoles, las fuentes «próximas a la investigación» citadas por este rotativo hacen hincapié ahora en que el modus operandi no es el habitual de la kale borroka: «Ninguno de los hechos ha tenido que ver con convocatorias o manifestaciones, no ha habido confrontaciones, y en cuanto a hacerse presentes en las fiestas patronales, en Vitoria por ejemplo han quemado varios contenedores en días diferentes cuando ya se habían acabado las fiestas».
Se cita también que sectores de la Ertzaintza admiten el «factor mimético de la repercusión que estos hechos violentos tienen en los medios informativos», que en los últimos días han prestado un enorme espacio a la quema de contenedores en Zarautz, Azkoitia o Bilbo.
Efectivamente, repasando las informaciones de agencia veraniegas de años anteriores, en Euskal Herria e incluso en el resto del Estado, se puede comprobar que el incendio de contenedores es un suceso muy habi- tual en estas fechas. La novedad es que hasta ahora no se le había dado ni relevancia mediática ni significado político. Sin embargo, en este 2010, y después de que el Departamento de Interior de Lakua expusiera reiteradamente durante julio y agosto que se temía un «rebrote» de kale borroka antes de que acabara el verano, los extraños ataques aparentemente organiza- dos de Zarautz sirvieron para poner en marcha esta campaña mediática-política.
A partir de ahí, cada episodio de contenedores quemados en cualquier punto del país ha sido añadido automáticamente hasta crear una secuencia, pese a no advertirse ligazón alguna entre los sucesos, como admite «El País». Y ha motivado rápidamente una catarata de declaraciones políticas destinadas a presionar a la izquierda abertzale. «Su credibilidad está bajo contenedores quemados», dijo el jueves el parlamentario del PSE Oscar Rodríguez. Su compañero en Zarautz Patxi Elola le negó la presunción de inocencia. Y el alcalde en funciones de Gasteiz, Juan Carlos Alonso, del mismo partido, añadió que «ya sabemos que cuando sus jefes mandan arrancar, arrancan. No engañan a nadie».
Basagoiti: «Atentados»
Pese a la evidencia creciente de que existe una operación política detrás del eco dado a estos sucesos, la situación volvió a reproducirse ayer. A primera hora se difundió que en Errenteria se habían quemado tres contenedores por la noche, y rápidamente la agencia Europa Press indicó que el hecho «se enmarca dentro de los últimos actos de kale borroka sucedidos durante las últimas semanas, según ha confirmado a Europa Press el Departamento de Interior del Gobierno Vasco».
A partir de ahí llegaron las habituales reacciones, como la del presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, que pidió a la sociedad vasca que «no se crea» las palabras de la izquierda abertzale porque «son una farsa. Detrás de estos atentados está la propia izquierda abertzale». «Si quiere Batasuna, si lo quiere la llamada izquierda abertzale, Otegi o los líderes locales de este partido ilegalizado, no se mueve un solo cóctel molotov, no se quema un solo contenedor», añade Basagoiti.
Después de que «Diario de Noticias de Navarra» revelara ayer la existencia de conversaciones entre izquierda abertzale, EA y Aralar en Nafarroa, la izquierda abertzale emitió una nota en la que denuncia que «los dos encuentros mantenidos han discurrido sobre una premisa básica y aceptada por todos los agentes participantes: discreción absoluta sobre las reuniones y sus contenidos». A partir de ahí, censura que «todas y cada una de las veces Aralar ha incumplido lo acordado», y estima que «en su dirección existen interesese y personas que pretenden boicotear, a través de filtraciones interesadas, el clima de confianza necesario para el adecuado desarrollo de estas relaciones. No entendemos tamaña irresponsabilidad si no es desde una óptica de bloqueo permanente en el intento de dificultar acuerdos que la sociedad de izquierdas y abertzale demanda».
Tras ello, recalca que mantiene su compromiso de intentar cerrar acuerdos «para articular el cambio político y social en Nafarroa», y que «son los sectores que pretenden dificultar estas relaciones y, en consecuencia, los acuerdos los que deberán explicar ante la ciudadanía los motivos de su actuación».
GARA
La izquierda abertzale mantendrá su apuesta «pase lo que pase», está decidida a «poner toda la carne en el asador» y recalca que quienes apuesten por el cambio político pueden contar con ella. Son palabras de Niko Moreno, alcalde de Elorrio y representante de la izquierda abertzale, en una entrevista difundida ayer por Europa Press.
En ella se alude también a la cuestión de la quema de contenedores. Moreno admite que no saben quién está detrás ni por qué, pero dice que este tipo de acciones «son una piedra en el camino que está emprendiendo la izquierda abertzale, pero no una piedra que esté poniendo la izquierda abertzale. Quien esté detrás de esto, desde luego no está ayudando». Incide, por otra parte, en que «nuestro desmarque, nuestra lectura de estos hechos está siendo bastante clara».
En relación a la posición de ETA, Niko Moreno remarca que en sus últimos comunicados «ha manifestado, de alguna manera, la sintonía con el proceso democrático», y añade que «hay que ver las dos cosas, lo que ha dicho ETA y lo que no ha hecho. Llevamos más de un año largo sin actividad directamente imputable a ETA», recuerda.
El primer edil elorriarra considera que los emplazamientos que se están realizando deben ser «dobles», no sólo a ETA sino también a otros agentes, y recuerda que así lo hizo la Declaración de Bruselas. «Lo que esperamos es que haya pasos por todos los lados, no tenemos que estar mirando solamente a lo que haga o deje de hacer ETA, sino que también esperamos pasos por parte del Estado», dice. En concreto, cita el cese de la represión, la modificación de la actual política carcelaria y la devolución de «mínimos democráticos» para que todos los proyectos puedan desarrollarse «en igualdad de condiciones».
Preguntado por las elecciones, Niko Moreno recuerda que la izquierda abertzale nunca ha dejado de estar en ellas de una u otra manera. Con todo, indica que lo que más les preocupa es crear las bases para propiciar un cambio de marco en Euskal Herria. «Nuestra obsesión principal no es la consecución de un sujeto electoral», concreta. En la misma línea, subraya el valor del acuerdo estratégico con EA, pero destaca que el trabajo que realizan juntos no se plantea ahora desde un punto de vista electoral. «Cuando llegue ese periodo, ya veremos qué posibilidades nos encontramos».
Moreno sale al paso además de las declaraciones de Iñigo Urkullu, líder del PNV, sobre la situación interna independentista. «Hablar ahora de duros o blandos, o de traidores o no traidores, después de un proceso de este tipo es sumamente peligroso y corrosivo ‑replica-. No corresponde a la verdad ni mucho menos, y tampoco le corresponde a Urkullu andar diciendo esas cosas».
Atribuye las declaraciones al nerviosismo generado por su iniciativa y a la necesidad de muchos partidos de resituarse. En cuanto al PSOE, explica que «ellos sabrán si pueden romper las ataduras y el marcaje del PP». GARA