Argen­ti­na. Usur­pa­ción de tie­rras ances­tra­les: “Es nues­tra tie­rra y nues­tro lugar”

Por Ana­be­lla Anto­ne­lli y Nad­ya Scher­bovsky, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 13 de mayo de 2021. 

El Movi­mien­to Cam­pe­sino de Cór­do­ba denun­cia al empre­sa­rio José Cle­men­te Las­cano por la usur­pa­ción de las tie­rras de la fami­lia Cam­pos en el para­je El Barrial, depar­ta­men­to Sobre­mon­te, al nor­te de nues­tra pro­vin­cia. Pese a ser legí­ti­mes y ances­tra­les posee­do­res de esas tie­rras, y como una para­do­ja que roza el absur­do, la impu­tación recae sobre la fami­lia campesina.

El Cam­po San Fran­cis­co, de la fami­lia Cam­pos, cons­ta de 1.200 hec­tá­reas, loca­li­za­das en la cos­ta de las Sali­nas de Ambar­gas­ta, “zona roja” según el mapa de Orde­na­mien­to Terri­to­rial de Bos­que Nati­vos. Allí pro­du­cen vacas y viven de sus cabras hace más años de lo que alcan­za la memo­ria fami­liar. Son tie­rras ances­tral­men­te habi­ta­das, don­de se encuen­tran ras­tros de mor­te­ros. En ese lugar, nacie­ron y se cria­ron los abue­los de Susa­na y Jose­fa Cam­pos, hoy impu­tadas por “tur­ba­ción a la posesión”.


“En este momen­to, no pode­mos estar en el cam­po por­que la jus­ti­cia nos des­po­jó, nos expul­só del lugar, no nos deja entrar. Den­tro del cam­po tene­mos la casa con los mue­bles y nues­tras cosas, pero no pode­mos entrar por la usur­pa­ción del empre­sa­rio. Nos vol­teó todo, el alam­bre, la tran­que­ra y la jus­ti­cia, pero nos dicen que somos noso­tras las usur­pa­do­ras”. Las pala­bras son de Susa­na Cam­pos, refe­ren­te his­tó­ri­ca del Movi­mien­to Cam­pe­sino de Cór­do­ba (MCC), tra­ba­ja­do­ra de los Equi­pos de Salud y pro­duc­to­ra caprina. 


En con­ver­sa­ción con La tin­ta, cuen­ta que su abue­la nació en el lugar, “mis abue­los tra­ba­jan esta tie­rra, cria­ron sus vacas, hacían sus pro­duc­cio­nes, ella era dul­ce­ra. Ahí nació mi padre, quien siguió tra­ba­jan­do la tie­rra, for­mó su fami­lia y naci­mos noso­tras. Ahí trans­cu­rrió mi vida, ahí fui al cole­gio. Es nues­tra tie­rra y nues­tro lugar”.

Con­sul­ta­mos al abo­ga­do de las her­ma­nas Cam­pos, Joa­quín Gon­zá­lez, quien narra una cro­no­lo­gía de los hechos para com­pren­der el con­flic­to. En 2005, el padre de Susa­na y Jose­fa, María Cam­pos, hizo el trá­mi­te para ano­tar las tie­rras don­de vivía, en el Regis­tro de Posee­do­res. Enten­dien­do el des­po­jo que sufren des­de hace déca­das les cam­pe­si­nes, “empe­zó a ejer­cer actos pre­ven­ti­vos en defen­sa de su territorio”.

Alre­de­dor del año 2010, se pre­sen­ta­ron “here­de­ros” de un titu­lar regis­tral de ape­lli­do Barrio­nue­vo, denun­cian­do a Cam­pos por usur­pa­ción. “Le pin­ta­ron los dedos, pero no avan­zó a nin­gún lado por­que no tenía ni pies ni cabe­za”, expli­ca Joa­quín. Sin embar­go, en 2014, Barrio­nue­vo ven­dió el cam­po a Las­cano, un empre­sa­rio cor­do­bés dedi­ca­do a la com­pra-ven­ta de cam­pos y a la gana­de­ría, “que qui­so meter­se por la fuer­za. La fami­lia lo peleó, hubo denun­cia y el hom­bre nun­ca entró”. Dos meses des­pués, Jose­fa tuvo un acci­den­te auto­mo­vi­lís­ti­co en el que falle­ció su pare­ja y estu­vo cua­tro años en recu­pe­ra­ción. El padre y la madre deci­die­ron dejar pro­vi­so­ria­men­te el cam­po para cui­dar a su hija y a sus nietos. 

“Reha­bi­li­ta­da, casi cin­co años des­pués, Jose­fa deci­de empren­der nue­va­men­te tareas pro­duc­ti­vas en el cam­po, al cual siem­pre iban a dar una vuel­ta. La cuar­ta vez que van a tra­ba­jar allí, se dan con que habían meti­do una topa­do­ra, esta­ban hacien­do alam­bres nue­vos y sacan­do las tran­que­ras”, narra el abogado.

Ante el atro­pe­llo, la fami­lia Cam­pos sacó los alam­bres nue­vos, puso los vie­jos, recu­pe­ró la tran­que­ra, la vol­vió a poner y puso can­da­dos nue­va­men­te. Las her­ma­nas y el empre­sa­rio se denun­cia­ron mutua­men­te, pero la que pros­pe­ró fue la del empre­sa­rio. La fis­ca­lía las impu­tó por “tur­ba­ción a la pose­sión”, por sacar los alam­bres nue­vos que se esta­ban ponien­do y colo­car los vie­jos que esta­ban antes. Así de absurdo.

Ante esto, Jose­fa y Susa­na y su abo­ga­do pidie­ron que les tomen decla­ra­ción para ejer­cer su defen­sa mate­rial y saber qué prue­bas había en su con­tra. No las lla­ma­ron, insis­tie­ron, no las lla­ma­ron. Al tiem­po, les lle­gó una cita­ción para pin­tar­les los dedos, de nue­vo. El Secre­ta­rio del fis­cal, Dr. Miz­zau, les expli­có que las hue­llas esta­ban mal toma­das y que se habían adul­te­ra­do los docu­men­tos en la fis­ca­lía. Les toma­ron las hue­llas y las cita­ron a decla­rar, en carác­ter de impu­tades, a Jose­fa, Susa­na y a la pare­ja de Jose­fa, que no había esta­do impu­tada antes. 

Se pre­sen­ta­ron el 7 de mayo pasa­do, pero no toma­ron decla­ra­ción a Susa­na por­que “leye­ron bien la cau­sa y se dan cuen­ta de que Susa­na no esta­ba cuan­do saca­ron y repu­sie­ron el alam­bre” ‑expli­ca Joa­quín-. “La impu­tada está ficha­da, han man­da­do los ante­ce­den­tes, lo hicie­ron dos veces, la tuvie­ron seis meses impu­tada, esta­ba mal, angus­tia­da y enci­ma con una res­tric­ción de ingre­so al cam­po, y aho­ra dicen que a ella no, que a su her­ma­na sí y ade­más agre­gan un impu­tado que antes no esta­ba por­que no había leí­do bien la cau­sa. Susa­na está some­ti­da por el sis­te­ma penal, mar­ca­da, sojuz­ga­da y, sin embar­go, no pue­de ejer­cer su dere­cho de defen­sa por­que no hay un hecho del cual defen­der­se. Ese es un doble ava­sa­lla­mien­to el que sufre”.

“¡Oh, sor­pre­sa mía! Me dicen que no pue­do decla­rar, no entien­do más nada”, expre­sa Susa­na y ase­gu­ra: “Algo sí me que­dó bien cla­ro: nos nin­gu­nea­ron, nos basu­rea­ron, ese día qui­sie­ron demos­trar que ellos tenían el poder. La jus­ti­cia es patriar­cal, pien­san que la mujer no pue­de, que no tie­ne dere­chos, nos fal­ta­ron el res­pe­to la Jus­ti­cia y el usur­pa­dor del cam­po. Por ser muje­res, por­que somos cam­pe­si­nas y no tene­mos plata”.

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“Me inva­de una angus­tia y una impo­ten­cia al saber que la Jus­ti­cia jamás va a estar a favor nues­tro. Como cam­pe­si­nos, tene­mos que unir­nos y luchar, no aver­gon­zar­nos. Nos han des­po­ja­do y tene­mos dere­cho a luchar. Segui­re­mos demos­trán­do­le a la Jus­ti­cia que los ver­da­de­ros due­ños somos noso­tros, los que tra­ba­ja­mos la tie­rra, los que vivi­mos ances­tral­men­te ahí”, expre­sa Susana.

Des­de el MCC, deman­dan que, en el mar­co del reco­no­ci­mien­to de la agri­cul­tu­ra fami­liar en la pro­vin­cia, las auto­ri­da­des pro­vin­cia­les deben poner en mar­cha medi­das con­tun­den­tes y recur­sos para que las fami­lias cam­pe­si­nas acce­dan a la justicia.


Para Susa­na, la jus­ti­cia pone tra­bas a les cam­pe­si­nes una y otra vez. Ella vio a otras fami­lias que cui­dan el mon­te, la flo­ra y la fau­na, sufrien­do atro­pe­llos y des­po­jos en manos de empre­sa­rios y de la Jus­ti­cia, vio des­alo­jos de la pro­pia tie­rra de una. “Nece­si­ta­mos que el gobierno nos dé una ley váli­da para accio­nar cuan­do nos tene­mos que enfren­tar a los gran­des empre­sa­rios, que de una vez por todas nos ampa­re una ley jus­ta para los cam­pe­si­nos, para poder vivir tran­qui­los y que no nos vivan atro­pe­llan­do y sacan­do de los luga­res en que hemos naci­do”, afirma.


“Noso­tras como muje­res vamos a demos­trar que pode­mos, segui­mos, lucha­mos y recu­pe­ra­re­mos esas tie­rras. Por­que ahí tra­ba­ja­mos y de ahí nos sus­ten­ta­mos. Que­re­mos demos­trar­le a esa jus­ti­cia patriar­cal que tene­mos dere­cho como muje­res y como cam­pe­si­nas”, expre­sa Susa­na y con­ti­núa: “Algún momen­to serán mis hijos, mis nie­tos o la des­cen­den­cia que ven­ga detrás mio quie­nes vivan tran­qui­los y las tie­rras serán de quie­nes la tra­ba­jan. Si los pue­blos tie­nen ali­men­ta­ción es por­que el cam­pe­sino está ahí den­tro de esos mon­tes con vida. No haga­mos des­apa­re­cer al cam­pe­sino por­que ahí hay vida”.

Des­de el MCC, advier­ten que más allá de las ame­na­zas de muer­te sufri­das, van a defen­der la tie­rra de los usur­pa­do­res de guan­te blan­co. “SE VA A CAER LA JUSTICIA PATRIARCAL; NI UN METRO MÁS, LA TIERRA ES NUESTRA”, concluyen.

Fuen­te: La tinta

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