Pales­ti­na. Sheikh Jarrah : Está en peli­gro la iden­ti­dad pales­ti­na de Jerusalén

Resu­men de Medio Orien­te, 13 de mayo de 2021.

Nues­tro men­sa­je es cla­ro: no nos vamos a nin­gu­na par­te. Que­re­mos que­dar­nos, seguir cons­tru­yen­do recuer­dos. “La Nak­ba no fue sólo un acon­te­ci­mien­to; es una con­di­ción per­ma­nen­te de nues­tra exis­ten­cia”. Muna Dajani.

Los des­alo­jos pre­vis­tos de fami­lias pales­ti­nas de Sheikh Jarrah, el barrio pales­tino de Jeru­sa­lén Este, han pro­vo­ca­do una pro­tes­ta mun­dial des­pués de que los resi­den­tes del barrio, jun­to con acti­vis­tas pales­ti­nos, movi­li­za­ran una cam­pa­ña en las redes socia­les (#SaveSheikh­Ja­rrah) para con­cien­ciar sobre los recien­tes y alar­man­tes acon­te­ci­mien­tos que se están pro­du­cien­do allí.

Para algu­nos, como yo, estos acon­te­ci­mien­tos son pro­fun­da­men­te per­so­na­les: mi fami­lia es una de las que se enfren­tan a la expulsión.

Soy hija y nie­ta de orgu­llo­sos jero­so­li­mi­ta­nos. Su his­to­ria es la de millo­nes de pales­ti­nos y pales­ti­nas: la his­to­ria de una lucha por existir.

En la Nak­ba de 1948 (lo que los pales­ti­nos lla­man la «catás­tro­fe»), mis abue­los se con­vir­tie­ron en refu­gia­dos, obli­ga­dos a aban­do­nar su her­mo­so hogar en el barrio de Baqa, en lo que pasó a lla­mar­se Jeru­sa­lén Oeste.

Mis abue­los se refu­gia­ron en Sheikh Jarrah, una zona a las afue­ras de la Ciu­dad Vie­ja de Jerusalén.

Cons­tru­ye­ron un hogar lleno de amor, plan­ta­ron árbo­les para ali­men­tar su arrai­go a la tie­rra y for­ma­ron par­te de una comu­ni­dad muy uni­da. Cuan­do éra­mos niños, nos sen­tía­mos segu­ros allí. Cre­ci­mos como jero­so­li­mi­ta­nos orgu­llo­sos de vivir en el cora­zón de la ciu­dad. Pero tam­bién sabía­mos que la ame­na­za de la expul­sión se cer­nía sobre nosotros.

Para los pales­ti­nos, por tan­to, la Nak­ba no fue sólo un acon­te­ci­mien­to; es una con­di­ción per­ma­nen­te de nues­tra exis­ten­cia. Nos enfren­ta­mos a ella cada vez que las polí­ti­cas israe­líes nos expul­san de nues­tros hoga­res, nos ata­can en nues­tros luga­res de cul­to y res­trin­gen nues­tro acce­so a los espa­cios cul­tu­ra­les y polí­ti­cos de nues­tra ciudad.

La Nak­ba es tan­to colec­ti­va como per­so­nal, una for­ma de exis­tir a pesar del con­ti­nuo des­arrai­go al que nos enfren­ta­mos cada día. Este es el sen­ti­mien­to y la expe­rien­cia de cien­tos de miles de jero­so­li­mi­ta­nos, inti­mi­da­dos y coac­cio­na­dos a vivir bajo un sis­te­ma que pre­ten­de borrar­los de su ciudad.

Esta no es una lucha nue­va: lle­va­mos déca­das enfren­tán­do­nos a la orga­ni­za­ción de colo­nos en los tri­bu­na­les israe­líes. No tene­mos fe en estos tri­bu­na­les; al fin y al cabo, en últi­ma ins­tan­cia están apli­can­do una legis­la­ción dis­cri­mi­na­to­ria. No están de nues­tra par­te; no nos ven como seres huma­nos igua­les que sólo quie­ren per­ma­ne­cer en sus hoga­res, que quie­ren jus­ti­cia y el dere­cho a vivir en su ciudad.

Ade­más, los jero­so­li­mi­ta­nos pales­ti­nos se enfren­tan a una fla­gran­te dis­cri­mi­na­ción debi­do a los per­mi­sos de vivien­da, la expan­sión de los asen­ta­mien­tos, la fal­ta de infra­es­truc­tu­ras y una situa­ción eco­nó­mi­ca asfi­xian­te refor­za­da por la com­ple­ta segre­ga­ción del res­to de Cis­jor­da­nia. Las fami­lias están divi­di­das, las ins­ti­tu­cio­nes loca­les debi­li­ta­das y silen­cia­das, y la vida den­tro de la ciu­dad se ha vuel­to inso­por­ta­ble e imposible.

Jeru­sa­lén, en la psi­que de los jero­so­li­mi­ta­nos pales­ti­nos, no está divi­di­da. Se nos ha exclui­do sis­te­má­ti­ca­men­te de vol­ver a nues­tros hoga­res allí, con­vir­tién­do­la en una zona sólo para judíos. Mien­tras tan­to, Jeru­sa­lén Este se con­vir­tió en un espa­cio pales­tino de fac­to, pero la agre­sión israe­lí y las polí­ti­cas expan­sio­nis­tas nos están expul­san­do sis­te­má­ti­ca­men­te de allí también.

Por eso Sheikh Jarrah es una lucha crí­ti­ca y cen­tral. Es el espa­cio vital en el cora­zón de Jeru­sa­lén, que conec­ta los res­tan­tes barrios pales­ti­nos jero­so­li­mi­ta­nos y alber­ga impor­tan­tes ins­ti­tu­cio­nes cul­tu­ra­les y políticas.

Los habi­tan­tes de Sheikh Jarrah se han man­te­ni­do fir­mes y su tena­ci­dad es admi­ra­ble. Todos hemos sido tes­ti­gos en las últi­mas sema­nas de su valen­tía, al unir­se los jero­so­li­mi­ta­nos y los pales­ti­nos de toda Palestina.

En Jeru­sa­lén, en par­ti­cu­lar, las expre­sio­nes de soli­da­ri­dad han sido dura­men­te gol­pea­das por las fuer­zas israe­líes, para­le­la­men­te a otras medi­das repre­si­vas adop­ta­das en los alre­de­do­res de la Puer­ta de Damas­co duran­te el Ramadán.

Por si fue­ra poco, el vier­nes pasa­do resul­ta­ron heri­dos más de 200 fie­les pales­ti­nos den­tro del recin­to de la mez­qui­ta de Al Aqsa. El lunes, unos 300 pales­ti­nos resul­ta­ron heri­dos en el recin­to y en la Ciu­dad Vieja.

La situa­ción en Jeru­sa­lén dis­ta mucho de ser tran­qui­la el res­to de los días. La inti­mi­da­ción, el aco­so, la demo­li­ción de vivien­das, la dis­cri­mi­na­ción y la segre­ga­ción son la nor­ma para las fami­lias jero­so­li­mi­ta­nas. Nues­tra exis­ten­cia dia­ria es una lucha.

Como escri­bió Moham­mad el-Kurd, escri­tor de Jeru­sa­lén y uno de los resi­den­tes ame­na­za­dos de expul­sión: «Si roban Sheikh Jarrah», nues­tra exis­ten­cia en la ciu­dad y la iden­ti­dad ára­be de ésta deja­rán de existir.

Ins­ta­mos a la gen­te a que apo­ye a Sheikh Jarrah. Tu soli­da­ri­dad impor­ta. Tu acti­vis­mo impor­ta. Nues­tra lucha con­jun­ta por la jus­ti­cia, la liber­tad y la dig­ni­dad es una lucha uni­ver­sal y tene­mos que seguir luchan­do, resis­tien­do, escri­bien­do, com­par­tien­do, soli­ci­tan­do y ampli­fi­can­do las voces de los palestinos.

Nues­tro men­sa­je es cla­ro: no nos vamos a nin­gu­na par­te. Que­re­mos que­dar­nos, seguir cons­tru­yen­do recuer­dos, que nues­tros hijos crez­can y conoz­can su hogar y su ciu­dad como lo hici­mos noso­tros. Esta es nues­tra ciu­dad. Estos son nues­tros hoga­res. Nos nega­mos a que nos borren.

La Dra. Muna Daja­ni es una aca­dé­mi­ca resi­den­te en el Rei­no Uni­do y miem­bro el think tank de Al-Shabaka.

Este artícu­lo apa­re­ció en inglés en el Inde­pen­dent el 11 de mayo de 2021. Pue­des leer el artícu­lo ori­gi­nal aquí.

Fuen­te: www​.eldia​rio​.es

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