Argentina. 7J Día del y la Periodista: Rodolfo Walsh, el periodismo y la escritura como lucha y testimonio

Argen­ti­na. 7J Día del y la Perio­dis­ta: Rodol­fo Walsh, el perio­dis­mo y la escri­tu­ra como lucha y testimonio

Por Car­los Ciap­pi­na*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 7 de junio de 2021.

“Creo, con toda inge­nui­dad y fir­me­za, en el dere­cho de cual­quier ciu­da­dano a divul­gar la ver­dad que cono­ce, por peli­gro­sa que sea”, Rodol­fo Walsh.

El 25 de mar­zo de 1977, un perio­dis­ta se diri­ge a la esqui­na de las calles Entre Ríos y San Juan en Capi­tal Fede­ral. Lle­va un por­ta­fo­lio con pape­les, pape­les que envía per­so­nal­men­te por correo a des­ti­na­ta­rios espe­cí­fi­cos. En la oscu­ri­dad de la Dic­ta­du­ra, ese perio­dis­ta diri­ge una agen­cia de noti­cias –Ancla- y una moda­li­dad de comu­ni­ca­ción per­so­na a per­so­na – Cade­na Infor­ma­ti­va- que bus­can rom­per el círcu­lo cerra­do de la infor­ma­ción que la Dic­ta­du­ra y los gran­des medios hege­mó­ni­cos han constituido.

¿Qué está dis­tri­bu­yen­do? ¿Qué pue­de ser tan impor­tan­te para dejar la segu­ri­dad de su refu­gio en San Vicen­te y aden­trar­se clan­des­tino en la ciu­dad que con­tro­la cua­dra por cua­dra la dictadura?

Está dis­tri­bu­yen­do la ver­dad; está dan­do su tes­ti­mo­nio. Está seña­lan­do el ver­da­de­ro y pro­fun­do sen­ti­do de la dic­ta­du­ra que aho­ga al país.

Ese perio­dis­ta, que tam­bién es escri­tor, y ade­más mili­tan­te polí­ti­co se lla­ma Rodol­fo Walsh. Va a dar su vida por dar tes­ti­mo­nio con la verdad.

La tra­yec­to­ria de Walsh no pue­de más que bos­que­jar­se en estas bre­ves notas.

¿Qué es lo que tie­nen en común el joven Walsh que se ini­cia en el nacio­na­lis­mo cató­li­co de dere­chas con el orga­ni­za­dor –jun­to a otros perio­dis­tas y escri­to­res- de la Agen­cia de noti­cias de la Revo­lu­ción Cubana?

¿Qué com­par­ten el escri­tor de cuen­tos cor­tos que apo­ya la Revo­lu­ción “Liber­ta­do­ra” con­tra el “tirano” J.D. Perón y escri­be la memo­ra­ble nota de des­pe­di­da del mis­mo Perón en el núme­ro 214 del dia­rio Noti­cias de 1974?

¿Cómo se unen el escri­tor de aquel cuen­to “2−0−12 no vuel­ve” que ala­ba a la avia­ción naval en el gol­pe de setiem­bre de 1955 con el rela­to sobre “Esa mujer” que nom­bra a Evi­ta – prohi­bi­da y secues­tra­da aún muer­ta- sin nom­brar­la, en cada ren­glón del mismo?

Eso que une a los dife­ren­tes Walsh que son – a la vez- uno sólo, es su cons­tan­te y per­ma­nen­te res­pe­to a su hones­ti­dad inte­lec­tual, a su com­pro­mi­so con la ver­dad. Todo lo que Walsh escri­be está atra­ve­sa­do por su voca­ción de expre­sar su pare­cer a par­tir de lo que cree y pien­sa en ese momen­to, con abso­lu­ta hones­ti­dad escri­tu­ral y perio­dís­ti­ca. Sus posi­cio­nes ideo­ló­gi­cas y socia­les pue­den variar; su pers­pec­ti­va inter­na­cio­nal tam­bién; lo mis­mo que sus apo­yos polí­ti­cos. Pero no es esa la cons­tan­te, la cons­tan­te de Walsh es la hones­ti­dad inte­lec­tual infle­xi­ble, inclau­di­ca­ble cada vez que toma la máqui­na de escri­bir y expre­sa lo que quie­re expresar.

Y está allí, en esa esqui­na de aquel 25 de mar­zo de 1977. La dic­ta­du­ra geno­ci­da lle­va­ba un año en el poder. ¿Y que hace Walsh? Está dan­do tes­ti­mo­nio. Envía per­so­nal­men­te por correo su últi­mo escri­to perio­dís­ti­co. Qué es tam­bién un escri­to lite­ra­rio y a la vez socio­ló­gi­co y al mis­mo tiem­po polí­ti­co: “Car­ta abier­ta de un escri­tor a la Jun­ta Militar”.

La Dic­ta­du­ra lle­va­ba su pri­mer año en el poder y Walsh –mili­tan­te de Mon­to­ne­ros- se sien­te en la obli­ga­ción de dar tes­ti­mo­nio al pue­blo argen­tino sobre el ver­da­de­ro alcan­ce de la Dic­ta­du­ra. Podría­mos afir­mar que, en la pro­fun­di­dad de su aná­li­sis, Walsh demues­tra con esta “Car­ta Abier­ta” que es qui­zás el pri­me­ro en des­nu­dar y com­pren­der la ver­da­de­ra natu­ra­le­za de la Dictadura.

Cuan­do muchos toda­vía se pre­gun­ta­ban cuál sería el derro­te­ro de la Dic­ta­du­ra – los bien pen­san­tes cla­ro, por­que para muchos otros a la dic­ta­du­ra había que apo­yar­la- ; Rodol­fo Walsh en esta “Car­ta Abier­ta” ana­li­za a la Dic­ta­du­ra en dos pla­nos: lo que hace coti­dia­na­men­te como dic­ta­du­ra repre­si­va y geno­ci­da y, vien­do más allá, mucho más allá –diría­mos has­ta hoy- el plan glo­bal, de tras­torno pro­fun­do de toda una socie­dad para recon­fi­gu­rar defi­ni­ti­va­men­te el poder en la Argentina. 

En esa Car­ta Abier­ta que lle­va bajo el bra­zo, Walsh eli­je hablar­le direc­ta­men­te a los dic­ta­do­res pero a tra­vés de ese recur­so le está hablan­do y aler­tan­do –qué duda cabe- a todo el pue­blo argentino.

Walsh des­nu­da la acción geno­ci­da de la dic­ta­du­ra: “ Han lle­ga­do uste­des a la tor­tu­ra abso­lu­ta, intem­po­ral, meta­fí­si­ca en la medi­da que el fin ori­gi­nal de obte­ner infor­ma­ción se extra­vía en las men­tes per­tur­ba­das que la admi­nis­tran” la tor­tu­ra como recur­so, ya no para obte­ner infor­ma­ción, sino como moda­li­dad de quie­bre y des­truc­ción ideo­ló­gi­ca y humana.

Des­cri­be con pre­ci­sión el accio­nar repre­si­vo ile­gal de la dic­ta­du­ra y quié­nes son sus ver­da­de­ras víc­ti­mas: “Una sis­te­má­ti­ca eje­cu­ción de rehe­nes en luga­res des­cam­pa­dos y en horas de la madru­ga­da con el pre­tex­to de fra­gua­dos com­ba­tes e ima­gi­na­rias ten­ta­ti­vas de fuga”…… “muchos de esos rehe­nes son dele­ga­dos sin­di­ca­les, inte­lec­tua­les, fami­lia­res de gue­rri­lle­ros, opo­si­to­res no arma­dos, sim­ples sos­pe­cho­sos a los que se mata para equi­li­brar la balan­za de las bajas según la doc­tri­na extran­je­ra de «cuen­ta-cadá­ve­res»”

Y agre­ga , en todos los casos , en la for­ma en que Walsh enca­ra­ba la tarea perio­dís­ti­ca –esto es, con abso­lu­ta pre­ci­sión- los núme­ros de ase­si­na­dos y des­apa­re­ci­dos , los datos y nom­bre de repre­so­res, los nom­bres de las víc­ti­mas y des­plie­ga , por pri­me­ra vez, la eva­lua­ción que seña­la­ba con pre­ci­sión el Plan Sis­te­má­ti­co del Terro­ris­mo de Esta­do: “estos epi­so­dios no son des­bor­des de algu­nos cen­tu­rio­nes alu­ci­na­dos sino la polí­ti­ca mis­ma que uste­des pla­ni­fi­can en sus esta­dos mayo­res, dis­cu­ten en sus reunio­nes de gabi­ne­te, impo­nen como coman­dan­tes en jefe de las 3 Armas y aprue­ban como miem­bros de la Jun­ta de Gobierno”.

Con­clu­ye Walsh, des­car­tan­do la inci­pien­te “teo­ría de los dos demo­nios”, ya esbo­za­da por los medios hege­mó­ni­cos en ese ini­cio de la dic­ta­du­ra: “Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Jun­ta que uste­des pre­si­den no es el fiel de la balan­za entre «vio­len­cias de dis­tin­tos sig­nos» ni el árbi­tro jus­to entre «dos terro­ris­mos», sino la fuen­te mis­ma del terror que ha per­di­do el rum­bo y sólo pue­de bal­bu­cear el dis­cur­so de la muerte”.

Deba­jo de su bra­zo, en esta Car­ta Abier­ta, está la denun­cia, pre­ci­sa, cla­ra, impe­ca­ble sobre los crí­me­nes sis­te­má­ti­cos que la dic­ta­du­ra esta­ba lle­van­do a cabo y que per­ma­ne­cían en la oscu­ri­dad para la mayo­ría del pue­blo argen­tino, por la com­pli­ci­dad de los medios masi­vos de comunicación.

Sin embar­go, rela­tar el des­plie­gue del Esta­do Terro­ris­ta como un recuen­to de sus atro­ci­da­des resul­ta­ría un ejer­ci­cio incom­ple­to si no se bucea­ra en las razo­nes pro­fun­das del accio­nar genocida.

Walsh nos ense­ña en la Car­ta Abier­ta que hay un Plan detrás del Plan terro­ris­ta del Esta­do. Ese Plan detrás del plan es, nue­va­men­te, des­cri­to con abso­lu­ta pre­ci­sión: El pri­mer obje­ti­vo del Plan eran los trabajadores:

“En un año han redu­ci­do uste­des el sala­rio real de los tra­ba­ja­do­res al 40%, dis­mi­nui­do su par­ti­ci­pa­ción en el ingre­so nacio­nal al 30%, ele­va­do de 6 a 18 horas la jor­na­da de labor que nece­si­ta un obre­ro para pagar la canas­ta fami­liar” … han retro­traí­do las rela­cio­nes de pro­duc­ción a los comien­zos de la era indus­trial, y cuan­do los tra­ba­ja­do­res han que­ri­do pro­tes­tar los han cali­fi­ca­dos de sub­ver­si­vos, secues­tran­do cuer­pos ente­ros de dele­ga­dos que en algu­nos casos apa­re­cie­ron muer­tos, y en otros no aparecieron.

El segun­do obje­ti­vo es la acción social del Esta­do: “han redu­ci­do uste­des el pre­su­pues­to de la salud públi­ca a menos de un ter­cio de los gas­tos mili­ta­res, supri­mien­do has­ta los hos­pi­ta­les gra­tui­tos mien­tras cen­te­na­res de médi­cos, pro­fe­sio­na­les y téc­ni­cos se suman al éxo­do pro­vo­ca­do por el terror, los bajos suel­dos o la «racio­na­li­za­ción».

Y, otro obje­ti­vo de ese plan sinies­tro, es el tras­la­do de las fun­cio­nes socia­les del Esta­do hacia las fun­cio­nes repre­si­vas: “Mien­tras todas las fun­cio­nes crea­do­ras y pro­tec­to­ras del Esta­do se atro­fian has­ta disol­ver­se en la pura ane­mia, una sola cre­ce y se vuel­ve autó­no­ma. Mil ocho­cien­tos millo­nes de dóla­res que equi­va­len a la mitad de las expor­ta­cio­nes argen­ti­nas pre­su­pues­ta­dos para Segu­ri­dad y Defen­sa en 1977”.

Y, final­men­te, el Plan de la Dic­ta­du­ra for­ma par­te de un enor­me Plan uni­ver­sal- eso que hoy, tie­ne nom­bre y ape­lli­do: los ini­cios del neo­li­be­ra­lis­mo: “ Dic­ta­da por el Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal según una rece­ta que se apli­ca indis­tin­ta­men­te al Zai­re o a Chi­le, a Uru­guay o Indo­ne­sia, la polí­ti­ca eco­nó­mi­ca de esa Jun­ta sólo reco­no­ce como bene­fi­cia­rios a la vie­ja oli­gar­quía gana­de­ra, la nue­va oli­gar­quía espe­cu­la­do­ra y un gru­po selec­to de mono­po­lios inter­na­cio­na­les”.

Walsh tie­ne cla­ro que el Plan de la Dic­ta­du­ra no es sólo de la dic­ta­du­ra. Que las Fuer­zas Arma­das son los eje­cu­to­res de una polí­ti­ca de terror que tie­ne un obje­ti­vo mucho, muchí­si­mo mas amplio: “En la polí­ti­ca eco­nó­mi­ca de ese gobierno debe bus­car­se no sólo la expli­ca­ción de sus crí­me­nes sino una atro­ci­dad mayor que cas­ti­ga a millo­nes de seres huma­nos con la mise­ria planificada”.

Aquel 25 de mar­zo, Walsh lle­va con­si­go el exac­to diag­nós­ti­co de lo que la últi­ma Dic­ta­du­ra geno­ci­da hacía y las razo­nes pro­fun­das de por­qué lo hacía.

Bas­ta con reco­rrer los prin­ci­pa­les medios perio­dís­ti­cos de la épo­ca para enten­der la dimen­sión de lo que Walsh lle­va­ba con­si­go. La dis­tan­cia que hay entre las entre­vis­tas, los diag­nós­ti­cos , las tapas y las noti­cias de medios como Gen­te, Para Ti, Sie­te Días, La Nación, Cla­rín , El Día, etc, etc, etc……..en don­de no sólo se ocul­ta­ba el geno­ci­dio sino que se apun­ta­la­ba explí­ci­ta­men­te el accio­nar terro­ris­ta estatal.

Redu­ci­do en su capa­ci­dad de infor­mar has­ta el pun­to de hacer­lo en sole­dad, tran­si­ta Walsh hacia la esqui­na de San Juan y Entre Ríos. Todos los medios masi­vos a favor de los dic­ta­do­res, el esta­do en manos de las Fuer­zas Arma­das, el poder eco­nó­mi­co libe­ra­do de ata­du­ras , la pro­pia hija muer­ta en com­ba­te con­tra la dic­ta­du­ra, las/​os com­pa­ñe­ros desaparecidos……pero Walsh va, con paso a fir­me a dar su tes­ti­mo­nio por la verdad:

“Sin espe­ran­za de ser escu­cha­do, con la cer­te­za de ser per­se­gui­do, pero fiel al com­pro­mi­so que asu­mí hace mucho tiem­po de dar tes­ti­mo­nio en momen­tos difíciles”.

*Pro­fe­sor de la Facul­tad de Perio­dis­mo y Comu­ni­ca­ción Social de la UNLP.

Itu­rria /​Fuen­te

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