Colombia. ¿Qué se puede esperar de la visita de la CIDH?

Colom­bia. ¿Qué se pue­de espe­rar de la visi­ta de la CIDH?

Por Gea­róid Ó Loing­sigh. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 10 de junio de 2021.

La visi­ta de la CIDH (Comi­sión Inter­ame­ri­ca­na de Dere­chos Huma­nos) a Colom­bia para inves­ti­gar las vio­la­cio­nes de los dere­chos huma­nos en el mar­co del paro ha des­per­ta­do cier­ta espe­ran­za entre algu­nos sobre el paro, el futu­ro de Duque y lo que vie­ne en camino. No es la pri­me­ra visi­ta a Colom­bia y la CIDH ha visi­ta­do a varios otros paí­ses de Amé­ri­ca Lati­na a lo lar­go de los años, uno de las más recien­tes sien­do la visi­ta que lle­va­ron a cabo a Chi­le. Tenien­do en cuen­ta que no es un ins­tru­men­to nue­vo, y pode­mos mirar que pasó en otros casos ¿qué se pue­de espe­rar de ellos? y ¿qué impac­to tendrá?

Pri­me­ro, debe­mos expli­car bre­ve­men­te lo que es la CIDH y su papel. Su pro­pia pági­na expli­ca más o menos bien su papel formal.

La CIDH es un órgano prin­ci­pal y autó­no­mo de la Orga­ni­za­ción de los Esta­dos Ame­ri­ca­nos (OEA) encar­ga­do de la pro­mo­ción y pro­tec­ción de los dere­chos huma­nos en el con­ti­nen­te ame­ri­cano. Está inte­gra­da por sie­te miem­bros inde­pen­dien­tes que se desem­pe­ñan en for­ma per­so­nal y tie­ne su sede en Washing­ton, D.C. Fue crea­da por la OEA en 1959 y, en for­ma con­jun­ta con la Cor­te Inter­ame­ri­ca­na de Dere­chos Huma­nos (Cor­teIDH), ins­ta­la­da en 1979, es una ins­ti­tu­ción del Sis­te­ma Inter­ame­ri­cano de pro­tec­ción de los dere­chos huma­nos (SIDH).[1]

Y entre sus fun­cio­nes está:

La CIDH tie­ne la fun­ción prin­ci­pal de pro­mo­ver la obser­van­cia y la defen­sa de los dere­chos huma­nos en las Amé­ri­cas. De con­for­mi­dad con el artícu­lo 106 de la Car­ta de la Orga­ni­za­ción, en cum­pli­mien­to de su man­da­to, la Comisión:

  1. Reci­be, ana­li­za e inves­ti­ga peti­cio­nes indi­vi­dua­les en que se ale­ga que Esta­dos Miem­bros de la OEA que han rati­fi­ca­do la Con­ven­ción Ame­ri­ca­na o aque­llos Esta­dos que aún no la han rati­fi­ca­do han vio­la­do dere­chos humanos.[2]

Así, estas visi­tas son una par­te inte­gral y nor­mal de sus fun­cio­nes para inves­ti­gar lo anormal.

La situa­ción actual en Colom­bia, no tie­ne pre­ce­den­tes en la his­to­ria recien­te del país, pero sí tie­ne pre­ce­den­tes en el con­ti­nen­te. Los mis­mos mani­fes­tan­tes hacen refe­ren­cia a Chi­le y emu­lan varios ele­men­tos de las pro­tes­tas en ese país, Pri­me­ra Línea, Bri­ga­das Médi­cas, etc. Así ¿qué pasó cuan­do fue­ron a visi­tar a Chile?

Pri­me­ro la CIDH reco­no­ce a Chi­le como un país que:

«…cuen­ta con un sis­te­ma demo­crá­ti­co y un Esta­do de Dere­cho con una sóli­da ins­ti­tu­cio­na­li­dad demo­crá­ti­ca y de dere­chos huma­nos. No obs­tan­te, el país enfren­ta un pro­fun­do desa­fío para sus ins­ti­tu­cio­nes demo­crá­ti­cas, en el mar­co de una cri­sis social que ha pro­du­ci­do un trau­ma exten­di­do en su socie­dad y que requie­re de medi­das deci­si­vas para
superarlo.»[3]

Lo más pro­ba­ble es que digan algo pare­ci­do sobre Colom­bia aho­ra. La CIDH da fe de todas las denun­cias reci­bi­das y el tipo de agre­sión por par­te de los Cara­bi­ne­ros de Chi­le, a la vez que con­de­na las accio­nes no pací­fi­cas de los mani­fes­tan­tes. Cri­ti­có al Esta­do de Chi­le en los siguien­tes términos.

La CIDH obser­va que la res­pues­ta del Esta­do fren­te a las movi­li­za­cio­nes se carac­te­ri­zó por la repre­sión median­te un uso des­pro­por­cio­na­do de la fuer­za y con­duc­tas repe­ti­ti­vas de vio­len­cia en con­tra de mani­fes­tan­tes que resul­tó en un núme­ro ele­va­do de víc­ti­mas de gra­ves vio­la­cio­nes a los dere­chos huma­nos. Entre otros, des­ta­can deten­cio­nes masi­vas, la aper­tu­ra de pro­ce­sos pena­les y el envío al Con­gre­so de un paque­te de medi­das legis­la­ti­vas para endu­re­cer las penas de algu­nas moda­li­da­des de pro­tes­tas, en par­ti­cu­lar las que se ejer­cen con violencia.[4]

Y el docu­men­to sigue con unas 20 reco­men­da­cio­nes al Esta­do, entre ellas la refor­ma poli­cial y otras bana­li­da­des como:

Ase­gu­rar que las fuer­zas de segu­ri­dad que inter­ven­gan para pro­te­ger y con­tro­lar el desa­rro­llo de las mani­fes­ta­cio­nes y pro­tes­tas ten­gan como prio­ri­dad la defen­sa de la vida y la inte­gri­dad de las per­so­nas, abs­te­nién­do­se de dete­ner arbi­tra­ria­men­te a mani­fes­tan­tes o de vio­lar sus dere­chos en cual­quier otra for­ma, de acuer­do con los pro­to­co­los
vigentes.[5]

Si lle­gan a decir lo mis­mo sobre Colom­bia, no habrán dicho nada que no sabe­mos ya que no dije­ron varios polí­ti­cos, orga­ni­za­cio­nes socia­les y de dere­chos huma­nos. Aquí no vie­nen a poner en orden a Duque, aun­que según
el len­gua­je emplea­do pue­den con­tri­buir al des­gas­te del régi­men, si así lo deci­den. Pero las expe­rien­cias pasa­das en Colom­bia no son alen­ta­do­res en ese sentido.

La CIDH reali­zó una visi­ta al país en 2012, cuan­do Juan Manuel San­tos, quien como minis­tro de Defen­sa era el res­pon­sa­ble de los fal­sos posi­ti­vos en el gobierno de Uri­be, lle­va­ba dos años en el poder.

Afir­ma­ron:

A tra­vés de la pre­sen­te visi­ta, la CIDH ha podi­do valo­rar impor­tan­tes avan­ces en el desa­rro­llo de la ins­ti­tu­cio­na­li­dad esta­tal dedi­ca­da a la pro­tec­ción de los dere­chos huma­nos. La Comi­sión valo­ra y salu­da el impor­tan­te impul­so que el Gobierno de Colom­bia ha dado a las polí­ti­cas públi­cas en mate­ria de dere­chos huma­nos y al for­ta­le­ci­mien­to de la
aten­ción de las víc­ti­mas de vio­la­cio­nes y la pro­tec­ción de per­so­nas en ries­go, así como la sig­ni­fi­ca­ti­va inver­sión en recur­sos tan­to huma­nos como finan­cie­ros que el Esta­do está rea­li­zan­do en estas áreas.[6]

¿Alguien reco­no­ce el país de que hablan? Nar­nia debe ser, pues el año siguien­te San­tos negó la exis­ten­cia del Paro Agra­rio con su infa­me fra­se «Tal paro no exis­te» mien­tras man­da­ba el ESMAD a ata­car a los mani­fes­tan­tes inexis­ten­tes. Cla­ro esta visi­ta se hizo a peti­ción del mis­mo Esta­do y el infor­me se lee como un ejer­ci­cio de rela­cio­nes públi­cas a favor del inci­pien­te pro­ce­so de paz con las FARC. Es de notar que en todo el gobierno de Uri­be la CIDH no vino al país ni por peti­ción del gobierno ni por el cla­mor de la gente. 

Aun­que el Rela­tor Espe­cial sobre Eje­cu­cio­nes Extra­ju­di­cia­les, Phi­llip Als­ton sí vino al país en 2009 para inves­ti­gar a los fal­sos posi­ti­vos. Des­cri­bió los hechos que encon­tró y no los des­cri­bió como sim­ples erro­res, pues a su jui­cio no eran, pero al mis­mo tiem­po afir­mó en tér­mi­nos muy claros.

No he vis­to nin­gu­na prue­ba que indi­que que la comi­sión de esos homi­ci­dios for­ma­ra par­te de una polí­ti­ca ofi­cial o hubie­ra sido orde­na­da por altos fun­cio­na­rios del Gobierno. Sin embar­go, reci­bí́ infor­mes deta­lla­dos y creí­bles de eje­cu­cio­nes de ese tipo en todo el país, come­ti­das en nume­ro­sos depar­ta­men­tos y por un gran núme­ro de uni­da­des mili­ta­res dife­ren­tes. De mis inves­ti­ga­cio­nes se des­pren­de cla­ra­men­te que los miem­bros de las fuer­zas de segu­ri­dad de
Colom­bia han come­ti­do un núme­ro con­si­de­ra­ble de eje­cu­cio­nes ile­ga­les y que el cua­dro sis­te­má­ti­co de fal­sos posi­ti­vos se ha repe­ti­do en todo el país. Ha habi­do dema­sia­dos ase­si­na­tos de carác­ter simi­lar para carac­te­ri­zar­los como inci­den­tes ais­la­dos per­pe­tra­dos por ape­nas algu­nos sol­da­dos o uni­da­des rene­ga­dos, o «man­za­nas podri­das». [7]

Así, ¿qué creen va a decir la CIDH? Pues algo pare­ci­do, ase­si­na­tos etc, a manos de varias uni­da­des y se requie­re refor­ma de una cosa u otra y el for­ta­le­ci­mien­to del esta­do de dere­cho etc.

Val­ga recor­dar que pasó lue­go del infor­me de Als­ton. Poca cosa. Los avan­ces que hubo fue­ron pro­duc­to de las lar­gas luchas de las víc­ti­mas, no de la imple­men­ta­ción de algu­na reco­men­da­ción de Als­ton. Y ¿qué pasó con los res­pon­sa­bles polí­ti­cos de esas masa­cres? Pues Uri­be sigue mon­tan­do caba­llo en su fin­ca y mane­jan­do la pre­si­den­cia vía Twit­ter o
emi­sa­rios, entre ellos sus pro­pios hijos. Y ¿su minis­tro de Defen­sa quien paga­ba a los sol­da­dos por cada cadá­ver entre­ga­do? Pues Juan Manuel San­tos se con­vir­tió en pre­si­den­te, gra­cias al apo­yo de varios de los que hoy lamen­tan los ase­si­na­tos ahora.

Als­ton era un fun­cio­na­rio bas­tan­te neu­tral, y aun así, no pasó mayor cosa. La CIDH tie­ne que balan­cear pers­pec­ti­vas e intere­ses polí­ti­cos, así la CIDH no va a poner a Duque en jaque, no vie­nen a arre­glar el país. El futu­ro del país está en las manos de la gen­te en la calle, no en las elec­cio­nes del año que vie­ne y mucho menos en el infor­me de la CIDH.

Notas:

[1] Véa­se https://​www​.oas​.org/​e​s​/​c​i​d​h​/​m​a​n​d​a​t​o​/​q​u​e​.​asp

[2] Véa­se https://​www​.oas​.org/​e​s​/​c​i​d​h​/​m​a​n​d​a​t​o​/​f​u​n​c​i​o​n​e​s​.​asp

[3] CIDH (31÷01÷2020) CIDH cul­mi­na visi­ta in loco a Chi­le y pre­sen­ta sus
obser­va­cio­nes y reco­men­da­cio­nes pre­li­mi­na­res
https://​www​.oas​.org/​e​s​/​c​i​d​h​/​p​r​e​n​s​a​/​c​o​m​u​n​i​c​a​d​o​s​/​2​0​2​0​/​0​1​8​.​asp

[4] Ibíd.,

[5] Ibíd.,

[6] CIDH (07÷12÷2012) Obser­va­cio­nes pre­li­mi­na­res de la CIDH sobre la
visi­ta a Colombia

[7] UN (31÷03÷2010) Infor­me del Rela­tor Espe­cial sobre las eje­cu­cio­nes
extra­ju­di­cia­les, suma­rias o arbi­tra­rias, Phi­lip Als­ton
A/HRC/14/24/Add.2.

Itu­rria /​Fuen­te

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