Chi­le. Mar­ce­lo Oses: «En la Revuel­ta nació un nue­vo suje­to revo­lu­cio­na­rio, pero aún cier­ta izquier­da sigue sin dar­se cuenta»

Por Car­los Azná­rez, Resu­men lati­no­ame­ri­cano, 23 de junio de 2021.

En Chi­le, en los últi­mos meses hubo dos com­pul­sas elec­to­ra­les. A par­tir de allí se hicie­ron aná­li­sis para todos los gus­tos, algu­nas de ellas, liga­das a par­ti­dos tra­di­cio­na­les de la izquier­da, bas­tan­te triun­fa­lis­tas y otras como la que aho­ra podrán leer, sur­gi­das del cora­zón de la revuel­ta, ven las cosas de mane­ra muy dis­tin­ta. Esto es lo que opi­na el perio­dis­ta Mar­ce­lo Oses, coor­di­na­dor de Radio Pla­za de la Dignidad.

¿Qué ha pasa­do con la Revuel­ta? ¿Está en un replie­gue tác­ti­co o ha desaparecido?

-Esta­mos en un evi­den­te replie­gue, pro­duc­to de varios fac­to­res. Uno de ellos fue la pan­de­mia y las medi­das que a tra­vés del sis­te­ma polí­ti­co, el gobierno y el Par­la­men­to han imple­men­ta­do duran­te todo este tiempo.

Hemos men­cio­na­do en otras opor­tu­ni­da­des que en Chi­le exis­te un esta­do de de excep­ción y toque de que­da des­de abril del 2020, inin­te­rrum­pi­da­men­te, en todo el terri­to­rio nacio­nal. Pro­ba­ble­men­te somos el úni­co país en esa situa­ción. Aho­ra pre­ci­sa­men­te, están a pun­to de reno­var­lo por­que ven­ce el pla­zo cada tres meses. Lo más pro­ba­ble es que lo hagan otra vez a pesar de que haya más voces en con­tra. Es real­men­te absur­do man­te­ner estas medi­das, que en temas sani­ta­rios no con­tri­bu­yen en nada.

-Esa es una razón obje­ti­va del replie­gue, ¿cuál es la otra?

-Por otro lado, vie­ne un con­jun­to de pro­ce­sos de la cas­ta polí­ti­ca en Chi­le para impe­dir las mani­fes­ta­cio­nes y accio­nes de repu­dio que se die­ron des­de octu­bre de 2019 y que se man­tu­vie­ron has­ta hace muy poco. Con ello, han logra­do en cier­ta medi­da ins­ti­tu­cio­na­li­zar el des­con­ten­to que se pro­du­jo en este tiem­po. Los aná­li­sis sobre el pun­to son varia­dos: hay dis­tin­tos intere­ses, tan­to de la oli­gar­quía eco­nó­mi­ca y polí­ti­ca, que son los ver­da­de­ros due­ños del poder, repre­sen­ta­do, tan­to por los sec­to­res de dere­cha, como por los social­de­mó­cra­tas refor­mis­tas. Estos últi­mos, rela­cio­na­dos polí­ti­ca­men­te con los par­ti­dos de la Con­cer­ta­ción que admi­nis­tra­ron la tran­si­ción des­de el año 1988 en ade­lan­te y que final­men­te fue­ron los capa­ta­ces de la oli­gar­quía para impe­dir duran­te los pri­me­ros años del tér­mino de la dic­ta­du­ra pino­che­tis­ta, que hubie­se orga­ni­za­cio­nes popu­la­res. Son los mis­mos que logra­ron duran­te trein­ta años man­te­ner el mode­lo de domi­na­ción neo­li­be­ral. Recor­de­mos que esa es una de las con­sig­nas que levan­ta­mos a par­tir del ini­cio de la revuel­ta: que esos trein­ta años que nos man­tu­vie­ron some­ti­dos, eran pro­duc­to, no solo de los due­ños sino tam­bién de los capa­ta­ces, trans­for­mán­do­se poco a poco, hacien­do una sim­bio­sis y ter­mi­na­ron sien­do los sec­to­res eco­nó­mi­ca­men­te dominantes.

-¿O sea que el refor­mis­mo se ha ido salien­do con la suya, a pesar de la poten­cia que puso la revuel­ta en la calle?

-En este perio­do han logra­do en bue­na medi­da cana­li­zar ins­ti­tu­cio­nal­men­te la pro­tes­ta a tra­vés de este pro­ce­so lla­ma­do Con­ven­ción, gene­ran­do expec­ta­ti­vas en los sec­to­res medios y popu­la­res y han vis­to una oportunidad.

-¿La elec­to­ral?

-Sí, están con­si­de­ran­do que hay una for­ma de par­ti­ci­pa­ción elec­to­ral que podrían per­mi­tir bajar los nive­les exa­cer­ba­dos del mode­lo eco­nó­mi­co. Nos dicen: “neo­li­be­ra­lis­mo hay en todas par­te del mun­do pero no como en Chi­le». No hay nin­gún país que ten­ga un sis­te­ma pre­vi­sio­nal que esté 100% en manos de empre­sas pri­va­das. Inclu­so, en los que copia­ron el mode­lo de admi­nis­tra­do­ras de pen­sio­nes, en cuen­tas indi­vi­dua­les, nin­guno lle­gó a este pun­to. Repi­ten: “Con esta fór­mu­la ins­ti­tu­cio­nal vamos a poder cam­biar, qui­zás no arra­sar con el mode­lo de capi­ta­li­za­ción indi­vi­dual, sino hacer uno mix­to”. Nos han veni­do inven­tan­do duran­te el últi­mo tiem­po que el Esta­do pue­da tener una par­ti­ci­pa­ción, no como hoy en día, que el Esta­do se dedi­có a sacar fon­dos para suplir la fal­ta de pen­sión de los que no tie­nen o aho­rra­ron sufi­cien­te. Esa es la fun­ción del Esta­do: poner pla­ta, lle­va­mos un saco roto más de cua­ren­ta años y el Esta­do cada año des­em­bol­sa una can­ti­dad inmen­sa. Lo mis­mo se ve en el fra­ca­so del sis­te­ma de trans­por­te públi­co. Chi­le es un país que en tiem­pos de la Con­cer­ta­ción, pri­va­ti­zó los ser­vi­cios de infra­es­truc­tu­ra que el Esta­do nece­si­ta: carre­te­ras, puen­tes, hos­pi­ta­les, cár­ce­les. Hoy tene­mos cár­ce­les pri­va­das admi­nis­tra­das por pri­va­dos y tene­mos los hos­pi­ta­les con­ce­sio­na­dos y su infra­es­truc­tu­ra pri­va­da con fon­dos públi­cos. Esto hace que se pro­fun­di­ce la car­ga neoliberal.

-Cuan­do lle­gó el tema de la Con­ven­ción cons­ti­tu­cio­nal, algu­nos sec­to­res que tenían expec­ta­ti­vas, decían: «vamos a la elec­ción pero no sol­ta­mos la calle», y hoy siguen con ese dis­cur­so pero evi­den­te­men­te la han ido sol­tan­do. Enton­ces ha habi­do una tram­pa ten­di­da por el gobierno de Sebas­tián Piñe­ra con algu­na cola­bo­ra­ción de los sec­to­res que vie­nen de apo­yar a la Con­cer­ta­ción. Que­da cla­ro que a ellos les intere­sa ir al jue­go elec­to­ral por­que tam­bién sacan rédi­to, pero el pro­ble­ma son aque­llos lucha­do­res y lucha­do­ras que esta­ban en la calle y ade­más pro­cla­ma­ban “a noso­tros no nos engañarán”.¿Qué pasó con esa gente? 

-El peso de la res­pon­sa­bi­li­dad recae efec­ti­va­men­te en los sec­to­res popu­la­res más radi­ca­les que aspi­ran a ser no solo con­duc­to­res sino par­te de este movi­mien­to popu­lar. Por supues­to, la polí­ti­ca ins­ti­tu­cio­nal ha ten­di­do, des­de todos los aspec­tos mediá­ti­cos y polí­ti­cos, a trans­mi­tir que la calle ya no exis­te, que ya no se nece­si­ta, y que hay un pro­ce­so de cam­bios ins­ti­tu­cio­na­les en don­de la calle es inviable.

Duran­te lar­go tiem­po nos tra­ta­ron de decir que era irres­pon­sa­ble salir a pro­tes­tar, por la cri­sis sani­ta­ria y la cri­sis eco­nó­mi­ca en la que nos vimos sumi­dos en los pri­me­ros tiem­pos de la revuel­ta; sin embar­go, noso­tros nos man­tu­vi­mos en la calle con gran­des movi­li­za­cio­nes en octu­bre, noviem­bre y diciem­bre del 2020, inclu­so en los momen­tos más difí­ci­les de la pan­de­mia. Duran­te el últi­mo perío­do, al ale­ro de la cam­pa­ña elec­to­ral aho­ra en mayo, la que aquí la deno­mi­na­ron la «mega elec­ción», se pro­du­jo la con­tra­dic­ción con la movi­li­za­ción. En la cam­pa­ña del “terror” de los sec­to­res refor­mis­tas, de que no pon­ga­mos en peli­gro el pro­ce­so de tran­si­ción –“si te detie­nen no vas a poder votar”, decían- lo que de algu­na mane­ra fue calan­do en cier­tos sec­to­res medios. Es así que la resis­ten­cia que­da en los sec­to­res popu­la­res prin­ci­pal­men­te, mien­tras los sec­to­res medios han sido muy fáci­les de coop­tar e ins­ti­tu­cio­na­li­zar en este proceso.

-¿Fren­te a este pano­ra­ma, uste­des que han plan­tea­do como alternativa?

-Noso­tros segui­mos insis­tien­do des­de los sec­to­res más com­pro­me­ti­dos con este pro­ce­so de cam­bio, que el pro­ce­so que des­en­ca­de­nó la revuel­ta sigue abso­lu­ta­men­te vigen­te, aun­que esta­mos en otra fase. Aquí sur­gió un pro­ce­so de trans­for­ma­ción his­tó­ri­ca, hay un con­ven­ci­mien­to en muchos sec­to­res que des­de octu­bre de 2019 comen­zó una nue­va fase en Chi­le, irre­ver­si­ble. En la com­pren­sión de los mis­mos sec­to­res domi­nan­tes del pro­ce­so que se des­en­ca­de­nó, los obli­gó cons­cien­te­men­te a tra­tar de cana­li­zar­lo, muchos de ellos tra­ta­ron de escon­der­lo. Los que ana­li­zan con serie­dad lo ocu­rri­do, saben que este es un pro­ce­so muy pro­fun­do por­que las con­tra­dic­cio­nes que se han ocul­ta­do duran­te tan­to tiem­po no se solu­cio­nan con más orden públi­co, bonos o solu­cio­nes “par­che”, saben que es una cues­tión muy pro­fun­da. Nece­si­tan tomar cier­tas medi­das en dife­ren­tes aspec­tos, sobre todo el eco­nó­mi­co, para pro­vo­car trans­for­ma­cio­nes, y están tra­tan­do de hacer­lo, inclu­so aho­ra. Con temas como la salud, pre­vi­sión, y has­ta vivienda.

Ten­go la sen­sa­ción que esta inca­pa­ci­dad que se tuvo des­de «la izquier­da revo­lu­cio­na­ria tra­di­cio­nal», nos ha cos­ta­do enten­der al nue­vo suje­to social de las trans­for­ma­cio­nes, dar­nos cuen­ta que ya no es el que nos gus­ta­ba a noso­tros: el obre­ro de las fábri­cas sin­di­ca­li­za­do, el pobla­dor orga­ni­za­do, los tra­di­cio­na­les comi­tés de vivien­da o jun­tas de veci­nos, y que ya no par­ti­ci­pa de esa mane­ra. No tie­ne esa men­ta­li­dad y esa estruc­tu­ra. Este suje­to revo­lu­cio­na­rio está lleno de «pifias». Noso­tros tene­mos la tra­di­ción reca­ba­rris­ta (N.de R.: por Luis Emi­lio Reca­ba­rren), del suje­to hono­ra­ble e inta­cha­ble. Reca­ba­rren nos hizo un manual: “el mili­tan­te no bebe, tie­ne un com­por­ta­mien­to fami­liar y social con sus com­pa­ñe­ros”, y la izquier­da chi­le­na siem­pre ha tra­ta­do de idea­li­zar esa estruc­tu­ra de com­por­ta­mien­to. Pero eso no exis­te en el nue­vo suje­to social, es otro: es mar­gi­nal, rom­pe las reglas de la pro­pia con­vi­ven­cia, y de algu­na mane­ra se sos­tie­ne: “no nos gus­ta”, qui­sié­ra­mos “otro”.

Ese es el autén­ti­co suje­to, y lo pode­mos ver con un ejer­ci­cio muy sim­ple: ¿Quié­nes son los pre­sos, que son más de 20 mil los que están en las cár­ce­les o pro­ce­sa­dos? ¿Quié­nes son aque­llos que fue­ron tor­tu­ra­dos, alla­na­dos, inclu­si­ve muer­tos? Y se lo decía­mos a los com­pa­ñe­ros comu­nis­tas o de otros sec­to­res que hoy están ins­ti­tu­cio­na­li­za­dos: ¿Cuán­tos de sus mili­tan­tes han sufri­do des­de octu­bre del 2019, algún tipo de repre­sión? Pues no exis­ten, por­que no están meti­dos en la pelea direc­ta ¿De los 20 mil pre­sos o pro­ce­sa­dos, cuán­tos son de los sec­to­res de la izquier­da tra­di­cio­nal? No están ¿Y cuán­tos son de la mili­tan­cia popu­lar, de la mili­tan­cia radi­cal que nos inclu­ye a noso­tros?. Muy poqui­tos. Noso­tros no estu­vi­mos en la pri­me­ra línea, dan­do gue­rra y arries­gan­do a que nos cai­gan penas altí­si­mas de pri­sión. Sí estu­vi­mos en la calle apo­yan­do con todo pero no en ese fren­te en extre­mo ries­go­so que en muchos casos le cos­tó la vida a esos compañeros.

-¿Quié­nes son ellos enton­ces, esa pri­me­ra línea de com­ba­te con­tra la represión?

-Los más pobres, los más mar­gi­na­dos, que salie­ron sin con­duc­ción, o gene­ran­do una peque­ña auto-con­duc­ción que se fue gene­ran­do al calor de la pelea. Eso es lo que nos cues­ta tan­to enten­der y por supues­to no tene­mos res­pues­tas para eso, pero debe­mos vin­cu­lar­nos a esos sec­to­res que cada vez que sur­gen movi­li­za­cio­nes, ahí están, dan­do el batacazo.

¿Ese sec­tor que está reple­ga­do pero laten­te, es tam­bién el que inte­gra esa can­ti­dad de gen­te que no fue a votar en la últi­ma elec­ción, don­de solo pasó por las urnas un esca­so 19 por ciento?

-Abso­lu­ta­men­te. Este sec­tor es el que no tie­ne ape­go con el sis­te­ma polí­ti­co ni con su meca­nis­mo. La cam­pa­ña fue con el lema «saque­mos a la dere­cha». Para ello, se jun­tó todo el espec­tro social­de­mó­cra­ta. Ricar­do Jadue y Gabriel Boric, que serían los repre­sen­tan­tes de esa izquier­da más tra­di­cio­nal, se des­pe­ga­ron los últi­mos días para hacer­le cam­pa­ña a los can­di­da­tos de la ex Con­cer­ta­ción, los que gober­na­ron duran­te esos 30 años que cues­tio­na­mos cuan­do comen­zó la revuel­ta. Bueno, esos eran la mayo­ría en esta segun­da vuel­ta, y Boric y Jadue salie­ron a ayu­dar­los en la cam­pa­ña por­que había que “derro­tar a la dere­cha”. No impor­ta­ba si apo­ya­ban a los que fue­ron res­pon­sa­bles de la pro­fun­di­za­ción del mode­lo neo­li­be­ral. Lo hicie­ro igual. Sin embar­go, no logra­ron arras­trar a un sec­tor mayo­ri­ta­rio, y por eso están des­con­cer­ta­dos por­que solo haya vota­do el 19,6%. Ten­ga­mos en cuen­ta, que­de los que vota­ron en San­tia­go muchos son de dere­cha, de las comu­nas más ricas, allí se con­cen­tra­ron muchos votos. En cam­bio, en las comu­nas pobres no hubo gran cati­dad de votos, allí don­de ganó este sec­tor “ama­ri­llo”. Ganó. pero con pocos votos. Por eso, la com­pli­ca­ción que ellos tie­nen es que no logran legi­ti­mar­se en los sec­to­res popu­la­res don­de ellos creen que tie­nen el res­pal­do. Aquí hay un dato intere­san­te: en la vota­ción del ple­bis­ci­to votó un poco más del 50%, el ple­bis­ci­to his­tó­ri­co para ter­mi­nar con esta dic­ta­du­ra neo­li­be­ral. Fue mucho menos que el otro ple­bis­ci­to his­tó­ri­co de 1988 en don­de vota­ron más del 70% con voto volun­ta­rio, para ter­mi­nar con la dic­ta­du­ra de Pino­chet. Aho­ra, con toda la cam­pa­ña que tenía como obje­ti­vo cam­biar, votó un poco más del 50,4%. Ese núme­ro fue a decir: «no quie­ro que siga esta Cons­ti­tu­ción», inclu­so se plan­tea­ba cam­biar este mode­lo. Esa es la con­tra­dic­ción, ya que a la mega elec­ción, para ele­gir prac­ti­ca­ment­to­das las auto­ri­da­des, bajó casi el 10% de los que fue­ron al ple­bis­ci­to cons­ti­tu­cio­nal. Ese 10%, un tiem­po des­pués, no quie­ren ele­gir repre­sen­tan­tes. Gen­te que cons­cien­te­men­te recha­za el mode­lo elec­to­ral. Que dicen: “no quie­ro que sigan, pero no me intere­san sus nom­bres de reem­pla­zo”. Esa es la con­tra­dic­ción que tie­ne el mode­lo elec­to­ral actual, ellos no tie­nen inte­rés en que haya una par­ti­ci­pa­ción demo­crá­ti­ca directa.

Otro fenó­meno que sur­ge hoy es la “lis­ta del pue­blo”. Hay un sec­tor del movi­mien­to popu­lar que estu­vo mani­fes­tán­do­se en las calle y que deci­dió por dis­tin­tos meca­nis­mos par­ti­ci­par en esta elec­ción de repre­sen­tan­tes, crean­do dis­tin­tos meca­nis­mos como la “lis­ta del pue­blo”, fue­ron a las urnas y tuvie­ron un buen resul­ta­do, eli­gien­do una can­ti­dad con­si­de­ra­ble, 27 de los 155 en dispu­ta. Este es un sec­tor que estu­vo en la calle, y con el cual, de algu­na mane­ra, nos sen­ti­mos conec­ta­dos por­que quie­ren un cam­bio pro­fun­do, gene­ran­do una rup­tu­ra ins­ti­tu­cio­nal. Hace poco lan­za­ron una pro­pues­ta de seis pun­tos, que inclu­ye la liber­tad de los pre­sos polí­ti­cos de la revuel­ta. Y esto nos pare­ce impor­tan­te, ya que esa izquier­da social­de­mó­cra­ta, como la que repre­sen­tan Jadue y Boric, con­si­de­ran que son pre­sos polí­ti­cos por pen­sa dife­ren­te. Pero no se dan cuen­ta que los que solo pien­san dife­ren­te no están dete­ni­dos, los pre­sos actua­les son los acu­sa­dos de que­mar, de hacer barri­ca­das, de enfren­tar­se a los cara­bi­ne­ros. Esas son las per­so­nas reales que están presas. 

Las com­pa­ñe­ras y com­pa­ñe­ros de la “lis­ta del pue­blo” tam­bién plan­tean el escla­re­ci­mien­to de la ver­dad y jui­cio y cas­ti­go a los res­pon­sa­bles de la vio­la­ción de dere­chos huma­nos. Y en torno a estas rei­vin­di­ca­cio­nes u otras pare­ci­das, les plan­tea­mos a estos com­pa­ñe­ros: “¿has­ta dón­de quie­ren lle­gar en todo esto?, por­que si eso no va acom­pa­ña­do de una acción de fuer­za y de pre­sión, va a a que­dar en una decla­ra­ción de bue­nas inten­cio­nes. Has­ta el momen­to sus res­pues­tas han sido muy débi­les. Les pre­gun­ta­mos: ¿si no se cum­ple este plie­go de 6 pun­tos, uste­des se cons­ti­tu­yen (aho­ra en julio se rea­li­za la cere­mo­nia de cons­ti­tu­ción)? Has­ta el momen­to, la res­pues­ta es como “no, no nos cons­ti­tui­mos”. Sí par­ti­ci­pan pero no se constituyen.

Les vol­ve­mos a plantear:¿qué pasa si uste­des no se cons­ti­tu­yen? ¿Van a lla­mar a una gran movi­li­za­ción nacio­nal por esos 6 puntos?

-Tene­mos una sin­to­nía con este sec­tor que se orga­ni­za y pre­ten­de levan­tar una can­di­da­tu­ra para el pró­xi­mo año, pero en la medi­da que sus accio­nes tien­dan a la rup­tu­ra y no a la esta­bi­li­dad. Se lo hemos dicho abier­ta­men­te: si lo de uste­des pasa por dar­le esta­bi­li­dad a este sis­te­ma polí­ti­co, no tene­mos nin­gu­na sin­to­nía. Si su par­ti­ci­pa­ción es para pro­vo­car rup­tu­ras ins­ti­tu­cio­na­les, ahí sí cuen­ten con noso­tros, pero en las calles.

Vie­ne este desa­fío de qué hace el movi­mien­to popu­lar revo­lu­cio­na­rio fren­te a esta situa­ción. Tene­mos cla­ro que hay debe­mos acen­tuar la orga­ni­za­ción terri­to­rial que hemos teni­do en lar­gos años de lucha, y tam­bién la expe­rien­cia de esta revuel­ta, para for­ta­le­cer­nos a nivel polí­ti­co y social. Sabe­mos que el camino de ins­ti­tu­cio­na­li­zar­se es muy fácil, para la mili­tan­cia de esos par­ti­dos sig­ni­fi­ca no arries­gar y por el con­tra­rio apro­ve­char espa­cios, por ejem­plo, labo­ra­les, En cam­bio, para noso­tros es un camino ries­go­so y desa­fian­te. Pues nos obli­ga a ir conec­tan­do des­de aba­jo, con sec­to­res popu­la­res con los que noso­tros hemos esta­do, en cier­tas oca­sio­nes, has­ta en con­flic­to, por no com­pren­der sus códi­gos y actua­cio­nes, pero nos damos cuen­ta que cues­tio­nan al sis­te­ma. En ese sen­ti­do, esta­mos con­ven­ci­dos de ir con­for­man­do una fuer­za popu­lar autó­no­ma, que sea capaz de dispu­tar todos los espa­cios socia­les y polí­ti­cos, con una estra­te­gia cla­ra de rup­tu­ra ins­ti­tu­cio­nal y no de cola­bo­ra­cio­nis­mo. Que vaya apro­ve­chan­do todos los espa­cios, inclu­so los espa­cios ins­ti­tu­cio­na­les, pero con esta visión, no para nor­ma­li­zar y estabilizar.

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