Gua­te­ma­la. La pobre­za, el calor y la deu­da mata­ron a dos migran­tes en la fron­te­ra de Esta­dos Unidos

Por Fran­cis­co Simón Fran­cis­co, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 8 de julio de 2021.

En la actua­li­dad per­sis­te una cri­sis migra­to­ria en la fron­te­ra sur de los Esta­dos Uni­dos, prue­ba de ello es el núme­ro de per­so­nas migran­tes que arri­ban dia­ria­men­te a esa fron­te­ra en bus­ca de espa­cios de sobre­vi­ven­cia, segu­ri­dad, tra­ba­jo y salud. A pesar de la insis­ten­cia de las auto­ri­da­des esta­dou­ni­den­ses de fre­nar la migra­ción irre­gu­lar en los paí­ses de ori­gen, la lle­ga­da de estos migran­tes, prin­ci­pal­men­te cen­tro­ame­ri­ca­nos en la fron­te­ra sur no se detie­ne y ha reba­sa­do la capa­ci­dad de los cen­tros de deten­ción para atenderlos.

Simul­tá­nea­men­te, tam­bién incre­men­ta el núme­ro de migran­tes que mue­ren en su reco­rri­do de via­je por el desier­to en zonas fron­te­ri­zas con Méxi­co o en luga­res labo­ra­les agrí­co­las en con­di­ción pre­ca­ria. Las con­di­cio­nes de la tem­pe­ra­tu­ra que pre­do­mi­na en esa región, que supera los 40 gra­dos, es otra de las cau­sas que han pro­vo­ca­do dece­nas de muertos.

Foto: UFW.

Según las auto­ri­da­des fron­te­ri­zas de Esta­dos Uni­dos, solo en una sema­na regis­tra­ron la muer­te de 79 migran­tes debi­do al calor. Una cifra ele­va­da que superó los 72 falle­ci­dos regis­tra­dos en los últi­mos 20 años juntos.

Para el caso de Gua­te­ma­la, Pren­sa Comu­ni­ta­ria ha regis­tra­do la his­to­ria de dos migran­tes ori­gi­na­rios de Toto­ni­ca­pán y Qui­ché, ambos murie­ron por el calor. El pri­mer caso se tra­ta de una mujer que murió en su reco­rri­do en el desier­to de Ari­zo­na. El segun­do, que recien­te­men­te lle­gó a ese país murió en un cen­tro de tra­ba­jo agrí­co­la en Ore­gón, Esta­dos Unidos. 

Los dos migran­tes salie­ron de Gua­te­ma­la entre mayo y junio del pre­sen­te año, son per­so­nas que per­te­ne­cen a un pue­blo con iden­ti­dad maya, ori­gi­na­rios del área rural en con­tex­to fron­te­ri­zo y en depar­ta­men­tos dis­tin­tos, pero las cau­sas que los empu­ja­ron a aban­do­nar sus comu­ni­da­des de ori­gen son la pobre­za, el des­em­pleo y la violencia.

Sus cuer­pos per­ma­ne­cen en las mor­gues de Esta­dos Uni­dos a la espe­ra de ser repa­tria­dos a sus luga­res de ori­gen en Gua­te­ma­la, ante el silen­cio y el nulo apo­yo del gobierno central. 

Jua­na Flo­ri­dal­ma Álva­rez Rodrí­guez: murió por el calor y la pobre­za en el desier­to de Arizona

Una madre sol­te­ra y maya K´iche de 32 años deci­dió migrar a los Esta­dos Uni­dos con uno de sus tres hijos. El 24 de mayo, ella y su hijo, de 16 años, salie­ron de su comu­ni­dad la Con­cor­dia del muni­ci­pio de Toto­ni­ca­pán con la inten­ción de reen­con­trar­se con un her­mano que radi­ca en Hous­ton, Texas, Esta­dos Unidos. 

Las auto­ri­da­des de la Patru­lla Fron­te­ri­za de ese país con­fir­ma­ron su muer­te el pasa­do 22 de junio.

Según la ver­sión de los fami­lia­res, a Jua­na Flo­ri­dal­ma la encon­tra­ron des­hi­dra­ta­da. Cru­zan­do la línea fron­te­ri­za entre Méxi­co y Esta­dos Uni­dos jun­to a su hijo y ante las altas tem­pe­ra­tu­ras del calor en el desier­to de Ari­zo­na. Ella se des­ma­yó y nadie la ayu­dó. Los agen­tes fron­te­ri­zos lle­ga­ron horas des­pués cuan­do ya se encon­tra­ba incons­cien­te. La lle­va­ron a un cen­tro de aten­ción médi­ca pero días des­pués falleció.

Su hijo aho­ra se encuen­tra en un cen­tro de deten­ción para meno­res de edad en la fron­te­ra sur de Esta­dos Uni­dos, a la espe­ra de resol­ver su situa­ción migra­to­ria. Ella era madre sol­te­ra con tres hijos de 16, 14 y 6 años. Con su muer­te que­da­ron en la orfandad.

Se había sepa­ra­do de su espo­so des­de hace varios años, por la situa­ción del alcoho­lis­mo. Él nun­ca la apo­yó, la mal­tra­ta­ba y la agre­día. Esta reali­dad la situó en con­di­cio­nes de aban­dono y pobre­za. Con ape­nas el nivel pri­ma­rio de esco­la­ri­dad que cur­só le cos­tó encon­trar tra­ba­jo en su comu­ni­dad, por eso deci­dió migrar a los Esta­dos Uni­dos, en bus­ca de opor­tu­ni­da­des labo­ra­les para pro­veer­les a sus dos hijos en Gua­te­ma­la: hogar, ali­men­ta­ción, edu­ca­ción y vestimenta.

Sebas­tián Fran­cis­co Pérez: el calor y la deu­da lo mataron

La his­to­ria de Sebas­tián Pérez de 38 años, ori­gi­na­rio del muni­ci­pio de Ixcán, Qui­ché se ins­cri­be entre el calor, la pobre­za y la deu­da. A fina­les del mes de abril salió de su muni­ci­pio en bus­ca del sue­ño ame­ri­cano. Cru­zó el desier­to con éxi­to, lle­gó a Esta­dos Uni­dos el 5 de mayo y murió por la fuer­te ola de calor el 26 de junio, en un cam­po agrí­co­la en el con­da­do de Marion, Oregón. 

Según los rela­tos de los fami­lia­res, Fran­cis­co Pérez había lle­ga­do a ese país con una deu­da que supera los cin­co mil dóla­res, que debía al “coyo­te” que lo lle­vó des­de su lugar de ori­gen has­ta el destino.

Su mayor preo­cu­pa­ción era jun­tar el dine­ro que debía. Ese día le tocó des­can­sar, sin embar­go deci­dió tra­ba­jar, pues­to que, por las con­di­cio­nes del calor había alta ofer­ta labo­ral y por­que el pago de una hora de tra­ba­jo rea­li­za­do supe­ra­ba los $ 12.

Bus­có y bus­có tra­ba­jo en su muni­ci­pio y nun­ca encon­tró opor­tu­ni­da­des, pero las nece­si­da­des y la deses­pe­ra­ción lo obli­ga­ron a dejar a su fami­lia, hogar y comu­ni­dad. Con lo poco que gene­ra­ba en el cam­po, en Ixcán, no le alcan­za­ba para pro­veer a su fami­lia lo más bási­co: la ali­men­ta­ción y la salud.

La muer­te entre el aban­dono y el nulo apo­yo de un gobierno silenciado

De acuer­do a la Orga­ni­za­ción Inter­na­cio­nal para las Migra­cio­nes (OIM, 2017), las reme­sas son la esen­cia de la eco­no­mía cam­pe­si­na del área rural y de las pobla­cio­nes indí­ge­nas. Quie­nes per­ci­ben el 50.5% del ingre­so anual, des­ta­cán­do­se los depar­ta­men­tos de Toto­ni­ca­pán, Chi­qui­mu­la y Quiché.

Pese a la impor­tan­cia de las reme­sas fami­lia­res para la eco­no­mía gua­te­mal­te­ca, el gobierno sigue ausen­te y en silen­cio, por lo tan­to para los fami­lia­res de los falle­ci­dos la asis­ten­cia legal, con­sul­tar y de repa­tria­ción es esca­sa y nula. 

Los casos cita­dos for­man par­te de las 37 soli­ci­tu­des de repa­tria­ción reci­bi­das has­ta la fecha por el Con­se­jo Nacio­nal de Aten­ción al Migran­te Gua­te­mal­te­co (Cona­mi­gua). Según Álva­ro Caba­lle­ros, sub­se­cre­ta­rio de esta ins­ti­tu­ción, los casos de migran­tes falle­ci­dos ya sea en Méxi­co o Esta­dos Uni­dos, la ges­tión de retorno de los cuer­pos al país corres­pon­de direc­ta­men­te al Minis­te­rio de Rela­cio­nes Exte­rio­res (MINEX). “Cona­mi­gua lo que hace es apo­yar el tras­la­do de los res­tos de las per­so­nas falle­ci­das des­de el aero­puer­to has­ta su lugar de pro­ce­den­cia”, resal­tó Caballeros.

Se inten­tó con­sul­tar la ver­sión del MINEX res­pec­to a estos casos, sin embar­go no res­pon­die­ron a las lla­ma­das rea­li­za­das. Con esto, se pre­su­me que el tema migra­to­rio no for­ma par­te en la agen­da cen­tral ni en las polí­ti­cas de gobierno del pre­si­den­te Ale­jan­dro Giammattei.

Los fami­lia­res de las dos per­so­nas falle­ci­das siguen bus­can­do el apo­yo ins­ti­tu­cio­nal y has­ta la fecha no han logra­do con­cre­tar el retorno de sus fami­lia­res; des­co­no­cen el pro­ce­so de ges­tión y no han reci­bi­do nin­gu­na ayu­da por par­te del gobierno cen­tral. Ade­más, ante la buro­cra­cia que exis­te al rea­li­zar los trá­mi­tes corres­pon­dien­tes des­con­fían en el ser­vi­cio, “se tar­dan mucho, no atien­den a uno, más cuan­do uno que habla un idio­ma maya y de una comu­ni­dad rural, cues­ta loca­li­zar­los, con­clu­yó el fami­liar de Jua­na Floridalma.

Situa­cio­nes que obli­gan a migrar

Migrar a nivel interno o externo del país es un dere­cho inhe­ren­te de la per­so­na, por lo tan­to debe ser una opción no una nece­si­dad. Sin embar­go, la reali­dad evi­den­cia una situa­ción dis­tin­ta. Las pobla­cio­nes indí­ge­nas de áreas rura­les y que a nivel del país son las más olvi­da­dos, han sido his­tó­ri­ca­men­te pro­ta­go­nis­tas de la migra­ción. Han encon­tra­do en ella una opción de sobre­vi­ven­cia, sin medir los ries­gos que impli­ca reco­rrer el ciclo migratorio.

Foto: UFW.

Según los infor­mes esta­dís­ti­cos del Ins­ti­tu­to Gua­te­mal­te­co de Migra­ción (IGM, 2021), Huehue­te­nan­go, San Mar­cos y Qui­ché son los depar­ta­men­tos don­de más per­so­nas deci­den migrar al exte­rior, prin­ci­pal­men­te a Esta­dos Uni­dos. Para­le­la­men­te, los migran­tes de estos depar­ta­men­tos expe­ri­men­tan los esce­na­rios de retorno ya sea volun­ta­rio o for­za­do por las auto­ri­da­des migratorias.

Las cau­sas que pro­vo­can esta migra­ción se aso­cian prin­ci­pal­men­te a la pobre­za, la corrup­ción y el debi­li­ta­mien­to del sis­te­ma de jus­ti­cia en el país. Se suman a estas cau­sas los cons­tan­tes actos vio­len­cias y des­igual­da­des his­tó­ri­cas y polí­ti­cas neo­li­be­ra­les con carac­te­rís­ti­cas repre­si­vas impues­tas por el gobierno, ade­más del des­em­pleo que pro­vo­có la ines­pe­ra­da lle­ga­da de la pan­de­mia de la COVID-19 en 2020 y las pér­di­das de cul­ti­vo y vivien­da que oca­sio­na­ron las tor­men­tas Eta y Iota en ese mis­mo año.

Según los estu­dios de moni­to­reo de flu­jos migra­to­rios rea­li­za­dos por OIM en 2021. A las cau­sas cita­das, se agre­gan tam­bién los efec­tos que gene­ró el cam­bio de admi­nis­tra­ción en los Esta­dos Uni­dos, con la per­cep­ción por par­te de la pobla­ción migran­te de una fle­xi­bi­li­za­ción de la polí­ti­ca migra­to­ria. Por lo tan­to, se ha obser­va­do que el tema de migra­ción ha toma­do mayor rele­van­cia en la opi­nión públi­ca y en medios de comu­ni­ca­ción nacionales.

Nece­si­da­des huma­nas reba­san las polí­ti­cas migra­to­rias de Esta­dos Unidos

A pesar de los esfuer­zos rea­li­za­dos por el gobierno de los Esta­dos Uni­dos para dete­ner el flu­jo de migran­tes en la fron­te­ra sur y el replan­tea­mien­to de una polí­ti­ca migra­to­ria, supues­ta­men­te, más huma­na, la movi­li­dad no se detie­ne. A la vez es noto­rio la deten­ción y el retorno de los migran­tes gua­te­mal­te­cos al país.

Estas ten­den­cias y los flu­jos no se deten­drán si el gobierno de ese país no reco­no­ce las ver­da­de­ras cau­sas que pro­vo­can estas migra­cio­nes. Debe tomar en cuen­ta la voz de los suje­tos migran­tes, quie­nes care­cen de recur­sos y son los pro­ta­go­nis­tas que mejor cono­cen sus realidades.

No bas­ta con adver­tir a la pobla­ción gua­te­mal­te­ca que no vaya al país nor­te­ame­ri­cano, por­que segui­rá empren­dien­do el via­je en un con­tex­to post­pan­de­mia ante la nece­si­dad que impli­ca migrar. Y el núme­ro de per­so­nas falle­ci­das aumen­ta­rá sino se abor­dan las cau­sas que se aso­cian al cri­men orga­ni­za­do, al nar­co­trá­fi­co, secues­tro y ase­si­na­to y final­men­te el calor que pre­do­mi­na en estas épo­cas en el desierto.

Fuen­te: Pren­sa Comunitaria

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