Sue­na el irrin­tzi intré­pi­do- Oier Azkarraga

Muchas cosas han pasa­do des­de que a prin­ci­pios del cur­so pasa­do los mili­tan­tes inde­pen­den­tis­tas empe­zá­se­mos con un pro­ce­so que se con­vir­tió en impa­ra­ble. No todas han sido bue­nas y nos hemos encon­tra­do que entre asam­blea y asam­blea se lle­va­ron a muchos de nues­tros mejo­res com­pa­ñe­ros y ami­gos en las múl­ti­ples reda­das efec­tua­das con inten­ción de tor­pe­dear el pro­ce­so iniciado.

Noso­tros aun así nos hemos man­te­ni­do fir­mes, hemos mira­do al enemi­go a la cara y hemos vis­to el mie­do en sus ojos. El enemi­go tie­ne mie­do de las armas que uti­li­za­mos, armas que son la pala­bra y la unión de fuerzas.

Y por ese mie­do y ese ner­vio­sis­mo que tie­nen han dete­ni­do, tor­tu­ra­do e inclu­so ase­si­na­do mili­tan­tes. La macro reda­da con­tra la juven­tud inde­pen­den­tis­ta y con­tra abo­ga­dos, la deten­ción entre otros de Rafa Diez y Arnal­do Ote­gi, el ase­si­na­to de Jon Anza, los epi­so­dios de gue­rra sucia, las tor­tu­ras en comi­sa­ría, la inco­mu­ni­ca­ción, los macro jui­cios con­tra Egun­ka­ria y Udal­bil­tza… son cla­ras mues­tras de con que car­tas jue­gan los estados.

Mien­tras tan­to, miles de per­so­nas nos hemos mani­fes­ta­do con­tra la repre­sión, con­tra la gue­rra sucia, nos jun­ta­mos en Duran­go en una demos­tra­ción de la fuer­za que tene­mos los jóve­nes, reco­rri­mos miles de Kiló­me­tros para mani­fes­tar­nos en Bru­se­las, lle­na­mos de gen­te Irun el día del Abe­rri Egu­na… No hemos deja­do a nues­tros fami­lia­res y ami­gas pre­sas ni un solo momen­to solas, ni ellos han deja­do de luchar ni un solo ins­tan­te. Hemos hecho tra­ba­jo en silen­cio y como hor­mi­gas hemos lle­ga­do a cons­truir un gran muro ideológico.

Aho­ra reci­bi­mos con ale­gría la decla­ra­ción que la orga­ni­za­ción arma­da ETA ha hecho públi­ca rati­fi­cán­do­se en lo que los inde­pen­den­tis­tas hemos deci­di­do, es hora de sumar fuer­zas y de ganar la meta de la inde­pen­den­cia. El camino empren­di­do duran­te estos últi­mos 50 años de lucha es un cúmu­lo de apren­di­za­je para saber como debe­mos actuar aho­ra. Sabe­mos que el camino ha sido duro y que en el futu­ro segui­rá sien­do duro. No con­fia­mos ni en lo más míni­mo en el enemi­go y sabe­mos como bien ha dicho el Con­se­je­ro de Gue­rra Rudolf Ares, que ellos no están en tre­gua. Segui­rán como has­ta aho­ra, nos deten­drán y tor­tu­ra­ran por­que son los úni­cos méto­dos que cono­cen, que­ma­ran con­te­ne­do­res en las ace­ras. Y harán todo lo que este en sus manos para tor­pe­dear este nue­vo proceso.

Se equi­vo­can una vez mas, como lle­van 500 años equi­vo­cán­do­se si creen que es posi­ble doble­gar median­te la fuer­za de las armas al pue­blo tra­ba­ja­dor vas­co. Eus­kal Herria ha habla­do, es la hora de la solu­ción, pero el comu­ni­ca­do de hoy no es ni mucho menos la solu­ción del con­flic­to. El comu­ni­ca­do que hoy se ha hecho públi­co no es ni mucho menos el final de nada. Esto es el prin­ci­pio de una nue­va era, de una era de lucha como lo ha sido has­ta hoy. El pue­blo de Eus­kal Herria ha de salir una vez mas a la calle a revin­di­car lo que nos corres­pon­de. Nece­si­ta­mos unos míni­mos demo­crá­ti­cos, nece­si­ta­mos saber que en el futu­ro no va a haber pre­sos de con­cien­cia. Nece­si­ta­mos saber que sus sabue­sos no nos van a venir a bus­car cual­quier noche de estas. Nece­si­ta­mos la lega­li­za­ción de todas las orga­ni­za­cio­nes ile­ga­li­za­das, el acer­ca­mien­to de pre­sos, nece­si­ta­mos saber que todos los pro­yec­tos no son solo defen­di­bles si no que van a ser materializables…

En estos últi­mos 50 años que Eus­kal Herria ha esta­do luchan­do por un país libre y jus­to, hemos deja­do a mucha gen­te por el camino, dema­sia­da, en ambos ban­dos, muchos de nues­tros com­pa­ñe­ros más que­ri­dos no van a ver una Eus­kal Herria libre y socia­lis­ta. Pero noso­tros tene­mos que tra­ba­jar por ella, pri­me­ro por­que nos la mere­ce­mos, segun­do por­que los siguien­tes se mere­cen vivir en paz y jus­ti­cia, pero sobre­to­do por­que es hora de aca­bar con el sufri­mien­to y poder decir que por todos aque­llos que han dado la vida por este país, maña­na Eus­kal Herria podrá deci­dir libre y demo­crá­ti­ca­men­te lo que quie­re ser.

Tene­mos muchos pasos por dar toda­vía, pero el pri­me­ro lo dare­mos este sába­do en Bil­bo, cuan­do miles de vas­cos reco­rra­mos las calles exi­gien­do, todos los dere­chos para todas las per­so­nas en toda Eus­kal Herria.

Ani­mo pues, a luchar, que la vic­to­ria nues­tra será, Gora Eus­kal Herria Askatuta!

Oier Azka­rra­ga Gra­ja­les, mili­tan­te inde­pen­den­tis­ta y miem­bro del gru­po infor­ma­ti­vo www​.zuial​de​.tk Herri Informazioa

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