Un informe comisionado por la National Endowment for Democracy (NED) y publicado en mayo 2010 por la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE) reveló que este año, agencias internacionales están invertiendo entre 40 a 50 millones de dólares en sectores de la oposición política en Venezuela. Gran parte de ése dinero multimillonario está siendo canalizada a la campaña de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), la coalición de candidatos anti-chavistas para las elecciones legislativas del próximo 26 de septiembre.
La mayoría de los fondos provienen de las agencias estadounidenses, particularmente la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID), quien mantiene desde 2002 una presencia en Venezuela con la única intención de facilitar y asegurar la salida del poder del Presidente Hugo Chávez. Durante ocho años, la USAID ha financiado partidos y organizaciones políticos y medios de comunicación en Venezuela, ayudándolos crecer y unificarse, y alimentando sus dirigentes con dólares, asesoría estratégica, y recursos para sus actividades políticas.
La USAID no tiene ningún acuerdo ni autorización alguna del gobierno de Venezuela para estar en el país realizando actividades políticas e intervencionistas. Sin embargo, ha permanecido en Venezuela todos estos años, financiando y ayudando diseñar cada campaña electoral de la oposición, alimentando el conflicto político y violando los más básicos principios de la soberanía y la auto-determinación de los pueblos.
COMIENZO DE USAID EN VENEZUELA
En una nota confidencial de fecha 22 de enero de 2002, el jefe de la Oficina principal de Iniciativas de Transición (OTI) de la USAID, Russell Porter, revela cómo y porqué llegó la USAID a Venezuela. “El 4 de enero la Oficina de Asuntos Andinos del Departamento de Estado le pidió a la OTI establecer un programa en Venezuela…Era claro que había una preocupación creciente sobre la salud política del país. Solicitaron a la OTI ofrecer programas y asistencia para fortalecer los elementos democráticos que estaban bajo fuego del gobierno de Chávez”.
Según la USAID, la Oficina de Iniciativas de Transición (OTI) es una división que trabaja exclusivamente con asuntos políticos en apoyo a los objetivos de la política exterior de Estados Unidos. La OTI suministra asistencia de corto-plazo, rápida y flexible para las “necesidades de transición política y estabilización”.
Porter visitó a Venezuela el 18 de enero de 2002 y sostuvo reuniones con representantes de partidos políticos y organizaciones de la oposición; su agenda organizada por la Embajada de Estados Unidos y su embajadora saliente, Donna Hrinak. “Hay un consenso de que Chávez no terminará el año como presidente”, escribió el jefe de la OTI, luego notando, “Los rumores sobre un golpe son penetrantes…Las próximas elecciones son en cuatro años. Dado a la situación actual, es probable que Chávez no estaría para participar”.
Para asegurar éste destino político en Venezuela, Porter explica, “Para preservar la democracia, un apoyo inmediato es necesario para los medios independientes y la sociedad civil…Una de las grandes debilidades en Venezuela es la falta de una sociedad civil vibrante…La National Endowment for Democracy (NED) tiene un programa de 900 mil dólares en Venezuela que trabaja con el Instituto Demócrata (NDI), el Instituto Republicano Internacional (IRI) y el Centro de Solidaridad Laboral [tres institutos quasi-gubernamentales estadounidenses] para fortalecer a los partidos políticos y los sindicatos (la CTV)…Este programa es útil, pero no es suficiente. Además, no es flexible y tampoco trabaja con los grupos nuevos o no-tradicionales. También le falta un componente de medios”.
“La sociedad civil necesita ser fortalecida para reducir el conflicto social y comenzar a reconstruir la infrastructura democrática. Aunque la OTI no es la oficina correcta para reconstruir la infrastructura democrática a largo plazo, es la oficina que mejor puede reducir el conflicto social a través del trabajo con los medios y la sociedad civil. Además, como no existe otra misión de la USAID en Venezuela, la OTI es la oficina natural para comenzar un programa de alto-impacto de forma rápida. No obstante, el éxito no está garantizado. No importa que tan bueno sea el programa, las fuerzas anti-democráticas podrían derribir la democracia, pero entonces la OTI tendría que estar allí para recolectar las piezas y fortalecer los elementos democráticos que quedan”, elabora Porter, concluyendo, “Recomiendo que la OTI envié un equipo a Venezuela lo antes posible para comenzar un programa activo para apoyar la sociedad civil y los medios de comunicación”.
INTERVENCIÓN ELECTORAL: REFERÉNDUM REVOCATORIO
Luego del fracaso del golpe de Estado de abril 2002 contra el Presidente Chávez, la OTI estableció su oficina en Venezuela, con un solo objetivo: promover el referéndum revocatorio contra Chávez.
Un informe confidencial de Octubre 2003 de la OTI lo explica claramente: “El principal objetivo de Estados Unidos en Venezuela es una solución electoral, pácifica y constitucional…El objetivo inmediato es la realización de un referéndum exitoso, seguido por la restauración de un gobierno estable y democrático”.
La USAID definió una estrategia con dos componentes para canalizar sus fondos multimillonarios en Venezuela, “El primer componente es facilitar un exitoso y legítimo referéndum revocatorio…El segundo componente es apoyar un proceso inclusivo de reconciliación”. Primero tendrían que lograr revocar el mandato del Presidente Chávez, y luego implementarían un “gobierno de transición y reconciliación”.
Para lograr el primer objetivo, la USAID/OTI canalizó más de 750 mil dólares a la “campaña de información” a través de los medios de comunicación en Venezuela. Luego, financiaron al Centro Carter y la OEA para enviar observadores al país.
A través de la USAID/OTI y la NED, establecieron una organización venezolana de “observación electoral nacional”, de nombre Súmate, quien fue responsable para promover la campaña de la oposición para revocar al mandato del Presidente Chávez. Desde entonces, Súmate ha mantenido el mismo papel en todos los procesos electorales, siendo siempre financiado y asesorado por las agencias estadounidenses.
Al mismo tiempo, más de 1.3 millones de dólares fueron canalizados a los partidos políticos de la oposición, para capacitarlos y ayudarlos con la “estructura y organización de la campaña”, “el desarrollo de sus mensajes” y cómo hacer “campaña con las bases”.
Según el informe de la USAID, “Además, OTI mantendrá regulares reuniones de coordinación con los grupos financiados en Venezuela y sus contrapartes en Washington, para asegurar que están logrando los objetivos del programa”.
Para lograr el segundo componente de la estrategia principal, la USAID y la NED financiaron con más de un millon de dólares el diseño de una “agenda común” de la oposición para un “gobierno de transición y reconciliación”. De nombre “Plan Consenso País”, esta iniciativa fue presentada en 2003 – 2004 por miembros de las organizaciones Alianza Bravo Pueblo (Antonio Ledezma), Fedecámaras (Hugo Fonseca Viso y Jorge Botti), Asamblea de Ciudadanos (Maxim Ross), RCTV (William Echeverría), Sinergia (Jorge Reyes), CEDICE (Aurelio Concheso), la Iglesia Católica (Mikel De Viana) Gente de Petróleo (Nelson Benítez), Alianza Cívica (Elías Santana), COPEI (Eduardo Fernández), Un Solo Pueblo (William Ojeda), Coordinadora Democrática (Diego Urbaneja), Asamblea de Ciudadanos (Axel Capriles), Acción Democrática (Ramón Rangel), CTV (Alfredo Padilla), Liderazgo y Visión (Alonso Dominguez), Proyecto Venezuela (Maria Isabel Canales), Red Democrático Universitaria (Tomás Páez), Visión Emergente (Cirpriano Heredia) y Bandera Roja (Carlos Hermoso), entre otros.
La mayoría de estas organización también recibían financiamiento adicional de la USAID y la NED.
Según el informe de la USAID, y bajo la presunción de que lograrían un referéndum revocatorio “exitoso”, “El papel de OTI en un país está limitado a un periódo de 2 a 3 años”. No obstante, en el caso de Venezuela, la USAID anticipó una excepción.
“El objetivo de Estados Unidos en Venezuela es la continuación de una democracia de libre mercado. Sin importar el resultado del referéndum, la OTI debe continuar hasta 2005…Si la inestabilidad y la tensión continuán, la restauración de la estabilidad en Venezuela es suficientemente importante para los intereses estadounidenses para considerar reintroduciendo un programa de largo plazo de la USAID”.
Cuando perdieron el referéndum revocatorio contra el Presidente Chávez, la USAID optó por una mayor inversión de dinero en los partidos políticos de la oposición.
INJERENCIA EN LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS – 2005.-2010
Un informe desclasificado del Departamento de Estado, enviado del entonces Embajador William Brownfield desde la Embajada de Estados Unidos en Caracas en abril 2005 al Secretario de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional (NSC), destacó como el NDI e IRI estaban trabajando “con los partidos de la oposición para ayudarles sobrevivir como instituciones políticas relevantes a través de un proceso de renovación y fortalecimiento de los partidos”.
“En enero 2005, NDI comenzó la implementación de un programa de un año con 500 mil dólares enfocando en la transformación de los partidos…De principal importancia sería la motivación y participación de fuerzas reformistas (jóvenes líderes, mujeres, sociedad civil) para que cambios necesarios ocurran” en las elecciones legislativas.
Brownfield indicó cómo algunos asesores expertos fueron traidos desde Estados Unidos para ayudar a los partidos de la oposición “desarrollar estrategias y mensajes que llegan a los votantes de bajos recursos”. Y aunque Acción Democrática y COPEI fueron los principales beneficiarios de estos programas de capacitación, el informe también reveló que “NDI está trabajando con Primero Justicia para colaborar con técnicas modernas sobre el desarrollo y la difusión de mensajes”.
En enero 2005, el IRI también recibió 500 mil dólares para seguir con sus “escuelas de campaña” para los candidatos y dirigentes de la oposición. “En anticipación de las elecciones municipales en agosto y las elecciones parlamentarias en diciembre, IRI está conduciendo escuelas de campaña por todo el país. En marzo IRI realizó un taller de entrenamiento en el estado Falcón para 250 miembros de AD y Movimiento al Socialismo sobre la estructura de campaña y la movilización de electores. Participó una mayoría de los candidatos para las elecciones municipales en agosto”.
“Los temas tratados en las escuelas de campaña incluyen: estrategia y organización de campaña, desarrollo de mensajes, foros públicos, recaudación de fondos, relaciones públicas, movilización de votantes y selección de candidatos. Este último será basado en una encuesta realizada por IRI en abril y un estudio estadística sobre las elecciones parlamentarias realizada por NDI”.
Esta información revela que los candidatos de la oposición para las últimas elecciones legislativas fueron no solamente financiados, entrenados y formados por las agencias estadounidenses, sino también seleccionados por ellas mismas.
En el final, la oposición optó por boicotear las últimas elecciones parlamentarias en 2005 en lugar de enfrentar una derrota contundente en las urnas.
2010
Cinco años después, los fondos que están recibiendo los partidos de la oposición han multiplicado por millones, y ahora cuentan con cientos de organizaciones que se esconden detrás de la figura de organización no gubernamental (ONG) para hacer campañas políticas, como Súmate, Ciudadanía Activa, VotoJoven, Sinergia, Cedice, Radar de los Barrios, Espacio Público y otros.
Cuando en 2003, la USAID/OTI financiaba 66 programas en Venezuela con el objetivo de lograr la salida del poder del Presidente Chávez, hoy son más de 623 con más de 20 millones de dólares. El objetivo de “fortalecer la sociedad civil”, considerada por la USAID “vulnerable y debil” en 2002, ha sido alcanzado, gracias al apoyo multimillonario de Estados Unidos.
No existe duda ninguna de que la oposición venezolana – en todas sus manifestaciones – es producta de una estrategia del gobierno estadounidense. Financian y diseñan sus campañas, capacitan y entrenan a sus partidos políticos, ayudan organizar sus ONGs y sus mensajes, seleccionan sus candidatos para los procesos electorales y los alimentan con dólares para mantenerlos vivos.
Hasta lograr su objetivo final – la salida del poder del Presidente Hugo Chávez – la USAID y demás agencias estadounidenses continuarán con este trabajo.
La pregunta más bien es, ¿porqué Venezuela se permite tan grave injerencia y violación de su soberanía?