Pen­sa­mien­to crí­ti­co. Algu­nas refle­xio­nes des­de esta trinchera

Por Ser­gio Rodrí­guez Gel­fens­tein, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 14 de julio de 2021.

Sema­na tras sema­na lle­ga el momen­to de escri­bir estas líneas para tra­tar de con­tri­buir al deba­te de ideas y a un pro­ce­so de for­ma­ción que mejo­re las facul­ta­des de com­pren­sión de los fenó­me­nos polí­ti­cos y socia­les, a fin que redun­de en la ele­va­ción de la capa­ci­dad de resis­ten­cia de nues­tros pueblos.

Hace unos días fui invi­ta­do a Tele­sur para comen­tar acer­ca de la reti­ra­da de Esta­dos Uni­dos de Afga­nis­tán, las cau­sas y pro­ba­bles con­se­cuen­cias regio­na­les y glo­ba­les de tal hecho. Indu­da­ble­men­te un tema de super­la­ti­va rele­van­cia, mane­ja­do con infi­ni­to esme­ro, rigu­ro­si­dad y pro­fe­sio­na­lis­mo por la con­duc­to­ra del pro­gra­ma a tal pun­to que me sen­tí táci­ta­men­te exi­gi­do a estar a la altu­ra de la perio­dis­ta, sobre todo por­que ade­más, había que hacer un esfuer­zo de abs­trac­ción supe­rior para “esca­par” de la reali­dad cir­cun­dan­te que gene­ra el impe­ra­ti­vo de dar res­pues­ta a la coyun­tu­ra, dejan­do poco tiem­po para el aná­li­sis estruc­tu­ral que exi­gía en ese momen­to el tema planteado.

En el fon­do, daban vuel­ta en mi cabe­za, los hechos recien­tes en Vene­zue­la y en la región, espe­cial­men­te en Hai­tí y Cuba cuya ali­nea­ción en el tiem­po y el espa­cio, no podían ser casua­li­dad. Ade­más, pare­cie­ra que estas accio­nes van con­fi­gu­ran­do un nue­vo mode­lo de actua­ción impe­rial den­tro de las tra­di­cio­nes inter­ven­cio­nis­tas y agre­si­vas que son tan anti­guas como la pro­pia exis­ten­cia de Esta­dos Uni­dos como nación.

¿Alguien pue­de ser tan ino­cen­te como para pen­sar que es casua­li­dad que des­pués de la visi­ta del direc­tor de la CIA a Colom­bia, mer­ce­na­rios para­mi­li­ta­res de ese país, estén invo­lu­cra­dos en el ase­si­na­to del pre­si­den­te de Hai­tí y en la rea­li­za­ción de gua­rim­bas mili­ta­res en Cara­cas? ¿Alguien pue­de creer que estos hechos no tie­nen rela­ción con los inten­tos de des­es­ta­bi­li­za­ción con­tra revo­lu­cio­na­ria en Nica­ra­gua y Cuba?.

Ami­ga lec­to­ra, la esen­cia del aná­li­sis polí­ti­co correc­to está en ser capaz de enla­zar hechos apa­ren­te­men­te ais­la­dos, pro­yec­tar­los hacia el futu­ro, mirar­los a la luz de intere­ses de cla­ses, de sec­to­res, de gru­pos y de paí­ses y con ello deter­mi­nar los cur­sos más pro­ba­bles y los pla­nes de acción del enemigo.

En tan­to Esta­dos Uni­dos ha asu­mi­do a los pue­blos lati­no­ame­ri­ca­nos en esa con­di­ción (la de enemi­go) y con­si­de­ran­do que des­de el ini­cio de su expan­sión hacia el sur y el oes­te a comien­zos del siglo XIX, la his­to­ria de su rela­ción con Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be exhi­be una lar­ga lis­ta de inva­sio­nes, ocu­pa­cio­nes, ase­si­na­tos de diri­gen­tes y gol­pes de Esta­do, entre otros ins­tru­men­tos que con­for­man su amplio catá­lo­go agre­si­vo, hemos ido apren­dien­do y hoy, es fácil dedu­cir que la “misión deli­ca­da” del direc­tor de la CIA William Burns en Colom­bia, su prin­ci­pal alia­do en la región, está aso­cia­da a nue­vos pla­nes de agre­sión con­tra paí­ses que han deci­di­do ser autó­no­mos de las polí­ti­cas dic­ta­das por Washington.

El hecho de que haya sec­to­res de izquier­da que se creen con la potes­tad de deter­mi­nar que hay paí­ses con gobier­nos pro­gre­sis­tas bue­nos mien­tras que otros no lo son, no cam­bia que Esta­dos Uni­dos los quie­ra agre­dir y des­truir por igual hacien­do des­apa­re­cer sus Esta­dos e ins­ti­tu­cio­nes para some­ter a los pue­blos a la mise­ria, la pobre­za, la gue­rra y la muer­te. Los ejem­plos de Libia, Siria, Irak y Hai­tí entre otros están muy fres­cos aún. En todos ellos hubo crí­ti­cas de esos sec­to­res de izquier­da a los gobier­nos que había pre­via­men­te a las inter­ven­cio­nes “sal­va­do­ras” de Esta­dos Uni­dos y la OTAN.

No es habi­tual que reali­ce refle­xio­nes per­so­na­les en este espa­cio, pero ante los fra­ter­na­les recla­mos de algu­nos lec­to­res que me pre­gun­tan por­que no inten­to teo­ri­zar o sis­te­ma­ti­zar la expe­rien­cia de lo que está ocu­rrien­do, quie­ro res­pon­der­les muy fra­ter­nal­men­te tam­bién, que para mi pesar, no me encuen­tro en el cómo­do escri­to­rio de la aca­de­mia sino en la nada pla­cen­te­ra ‑aun­que recon­for­tan­te- trin­che­ra de la lucha anti impe­ria­lis­ta. No me pue­do des­pren­der –aun­que qui­sie­ra- de esa reali­dad que me cobi­ja con la incle­men­cia de los tiem­pos y con el calor de los pue­blos. Mi plu­ma –modes­ta en reali­dad- está al ser­vi­cio de esa cau­sa, de la mis­ma mane­ra que en tiem­pos pasa­dos, otros ins­tru­men­tos fue­ron los de uso coti­diano para la bús­que­da del mis­mo obje­ti­vo de hoy.

La urgen­cia y la angus­tia de cola­bo­rar en la bús­que­da de res­pues­tas a la con­fron­ta­ción coti­dia­na que el impe­ria­lis­mo nos ha impues­to, son los móvi­les que impul­san mi tra­ba­jo y así será mien­tras la situa­ción no cam­bie. Creo que –a pesar de las vic­to­rias que se ave­ci­nan- no habrá cam­bios estruc­tu­ra­les en el cor­to pla­zo, por­que no cam­bia­rá la esen­cia agre­si­va del impe­ria­lis­mo lo cual es con­sus­tan­cial con su ADN intervencionista.

La lucha por la libe­ra­ción de los pue­blos es per­ma­nen­te y con­ti­nua. En Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be, la resis­ten­cia de Cuba, Nica­ra­gua y Vene­zue­la segui­rá sien­do la proa que indi­ca el camino a seguir. No por azar, es hacia ellos adon­de el impe­rio apun­ta sus dar­dos más agudos.

Los gobier­nos de Méxi­co, Argen­ti­na y Boli­via, se han suma­do al sen­tir mayo­ri­ta­rio de los pue­blos que cla­man por paz, jus­ti­cia e inde­pen­den­cia y pron­to lle­ga­rá Perú. Entre los pala­di­nes que enar­bo­lan la demo­cra­cia repre­sen­ta­ti­va neo­li­be­ral sus­ten­ta­da en las doc­tri­nas de segu­ri­dad nacio­nal y del enemi­go interno: Chi­le y Colom­bia, sus pue­blos dan mues­tras de sen­ti­mien­to nacio­na­lis­ta, patrió­ti­co y demo­crá­ti­co en los que des­de el gobierno o des­de la opo­si­ción con­ti­nua­ran dan­do bata­lla por su emancipación.

Los pue­blos del Cari­be, con la dig­ni­dad de sus peque­ños terri­to­rios y la gran­de­za de su orgu­llo, dan ejem­plos de resis­ten­cia a las pre­sio­nes neo­co­lo­nia­les. Los uru­gua­yos le aca­ban de pro­pi­nar un con­tun­den­te gol­pe al gobierno de dere­cha, reco­gien­do más de 800 mil fir­mas para mani­fes­tar su recha­zo a las prác­ti­cas neo­li­be­ra­les que pre­ten­den retro­traer impor­tan­tes con­quis­tas obte­ni­das por déca­das de lucha de la cla­se obre­ra y el pue­blo. El pró­xi­mo año, el regre­so de Lula al gobierno de Bra­sil, dará un impul­so deci­si­vo a los esfuer­zos de la región por recu­pe­rar su con­cu­rren­cia en la his­to­ria en el camino de su nece­sa­ria integración.

“Si el pre­sen­te es de lucha, el futu­ro es nues­tro” enun­ció el Che Gue­va­ra. Para con­quis­tar ese futu­ro, hay que con­ti­nuar la lucha. No habrá Biden ni impe­rio alguno que pue­da impe­dir­lo. Nos espe­ra un futu­ro lumi­no­so. Los líde­res pue­den equi­vo­car­se, los pue­blos siem­pre tie­nen la razón.

Itu­rria /​Fuen­te

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