¿SOS Cuba?

Por Iña­ki Etaio, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 15 de julio de 2021.

Escri­bir sobre la mani­pu­la­ción con­tra Cuba se hace bas­tan­te abu­rri­do, sí. Son muy cansinos/​as. En Cuba están muy mal, no tie­nen nada, ni ali­men­tos ni medi­ci­nas, les han cor­ta­do inter­net y la elec­tri­ci­dad… siguien­do con la can­ti­ne­la del régi­men cubano y la dic­ta­du­ra cas­tris­ta. ¿Cuán­tas veces hemos leí­do estos men­sa­jes en colum­nas de opi­nión enve­ne­na­das y escu­cha­do opi­nio­nes sim­plis­tas y apo­ca­líp­ti­cas de boca de tertulianos/​as y radioyentes?

En Cuba atra­vie­san una situa­ción difí­cil, es evi­den­te. Es más, en Cuba están habi­tua­dos a vivir una situa­ción difí­cil, por­que han con­de­na­do a Cuba a vivir en una situa­ción difí­cil. Des­de que la Revo­lu­ción lle­gó al poder no ha cesa­do la agre­sión del impe­ria­lis­mo yan­qui, aun­que la exis­ten­cia del blo­que del “socia­lis­mo real” neu­tra­li­zó en gran medi­da los efec­tos del blo­queo. La lle­ga­da del Perío­do espe­cial cam­bió la situa­ción, sumien­do a Cuba en una tesi­tu­ra crí­ti­ca. A pesar de ello, el pue­blo cubano resis­tió, defen­dien­do su sobe­ra­nía y el socia­lis­mo. La olea­da boli­va­ria­na enca­be­za­da por Chá­vez supu­so un nue­vo esce­na­rio en la región, así como nue­vas alian­zas para la isla. Sin embar­go, el recru­de­ci­mien­to de la asfi­xia con­tra Vene­zue­la de estos últi­mos años, así como la pan­de­mia, entre otros fac­to­res, han afec­ta­do gra­ve­men­te la eco­no­mía cuba­na. A los pro­ble­mas y caren­cias estruc­tu­ra­les hay que sumar la caí­da del turis­mo, prin­ci­pal sec­tor para la entra­da de divi­sas. Todos estos fac­to­res no se pue­den ubi­car fue­ra del con­tex­to del cri­mi­nal blo­queo que atra­vie­sa todas las áreas de la vida en Cuba. Y ya van seis déca­das de blo­queo, endu­re­ci­do por Trump y man­te­ni­do por la admi­nis­tra­ción Biden. Es ese blo­queo el que ha dado for­ma al esce­na­rio de las pro­tes­tas actua­les en Cuba, el que ha ten­sio­na­do las con­di­cio­nes de vida de la pobla­ción, el que ha avi­va­do el males­tar y el des­con­ten­to entre sec­to­res de la pobla­ción cuba­na. Cosa dis­tin­ta es el inten­to, prin­ci­pal­men­te cana­li­za­do a tra­vés de las redes socia­les y que res­pon­de en no pocas oca­sio­nes a una estra­te­gia orques­ta­da des­de el exte­rior, por diri­gir ese des­alien­to con­tra la Revolución.

Gene­ra rabia obser­var cómo tam­bién en Eus­kal Herria se difun­de esta pro­pa­gan­da reac­cio­na­ria que obvia intere­sa­da­men­te el blo­queo o lo ubi­ca en un segun­do plano, pre­sen­tán­do­lo como una excu­sa uti­li­za­da por los y las revo­lu­cio­na­rias cuba­nas. Habría que pre­gun­tar a todas/​os esas/​os tan preocupadas/​os por la pobla­ción cuba­na dón­de esta­ban el 23 de junio, cuan­do las y los inter­na­cio­na­lis­tas nos con­cen­tra­mos con­tra el blo­queo en las capi­ta­les vascas.

Des­de muchos medios hacen refe­ren­cia reite­ra­da­men­te a las y los enfer­mos y muer­tos por la Covid y, si bien es cier­to que la situa­ción ha empeo­ra­do con­si­de­ra­ble­men­te, no hay sino com­pa­rar las cifras de Cuba con las de los paí­ses de su entorno y de Euro­pa para obser­var cómo son sen­si­ble­men­te infe­rio­res a las que hemos teni­do y tene­mos por estos lares. No ponen tan­to énfa­sis en des­ta­car que Cuba es el úni­co país lati­no­ame­ri­cano que está desa­rro­llan­do sus pro­pias vacu­nas (Abda­la ya en uso, Sobe­ra­na 2 a la espe­ra de auto­ri­za­ción y otras tres en fases pre­vias). Sí, un peque­ño pue­blo de esca­sos recur­sos natu­ra­les y blo­quea­do está afron­tan­do exi­to­sa­men­te este reto.

Tam­bién nos hablan de repre­sión y dete­ni­dos, difun­dien­do en oca­sio­nes imá­ge­nes que ni son de Cuba. Al pare­cer están muy preo­cu­pa­dos, pero, como un sim­ple ejer­ci­cio de com­pa­ra­ción, no esta­ría mal que otor­ga­sen cober­tu­ra de for­ma pro­por­cio­nal en fun­ción del nivel de vio­len­cia. ¿Cuán­tos minu­tos y carac­te­res a la vio­len­cia con­te­ni­da fren­te a los albo­ro­tos en Cuba y cuán­tos a los más de 400 ojos per­di­dos en las mani­fes­ta­cio­nes de Chi­le, o a las doce­nas de ase­si­na­dos y cien­tos de des­apa­re­ci­dos en las pro­tes­tas en Colom­bia? Ello por no hablar de los 1206 líde­res y lide­re­sas socia­les y 277 gue­rri­lle­ros des­mo­vi­li­za­dos de las FARC ase­si­na­dos des­de la fir­ma de “paz” en 2018… Tam­po­co nos mos­tra­rán las mani­fes­ta­cio­nes de cubanas/​os que han sali­do a la calle estos días en defen­sa de la Revolución.

El uso del “SOS Cuba” supo­ne cola­bo­rar con esta ope­ra­ción de con­fu­sión, ya sea des­de la igno­ran­cia o des­de una posi­ción polí­ti­ca cons­cien­te. “SOS Cuba” res­pon­de a una estra­te­gia con­cre­ta, sí, impul­sa­da y finan­cia­da des­de EEUU, y que cuen­ta con la cola­bo­ra­ción local de los laca­yos del capi­tal para su pro­pa­ga­ción. Tal y como ya hicie­ran con los “artis­tas rebel­des” de San Isi­dro o con la publi­ci­ta­ción de la can­ción “Patria y vida”. Y no, esto no va de eti­que­tar al otro u otra para jus­ti­fi­car­se en el inmo­vi­lis­mo. En Cuba hay pro­ble­mas, es evi­den­te, y las y los revo­lu­cio­na­rios (inclui­dos los diri­gen­tes) no los nie­gan. La situa­ción gene­ra des­gas­te, tan­to mate­rial como emo­cio­nal (eso es lo que bus­ca en últi­mo tér­mino el blo­queo), y no debe resul­tar sen­ci­llo man­te­ner la sere­ni­dad y saber ubi­car las cosas más sim­ples del día a día en un deter­mi­na­do con­tex­to des­de algu­nas caren­cias o des­de la espe­ra en una cola. Menos aún para muchos/​as jóve­nes, alejados/​as de la retó­ri­ca de los men­sa­jes ofi­cia­les y bajo el bom­bar­deo con­ti­nuo de cier­tas cam­pa­ñas a tra­vés de redes socia­les. Pero no olvi­de­mos nun­ca qué mano está detrás de estas manio­bras. Des­pren­de un hedor dema­sia­do pare­ci­do al de las “revo­lu­cio­nes de colo­res” expe­ri­men­ta­das en otros luga­res. Sumir a la pobla­ción en una deli­ca­da situa­ción, fomen­tar pro­tes­tas e inten­tar abrir la puer­ta a una inter­ven­ción extran­je­ra, ya sea bajo la excu­sa de la pro­tec­ción de los dere­chos huma­nos o dis­fra­za­da de ayu­da huma­ni­ta­ria, como ya inten­ta­ron en Vene­zue­la. Segu­ro que en Cuba se pue­den cam­biar y mejo­rar muchos aspec­tos, pero el qué y el cómo lo debe deci­dir el pue­blo cubano, y sin la pre­sión asfi­xian­te de la mayor poten­cia eco­nó­mi­ca y mili­tar del mun­do. Si el blo­queo ha sido la excu­sa uti­li­za­da por lo que deno­mi­nan como “régi­men” para no rea­li­zar cam­bios ¿por qué no lo han deja­do en evi­den­cia sus­pen­dien­do el blo­queo? No lo deben tener tan claro…

Los gri­tos de “liber­tad” uti­li­za­dos con­tra la Revo­lu­ción cuba­na no tie­nen más cre­di­bi­li­dad que los lan­za­dos por la ultra­de­re­cha en Madrid en ple­na pan­de­mia. Al mar­gen de la impres­cin­di­ble crí­ti­ca al poder esta­ble­ci­do (crí­ti­ca al poder trans­for­ma­dor, para mejo­rar­lo; denun­cia al poder opre­sor, para derri­bar­lo), ¿qué hay detrás de quie­nes gri­tan “liber­tad”? ¿qué pro­pues­ta? Los revo­lu­cio­na­rios que asal­ta­ron el cuar­tel Mon­ca­da el 1953 para inten­tar derro­car la dic­ta­du­ra de Batis­ta tenían un pro­gra­ma que imple­men­tar una vez toma­do el poder, el cual fue deta­lla­do en el pro­pio jui­cio por Fidel en su ale­ga­to La His­to­ria me absol­ve­rá. Quié­nes vemos hoy gri­tan­do “liber­tad” en Cuba ¿qué pro­po­nen? ¿Aca­bar con la Revo­lu­ción y vol­ver al capi­ta­lis­mo? ¿Vol­ver a que­dar en manos de EEUU rati­fi­can­do la teo­ría de “la fru­ta madu­ra” de John Quincy Adams, como ya ocu­rrie­ra con la Enmien­da Platt impues­ta tras la expul­sión de los colo­ni­za­do­res españoles?

La for­ma­ción y el orgu­llo de la mayo­ría de cubanas/​os y las sóli­das raí­ces de la Revo­lu­ción pon­drán en su lugar estos inten­tos con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rios, como han hecho en ante­rio­res oca­sio­nes. Al pue­blo cubano corres­pon­de desa­rro­llar y per­fec­cio­nar su pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio, con sus difi­cul­ta­des, erro­res, con­tra­dic­cio­nes y con sus enor­mes logros. A las y los inter­na­cio­na­lis­tas vascas/​os nos ata­ñe tras­la­dar la soli­da­ri­dad al pue­blo revo­lu­cio­na­rio cubano, denun­cian­do la con­tra­rre­vo­lu­ción y con­tra­rres­tan­do las men­ti­ras que se divul­gan aquí. Por­que en el caso cubano, al igual que en Eus­kal Herria y a nivel mun­dial, quien nece­si­ta un SOS es la verdad.

*Mili­tan­te de la orga­ni­za­ción inter­na­cio­na­lis­ta vas­ca Askapena

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