Cuba. El valor de una experiencia por el socialismo

Cuba. El valor de una expe­rien­cia por el socialismo

Por Julio C. Gam­bi­na, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 16 de julio de 2021.

Cuba apa­re­ce en el cen­tro del deba­te polí­ti­co, con pro­tes­tas y des­or­de­nes el pasa­do domin­go 11 de julio, segui­da de la res­pues­ta guber­na­men­tal y de la pro­pia orga­ni­za­ción popu­lar en defen­sa del pro­ce­so cubano. Los acon­te­ci­mien­tos moti­van inter­pre­ta­cio­nes y accio­nes muy disi­mi­les, que intere­sa con­si­de­rar, en un mar­co de agra­va­mien­to de la situa­ción sani­ta­ria y eco­nó­mi­ca en el orden mun­dial. Des­de la dere­cha y la con­tra­rre­vo­lu­ción, local, regio­nal y glo­bal, se apu­ró un nue­vo gri­to de final de la expe­rien­cia, como en varia­das oca­sio­nes pre­vias, inclu­so antes de la caí­da del muro de Ber­lín y la des­ar­ti­cu­la­ción de la URSS. Es un gri­to que con­fun­de el deseo de ente­rrar el pro­ce­so cubano por el fra­ca­so reite­ra­da­men­te men­cio­na­do de la expe­rien­cia, con la diná­mi­ca de un fenó­meno social, polí­ti­co, cul­tu­ral que sos­tie­ne un deba­te en su inte­rior por la per­ma­nen­te recrea­ción, con la espe­ci­fi­ci­dad tem­po­ral de mate­ria­li­zar­se aho­ra bajo la direc­ción de una nue­va cama­da de con­duc­ción. Esa reno­va­ción gene­ra­cio­nal en la direc­ción, es aún mayor si remi­ti­mos al uni­ver­so de la población.

¿Cuán­tas gene­ra­cio­nes caben en la his­to­ria des­de 19539 al presente?

La cama­da del Mon­ca­da tie­ne su impron­ta dife­ren­cia­da de otros momen­tos, tal como los que defi­ne la vivi­da en la Sie­rra Maes­tra o la acu­mu­la­ción de lucha popu­lar para el logro del triun­fo del pri­me­ro de enero de 1959. Pla­ya Girón y muchí­si­mos epi­so­dios pos­te­rio­res defi­nen cada momen­to y gene­ra­ción de revo­lu­cio­na­rios loca­les, inter­ac­tuan­do con la diná­mi­ca de lucha de cla­ses glo­bal, en don­de la ofen­si­va capi­ta­lis­ta de media­dos de los años seten­ta del siglo pasa­do impac­tó de mane­ra muy espe­cial en Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be, terri­to­rio de ensa­yo de la ofen­si­va neo­li­be­ral que lue­go se ins­ta­ló como pro­pues­ta hege­mó­ni­ca en el capi­ta­lis­mo glo­bal. Vale recu­pe­rar en sen­ti­do his­tó­ri­co el carác­ter fun­dan­te de las dic­ta­du­ras del cono sur de Amé­ri­ca para ins­ta­lar la hege­mo­nía neo­li­be­ral en la ges­tión de los gobier­nos regio­na­les, muy espe­cial­men­te el Con­sen­so de Washing­ton en los noven­ta. En ese con­tex­to se valo­ra la con­ti­nui­dad del pro­ce­so cubano, con todos los erro­res, espe­cial­men­te iden­ti­fi­ca­dos por la pro­pia con­duc­ción de la gene­ra­ción de la revo­lu­ción, el buro­cra­tis­mo y la fal­ta de sen­si­bi­li­dad revo­lu­cio­na­ria para cam­biar todo lo que deba ser cambiado.

¿Que­dó Cuba y sus nue­vas gene­ra­cio­nes afue­ra del impac­to de la res­tau­ra­ción con­ser­va­do­ra de los 8090 en el ámbi­to mundial?

Inclu­so, en lo mate­rial del mode­lo pro­duc­ti­vo cubano, la deba­cle de Euro­pa del Este supu­so una nue­va reno­va­ción tec­no­ló­gi­ca. La vin­cu­la­ción con la URSS en los 6070 sig­ni­fi­có un cam­bio en la tec­no­lo­gía y la ges­tión de la eco­no­mía, tan­to como su inser­ción inter­na­cio­nal. En los 90 hubo que empe­zar nue­va­men­te, en el mar­co de una bru­tal ofen­si­va capi­ta­lis­ta con­tra el tra­ba­jo, la socie­dad y la natu­ra­le­za. Vene­zue­la y el cam­bio polí­ti­co en la región, con la reno­va­da dis­cu­sión por la inte­gra­ción no subor­di­na­da abri­gó espe­ran­zas de ir más allá del terri­to­rio insu­lar en el pro­yec­to por trans­for­ma­cio­nes estruc­tu­ra­les. Eran los tiem­pos del des­em­bar­co de Chi­na en la región y con ello el cre­ci­mien­to de la pre­sen­cia comer­cial, eco­nó­mi­ca, y finan­cie­ra de la poten­cia emer­gen­te en dispu­ta con EEUU. Se habi­li­ta­ban espe­ran­zas de reto­mar una pers­pec­ti­va arti­cu­la­da de inser­ción en la pro­duc­ción y cir­cu­la­ción de bie­nes y ser­vi­cios, muy mati­za­da es cier­to, y pron­to abor­ta­da, no solo por san­cio­nes impe­ria­lis­tas, sino por la diná­mi­ca nacio­nal de los pro­ce­sos invo­lu­cra­dos. En ese con­ten­to, en 2011 se pro­po­nen cam­bios pro­fun­dos en la orga­ni­za­ción eco­nó­mi­ca de Cuba, en pro­ce­so actual, espe­cial­men­te con el orde­na­mien­to mone­ta­rio a comien­zos del 2021. Cons­truir la nue­va socie­dad sobre la base de la ante­rior, amplia­men­te dise­mi­na­da en el sis­te­ma mun­dial es un desa­fío gigan­tes­co, fácil de cri­ti­car fue­ra del pro­ce­so cotidiano.

Cada gene­ra­ción lle­va ade­lan­te un pro­ce­so de lec­tu­ra y relec­tu­ra de la reali­dad, de la his­to­ria y de los desa­fíos a enca­rar para seguir pen­san­do crí­ti­ca­men­te la reali­dad. Una inter­pre­ta­ción de la reali­dad fue rea­li­za­da por los jóve­nes revo­lu­cio­na­rios de los 5070 en tiem­pos del ori­gen de la revo­lu­ción. Es una expe­rien­cia gene­ra­cio­nal des­ple­ga­da en un momen­to de máxi­ma acu­mu­la­ción de poder popu­lar en la región y en el mun­do, en don­de Cuba incor­po­ró una cuo­ta impor­tan­te de espe­ran­za por el cam­bio anti­ca­pi­ta­lis­ta y la pers­pec­ti­va socia­lis­ta. La his­to­ria con­ti­nua y el deba­te y las luchas tam­bién, para retra­sar o rever­tir el pro­ce­so cubano, o para hacer­lo avan­zar, es par­te del desa­fío his­tó­ri­co. Eso le toca a la gene­ra­ción actual de revo­lu­cio­na­rios cuba­nos y en la medi­da de lo posi­ble pre­ten­de­mos apor­tar, hacien­do avan­zar la revo­lu­ción en otros territorios.

Con Cuba, Amé­ri­ca Lati­na ingre­sa­ba en la his­to­ria del pro­yec­to socia­lis­ta para la huma­ni­dad y rápi­da­men­te ganó la sim­pa­tía de los pue­blos y el odio de las cla­ses domi­nan­tes en el mun­do, espe­cial­men­te en EEUU. Por esa repre­sen­ta­ción cul­tu­ral ins­ta­la­da en el ámbi­to mun­dial, con fuer­tes imá­ge­nes de sus prin­ci­pa­les líde­res his­tó­ri­cos, Fidel, Raúl, Cami­lo y el Che, no sor­pren­de el inmen­so apo­yo social y polí­ti­co mun­dial de una izquier­da diver­sa, la que asu­me sin repa­ros la refe­ren­cia y defen­sa del pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio cubano. Algu­nos dis­cu­ten puer­tas aden­tro los lími­tes de la expe­rien­cia (buro­cra­ti­za­ción, inefi­ca­cia, etc.) y los desa­fíos del pre­sen­te, pero aten­tos a que lo prin­ci­pal es la con­cen­tra­ción en Cuba de la diná­mi­ca de lucha de cla­ses mun­dial. La domi­na­ción nun­ca acep­tó que en su vecin­dad se asen­ta­ra una pro­pues­ta que gene­ra expec­ta­ti­va y espe­ran­za en el mun­do. Por eso la inva­sión del 61 y las san­cio­nes, con el blo­queo geno­ci­da prác­ti­ca­men­te des­de el ini­cio. Todo agra­va­do con Trump y no rever­ti­do por Biden.

Una cosa es la crí­ti­ca en el mar­co de la expe­rien­cia y otra muy dis­tin­ta es la des­ca­li­fi­ca­ción, algo que invo­lu­cra a algu­nos dis­cur­sos que dispu­tan la repre­sen­ta­ción polí­ti­ca de la izquier­da. El pro­pio Pre­si­den­te Miguel Díaz Canel seña­ló la exis­ten­cia de revo­lu­cio­na­rios en las pro­tes­tas, jun­to a par­te de la pobla­ción des­con­ten­ta con la coti­dia­nei­dad, dife­ren­cian­do a éstos, de otros pro­ta­go­nis­tas de los epi­so­dios, subor­di­na­dos a la lógi­ca inje­ren­cis­ta pro­mo­vi­da des­de el impe­ria­lis­mo esta­dou­ni­den­se, abo­na­do con pre­su­pues­tos que ani­man el disen­so en la socie­dad cuba­na. Por eso hay que des­ta­car el com­ba­te a la con­tra­rre­vo­lu­ción y la aper­tu­ra a las deman­das por resol­ver en difí­ci­les con­di­cio­nes la con­ti­nui­dad de la bús­que­da por el socialismo.

No hay duda que Cuba mue­ve las pasio­nes, a favor y en con­tra. No resul­ta un pro­ce­so intras­cen­den­te, lo que moti­va el odio con­ser­va­dor y reac­cio­na­rio de los defen­so­res del capi­ta­lis­mo y el apo­yo soli­da­rio, aun con mira­das crí­ti­cas del amplio espec­tro de la crí­ti­ca al orden capi­ta­lis­ta. En ese mar­co de con­tra­dic­cio­nes, la expe­rien­cia cuba­na se sos­tie­ne empe­ci­na­da­men­te en la enun­cia­ción por cons­truir el socia­lis­mo, que sigue sien­do una asig­na­tu­ra pen­dien­te. Pen­dien­te sí, pero cons­ti­tu­ye una seria ame­na­za al régi­men del capi­tal en tan­to expec­ta­ti­va espe­ran­za­do­ra para los pue­blos del mun­do. Por eso el ensa­ña­mien­to de la polí­ti­ca exte­rior esta­dou­ni­den­se y los blo­ques de poder a él aso­cia­dos en el sis­te­ma mun­dial, más allá de que en las recu­rren­tes vota­cio­nes en Nacio­nes Uni­das, solo Israel acom­pa­ñe a EEUU en el sos­te­ni­mien­to del blo­queo a Cuba. ¿Qué ocu­rre con el res­to de los paí­ses que no mate­ria­li­zan en la coti­dia­nei­dad el boi­cot al blo­queo? En la domi­na­ción del capi­tal trans­na­cio­nal y el peso del Esta­do esta­dou­ni­den­se debe encon­trar­se la res­pues­ta. Solo a modo de ejem­plo pue­de pen­sar­se el alcan­ce de la soli­da­ri­dad con Cuba de un país como la Argen­ti­na, “nego­cian­do” en la coyun­tu­ra una impa­ga­ble deu­da exter­na con el FMI y su socio prin­ci­pal, EEUU.

Por eso, en la actua­li­dad, lo pri­me­ro es ter­mi­nar con el blo­queo geno­ci­da, lo que habi­li­ta­ría a una dis­cu­sión sobre la posi­bi­li­dad de cons­truir un pre­sen­te y un futu­ro para Cuba sin las res­tric­cio­nes exter­nas. Cuba resol­vió como nadie en la región la pro­duc­ción de la vacu­na con­tra el COVID19, algo que podría poten­ciar­se des­de la inte­gra­ción regio­nal y seña­la cami­nos de una coope­ra­ción regio­nal con bene­fi­cio de toda la región. Cuba vale por su expe­rien­cia en la pro­pues­ta enun­cia­da reite­ra­das veces en con­tra del capi­ta­lis­mo y por el Socia­lis­mo. Es lo que no le per­do­nan des­de el orden capi­ta­lis­ta, mucho menos su vecino impe­ria­lis­ta, que nece­si­ta a toda Amé­ri­ca suje­ta­da a su pro­yec­to, bajo direc­ción repu­bli­ca­na o demó­cra­ta y sus for­mas dis­tin­tas, que vale dife­ren­ciar, pero siem­pre des­de una lógi­ca de domi­na­ción asen­ta­da en la polí­ti­ca exte­rior esta­dou­ni­den­se de dominación.

Cuba está en el deba­te y no resul­ta ajeno al pro­pó­si­to his­tó­ri­co de libe­ra­ción de nues­tros pue­blos a la suje­ción al orden del capi­tal. La expe­rien­cia cuba­na debe valo­rar­se crí­ti­ca­men­te, espe­cial­men­te cuan­do la domi­na­ción capi­ta­lis­ta mun­dial la bloquea.

Bue­nos Aires, 15 de julio de 2021

Itu­rria /​Fuen­te

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