Cuba. Este sábado, las calles y plazas del país se llenaron de pueblo en defensa de su Revolución y el Socialismo (fotos y videos)

Cuba. Este sába­do, las calles y pla­zas del país se lle­na­ron de pue­blo en defen­sa de su Revo­lu­ción y el Socia­lis­mo (fotos y videos)

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Resu­men Lati­no­ame­ri­cano 17 de julio de 2021

Las calles y pla­zas del país aco­gie­ron des­de tem­prano pro­nun­cia­mien­tos del pue­blo cubano por su Revo­lu­ción. Las voces que se alzan defien­den nues­tra sobe­ra­nía que no es nego­cia­ble, defien­den que la patria no está en ven­ta, que las calles son de todos para com­par­tir­las en paz y con res­pe­to a la inte­gri­dad de nues­tra nación.

En La Haba­na, con la pre­sen­cia del Gene­ral de Ejér­ci­to Raúl Cas­tro Ruz, líder de la Revo­lu­ción Cuba­na, y del Pri­mer Secre­ta­rio del Par­ti­do Comu­nis­ta de Cuba y Pre­si­den­te de la Repú­bli­ca, Miguel Díaz-Canel Ber­mú­dez, el acto de reafir­ma­ción revo­lu­cio­na­ria trans­cu­rrió en La Piragua.

¡Jun­tos podemos!

Trans­crip­ción no ofi­cial de las pala­bras del Pri­mer Secre­ta­rio del Par­ti­do y Pre­si­den­te de la Repú­bli­ca, Miguel Díaz-Canel Ber­mú­dez, en el acto de reafir­ma­ción revo­lu­cio­na­ria ocu­rri­do este sába­do en La Habana.

HABLA EL PRESIDENTE DÍAZ CANEL

¡Viva Cuba libre! Libre de inje­ren­cias extran­je­ras y libre del odio que han azu­za­do quie­nes lle­van 60 años apre­tan­do el cue­llo de la nación para hacer­la esta­llar y aho­ra quie­ren pre­sen­tar­se como nues­tros salvadores.

Cesen la men­ti­ra, la infa­mia y el odio. Cuba es pro­fun­da­men­te alér­gi­ca al odio y jamás será tie­rra de odio. No se cons­tru­ye nada bueno des­de el odio. El odio nos roba tiem­po para amar y fren­te al amor mis­mo, y si lo deja­mos entrar como reac­ción fren­te al odio que nos adversa.

Lo hemos expe­ri­men­ta­do en estos días de odio des­bor­da­do en las redes no tan socia­les, que han sido la com­pa­ñía per­ma­nen­te de padres e hijos en estos lar­gos meses de pan­de­mia, al pun­to de que muchos pasan más tiem­po conec­ta­dos a la red que conec­ta­dos a la fami­lia. Esa fami­lia que con uni­dad pue­de ser invul­ne­ra­ble ante los odios y lo que la amenaza.

Una madre me pre­gun­ta­ba ayer que su hija ado­les­cen­te le pre­gun­tó con lágri­mas en los ojos si eso era Cuba, al ver lo com­par­ti­do por algu­nos de sus ami­gos en Face­book. Los due­ños de esas redes, los dic­ta­do­res de sus algo­rit­mos, como bien denun­cia un recien­te docu­men­tal, han abier­to al odio, sin el más míni­mo con­trol éti­co, las com­puer­tas de sus pode­ro­sas pla­ta­for­mas. Es un odio que frac­tu­ra a la fami­lia, a los ami­gos, a la socie­dad, y que ame­na­za con lle­var­se muchos de nues­tros valo­res al rin­cón de lo inservible.

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano en la con­cen­tra­ción: Gra­cie­la Ramí­rez, edi­to­ra de nues­tro perió­di­co en Cuba, jun­to con un com­pa­ñe­ro de la corresponsalía.

El bom­bar­deo de imá­ge­nes de vio­len­cia, san­gre, pro­tes­tas, ala­ri­dos, van­da­lis­mo, ame­na­zas, aco­so y repre­sión no ha cono­ci­do pau­sa en los últi­mos seis días.

En las sema­nas pre­vias se desa­rro­lló una inten­ta ope­ra­ción polí­ti­co comu­ni­ca­cio­nal finan­cia­da por el Gobierno de Esta­dos Uni­dos y la maqui­na­ria polí­ti­ca de la Flo­ri­da. Su obje­ti­vo era alen­tar dis­tur­bios en el país, apro­ve­chan­do las difí­ci­les con­di­cio­nes gene­ra­das por la pan­de­mia, el blo­queo y las 243 medi­das de la admi­nis­tra­ción Trump.

Rea­li­za­ron en esos días actos de gue­rras no con­ven­cio­nal que inclu­ye­ron lla­ma­dos al esta­lli­do social, la vio­len­cia, la agre­sión a agen­tes poli­cia­les, el van­da­lis­mo y el sabo­ta­je. Uti­li­za­ron para ello, sis­te­mas de inte­li­gen­cia arti­fi­cial y big data, ciber­tro­pas y actos de ciber­te­rro­ris­mo, para pro­mo­ver la fabri­ca­ción arte­sa­nal y uso de armas o ele­men­tos incen­dia­rios, accio­nes inte­gra­das de aco­so, chan­ta­je o finan­cia­mien­to a líde­res digi­ta­les o influen­cers internacionales.

Con­ta­ron con la com­pli­ci­dad con una pode­ro­sa trans­na­cio­nal quien les per­mi­tió vio­lar impu­ne­men­te sus pro­pias regu­la­cio­nes y des­aten­dió las legí­ti­mas denun­cias de usua­rios y algu­nos medios de prensa.

La tele­vi­sión cuba­na ha pues­to en evi­den­cia obje­ti­vos de esta cam­pa­ña al recons­truir en secuen­cia los acon­te­ci­mien­tos del pasa­do domin­go. Pri­me­ro se con­vo­ca­ron las pro­tes­tas, des­pués se cons­tru­yó el rela­to fal­so de los hechos para gene­rar res­pues­tas emo­ti­vas de soli­da­ri­dad con los mani­fes­tan­tes y lue­go se des­ata­ron las accio­nes van­dá­li­cas que ocu­rrie­ron horas antes de nues­tra impro­vi­sa­da com­pa­re­cen­cia en tele­vi­sión al regre­so de San Anto­nio de los Baños. Está cla­ra la ruta de la infamia.

A pos­te­rio­ri, todos los hechos se han pre­sen­ta­do des­or­de­na­da­men­te, como si fue­ran fru­to de nues­tro legí­ti­mo lla­ma­do a los revo­lu­cio­na­rios a defen­der la Revo­lu­ción. La his­to­ria se pre­ten­de con­tar al revés. No cuen­tan los lla­ma­dos a la soli­da­ri­dad, la paz y la uni­dad entre todos.

La inter­pre­ta­ción mal inten­cio­na­da es que se con­vo­có a una gue­rra civil. Pode­mos des­mon­tar las lla­ma­das fake news, mon­tar cómo se fabri­có toda la fal­sa reali­dad de Cuba, pero ya han cau­sa­do un daño incon­men­su­ra­ble al alma nacio­nal, que tie­ne entre sus valo­res más sagra­dos la tran­qui­li­dad ciu­da­da­na, la con­vi­ven­cia, la soli­da­ri­dad y la uni­dad. Esta­mos bajo el fue­go sofis­ti­ca­do de una ciber­gue­rra, que inclu­ye el ciber­te­rro­ris­mo y el terro­ris­mo mediá­ti­co en su ins­tru­men­tar agresivo.

Las denun­cias del Can­ci­ller cubano del pasa­do mar­tes no han sido con­tes­ta­das. No ha habi­do ni un inten­to de res­pues­ta por par­te de las auto­ri­da­des del gobierno repu­bli­cano de la Flo­ri­da sobre los fon­dos asig­na­dos a estos pro­yec­tos que pre­ten­den ata­car al país y al mis­mo tiem­po des­ar­mar­lo de sus posi­bles medios de defensa.

No solo el Min­rex, el sitio de la Pre­si­den­cia, Cuba­de­ba­te, Gran­ma, Juven­tud Rebel­de, y prác­ti­ca­men­te todos los medios públi­cos cuba­nos están sufrien­do ata­ques inter­mi­ten­tes con Dene­ga­ción de ser­vi­cios en medio de una atroz cam­pa­ña de demo­ni­za­ción del Gobierno.

Tra­tan de silen­ciar cual­quier alter­na­ti­va a la narra­ti­va anti­cu­ba­na que hoy se des­plie­ga en por­ta­das alar­mis­tas. Los ami­gos de Cuba, que cono­cen de la mani­pu­la­ción y el silen­cio, no pue­den acce­der a los medios cuba­nos, y nos han envia­do los repor­tes de dene­ga­ción de acceso.

En el apo­geo de la men­ti­ra se emplean imá­ge­nes fal­sas, se esti­mu­la y glo­ri­fi­ca el des­aca­to y la des­truc­ción de inmue­bles, la com­pul­sión y el aco­so al asal­to ame­na­zan­te a ciu­da­da­nos y a fami­lias. Aho­ra mis­mo, lo que el mun­do está vien­do de Cuba es una men­ti­ra. A todo un pue­blo levan­ta­do con­tra el Gobierno, y a un Gobierno que repri­me a su pue­blo. No es raro que bajo ese bom­bar­deo mediá­ti­co algu­nos duden y se pro­nun­cien supo­nien­do una sepa­ra­ción que no existe.

No juz­go, no con­deno, entien­do que son ava­sa­lla­do­ras las armas del adver­sa­rio, ¡pero al lado del pue­blo, con el pue­blo y por el pue­blo sigue estan­do la Revolución!

No con decla­ra­cio­nes, sino con hechos. Cuan­do la eti­que­ta del SOS Matan­zas esta­ba apa­gán­do­se en el ciber­es­pa­cio, al lado de Matan­zas y de toda Cuba no se vio a los pro­mo­to­res de la inter­ven­ción huma­ni­ta­ria. Esta­ba el mis­mo pue­blo noble y soli­da­rio que sufre las con­se­cuen­cias del blo­queo, y esta­ba el Gobierno cubano.

Quién no se estre­me­ció al saber que ván­da­los de la peor entra­ña ape­drea­ron la sala infan­til del hos­pi­tal de Cár­de­nas, obli­gan­do a niñas y madres a bus­car refu­gio en los baños o bajo las camas de la ins­ti­tu­ción. Maña­na debe­rán con­tar­se muchas his­to­rias per­so­na­les de la reac­ción popu­lar al ata­que y al aco­so, de cuan­to han teni­do que con­te­ner­se las fuer­zas del orden por el cui­da­do que se les exi­ge para evi­tar exce­sos. Pero que nadie se equi­vo­que. La mayo­ría del pue­blo, del mis­mo pue­blo ago­bia­do e irri­ta­do por las caren­cias, que nos deman­da mejor ges­tión de Gobierno, pide tam­bién que se pon­ga coto a la violencia.

Com­pa­trio­tas:

Nin­gu­na men­ti­ra se ha levan­ta­do por casua­li­dad o error. Todo está fría­men­te cal­cu­la­do según el manual de gue­rra no con­ven­cio­nal. Ya habló el impre­sen­ta­ble de la OEA, Minis­te­rio de Colo­nias al que no hon­ra no per­te­ne­cer. No esta­mos espe­cu­lan­do. Hablan unos para que des­pués se pro­nun­cien otros. Ahí está al ace­cho el ala dura del Con­gre­so nor­te­ame­ri­cano, afi­lán­do­se los dien­tes y exi­gien­do a sus adver­sa­rios polí­ti­cos de la actual admi­nis­tra­ción que actúen ya con­tra Cuba, que con­vo­quen al con­se­jo de segu­ri­dad, y que con­si­de­ren un acto hos­til y una ame­na­za a la sacro­san­ta segu­ri­dad del impe­rio cual­quier inten­to de emi­gra­ción masi­va hacia sus cos­tas. Nada de esto es nue­vo, lo han inten­ta­do otras veces, es su mane­ra de poner a la admi­nis­tra­ción adver­sa­ria con­tra las cuer­das y tra­tar de hacer­les cum­plir a ellos el pro­pó­si­to jamás logra­do de borrar del mapa el mal ejem­plo de esta peque­ña Isla de tra­tar de man­te­ner­se sobe­ra­na e inde­pen­dien­te cuan­to tan­tos se plie­gan a sus órdenes.

Casi con la leche mater­na, nues­tros padres nos incul­ca­ron una adver­ten­cia mar­tia­na: los hom­bres van en dos ban­dos, los que aman y fun­dan y los que odian y des­ha­cen. Cuba segui­rá fun­dan­do, lo está hacien­do aho­ra mis­mo con las pri­me­ras dos vacu­nas lati­no­ame­ri­ca­nas: Abda­la y Sobe­ra­na. Lo está hacien­do tam­bién con otra noti­cia que la mal­dad ha que­ri­do escon­der: el cien­to por cien­to de efi­ca­cia fren­te a la gra­ve­dad y el falle­ci­mien­to que pro­bó la ter­ce­ra fase de los ensa­yos clí­ni­cos de Abdala.

Cuan­do un pue­blo ha lle­ga­do tan lejos en la rea­li­za­ción de sus sue­ños y en la con­quis­ta de dere­chos que para medio pla­ne­ta son una qui­me­ra, no lo detie­nen ni la vio­len­cia ni el mie­do. Nada de esto que denun­cia­mos hoy nos apar­ta de la nece­sa­ria auto­crí­ti­ca, de la rec­ti­fi­ca­ción pen­dien­te, de la revi­sión pro­fun­da de nues­tros méto­dos y esti­los de tra­ba­jo, que cho­can con la volun­tad de ser­vi­cio al pue­blo, con la buro­cra­cia, las tra­bas y la insen­si­bi­li­dad de algu­nos que tan­to dañan.

Hoy ven­go a reite­rar el com­pro­mi­so de tra­ba­jar y exi­gir por el cum­pli­mien­to del pro­gra­ma que nos hemos dado como Gobierno y como pue­blo, revi­sa­dos a la luz de los posi­bles erro­res de estos años de pre­sio­nes inten­sas, par­ti­cu­lar­men­te los dos últimos.

Com­pa­trio­tas:

No es por capri­cho que nos reuni­mos aquí esta maña­na en medio de una com­ple­ja situa­ción epi­de­mio­ló­gi­ca. Res­pe­tan­do en la medi­da de lo posi­ble las medi­das sani­ta­rias y de dis­tan­cia­mien­to físi­co, los hemos con­vo­ca­do para denun­ciar una vez más el blo­queo, la agre­sión y el terror. No podía­mos dila­tar este encuen­tro. El enemi­go ha vuel­to a lan­zar­se con todo para des­truir la sagra­da uni­dad y la tran­qui­li­dad ciudadana.

¡Rati­fi­ca­mos que Cuba es de todos! Les com­par­to sen­ti­mien­tos y refle­xio­nes, esta­dos de áni­mos, dis­po­si­cio­nes y con­vic­cio­nes. Solo podre­mos tener más si crea­mos más. Logra­re­mos lo que nos pro­pon­ga­mos empu­jan­do todos jun­tos la obra. Por delan­te tene­mos el inmen­so ejem­plo de la cien­cia cuba­na que se pro­pu­so y logró en tiem­po récord y ape­nas sin recur­sos, dos vacu­nas y otros can­di­da­tos vacu­na­les que nos per­mi­ten enfren­tar el futu­ro con espe­ran­zas que otros pue­blos no tie­nen. Si hemos podi­do en algo tan colo­sal y difí­cil, qué no podre­mos en otras áreas. Y sobre todo, cuán­to más podre­mos si arti­cu­la­mos los diá­lo­gos pen­dien­tes, res­ca­tan­do la obra social, pro­mo­vien­do mayor aten­ción a sec­to­res vul­ne­ra­bles, a los barrios, apo­ya­dos en la expe­rien­cia de la obra que nos legó el Coman­dan­te en Jefe en años tan desa­fian­tes como estos.

La Revo­lu­ción Cuba­na borró para siem­pre las semi­llas de la mal­dad, del odio, del des­ho­nor y el cri­men. Es por eso impor­tan­te que bus­que­mos las cau­sas pro­fun­das de la vio­len­cia que puja por emer­ger ante las nece­si­da­des, y cum­pla­mos la labor pen­dien­te para hacer que pre­do­mi­ne en la heren­cia cuba­na el gen de los bra­vos, de los hones­tos, de los jus­tos, de los hono­ra­bles, de los ale­gres hijos de esta tie­rra cubana.

Solo el amor con­vier­te en mila­gro el barro, solo el amor alum­bra lo que per­du­ra, hemos can­ta­do mil veces con el mar­tiano Sil­vio. ¡Vamos a poner­le cora­zón a la obra común! Un cora­zón del tama­ño de nues­tras difi­cul­ta­des. ¡Jun­tos pode­mos! ¡Qué viva Cuba sobe­ra­na, inde­pen­dien­te y socialista!

Cuba de amor.

Cuba de paz.

Cuba de unidad.

Cuba de solidaridad.

Cuba de todos los cuba­nos, que estén don­de estén, tra­ba­jan por ver­la avan­zar por sus pro­pias pier­nas y sus pro­pios bra­zos hacia un des­tino de pros­pe­ri­dad posible.

¡A Cuba, pon­le cora­zón! Pon­le cora­zón a la patria, a la Revo­lu­ción, al socia­lis­mo, y ¡ven­ce­re­mos! 

Gerar­do Her­nán­dez Nordelo

«Nadie es enemi­go de los revo­lu­cio­na­rios por pen­sar diferente»

El Coor­di­na­dor Nacio­nal de los Comi­té de Defen­sa de la Revo­lu­ción (CDR), Gerar­do Her­nán­dez Nor­de­lo, denun­ció en su inter­ven­ción este sába­do en el acto de reafir­ma­ción revo­lu­cio­na­ria que con la cam­pa­ña mediá­ti­ca lide­ra­da por los laca­yos del Impe­rio han que­ri­do aca­bar con la uni­dad de los cubanos.

«En medio de esta cam­pa­ña bru­tal de odio con­tra nues­tro país ha habi­do una des­in­for­ma­ción total, han abu­sa­do de las men­ti­ras, de las calum­nias, de las fake news. Nos han tira­do con todo. Y lo peor es que han que­ri­do divi­dir­nos», afir­mó Her­nán­dez Nordelo.

Asi­mis­mo con­de­nó que se han ensa­ña­do con la uni­dad por­que esta es «la que ha ayu­da­do a los cuba­nos en nues­tra his­to­ria a supe­rar todas la cri­sis y a salir ade­lan­te», añadió.

«Han que­ri­do des­truir la tran­qui­li­dad de nues­tro barrios, han que­ri­do aca­bar con esa paz con la que hemos vivi­do a lo lar­go de la Revo­lu­ción, que ha sido, inclu­so, dig­na de elo­gio y admi­ra­ción por otros pue­blos», agre­gó el Héroe cubano.

El diri­gen­te cede­ris­ta lamen­tó que los hechos vio­len­tos del pasa­do 11 de julio se des­en­ca­de­na­ran «en el pro­pio cora­zón de nues­tras comu­ni­da­des». De igual for­ma, enfa­ti­zó que aque­llas per­so­nas que pue­den tener inquie­tu­des, pro­ble­mas, y que­jas legí­ti­mas deben hacer­lo en ape­go a la legalidad.

«Nadie es enemi­go de los revo­lu­cio­na­rios por pen­sar dife­ren­te. Pero este es un país de leyes, y los laca­yos del Impe­ria­lis­mo sí son nues­tros enemi­gos, los que se dejan mani­pu­lar, los que quie­ren afec­tar la segu­ri­dad, la tran­qui­li­dad de nues­tros hijos. Esos son nues­tros enemi­gos y con esos no tene­mos nada qué con­ver­sar», expresó. 

«Pero es deber de los revo­lu­cio­na­rios acer­car­nos a esas per­so­nas, inclu­so, aque­llas que pue­den pen­sar dife­ren­te, escu­char­los, con­ver­sar, encon­trar pun­tos en común», agre­gó. En tal sen­ti­do, men­cio­nó el Con­se­jo Popu­lar La Güi­ne­ra del muni­ci­pio Arro­yo Naran­jo de La Haba­na, y cata­lo­gó a sus habi­tan­tes como «revo­lu­cio­na­rios», a pesar de los hechos vio­len­tos que allí se desencadenaron.

Asi­mis­mo, dijo que en esta loca­li­dad como en otras del país muchos se deja­ron mani­pu­lar, y aun así allí «pue­den seguir con­ta­do con la Revo­lu­ción». «Y tene­mos que lan­zar­nos con el cora­zón, poner­les cora­zón, y entrar a esos barrios, escu­char a las per­so­nas y dar­le solu­ción a sus pro­ble­mas», expresó.

«A solo unos días de con­me­mo­rar esa his­tó­ri­ca ges­ta del 26 de julio, le deci­mos: ¡ade­lan­te, cubano, Cuba pre­mia­rá nues­tro heroís­mo! Esta es una Revo­lu­ción que la hizo Raúl y Fidel con los humil­des, por los humil­des y para los humil­des. Y con Díaz-Canel segui­re­mos demos­tran­do que es con los humil­des, por los humil­des y para los humil­des. Viva la Revo­lu­ción», concluyó.

«La solu­ción de nues­tros pro­ble­mas no podrá estar nun­ca en manos ajenas»

Pala­bras de la diri­gen­te juve­nil, Aylín Álva­rez Gar­cía, duran­te el acto de reafir­ma­ción revo­lu­cio­na­ria de este sába­do al que asis­tie­ron miles de habaneros.

No sería posi­ble lis­tar en estos bre­ves minu­tos, todas las razo­nes que tene­mos hoy los jóve­nes revo­lu­cio­na­rios para tomar la pala­bra; no es poco, ni super­fi­cial lo que defen­de­mos en Cuba, lo que se quie­re des­truir aquí y borrar aho­ra, va mucho más allá de los intere­ses, gus­tos o moti­va­cio­nes de unos u otros, el plan es más terri­ble y sinies­tro, se quie­re aca­bar con la revo­lu­ción que tan­to ha hecho por todos y tan­ta dig­ni­dad ha sos­te­ni­do al pre­cio de sacri­fi­cios enormes.

La inten­ción es cla­ra, la mal­dad sale a flo­te y una ava­lan­cha de odios e intere­ses mez­qui­nos pre­ten­de trans­for­mar nues­tras calles en esce­na­rios de vio­len­cia, des­truc­ción y muer­te, quie­ren arre­ba­tar­nos la paz que tan­to nos dis­tin­gue; la soli­da­ri­dad que nos lle­na de orgu­llo y esa voca­ción cuba­na de sen­tir­nos her­ma­nos, más allá de las dife­ren­cias, las caren­cias y las adversidades.

¿Qué sería de nues­tro futu­ro o el futu­ro de nues­tros hijos en un esce­na­rio así? Algu­nos, en medio de una feroz cam­pa­ña mediá­ti­ca, atra­pa­dos en la des­in­for­ma­ción o movi­dos por cálcu­los egoís­tas, que solo con­tem­plan el inte­rés per­so­nal, se apre­su­ran a con­de­nar la res­pues­ta revo­lu­cio­na­ria, mien­tras guar­dan ver­gon­zo­so silen­cio sobre el blo­queo, un geno­ci­dio evi­den­te y colec­ti­vo, recha­za­do por la comu­ni­dad inter­na­cio­nal año tras año.

¿Qué se pre­ten­de, que entre­gue­mos las calles, que pon­ga­mos la sobe­ra­nía sobre la mesa como pre­mio a los que tan­tos años lle­van inten­tan­do ren­dir­nos por todas las vías posi­bles, que demos la bien­ve­ni­da al neo­li­be­ra­lis­mo, que trae­ría para Cuba una reali­dad muy dis­tin­ta a la que algu­nos suponen?

La solu­ción de nues­tros pro­ble­mas no podrá estar nun­ca en manos aje­nas, no somos inge­nuos, ni ton­tos, no es posi­ble con­ce­bir que se quie­ra el bien para Cuba y a la vez se pre­ten­da asfi­xiar­la, no es creí­ble que se hable de mani­fes­ta­cio­nes pací­fi­cas y a la vez se lan­cen pie­dras, se incen­die y se ame­na­ce de muer­te a todos los revolucionarios.

Nadie está feliz con nues­tras limi­ta­cio­nes, nadie mira con agra­do las caren­cias, los apa­go­nes, la enfer­me­dad, la fal­ta de medi­ca­men­tos ¿pero es el des­or­den, la agre­si­vi­dad, la inje­ren­cia, la inva­sión mili­tar y el odio lo que nos saca­rá ade­lan­te? Todos sabe­mos que no, solo tra­ba­jan­do en paz, con la armo­nía y la uni­dad serán posi­bles mejo­res tiempos.

Nues­tros enemi­gos de siem­pre se fro­tan las manos, su plan por tan­tos años dise­ña­do nece­si­ta para triun­far la apro­ba­ción de los que nos odian, la com­pli­ci­dad sola­pa­da de los que pien­san más en sí que en su patria y el silen­cio de los que pre­fie­ren mirar hacia otra parte.

Les urge una Cuba dis­tin­ta a la real y por eso fabri­can otra en las redes socia­les, mani­pu­lan­do, min­tien­do, tra­tan­do de con­fun­dir y de inti­mi­dar con ame­na­zas y gro­se­ras ofen­sas, igno­ran­do que no se pue­de asus­tar ni hacer tem­blar a un pue­blo que ha deci­di­do defen­der­se has­ta las últi­mas consecuencias.

La patria es de todos, con sus jóve­nes com­pro­me­ti­dos en el bien común y no per­mi­ti­re­mos que sea entre­ga­da, divi­di­da y pues­ta en manos de intere­ses ajenos.

Hay mucho que hacer, mucho que arre­glar, mucho que cam­biar y todo eso sería más fácil sin la hos­ti­li­dad y las limi­ta­cio­nes del blo­queo, sin las men­ti­ras, sin el doble rase­ro y los chan­ta­jes polí­ti­cos. Nues­tros pro­ble­mas tene­mos que resol­ver­los noso­tros, el dia­lo­go nun­ca fal­ta­rá, el res­pe­to entre todos debe pri­mar, sin olvi­dar que los prin­ci­pios nun­ca serán negociados.

En esos empe­ños que sal­va­rán la patria, pue­den con­tar con los jóve­nes, los estu­dian­tes, los pio­ne­ros, los que hacen un arte com­pro­me­ti­do con la Revo­lu­ción y la paz, los que se han suma­do a repar­tir salud y vida por toda Cuba, los que siem­bran, edu­can y cons­tru­yen, como tam­bién pue­den con­tar con noso­tros para seguir defen­dien­do la Revo­lu­ción en todos los espa­cios y todos los escenarios.

Nues­tro país ha bata­lla­do por su inde­pen­den­cia fren­te a los inten­tos de ane­xar­nos, tra­gar­nos, devo­rar­nos y como nos decía Fidel en agos­to de 1995: ni esta gene­ra­ción ni la que ven­gan detrás, ni los jóve­nes de hoy ni los que ven­gan maña­na renun­cia­rán a esta glo­rio­sa lucha, no solo por la inde­pen­den­cia y la liber­tad, sino tam­bién por la igual­dad y la jus­ti­cia. ¡No renun­cia­rá jamás nues­tro pue­blo a esas aspiraciones!

Fuen­te : Juven­tud Rebelde

Itu­rria /​Fuen­te

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