Honduras. La miseria de la pandemia representa la riqueza para

Hon­du­ras. La mise­ria de la pan­de­mia repre­sen­ta la rique­za para otro sector

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 28 de julio de 2021. 

La corrup­ción his­tó­ri­ca en Hon­du­ras se ha desen­fre­na­do duran­te la pan­de­mia por la COVID-19 debi­do a los ele­va­dos nive­les de impu­ni­dad y opa­ci­dad en los pro­ce­sos de com­pra y con­tra­ta­cio­nes y se tra­du­ce en miles de muer­tes y contagios.

Lo ante­rior fue una de las con­clu­sio­nes duran­te el foro Con Cri­te­rio de Mujer la noche del lunes cuan­do este medio de comu­ni­ca­ción abor­dó la corrup­ción en el sis­te­ma sani­ta­rio duran­te la pan­de­mia con la par­ti­ci­pa­ción de tres pro­fe­sio­na­les del área de la salud.

Blan­ca Mun­guía, direc­to­ra del sec­tor salud de la Aso­cia­ción por una Socie­dad Más Jus­ta (ASJ); Rey­na Durón, direc­to­ra del Obser­va­to­rio COVID-19 de UNITEC y Suya­pa Sosa, jefa de Neu­mo­lo­gía del Ins­ti­tu­to Nacio­nal Car­dio­pul­mo­nar, más cono­ci­do como Hos­pi­tal El Tórax, tam­bién liga­ron el fla­ge­lo de la corrup­ción a la par­te éti­ca y pro­fe­sio­nal de los fun­cio­na­rios y per­so­nal sani­ta­rio que está al fren­te de la pandemia.

“La corrup­ción mata”, comen­zó dicien­do Blan­ca Mun­guía, quien mani­fes­tó que este fla­ge­lo se tra­du­ce en al menos 7,594 muer­tos y 285,000 casos posi­ti­vos de hon­du­re­ños duran­te los casi 17 meses des­de que comen­zó la decla­ra­to­ria de emer­gen­cia nacio­nal por par­te del gobierno que enca­be­za Juan Hernández.

Las cifras ante­rio­res son con­ser­va­do­ras, pues son las que pre­sen­ta el gobierno, quien no goza de cre­di­bi­li­dad, advir­tió Munguía.

HOSPITALES MÓVILES

En mar­zo de 2020 el gobierno auto­ri­zó a Inver­sio­nes Estra­té­gi­cas de Hon­du­ras (Invest‑H) para que efec­tua­ra la com­pra de emer­gen­cia de sie­te hos­pi­ta­les móvi­les. Esta tran­sac­ción, que se lle­vó a cabo des­de aquel enton­ces, nun­ca sur­tió efec­to para aten­der a los pacien­tes que han sido afec­ta­dos por el coro­na­vi­rus, pese a que el gobierno pagó 47.8 millo­nes de dóla­res, median­te una tran­sac­ción fraudulenta.

Por este acto de corrup­ción, guar­dan pri­sión el direc­tor y geren­te admi­nis­tra­ti­vo de Invest‑H, Mar­co Bográn y Alex Moraes, res­pec­ti­va­men­te. Mien­tras el inter­me­dia­rio a tra­vés de la empre­sa Elmed Medi­cal Sys­tem, Axel López tie­ne orden de cap­tu­ra con aler­ta roja inter­na­cio­nal y toda­vía sigue pró­fu­go de la jus­ti­cia hondureña

En el mar­co de la pan­de­mia tam­bién se regis­tra­ron com­pras sobre­va­lo­ra­das de medi­ca­men­tos, insu­mos, mate­rial y equi­po médi­co y de bio­se­gu­ri­dad por par­te de la Comi­sión Per­ma­nen­te de Con­tin­gen­cias (Cope­co), sin que has­ta la fecha se haya logra­do un pro­ce­so judi­cial con­tra los res­pon­sa­bles, de hecho, el exdi­rec­tor de esta ins­ti­tu­ción, Gabriel Rubí, figu­ra en la pla­ni­lla de dipu­tados por el Par­ti­do Nacio­nal en la casi­lla uno del depar­ta­men­to de Yoro.

La corrup­ción ha sal­pi­ca­do ade­más otros pro­ce­sos de com­pras y con­tra­ta­cio­nes por otras ins­ti­tu­cio­nes del gobierno que for­man par­te del Sis­te­ma Nacio­nal de Ges­tión de Ries­gos (Sina­ger) que es quien lide­ra la toma de decisiones.

Para la direc­to­ra del Obser­va­to­rio COVID-19 de UNITEC, Rey­na Durón, la corrup­ción se ori­gi­na por los altos nive­les de impu­ni­dad y opa­ci­dad y por las prác­ti­cas anti­éti­cas de los fun­cio­na­rios e inclu­so de cier­to per­so­nal sanitario.

Durón mani­fes­tó que en el país se olvi­da­ron los tres prin­ci­pios de la éti­ca: el res­pe­to por las per­so­nas, la bene­fi­cen­cia y la justicia.

“La corrup­ción se faci­li­ta por­que los meca­nis­mos de jus­ti­cia fallan y en la pan­de­mia algu­nos con­tro­les se han debi­li­ta­do”, apun­tó la inves­ti­ga­do­ra de la salud, no sólo en alu­sión al débil papel de la Cor­te Supre­ma de Jus­ti­cia y del Minis­te­rio Públi­co, sino a la fal­ta de equi­dad y dis­tri­bu­ción equi­ta­ti­vo de los beneficios.

La jefa de Neu­mo­lo­gía del Ins­ti­tu­to Nacio­nal Car­dio­pul­mo­nar, Suya­pa Sosa, coin­ci­dió con Durón al seña­lar que la corrup­ción en el sis­te­ma sani­ta­rio no es exclu­si­va del gobierno, sino que tam­bién invo­lu­cra a médi­cos y fun­cio­na­rios de todas las escalas.

“Noso­tros vemos como hay corrup­ción en los hos­pi­ta­les cuan­do el per­so­nal de enfer­me­ría toma fotos de pacien­tes hos­pi­ta­li­za­dos y se los man­da a los fami­lia­res para que les paguen”, denun­ció Sosa, quien refle­xio­nó que tomar ese tipo de imá­ge­nes aten­ta con­tra los dere­chos indi­vi­dua­les de las personas.

Sosa mani­fes­tó, ade­más, que el sis­te­ma sani­ta­rio siem­pre ha esta­do colap­sa­do, pero que la pan­de­mia ha des­nu­da­do esta condición.

Tam­bién, denun­ció que en los cen­tros tria­jes lle­gan médi­cos a pre­sio­nar a los pacien­tes para que com­pren medi­ca­men­tos, que ni siquie­ra tie­nen las indi­ca­cio­nes para los enfer­mos, apro­ve­chán­do­se de su desesperación.

Asi­mis­mo, reve­ló que al ini­cio de la pan­de­mia com­pra­ban equi­po médi­co a cier­to pre­cio y aho­ra estos pre­cios se han incre­men­ta­do has­ta cua­tro veces más con rela­ción al pre­cio original.

Sosa tam­bién denun­ció que los ven­ti­la­do­res mecá­ni­cos, que fue­ron adqui­ri­dos por el gobierno a ini­cios de la pan­de­mia a 15 mil dóla­res cuan­do el pre­cio de mer­ca­do era de tres mil dóla­res, se encuen­tran enga­ve­ta­dos en las dife­ren­tes regio­nes sani­ta­rias del país. Recor­dó que muchos de los ven­ti­la­do­res lle­ga­ron al país incom­ple­tos y con sus sen­so­res dañados.

Durón dijo ade­más que dos pacien­tes murie­ron debi­do a que los sen­so­res de los ven­ti­la­do­res se apa­ga­ron. Se hizo la denun­cia, pero no ha prosperado.

“Se apro­ve­chan de la muer­te y eso no tie­ne nom­bre. Se apro­ve­chan de la gen­te más humil­de, de los que no tie­nen”, Rey­na Durón, direc­to­ra Obser­va­to­rio COVID-19, UNITEC. 

La jefa de Neo­mo­lo­gía del Hos­pi­tal El Tórax, dijo ade­más que has­ta el momen­to se han cerra­do al menos 109 tria­jes debi­do a la fal­ta de apo­yo pre­su­pues­ta­rio por par­te del gobierno central.

En vir­tud de la cre­cien­te deman­da de pacien­tes, los tria­jes están sien­do la con­ten­ción de los hos­pi­ta­les, don­de con­ti­nua­rán murien­do más per­so­nas, advir­tió Durón por­que los pacien­tes con COVID-19 requie­ren de una alta car­ga de oxi­geno que en los tria­jes no se brinda.

“La mise­ria de la salud públi­ca repre­sen­ta la rique­za para otro sec­tor”: Suya­pa Sosa, jefa de Neu­mo­lo­gía del Ins­ti­tu­to Nacio­nal Cardiopulmonar.

Las invi­ta­das coin­ci­die­ron en que los datos sobre los dece­sos y casos posi­ti­vos de la COVID-19 están sien­do mani­pu­la­dos por el gobierno.

En torno a las vacu­nas cali­fi­ca­ron el pro­ce­so de desas­tro­so, len­to y poco orga­ni­za­do y tam­bién lamen­ta­ron que la pobla­ción depen­da de las dona­cio­nes por­que el gobierno fue inca­paz de hacer las com­pras con anticipación.

Según el por­tal Vacu­nas Abier­tas de Revis​ta​zo​.com, has­ta el momen­to en Hon­du­ras sólo se ha vacu­na­do con dos dosis al 1.74 % de la pobla­ción, es decir, 118,933 personas.

EMERGENCIAS VERSUS CORRUPCIÓN

La corrup­ción regis­tra­da en Hon­du­ras duran­te la pan­de­mia tie­ne su ori­gen en el decre­to PCM 005‑2020 median­te el cual se decla­ró emer­gen­cia nacio­nal por COVID-19 y auto­má­ti­ca­men­te se acti­va­ron las com­pras y con­tra­ta­cio­nes direc­tas. La emer­gen­cia fue exten­di­da has­ta el 31 de 2021.

Sobre el tema Blan­ca Mun­guía dijo que his­tó­ri­ca­men­te Hon­du­ras ha sido un país muy corrup­to y que las emer­gen­cias han sido uti­li­za­das para vio­len­tar pro­ce­sos y come­ter abu­sos de poder, median­te pro­ce­sos de com­pra y adqui­si­ción poco transparentes.

FALTA DE TRANSPARECIA Y ACCESO A DATOS

A par­tir de mar­zo de 2014, Hon­du­ras retro­ce­dió en trans­pa­ren­cia con la entra­da en vigor de Ley de Secre­tos Ofi­cia­les o Des­cla­si­fi­ca­ción de la infor­ma­ción Públi­ca, más cono­ci­da como la Ley de Secretos. 

La nor­ma­ti­va cla­si­fi­ca la infor­ma­ción públi­ca en reser­va­da, con­fi­den­cial, secre­ta y ultra­se­cre­ta y el blin­da­je es de cin­co, diez, 15 y 25 años, res­pec­ti­va­men­te, por lo que muchos sec­to­res han lle­ga­do a la con­clu­sión que es incons­ti­tu­cio­nal y un duro gol­pe para el acce­so a la infor­ma­ción pública.

A jui­cio de la doc­to­ra Rey­na Durón en Hon­du­ras no sólo la Ley de Secre­tos está pro­vo­can­do pro­ble­mas sino tam­bién la ausen­cia de acce­so a datos sobre estadísticas.

Durón dijo que cual­quier limi­tan­te de acce­so a la infor­ma­ción cau­sa daños cola­te­ra­les a la pobla­ción y limi­ta la inves­ti­ga­ción y el aná­li­sis de los pro­ble­mas que se deben resolver.

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