Resumen de Medio Oriente /Al Mayadeen, 2 de septiembre de 2021.
Talibán desfila en Afganistán con armamento estadounidense que acaba de confiscar; un vídeo muestra helicóptero y vehículos blindados en manos de insurgentes.
El grupo armado Talibán mostró el miércoles decenas de vehículos blindados Humvee y todoterrenos blindados, de fabricación estadounidense, dejados en manos del grupo tras la retirada de las tropas norteamericanas de Afganistán, junto con armas recién incautadas, en las celebraciones de la victoria organizadas en la ciudad de Kandahar, sita en el sur de Afganistán.
En los vídeos publicados en las redes sociales se ve también un helicóptero Black Hawk, sobrevolando con una bandera de los talibanes, mientras otros combatientes de estaban a bordo de Humvees en la tierra.
El desfile se produjo dos días después de que EE.UU., tras dos décadas de ocupación, anunciara el término de su operación militar en Afganistán, y evacuara la totalidad de sus tropas del suelo afgano.
El mismo miércoles, el diario británico Daily Mail informó que los talibanes se han hecho con el control de una fuerza aérea por valor de decenas de millones de dólares, que incluyen helicópteros y aviones de combate estadounidenses, lo que les ha proporcionado una potencia de fuego aérea que supera con creces a muchos de los Estados miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
De acuerdo con el texto, los talibanes, durante su avance rápido a lo largo del país —hasta que pudieron llagar a Kabul, la capital afgana en 15 de agosto — , se apoderaron de los 10 aeródromos más importantes del país centroasiático y confiscaron equipamientos militares que habían sido abandonados por las tropas estadounidenses y sus aliados de la OTAN, como un helicóptero Black Hawk de 6 millones de dólares o un avión de transporte Hércules de 14 millones de dólares.
Washington y sus aliados han pasado la mayor parte de los últimos 20 años en Afganistán, bajo el pretexto de luchar contra el grupo armado Talibán y de entrenar y equipar a las fuerzas de seguridad afganas, pero al final no lograron impulsar una victoria decisiva.
Según estima el proyecto “Costos de Guerra” de la Universidad Brown, la invasión de Estados Unidos a Afganistán segó la vida de más de 241 000 personas, entre ellas al menos 72 000 civiles. El mismo estudio informa que los contribuyentes estadounidenses gastaron 2,26 billones de dólares en esta guerra.