Según el grupo de economistas del National Bureau of Economic Research la recesión económica de Estados Unidos (EEUU) acabó en junio del 2009. «La recesión duró 18 meses, lo que la convierte en la más larga desde la Segunda Guerra Mundial», dijeron en un comunicado. Contrasta la declaración de estos economistas, no sólo con la de sus colegas reunidos‑, hace sólo 6 meses- en el XII Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo celebrado en Cuba, sino con el dato del aumento de la pobreza en EEUU.
En el Encuentro de La Habana se llegó a la conclusión de que la crisis va para largo. El estadounidense James Galbraith, de la Universidad de Texas, negó que hubiera concluido y de igual manera se pronunció el argentino Claudio Katz. Por su parte el cubano, Vicente Escandell, de la Universidad de Oriente, opinó que la salida de la crisis se va a caracterizar por un proceso de “estancamiento, paro y pugna”. Esos factores siguen presentes en EEUU, cuyo Gobierno trata de abrir nuevos frentes bélicos, para ralentizar su agonía como potencia hegemónica, que provoca divergencias con sus “aliados” ocultadas a la opinión pública.
Increíblemente nos presentan al National Bureau of Economic Research como el organismo encargado de declarar oficialmente el comienzo y final de las recesiones, ¿Pero cómo se puede decretar “oficialmente” el principio y final de algo que, por su naturaleza, está fuera de cualquier control? Hasta la propia Reserva Federal expresó el pasado martes 21 de septiembre, su preocupación ante un repunte de la deflación, anunciando que está pronta a intervenir, otra vez, en los mercados financieros. ¿Seguro que EEUU ha superado la crisis?