Disi­den­cias. Mirar el mun­do con len­tes trans

Por Mag­da De San­to, Valen­ti­na Stutzin, Duen Sac­chi, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 8 de octu­bre de 2021.

Pika­ra Maga­zi­ne [Susan Stry­ker duran­te una con­fe­ren­cia el 4 de mar­zo de 2019 en Bar­ce­lo­na. /​Foto: Miquel Taver­na CCCB

La acti­vis­ta esta­dou­ni­den­se empla­za a reco­no­cer en la pers­pec­ti­va de las per­so­nas trans­gé­ne­ro un apor­te valio­so para enfren­tar la cri­sis eco­ló­gi­ca, el auge de los gobier­nos auto­ri­ta­rios y de los fundamentalismos.

Este con­te­ni­do ha sido publi­ca­do ori­gi­nal­men­te en el núme­ro 7 de Pika­ra en papel. Si quie­res tu ejem­plar, no te vayas sin visi­tar nues­tra tien­da onli­ne.

Susan Stry­ker fue una per­so­na fun­da­men­tal en la crea­ción de los estu­dios trans, un cam­po que logró inde­pen­di­zar­se de los estu­dios de muje­res gra­cias a los más de 25 años de impres­cin­di­bles esfuer­zos de esta acti­vis­ta trans les­bia­na. His­to­ria­do­ra, artis­ta y edi­to­ra de la revis­ta TSQ: Trans­gen­der Stu­dies Quar­terly, a su paso por Esta­do espa­ñol nos cedió un buen tiem­po de con­ver­sa­ción, en el que se refi­rió a su libro His­to­ria de lo trans, recien­te­men­te edi­ta­do en cas­te­llano. Nos habló sobre la pers­pec­ti­va trans como un apor­te fun­da­men­tal para enfren­tar la cri­sis eco­ló­gi­ca y los gobier­nos de dere­chas, sobre esa mons­truo­si­dad no huma­na que guar­da un futu­ro para noso­tres, sobre el femi­nis­mo transex­clu­yen­te y sobre la nece­si­dad de escu­char­nos para esta­ble­cer polí­ti­cas pro­fun­das de trans­for­ma­ción. En sus char­las, demues­tra que “lo que vemos a tra­vés de las len­tes trans­gé­ne­ro es valio­so tam­bién para otras personas”.

M: ¿Cómo se vin­cu­la la cri­sis eco­ló­gi­ca y el auge de la dere­cha neo­fas­cis­ta con los temas trans?
Bueno, lo más evi­den­te es que solo por vivir como per­so­na trans y cami­nar por la calle nece­si­ta­mos polí­ti­cas anti­fas­cis­tas. Pero, por otro lado, la cues­tión de la cri­sis eco­ló­gi­ca está pro­vo­ca­da por seres huma­nos, vivi­mos en el Antro­po­ceno, y los huma­nos han cam­bia­do el pla­ne­ta en for­mas que no nos per­mi­ti­rán sobre­vi­vir. Las per­so­nas trans usual­men­te hemos sido nom­bra­das como no huma­nas, hemos sido abyec­tas, lite­ral­men­te hemos sido con­ver­ti­das en mons­truos. Mi posi­ción siem­pre ha sido que esto no es algo malo, ¿sabes? Qui­zás due­la, pue­da herir, o hacer­te sen­tir en peli­gro: tu vida se vuel­ve más pre­ca­ria al estar fue­ra de la comu­ni­dad huma­na. Pero nece­si­ta­mos huma­nos dife­ren­tes. El poten­cial de lo mons­truo­so de las vidas trans como una for­ma vivi­ble no huma­na o post­hu­ma­na es valio­so, es una cosa muy bue­na. Noso­tres como per­so­nas trans hemos des­cu­bier­to en la bús­que­da por sobre­vi­vir que la trans­for­ma­ción pro­fun­da es posi­ble, que pode­mos hacer cosas que nos trans­for­men y que trans­for­men nues­tro mun­do. Esto es algo muy impor­tan­te en este momen­to de la his­to­ria: pode­mos dar tes­ti­mo­nio a otras per­so­nas de que esta es una capa­ci­dad para jun­tes alcan­zar un nue­vo sen­ti­do de lo que la socie­dad pue­de ser. En este momen­to, tene­mos que resis­tir al fas­cis­mo y lidiar con que esta­mos en una catás­tro­fe eco­ló­gi­ca. Para sen­tar las bases de nues­tro futu­ro de for­ma rea­lis­ta, tene­mos que reco­no­cer las dife­ren­cias que ten­ga­mos y usar­las como una for­ma para trans­for­mar­lo todo.

D: Esta­ba pen­san­do que te cono­ci­mos a tra­vés de un tex­to muy vie­jo tuyo sobre lo mons­truo­so…
Oh, el de Fran­kens­tein [1].

D: Sí, fue la pri­me­ra vez que pude rela­cio­nar mi pro­pia auto­bio­gra­fía como per­so­na trans con la mons­truo­si­dad y la lite­ra­tu­ra. Leer ese artícu­lo en su momen­to fue difí­cil, podría decir que me dolió. Era como un espe­jo, un espe­jo extra­ño por­que no te cono­cía y no per­te­ne­cía­mos al mis­mo con­tex­to. La pri­me­ra vez que lo leí sen­tía una rabia inar­ti­cu­la­da, el tex­to mis­mo me hizo com­pren­der algo de lo que sen­tía, expre­sa muy bien la rabia trans. ¿Qué pien­sas aho­ra de este tex­to? ¿Qué pien­sas sobre la rabia trans en gene­ral? Espe­cial­men­te en la afir­ma­ción “no esta­mos en la natu­ra­le­za”.
No esta­mos en “esa” natu­ra­le­za, o tam­bién, esta­mos en la natu­ra­le­za por­que la natu­ra­le­za es otra al estar noso­tres en ella. No sé muy bien qué decir sobre la rabia, ¿sabes? En gene­ral no estoy lle­na de rabia, soy una per­so­na tran­qui­la. Aun así, todas las micro­agre­sio­nes que enfren­tas, la vio­len­cia estruc­tu­ral que pue­de matar­te por ser trans, la incom­pren­sión de tan­ta gen­te acer­ca de quién eres y lo que haces, el hecho de que sea tan difí­cil para algu­nas per­so­nas sola­men­te per­ci­bir­te, es como… ¡Pum, pum! Un infierno. Muchas veces pien­so en la famo­sa obra de tea­tro nor­te­ame­ri­ca­na sobre la raza, A Rai­sin in the sun. Hay un pasa­je que dice que expe­ri­men­tar racis­mo es como una pasa de uva bajo el sol: te que­ma­rá y, pafff, explo­ta­rá como una bom­ba ató­mi­ca. Tam­bién pien­so en la pri­me­ra épo­ca de los femi­nis­mos les­bia­nos cis­gé­ne­ro, en los años 60 y prin­ci­pios de los 70. Ellas decían que lo les­biano es la rabia de todas las muje­res con­den­sa­da al pun­to de una explo­sión. Sien­to esto mis­mo para las cues­tio­nes trans, es par­te de lo que esta­ba pen­sa­do cuan­do escri­bí aquel artícu­lo sobre la rabia trans­gé­ne­ro. Que­ría hablar espe­cí­fi­ca­men­te del tipo de vio­len­cia de la expe­rien­cia trans: estar total­men­te fue­ra de las cate­go­rías, ser incom­pren­si­ble para el mun­do cis­gé­ne­ro. La rabia trans­gé­ne­ro tie­ne que ver con la asun­ción de que las per­so­nas cis­gé­ne­ro tie­nen un géne­ro natu­ral. La asun­ción de que lo cis­ge­ne­ro está en orden de lo natu­ral y de que lo trans está fue­ra de ese orden y es no natu­ral. Arti­cu­lar esta rabia es decir: “¡Sí, nues­tra pre­sen­cia en el mun­do trans­for­ma las cosas y no ten­go que estar en cone­xión con la natu­ra­le­za de la for­ma que tú piensas”.

M: En tu libro hablas de la his­to­ria trans a par­tir del siglo XIX con docu­men­tos guber­na­men­ta­les, lue­go de la déca­da de 1920 con los pro­ce­sos en las clí­ni­cas, de los años 70 y 80 con los dis­cur­sos del femi­nis­mo radi­cal, y aho­ra en el siglo XXI con la hiper­vi­si­bi­li­dad y los archi­vos de inter­net. Son acer­vos docu­men­ta­les muy dis­tin­tos para pen­sar la vida de las per­so­nas trans y asu­mo que esto supo­ne una posi­ción meto­do­ló­gi­ca dis­tin­ta. ¿Cuál es tu rela­ción con los archi­vos para acce­der al pasa­do trans?
Me gus­ta decir que mi esti­lo de hacer escri­tu­ra aca­dé­mi­ca es ecléc­ti­co, mez­clo dife­ren­tes tipos de tex­tos deli­be­ra­da­men­te por­que no pien­so que nin­gu­na de estas apro­xi­ma­cio­nes pue­da decir­nos todo lo que nece­si­ta­mos saber. El siglo XIX es el perio­do en el que la diver­si­dad gené­ri­ca y sexual se medi­ca­li­za y se psi­quia­tri­za. En cam­bio, qui­zás aho­ra lo más impor­tan­te es qué pasa en las redes socia­les. Tam­bién pien­so que hay que ser inter­dis­ci­pli­na­ria y mez­clar dis­tin­tas cajas de herra­mien­tas. Otra cues­tión sobre his­to­ria­do­res y archi­vos es cómo pue­des enten­der el pasa­do trans cuan­do es una noción con­tem­po­rá­nea y solo pre­sen­te en algu­nos con­tex­tos. En cier­to pun­to pue­des hacer la his­to­ria de lo trans y en cier­to pun­to solo pue­des hacer la genea­lo­gía de lo que lo trans es aho­ra. Des­de el pre­sen­te pue­des tomar estas len­tes trans, esta pers­pec­ti­va, y mirar el mun­do y el pasa­do a tra­vés de ellas. Verás cosas que otra gen­te no ha vis­to, nota­rás algo a tra­vés del tiem­po que resue­na en el pre­sen­te y enton­ces lo estudias.

«Me preo­cu­pa y me decep­cio­na el resur­gi­mien­to de los femi­nis­mos transex­clu­yen­tes», Susan Stry­kerCLIC PARA TUITEAR

M: A pro­pó­si­to de la vio­len­cia, que­ría pre­gun­tar­te tam­bién sobre el nue­vo auge de las muje­res les­bia­nas cis­gé­ne­ro que sos­tie­nen un femi­nis­mo radi­cal trans exclu­yen­te [TERF, por sus siglas en inglés]. En tu libro eres muy crí­ti­ca, pero tam­bién mues­tras cier­ta com­pren­sión y acer­ca­mien­to.
Estoy sor­pren­di­da por el resur­gi­mien­to de los femi­nis­mos TERF. Pen­sé que estas ideas des­apa­re­ce­rían por­que las per­so­nas saben más sobre lo trans. Para mí es muy decep­cio­nan­te y preo­cu­pan­te, pero siem­pre ha habi­do femi­nis­tas que quie­ren aliar­se con el Esta­do. No sé en la his­to­ria euro­pea o en la his­to­ria lati­no­ame­ri­ca­na, pero en Esta­dos Uni­dos siem­pre hubo femi­nis­mos que eran poli­cías del puri­ta­nis­mo: con­tra el tra­ba­jo sexual, con­tra el porno, con­tra las per­so­nas trans. Este femi­nis­mo está lis­to para meter­se en la cama con el Esta­do y usar sus pode­res para refor­zar una mora­li­dad y para sal­var a las muje­res de las cosas que pue­dan herir­las. Y esto se vuel­ve un pro­ble­ma gra­ve aho­ra mis­mo con la con­cep­tua­li­za­ción de la ideo­lo­gía de géne­ro, que une cier­tos femi­nis­mos libe­ra­les con movi­mien­tos polí­ti­cos reac­cio­na­rios y algu­nos fun­da­men­ta­lis­mos reli­gio­sos de mane­ra trans­na­cio­nal. En Euro­pa del Este, Áfri­ca o Lati­noa­mé­ri­ca se pre­sen­ta la lla­ma­da ideo­lo­gía de géne­ro como algo impor­ta­do del Nor­te que aten­ta con­tra los valo­res tra­di­cio­na­les. Líde­res auto­ri­ta­rios como [Jair] Bol­so­na­ro en Bra­sil, Vik­tor Orbán en Hun­gría o [Donald] Trump en Esta­dos Uni­dos toman esta ideo­lo­gía del géne­ro para con­ju­gar un nue­vo tipo de polí­ti­cas racis­tas y nacio­na­lis­tas que son mor­ta­les para per­so­nas queer y trans, per­so­nas de color y migran­tes. Por eso se requie­ren unas nue­vas polí­ti­cas de coa­li­ción entre quie­nes esta­mos al otro lado, para luchar con­tra estas per­ni­cio­sas ideas que se están pro­pa­gan­do y que hacen que nues­tros enemi­gos se alíen entre sí. Noso­tres no esta­mos alián­do­nos como movi­mien­to de opo­si­ción y eso es algo vital.

V: No es solo Bol­so­na­ro, tam­bién hay femi­nis­mos de izquier­das que están dicien­do que las polí­ti­cas femi­nis­tas queer son neo­li­be­ra­les, grin­gas, impor­ta­das.
Creo que es una cues­tión com­pli­ca­da. El capi­ta­lis­mo tra­ta de gober­nar las polí­ti­cas de iden­ti­dad emer­gen­tes para auto­rre­pro­du­cir­se a sí mis­mo y robar posi­bles for­mas revo­lu­cio­na­rias. Hay algo de las iden­ti­da­des polí­ti­cas que no nos per­mi­te avan­zar. Por otro lado, por­que vivi­mos en lo que Fou­cault lla­mó “socie­dad bio­po­lí­ti­ca”, nues­tra vida flu­ye por las cate­go­rías que son posi­bles para noso­tres, entre las cate­go­rías con las que nos iden­ti­fi­ca­mos y con­tra las que lucha­mos. Son cate­go­rías usa­das por el Esta­do para asen­tar a la pobla­ción en un terri­to­rio y para gober­nar la vida según sus pro­pó­si­tos. Y, por cier­to, las polí­ti­cas de izquier­das son inú­ti­les por­que no lidian con temas trans y queer.

D: Muchas veces tam­bién se nos acu­sa a las per­so­nas trans de sos­te­ner el bina­ris­mo de géne­ro. En el caso argen­tino hubo un deba­te pro­fun­do con la Ley de Iden­ti­dad de Géne­ro.
Conoz­co a Mau­ro Cabral y la Ley de Iden­ti­dad de Géne­ro argen­ti­na. Es un buen ejem­plo de cómo per­so­nas trans e inter­sex diri­gie­ron un cam­bio pro­ve­cho­so para todes, un gran tra­ba­jo de des­pa­to­lo­gi­za­ción que creó opor­tu­ni­da­des para auto­nom­brar­se y más espa­cio para que la gen­te viva con menos vio­len­cia. La cues­tión sobre el bina­ris­mo es com­ple­ja. La socie­dad está actual­men­te orga­ni­za­da así y poner en cues­tión su bina­ris­mo es una lucha muy, muy pro­fun­da. Yo creo que pri­me­ro hay que tomar la opor­tu­ni­dad para mover­se con liber­tad entre o a tra­vés de las cate­go­rías bina­rias, expe­ri­men­tar esa posi­bi­li­dad, y lue­go luchar para tirar aba­jo ese binarismo.

D: Esa con­ver­sa­ción más pro­fun­da que comen­ta­bas, ¿la ves posi­ble en el mar­co de rela­cio­nes neo­co­lo­nia­les?
Creo que todes tene­mos que estar dis­pues­tes a escu­char a tra­vés de nues­tras dife­ren­cias, creo que todes nece­si­ta­mos ser desa­fia­des en for­mas que nos sir­van para cam­biar nues­tras posi­cio­nes, nece­si­ta­mos estas con­fron­ta­cio­nes con las per­so­nas con quie­nes que­re­mos hacer alian­zas. No es tiem­po para correc­ción polí­ti­ca ni para esqui­var las difi­cul­ta­des. Tene­mos la posi­bi­li­dad de decir lo que real­men­te está en jue­go para cada quien. En Esta­dos Uni­dos estoy muy poco espe­ran­za­da, pero estoy orgu­llo­sa de que Ale­xan­dria Oca­sio-Cor­tez, una joven socia­lis­ta del Bronx en Nue­va York, esté pro­mo­vien­do lo que lla­ma el “nue­vo pac­to ver­de”, una pro­pues­ta com­pa­ra­ble al esfuer­zo que lle­vó a Esta­dos Uni­dos a salir de la Gran Depre­sión y a ganar la segun­da gue­rra mun­dial. Bueno, tene­mos que tener una res­pues­ta social a esa esca­la que diri­ja el tipo de cam­bio que se nece­si­ta movi­li­zar para con­tra­rres­tar la catás­tro­fe eco­ló­gi­ca, tene­mos que per­der el mie­do a decir la pala­bra “socia­lis­mo”, tene­mos que decir en qué aspec­tos de la eco­no­mía el Gobierno debe­ría inter­ve­nir y dejar­nos de las ton­te­rías del libre mer­ca­do. Ella está dicién­do­lo, es una per­so­na de color, está con las per­so­nas trans y queer, es femi­nis­ta y es una de las polí­ti­cas más visi­bles en Esta­dos Uni­dos aho­ra. Ésta es real­men­te una gene­ra­ción de trans­for­ma­cio­nes, nece­si­ta­mos más gen­te de este tipo, no a libe­ra­les como Hillary Clin­ton o Barack Oba­ma. Nece­si­ta­mos que digan lo que pasa­rá, lo que real­men­te quie­ren, lo que real­men­te creen, y no lo que cal­cu­lan que con­ten­ta­rá a los mer­ca­dos ni lo que dará más votos, según un gru­po de tes­teo. Nece­si­ta­mos vivir la polí­ti­ca nece­sa­ria para sobrevivir.


[1] “Mis pala­bras a Víc­tor Fran­kens­tein des­de el Pue­blo de Cha­mo­nix: Esce­ni­fi­can­do la Ira Trans­gé­ne­ro*” tra­du­ci­do por Lucas Pla­te­ro, publi­ca­do en la anto­lo­gía de tex­tos de los estu­dios trans nor­te­ame­ri­ca­nos Polí­ti­cas trans, edi­ta­do por Pol Galo­fre y Miquel Mis­sé (Ega­les).

Fuen­te: https://​www​.pika​ra​ma​ga​zi​ne​.com/​2​0​2​1​/​0​9​/​s​u​s​a​n​-​s​t​r​y​k​e​r​-​m​i​r​a​r​-​e​l​-​m​u​n​d​o​-​c​o​n​-​l​e​n​t​e​s​-​t​r​a​ns/, Rebe­lión.



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