Los Presupuestos Generales del Estado siguen poniéndoselo imposible a los que, desde posiciones de izquierda, defienden las etéreas bondades del gobierno. Básicamente, son unos presupuestos de continuidad. Pero este gobierno es el campeón de la propaganda barata y los sube un 0,02%, para ponerle en bandeja los titulares a El País: estos presupuestos son “los mayores de la historia”.
Cuando los analistas los estudian, notan, decepcionados, que son los mismos del año pasado. Y que los estrategas de Sánchez buscan el voto joven y el voto anciano. En función de eso, lanzan diversas concesiones demagógicas, de cuestionable impacto real. A todo esto, los intereses de la ilegítima deuda siguen comiéndose 30.000 millones de euros en estos presupuestos, detraídos del esfuerzo de nuestra gente para regalárselo a las sanguijuelas financieras.
Según la propaganda del gobierno, todos los impuestos van a recaudar más. ¿Y dónde están aquellas promesas de que las grandes empresas y multinacionales (que pagan impuestos muy por debajo que cualquier otro “ciudadano”) iban a tener que contribuir más? Hay que recordar que la derecha se lanzó en tromba frente al “estalinismo confiscatorio” de Sánchez. Y que esa “izquierda” que todos conocemos nos conminó a darnos cuenta de “cuál era la batalla real” y defender al gobierno.
Pues bien, ahora leemos los presupuestos y vemos que… esas grandes empresas y multinacionales seguirán pagando muy por debajo que cualquier otro “ciudadano”. Según los cálculos publicados por el propio ejecutivo, las multinacionales con volúmenes de negocio de 400 millones de euros o más van a pagar dos millones de euros más al año. Con subidas fiscales así, tal vez necesitemos uno o dos milenios para revertir todos los desmanes del señor Rajoy. Que ‑no nos engañemos- no fueron de él sino de la oligarquía que nos gobierna por detrás.
El caso es que la recaudación sigue cayendo sobre hombros del pueblo. Pese a la propaganda barata del gobierno PSOE-Podemos, y pese al manoteo delirante de la oposición derechista, en España las empresas siguen pagando casi la mitad de lo que pagaban en 2008. Y casi un tercio de lo que pagaban en 2006. Entonces, llegaron a contribuir un 25% del total de los ingresos. Hoy están en el 9,4%.
El impuesto de sociedades establecido lo pagan empresas que ganan hasta 10 millones de euros. Cuando las empresas suben por encima de ese umbral, su tipo impositivo es del 11%. Si superan los mil millones, su tipo impositivo es… del 5,4%. A mayor tamaño, menos contribuyen. Una barbarie fiscal en toda regla.
Pues bien, en este terreno fiscal, los cambios implementados por el gobierno PSOE-Podemos son insignificantes. El impacto del supuesto “ajuste fiscal” es… el 0,04% del PIB español. En consecuencia, no son presupuestos expansivos, como prometían, pues el gasto aumenta poco. Lo que aumenta son las pensiones, que se financian parcialmente con la caída de los pagos por desempleo. Lo demás es eslogan. Los incrementos en cultura, vivienda joven o I+D son insignificantes a la luz de las cifras. Y los financia el dinero europeo del plan de recuperación (otros 27.000 millones que luego habrá que devolver con “deuda”… es decir, con recortes sociales pilotados por Bruselas).
Para colmo, el gobierno ha reconocido que los impuestos digital y de transacciones financieras recaudarán mucho menos de lo previsto. Y no ha concretado más. Total, el efecto mediático ya lo tuvieron. Ahora dicen que no abandonan la reforma tributaria pero “la dejan para otro año”. ¡Como Yolanda la derogación de la reforma laboral!
Fuente: Insurgente.
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