Argen­ti­na. Un Roca heri­do de muerte

Por Mar­ce­lo Val­ko[1], Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 18 de octu­bre de 2021.

El domin­go 19 de octu­bre de 1941 se inau­gu­ró la esta­tua ecues­tre del gene­ral Julio Roca que se encuen­tra empla­za­da en la Dia­go­nal Sur de la Capi­tal Fede­ral. La obra monu­men­tal, la mayor escul­tu­ra del país fue un caro anhe­lo de la eli­te que des­de el mis­mo día del falle­ci­mien­to del gene­ral en 1914 bus­có un home­na­je “a la medi­da del héroe”. Vale la pena dete­ner­se en algu­nos deta­lles de un monu­men­to de quien en su pri­me­ra pre­si­den­cia “barrió tol­dos” eje­cu­tan­do un geno­ci­dio de pro­por­cio­nes y duran­te la segun­da hizo foco en el movi­mien­to obre­ro dic­tan­do las mayo­res leyes repre­si­vas, es por eso que el poder lo pre­mió de tal for­ma. El home­na­je se fue pos­po­nien­do debi­do a que las pri­me­ras elec­cio­nes con sufra­gio secre­to y obli­ga­to­rio lle­va­ron al gobierno a “la ple­be” encar­na­da por Hipó­li­to Yri­go­yen y el asun­to no le intere­sa­ba al radi­ca­lis­mo. El gol­pe de esta­do de Uri­bu­ru en 1930 “encau­só” las cosas ini­cian­do lo que se cono­ce como Déca­da Infa­me que ins­tru­men­tó ale­gre­men­te el frau­de patrió­ti­co una y el tema del home­na­je resurgió.

En un ámbi­to tan pro­pi­cio comen­zó a fun­cio­nar la Comi­sión Per­ma­nen­te de Home­na­je a Roca que se dedi­có a rea­li­zar ame­nas reunio­nes en el coque­to Círcu­lo Naval que aún se encuen­tra en la calle Flo­ri­da y Cór­do­ba y tam­bién “sim­pá­ti­cos míti­nes cam­pes­tres” en algu­na estan­cia de sus nota­bles inte­gran­tes. La Comi­sión Nacio­nal pro monu­men­to al Gene­ral Roca poseía a su vez una Comi­sión Direc­ti­va, una Jun­ta Con­sul­ti­va y demos­tran­do que las patri­cias no están ausen­tes de tan magno pro­yec­to cuen­ta tam­bién con una Jun­ta Cen­tral de Seño­ras y otra de Seño­ri­tas com­pues­tas por las espo­sas e hijas de los varo­nes de la Comi­sión. Si nos dete­ne­mos en algu­nos de sus par­ti­ci­pan­tes, todos gen­te de lo más ran­cia oli­gar­quía vemos des­fi­lar entre otros ape­lli­dos de peso como Udaon­do, Casa­res, Lezi­ca, Luro, Ramos Mejía, Tor­quist, Bla­quier y Larre­ta (tío abue­lo de Hora­cio Rodrí­guez Larreta).

El pro­yec­to de la esta­tua monu­men­tal reci­be el apo­yo casi uná­ni­me de la Cáma­ra de Dipu­tados. El gol­pe de Uri­bu­ru había dado nue­vos bríos al patri­cia­do fren­te a las rei­vin­di­ca­cio­nes socia­les que pese a las con­ti­nuas repre­sio­nes, no hacían más que aumen­tar. Entre algu­nos de los entu­sias­tas dipu­tados que apo­yan la erec­ción de la esta­tua no resul­ta extra­ño encon­trar ape­lli­dos como Bun­ge, Noble, Vide­la Dor­na o Schoó Las­tra que fue­ra secre­ta­rio pri­va­do de Roca. En cam­bio otras adhe­sio­nes son más sor­pren­den­tes o paté­ti­cas como la del socia­lis­ta Amé­ri­co Ghiol­di quien esta­ba en un todo de acuer­do con el pro­yec­to. Ape­nas pre­sen­ta una obje­ción de for­ma pro­po­ne que la suma de $300.000 (un dine­ral para esa épo­ca) se alcan­ce median­te una sus­crip­ción popu­lar para que el home­na­je sur­ja del seno del pueblo.

Aun­que cau­sa ver­güen­za aje­na, uno de los artí­fi­ces y prin­ci­pa­les ins­ti­ga­do­res del monu­men­to al gene­ral será su hijo Julio Argen­tino Pas­cual Roca a quien se lo cono­ce más bien por su apo­do de entre casa: Juli­to. Este oscu­ro abo­ga­do, como suce­de en oca­sio­nes con aque­llos suje­tos que son por­ta­do­res de un ape­lli­do de enor­me peso o aplas­ta­dos por el mis­mo, en este caso por una roca, poseía una per­so­na­li­dad gris e insig­ni­fi­can­te, una carac­te­rís­ti­ca que obvia­men­te no repre­sen­tó obs­tácu­lo para que los ami­gos de su padre le per­mi­tie­ran deam­bu­lar por pues­tos de rele­van­cia. Fue dipu­tado nacio­nal, gober­na­dor de Cór­do­ba, vice­pre­si­den­te de Agus­tín Jus­to y lue­go emba­ja­dor extra­or­di­na­rio entre otros car­gos muy bien remu­ne­ra­dos. Tam­bién se hizo tris­te­men­te céle­bre como autor del Pac­to Roca-Run­ci­man y fir­man­te del mis­mo en Lon­dres, en febre­ro de 1933. En esa opor­tu­ni­dad reali­zó una decla­ra­ción que trans­pa­ren­ta los anhe­los de la tan mez­qui­na como medio­cre eli­te gober­nan­te que ade­más de rifar nues­tras rique­zas no advier­te la nue­va situa­ción inter­na­cio­nal don­de la supre­ma­cía de EEUU ya es incues­tio­na­ble: “La Argen­ti­na, por su inter­de­pen­den­cia recí­pro­ca es, des­de el pun­to de vis­ta eco­nó­mi­co, una par­te inte­gran­te del Impe­rio Bri­tá­ni­co.” En defi­ni­ti­va, el hijo le cons­tru­ye el monu­men­to al padre con el dine­ro del Esta­do en un sitio públi­co. No cabe duda que es un exce­len­te ejem­plo de amor filial como de corrup­ción y desvergüenza.

En aquel ale­gre momen­to don­de gobier­nan los ami­gos “de la gen­te como uno”, se rea­li­za el lla­ma­do a lici­ta­ción inter­na­cio­nal para la cons­truc­ción de la esta­tua. La suma tien­ta a una ava­lan­cha de escul­to­res y es así que se pre­sen­tan 47 maque­tas resul­tan­do gana­dor el artis­ta uru­gua­yo José Luis Zorri­lla de San Mar­tín, casual­men­te un ami­go de la casa, o debe­ría decir de la cosa… La esta­tua ecues­tre que se trans­for­ma en el “bro­che de oro” de los anhe­los de la Comi­sión, en prin­ci­pio pen­sa­ron empla­zar­la en la Pla­za de Mayo. Sin embar­go, advir­tie­ron que ubi­car allí seme­jan­te mole hubie­se des­en­to­na­do con la modes­ta Pirá­mi­de y aca­ba­ría por sepul­tar con su enor­me preg­nan­cia, la sen­ci­lla esta­tua de Bel­grano y su ban­de­ra. El lugar más cer­cano que encon­tra­ron a la Casa Rosa­da fue la Dia­go­nal Sur.

Para el des­cu­bri­mien­to de la escul­tu­ra el 19 de octu­bre de 1941 ani­ver­sa­rio del falle­ci­mien­to del gene­ral, lo más gra­na­do del patri­cia­do pre­pa­ra una fies­ta memo­ra­ble. Todo con­ju­ro requie­re un ritual pro­li­jo, solem­ne y con la visi­bi­li­dad ade­cua­da. Duran­te los días pre­vios, dis­tin­tos medios fue­ron abo­nan­do el terreno para entu­sias­mar a los veci­nos. Des­fi­lan miles de sol­da­dos que rin­den hono­res a la mole de bron­ce que pare­ce obser­var­los con alti­vez. El gene­ral rena­ci­do pasa revis­ta a las tro­pas y pare­ce haber regre­sa­do. La esta­tua es mucho más que sus meros mate­ria­les, absor­be la vida del difun­to que retor­na a la vida y es capaz de lle­nar de sig­ni­fi­ca­do a la polí­ti­ca, su esta­tua ecues­tre absor­be el sig­ni­fi­ca­do del cadá­ver y se rea­li­za una fusión de su cuer­po con la Nación. El inne­ga­ble rol polí­ti­co desem­pe­ña­do por Roca duran­te su vida, se trans­fie­re del cadá­ver embal­sa­ma­do hacia la esta­tua, de allí la cerra­da defen­sa que rea­li­za la eli­te y la nece­si­dad que tene­mos noso­tros por des­mo­nu­men­tar­la ya que nada es más peli­gro­so que una esta­tua en su apa­ren­te inmo­vi­li­dad como plan­teo en Pedes­ta­les y Pron­tua­rios.

Pre­ci­sa­men­te el pron­tua­rio del gene­ral es muy pro­fu­so y no lo vamos ago­tar en un bre­ve articu­lo (para eso están los libros como Peda­go­gía de la Des­me­mo­riaCaza­do­res de Poder: apro­pia­do­res de indios y tie­rras) men­ciono ape­nas las matan­zas bes­tia­les, las vio­la­cio­nes masi­vas de muje­res indí­ge­nas, el repar­to de niños “como si fue­ran perri­tos” rein­tro­du­cien­do la escla­vi­tud que abo­lió la Revo­lu­ción de Mayo o decre­tar la Ley 4144 de Resi­den­cia para expul­sar a aque­llos obre­ros que pedían ocho horas de tra­ba­jo y des­can­so domi­ni­cal pago. El pri­mer obre­ro muer­to por la repre­sión poli­cial un 1° de mayo se pro­du­jo duran­te su man­da­to. Feliz­men­te, cada vez les resul­ta más difí­cil ocul­tar su pron­tua­rio, la memo­ria del gene­ral encar­na­do en ese inmen­so bron­ce ya está heri­do de muer­te. Y por eso, un día como hoy, no debe­mos olvi­dar a Osval­do Bayer quien comen­zó soli­ta­rio esta cru­za­da que va a lograr su obje­ti­vo derri­ban­do de los altos pedes­ta­les a quie­nes mere­cen pron­tua­rios. Es len­to pero viene…


[1] http://​mar​ce​lo​val​ko​.com .

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *