Si la Huelga General que este 29 de septiembre en el estado español ha puesto de manifiesto el descontento de los sectores de la clase trabajadora capaces de liberarse de los piquetes empresariales (indignante ver los debates que contraponen el derecho al trabajo, con cinco millones de parados, versus derecho a la huelga, cuando ¾ de los asalariados son precarios, es decir rehenes de la patronal, “tú veras si haces huelga, atente a las consecuencias” o autoempleados ‚mal llamados autónomos bajo jerarquía empresarial o subcontratados), también ha sido una muestra más de que la realidad sociopolítica de Euskal Herria es inversamente proporcional a la realidad virtual que los mass media sistémicos transmiten.
Es significativo que los medios unionistas y lealistas españoles (defensores editoriales de la unidad patria constitucional y el rey) tengan la desvergüenza de transmitir respectivamente que mientras la Huelga General del pasado día 29 de junio en Euskal Herria fue minoritaria y violenta,(cuando fue, con sus contingencias y evidentes limitaciones restrictivas de los piquetes policial-empresariales, un evidenciable éxito en gran parte de Euskal Herria), por contra ésta Huelga, la del 29 de septiembre, es relatada como un relativo fracaso según los mismo medios neoliberales, en el estado, pero evidenciable en Euskal Herria, cuando realmente ha sido marginal.
Por encima de las razones para la Huelga o el debate se ha impuesto una vez más la negación de la realidad como razón de Estado. Euskal Herria es realmente en sus dinámicas igual que cualquier otro país europeo en el que hoy la convocatoria de lucha no tenía porque ser de Huelga General. Era absurdo añadir su realidad a la realidad estatal, porque ésta era exógena a lo vivido en el estado (en la mayoría de los sectores y centros de trabajo se ha rondado el 100% de ocupación).
Se puede repasar la realidad española y evidenciar, como en convocatorias anteriores, que el marco autónomo de lucha internacionalista vasco, como en el resto de Europa en otras tantas naciones y estados, es solidario, convergente en los objetivos anticapitalistas y de denuncia del Sistema, pero nítidamente diferente y soberano al español en cuanto a organización y dinámicas de lucha. Una prueba más de que la convergencia de clase pero divergencia política irrita a los “contadores de noticias profesionales” arrastrándoles al desvarío desinformativo.
Y es que realmente en Euskal Herria hay muchas razones para no secundar la Huelga, aunque el corazón da ganas para hacerlo desde una perspectiva de clase, la razón de la dignidad se impone. Lo que en toda Europa era una jornada de lucha anticapitalista, en el Estado español se tipificaba como Huelga General ¿por quién? ¿por qué?
Es cierto que la situación española es especialmente grave. El extremismo neoliberal se ha cebado con el “mercado laboral” (¡los esclavos siempre esclavos en venta!) tras exprimir finanzas, ahorros y recursos en un laxo contexto de malentendido bienestar material lacayo de la generosidad el Sistema. Nada nuevo conociendo el dejavú permanente neofranquista-oligarquico-socialdemócrata hispánico.
Según los dueños anglófonos del cortijo hispanófono español, obviando el expolio económico social y el saqueo financiero de las neo-oligarquías bancario-inmobiliarias, en el estado español hay demasiada gente, poco trabajo, bien vivir o cachondeo popular y por ende poca “productividad”, y estos son los “pecados” del “mercado español”, faltas que han de pagar los trabajadores, las trabajadoras, tengan o no trabajo, sus familias y las generaciones venideras. Amen.
Cinco millones de parados, precariedad laboral masiva, una Reforma Laboral extremista y protocapitalista, y una bien vertebrada inducida y dirigida “lucha en la clase” (eventuales contra fijos, autónomos contra asalariados, precarios contra indefinidos, hombres contra mujeres, autóctonos contra inmigrantes…) son razones de peso para una más que contundente Huelga General revolucionaria.
Pero de revolucionaria poco o nada. La servil domesticación de los Sindicatos, al albor de la fidelización sistémica de sectores de la izquierda (Pastor del PSOE lo dice clarito: la “pista de aterrizaje” es este “estado de derecho” que los demás hemos “tragado”) inhabilita a estos para reivindicar cualquier liderazgo. Gestos para la galería.
¿Por qué no se convoco la Huelga antes de la aprobación de la ley? ¿Por qué no se planteó una respuesta similar a nivel europeo? ¿Por qué se respeta el marco de lucha francés, alemán o griego y no el vasco? ¿Y después de la Huelga quién gestionará, si es que alguien lo hace los réditos de tanto esfuerzo militante? ¿La pactista burocracia sindical?
Muchas preguntas y demasiado brindis al sol de unos sindicatos parte del Sistema comprados, deslegitimados y obsoletos para aglutinar las miles de realidades laborales, nuevas y de siempre, del siglo XXI.¡ El abismo generacional es inmenso!
Pero al margen de los tristes avatares domésticos españoles, y de las comunes patologías sociales de los trabajadores europeos, ni qué decir de los mundiales, lo cierto es que hoy, como siempre, unos pocos, quizá algunos más, se baten el cobre por la mayoría. Pero hoy además a la domesticación político-sindical y a la lobotomización ideológica más la efectividad de los piquetes mediatico-policial-empresariales determinantemente coercitivos en la Huelga española hay que añadir la sistemática propaganda armada respecto a Euskal Herria.
Quebrar la realidad y crear la ficción interesada es estratégico respecto a Euskal Herria. Da igual mentir sobre las Huelga General de Primavera, que sobre esta. Silenciar mayorías o inflar desproporcionadamente voces marginales. Construir peligrosos terroristas de ciudadanos o ciudadanas molestos o silenciar puestas “en libertad” de protagonistas de portadas mediáticas antiterroristas.
Los creadores de la virtualidad oficial, los hacedores de confesiones imposibles no han estado de huelga en esta su diaria pero inexistente España vascongada. No han correspondido a los sindicalistas de CCOO o UGT que les apoyaron en sus protestas “sindicomilitares”. No han hecho huelga. En las mazmorras y redacciones, los servicios mínimos y los piquetes se fundían en un hacer común para demostrar que antes es España “roja” (es un decir) que rota.
Gabi, tocayo, maite zaitut! Walter eta beste guztiak bezala!…