Aska­pe­na, 23 años dan­do la cara – Gara

Los medios espa­ño­les remar­ca­ban ayer que uno de los indi­cios poli­cia­les para actuar con­tra Aska­pe­na es que Wal­ter Wen­de­lin acu­dió recien­te­men­te a Vene­zue­la para, entre otras cosas, pre­sen­tar la reso­lu­ción «Zutik Eus­kal Herria». Evi­den­te­men­te no hace fal­ta desa­rro­llar una gran inves­ti­ga­ción para obte­ner datos como éste, per­fec­ta­men­te docu­men­ta­dos en los perió­di­cos o en su pági­na web y que lo que demues­tran es pre­ci­sa­men­te lo con­tra­rio: que Aska­pe­na nun­ca ha ocul­ta­do su acti­vi­dad, pre­ci­sa­men­te por­que no hay deli­to en ella.

Cuen­ta, ade­más, con una tra­yec­to­ria lar­ga. En 2007 cele­bró su vigé­si­mo ani­ver­sa­rio. Pró­xi­ma­men­te, el 16 de octu­bre, lle­va­rá a cabo una nue­va edi­ción del Inter­na­zio­na­lis­ta Egu­na, esta vez en Ger­ni­ka. Y este año casi un cen­te­nar de per­so­nas han vuel­to a reco­rrer el mun­do en bri­ga­das soli­da­rias: Esco­cia, Pales­ti­na, Boli­via, Vene­zue­la, Argen­ti­na, Uru­guay… Tam­po­co nun­ca ha escon­di­do su impul­so a la coor­di­na­do­ra Eus­kal Herria­ren Lagu­nak, una red de soli­da­ri­dad con las rei­vin­di­ca­cio­nes del pue­blo vas­co que ha per­mi­ti­do denun­ciar tam­bién casos con­cre­tos como la muer­te de Jon Anza o más recien­te­men­te el caso de los tres jóve­nes vas­cos encar­ce­la­dos en Roma. De todo ello se ha dado cum­pli­da infor­ma­ción pública.

Lo mis­mo ocu­rrió, por ejem­plo, el pasa­do junio con el encuen­tro de miem­bros de Eus­kal Herria­ren Lagu­nak rea­li­za­do en Zarautz. Allí se habló de la nece­si­dad de «inter­na­cio­na­li­zar una reso­lu­ción del con­flic­to que esté basa­da en el reco­no­ci­mien­to de los dere­chos que a Eus­kal Herria le corres­pon­den como pue­blo». Un men­sa­je que vie­ne a con­ver­tir­se en una pre­mo­ni­ción del moti­vo de esta reda­da con­tra sie­te miem­bros de Askapena.

Pese a que nun­ca se ha escon­di­do, o pre­ci­sa­men­te por eso, Aska­pe­na venía sien­do obje­to de una cam­pa­ña de cri­mi­na­li­za­ción cre­cien­te en los últi­mos meses, que ya denun­ció con movi­li­za­cio­nes el pasa­do año. Uno de los últi­mos epi­so­dios fue la expul­sión de Wen­de­lin de Cara­cas y su pos­te­rior reten­ción en el aero­puer­to de París. Pero antes el nom­bre de la orga­ni­za­ción había apa­re­ci­do en medios espa­ño­les como «El País», «El Mun­do», «El Correo», «Abc», «La Razón», Antena3 o TVE, en «El Mer­cu­rio» de Chi­le o en la tele­vi­sión UNO de Colom­bia, en lo que Aska­pe­na til­dó de «cam­pa­ña de into­xi­ca­ción». Ya enton­ces aler­tó de que «la con­sig­na del “todo es ETA” vale para todo, y es pre­ci­sa­men­te eso lo que están uti­li­zan­do con­tra Aska­pe­na, de la mis­ma mane­ra que antes han hecho con­tra nume­ro­sas orga­ni­za­cio­nes y movi­mien­tos popu­la­res. El nue­vo deli­to es la soli­da­ri­dad inter­na­cio­na­lis­ta entre pueblos».

Esta cam­pa­ña deri­vó el pasa­do año en un caso que fue denun­cia­do públi­ca­men­te: las ame­na­zas de muer­te reci­bi­das por un bri­ga­dis­ta de Aska­pe­na de un supues­to para­mi­li­tar colom­biano, que le tele­fo­neó para decir­le «Somos los Agui­las Negras y uste­des son los voce­ros de las FARC en Euro­pa, anda­mos tras de uste­des y los vamos a matar. Van a caer». Sobra decir que el epi­so­dio preo­cu­pó a la orga­ni­za­ción, pero en nin­gún caso inte­rrum­pió su acción internacional.

Tam­po­co lo hará aho­ra. Aska­pe­na ha con­vo­ca­do para hoy mis­mo una rue­da de pren­sa y ayer ya difun­dió una nota de denun­cia de la ope­ra­ción, en la que recuer­da que estas deten­cio­nes suce­den a las infor­ma­cio­nes que le habían pues­to «en la dia­na». El orga­nis­mo inter­na­cio­na­lis­ta con­tex­tua­li­za esta reda­da en los ata­ques repre­si­vos al inten­to de poner en mar­cha un pro­ce­so demo­crá­ti­co y lla­ma tan­to a la ciu­da­da­nía vas­ca como a «los lucha­do­res de todo el mun­do y Eus­kal Herria­ren Lagu­nak a que denun­cien la esen­cia tota­li­ta­ria del Esta­do espa­ñol». Y en su web seguían suce­dién­do­se men­sa­jes inter­na­cio­na­lis­tas más vigen­tes como nun­ca, des­de el «Podrán cor­tar todas las flo­res, pero no podrán dete­ner la pri­ma­ve­ra» de Pablo Neru­da al «Des­pués de esca­lar una mon­ta­ña muy alta, des­cu­bri­mos que hay otras muchas por esca­lar» de Nel­son Mandela.

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