Argentina. El cambio climático ya llegó y demuestra la inviabilidad del actual modelo económico

Argen­ti­na. El cam­bio cli­má­ti­co ya lle­gó y demues­tra la invia­bi­li­dad del actual mode­lo económico

Por Juan Guahán, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 31 de octu­bre de 2021.

El Cam­bio cli­má­ti­co y las pers­pec­ti­vas de la reu­nión de Glas­gow (Esco­cia-Rei­no Uni­do), a la que asis­ti­rá el Pre­si­den­te. Rosa­rio: de “Chica­go Argen­ti­na” a “Capi­tal Nar­co” y el anun­cio de un barrio cerra­do con aero­puer­to pri­va­do. Milei sig­ni­fi­ca­do y perspectivas.

El Pre­si­den­te asis­ti­rá en Glas­gow, a par­tir de maña­na, a la “26ta Con­fe­ren­cia de las Par­tes de la Con­ven­ción Mar­co de las Nacio­nes Uni­das sobre Cam­bio Cli­má­ti­co (COP26)”. Es posi­ble que sea dema­sia­do títu­lo para los esca­sos fru­tos que estas reunio­nes producen.

Mien­tras tan­to la huma­ni­dad pade­ce los efec­tos de esos cam­bios. Son mues­tras de cómo afec­tan al futu­ro del pla­ne­ta los incen­dios y fenó­me­nos natu­ra­les (inun­da­cio­nes, sequias, hura­ca­nes, terre­mo­tos, des­hie­los), cada vez más fre­cuen­tes e intensos.

Estu­dios rea­li­za­dos deter­mi­na­ron que tales ries­gos están vin­cu­la­dos al cam­bio cli­má­ti­co que se mani­fies­ta en incre­men­tos de la tem­pe­ra­tu­ra, pro­duc­to de emi­sio­nes de gases rela­cio­na­dos con la acti­vi­dad huma­na y el mode­lo eco­nó­mi­co vigente.

Cier­tos aspec­tos del mun­do indus­trial y el obje­ti­vo de des­me­su­ra­das ganan­cias tie­nen que ver con ese fenó­meno. Se veri­fi­có median­te la medi­ción de las tem­pe­ra­tu­ras exis­ten­tes, en tiem­pos pre­in­dus­tria­les, des­de fines del siglo XIX y su evo­lu­ción posterior.

Diver­sas reunio­nes y deba­tes inter­na­cio­na­les se ocu­pa­ron del tema. En el año 2015 se reu­nió la “COP21”. Bajo el nom­bre de “Acuer­dos de París” se plan­tea­ron obje­ti­vos des­ti­na­dos a fre­nar tales incre­men­tos de tem­pe­ra­tu­ra. Se esta­ble­ció que para fines de este siglo XXI la tem­pe­ra­tu­ra no debía cre­cer por enci­ma de los 2° gra­dos res­pec­to a la exis­ten­te a fines del siglo XIX. Más de 190 paí­ses adhi­rie­ron a ese acuer­do, que se encuen­tra vigen­te. En su momen­to Donald Trump reti­ró a EEUU de dicho acuer­do, aho­ra Joe Biden vol­vió a rati­fi­car su fir­ma. Datos e inves­ti­ga­cio­nes pos­te­rio­res deter­mi­na­ron que esa suba no debía supe­rar 1,5° gra­dos. Por enci­ma de esa tem­pe­ra­tu­ra el pro­ce­so sería irre­ver­si­ble y la des­truc­ción del pla­ne­ta podría ser indetenible.

Hoy esta­ría­mos ron­dan­do un aumen­to de 1° gra­do y las esti­ma­cio­nes, de la pro­pia ONU, indi­can que siguien­do las polí­ti­cas actua­les la tem­pe­ra­tu­ra, para fines de siglo, se incre­men­ta­ría en 3,5° gra­dos y si se basa­ra en los com­pro­mi­sos asu­mi­dos por los paí­ses anda­ría­mos entre los 2,7° y 2,9° gra­dos de incremento.

Estas pre­vi­sio­nes pue­den pare­cer catas­tró­fi­cas, pero las evi­den­cias cien­tí­fi­cas lo ava­lan, el reco­no­ci­do físi­co inglés Stphen Haw­king lo plan­teó en más de una opor­tu­ni­dad con­vo­can­do a la bús­que­da de otro pla­ne­ta para con­ti­nuar la vida. Los más ricos del pla­ne­ta (Jeff Bezos, Elon Musk, Richard Bran­son) están pre­pa­ran­do ese futu­ro e invir­tien­do en esa direc­ción, al mis­mo tiem­po que piden un lugar en las pro­pias Nacio­nes Unidas. 

Para los miles de millo­nes de huma­nos de a pie el pro­ble­ma es cómo sal­var la tie­rra, que esos mis­mos pode­ro­sos (per­so­nas y paí­ses) están des­tru­yen­do. En este sen­ti­do, las emi­sio­nes de gases de inver­na­de­ro (fun­da­men­tal­men­te dió­xi­do de car­bono y metano) son sus mayo­res cau­san­tes. Los prin­ci­pa­les paí­ses res­pon­sa­bles de tales emi­sio­nes son: Chi­na, apor­ta el 27%; EEUU, el 13%; India, el 7%; Rusia, el 4,6%. Los paí­ses del G 20, que hoy ter­mi­nan su reu­nión en Roma, suman el 78% de tales emisiones.

Muchos cien­tí­fi­cos con­fia­ban que la des­gra­cia de la pan­de­mia del COVID19, con su con­se­cuen­te para­te eco­nó­mi­co, pro­du­ci­ría una fuer­te retrac­ción en la emi­sión de gases. Tal reduc­ción fue cor­ta y leve, con rápi­da recu­pe­ra­ción. La pro­duc­ción de com­bus­ti­bles fósi­les, una de las prin­ci­pa­les fuen­tes de ener­gía, está entre las pri­me­ras cau­san­tes de estos incrementos.

Para rever­tir ese pro­ce­so sería nece­sa­ria una dis­mi­nu­ción de las emi­sio­nes de entre 10 y 12% anua­les y por 10 años, para apro­xi­mar­se a un ter­cio de lo que hoy se pro­du­ce y con­tri­buir al obje­ti­vo de con­te­ner­la en menos del 1,5° de incre­men­to. Según esas mis­mas pers­pec­ti­vas, la posi­bi­li­dad de lle­gar a ese obje­ti­vo no alcan­za al 5%.

Antó­nio Gute­rres, Secre­ta­rio Gene­ral de la ONU, en las vís­pe­ras del ini­cio de esa Reu­nión dijo: “esta­mos enca­mi­na­dos hacia la catás­tro­fe cli­má­ti­ca” agre­gan­do “la cale­fac­ción está encen­di­da”. El fun­cio­na­rio más impor­tan­te del mayor orga­nis­mo mun­dial se refe­ría a los efec­tos de cómo se lle­vó ade­lan­te –en este últi­mo siglo y medio- la indus­tria­li­za­ción, el esca­so uso de ener­gías reno­va­bles, las nefas­tas con­se­cuen­cias de los masi­vos des­mon­tes (rubro en el que nues­tro país mar­cha en el lote de vanguardia).

Todo ello, mal que le pese a algu­nos libe­ra­les, es pro­duc­to de la acti­vi­dad huma­na y sus efec­tos se pue­den obser­var en la cre­cien­te dis­mi­nu­ción de los hie­los que se van fun­dien­do hacien­do cre­cer el nivel del mar. Éste se ele­vó ‑des­de ini­cios del siglo pasa­do- 19 cm. Ese nivel se ele­va­ría, hacia fines del siglo actual, otros 65 cm. La res­pues­ta de la diri­gen­cia del mun­do actual, que no quie­re per­der el “tren de la his­to­ria”, es cons­truir defen­sas cos­te­ras para con­te­ner esa suba de los mares.

El mis­mo Gute­rres deman­da el fin de los sub­si­dios a los com­bus­ti­bles fósi­les, cuya cifra actual es de 423 mil millo­nes de dóla­res por año. Por eso la ONU hizo un video don­de un dino­sau­rio les dice a los actua­les diri­gen­tes mun­dia­les: “Es como si noso­tros hubié­ra­mos sub­si­dia­do a los meteo­ri­tos para que nos des­tru­yan” y con­clu­yó dicien­do: ¡Esta­mos pagan­do para aca­bar con la espe­cie (…) las prio­ri­da­des deben cam­biar si que­re­mos que la huma­ni­dad y la tie­rra sobrevivan!”

En los últi­mos años Chi­na, Rusia e India, recla­man el dere­cho a pro­fun­di­zar su actual desa­rro­llo, dado que lle­ga­ron tar­de al que tuvo por pro­ta­go­nis­tas a Euro­pa, EEUU y Japón. Otros paí­ses, por dife­ren­tes razo­nes se suman a estas peti­cio­nes de no pro­du­cir cam­bios verdaderos.

En estos días la BBC de Lon­dres hizo públi­ca una fil­tra­ción de docu­men­tos ori­gi­na­dos en las can­ci­lle­rías de Ara­bia Sau­di­ta, Argen­ti­na, Aus­tra­lia y Bra­sil, soli­ci­tan­do a la ONU que mini­mi­ce la nece­si­dad de dejar de usar rápi­da­men­te de los com­bus­ti­bles fósiles.

¡Así esta­mos!!!

Pero no a todos los paí­ses –o regio­nes– están en las mis­mas con­di­cio­nes ante este fenó­meno. Por ej. Cana­dá, Rusia y en cier­to modo nues­tra vacía Pata­go­nia, por su con­di­ción de ser espa­cios cer­ca­nos a los fríos pola­res y esca­sa pobla­ción, son terri­to­rios con mejo­res con­di­cio­nes de sobre­vi­ven­cia y serán recep­tácu­los de pobla­cio­nes migran­tes que bus­ca­rán apro­ve­char el retar­do del dete­rio­ro ambiental.

ROSARIO: DE “CHICAGO ARGENTINA” A “CAPITAL NARCO”

Hace un siglo, al calor de la rique­za que gene­ra­ba su puer­to y por don­de salía la rique­za agra­ria del país, se desa­rro­lla­ron algu­nas mafias arma­das que le die­ron aquel nom­bre por un fenó­meno seme­jan­te que se esta­ba pro­du­cien­do en aque­lla ciu­dad de EEUU.

Dos ita­lia­nos que res­pon­dían a los seu­dó­ni­mos de Chi­cho Gran­de y Chi­cho Chi­co, pro­ta­go­ni­za­ron –en Rosa­rio- his­to­rias que mere­cen mucho más que estas refle­xio­nes. Pero lo cier­to es que sus luchas y enfren­ta­mien­tos, que ter­mi­na­ron con uno muer­to y el otro en Ita­lia como peón de Beni­to Mus­so­li­ni, le pusie­ron ese sello a aque­lla ciu­dad, que –años des­pués- sería reco­no­ci­da como la “Capi­tal del pero­nis­mo” por su resis­ten­cia a las pos­te­rio­res dic­ta­du­ras militares.

Aun­que sabe­mos que la his­to­ria no se repi­te, ni es cir­cu­lar, hay aspec­tos que pare­cie­ran que sí lo son.

Rosa­rio hoy exhi­be un fenó­meno seme­jan­te al de un siglo atrás. Dos aspec­tos los empa­ren­tan. Uno, es la rique­za agra­ria –ayer el tri­go y hoy la soja- que se está fugan­do por sus puer­tos, actual­men­te pri­va­dos. Dos, la vio­len­cia por el con­trol del mane­jo de nego­cios oscu­ros; hoy la dro­ga gene­ra una mafia en la que se mez­clan, como en el tan­go Cam­ba­la­che, las ban­das de delin­cuen­tes arma­dos y las com­pli­ci­da­des poli­cia­les, judi­cia­les y políticas.

Este fenó­meno comen­zó a des­atar­se por los 90, con la irrup­ción de la soja y la mul­ti­pli­ca­ción de los puer­tos pri­va­dos, por don­de se desan­gra nues­tra rique­za, dejan­do una cre­cien­te miseria.

Lue­go de años de dispu­tas y dece­nas de ase­si­na­tos, triun­fó la ban­da de los Can­te­ro, los Monos. El pro­me­dio dia­rio de muer­tes se acer­ca a 1 y 2,3 los heri­dos por amas de fue­go. Los Monos, que tam­bién tie­nen muer­tos y pre­sos, siguen gober­nan­do sobre la mafia de la dro­ga rosa­ri­na. Sec­to­res de las ins­ti­tu­cio­nes esta­ta­les le dan pro­tec­ción. La bron­ca cre­ce y hace unos pocos días unas 3 mil per­so­nas se mani­fes­ta­ron al recor­da­do gri­to ¡Que se vayan todos, que no que­de ni uno solo! Un par de días des­pués el gober­na­dor (pero­nis­ta) y el Inten­den­te (opo­si­tor) fue­ron escra­cha­dos, con hue­va­zos y escupidas.

En este Rosa­rio, har­to y vio­len­to, des­pun­ta el empren­di­mien­to inmo­bi­lia­rio más audaz del país. Se ubi­ca­ría a 34 km de Rosa­rio, sobre la auto­pis­ta de esa ciu­dad a Cór­do­ba, se anun­cia que sobre 260 Has se lotea­rán 132 terre­nos, con cer­ca de 30 mil metros cua­dra­do de han­ga­res para que sus resi­den­tes pue­dan esta­cio­nar sus pro­pios avio­nes. Lo más intere­san­te, ade­más de un Hotel de 5 estre­llas y otros lujos ima­gi­na­bles, es que ten­drá un aero­puer­to con una pis­ta de 2700 metros, con la capa­ci­dad ope­ra­ti­va del Aero­par­que de Bue­nos Aires, será un “ser­vi­cio” para los nego­cios de sus selec­tos ocupantes.

En 2 años las obras esta­rían ter­mi­na­das y empe­za­rían las cons­truc­cio­nes de cada pro­pie­ta­rio en este gran cen­tro resi­den­cial y de nego­cios. El tiem­po dirá cuá­les son los “nego­cios” que inclui­rá este barrio cerra­do. En una ciu­dad, don­de la dro­ga es el gran pro­ta­go­nis­ta, son muchas las dudas que este empren­di­mien­to gene­ra. Por cier­to que en Rosa­rio hay mucho dine­ro y la expan­sión del nego­cio de la dro­ga no le va a la zaga.

JAVIER MILEI: SIGNIFICADO Y FUTURO

Milei –un divul­ga­dor eco­nó­mi­co que pasó de la tele a la polí­ti­ca- es la gran nove­dad de este pro­ce­so elec­to­ral. Con su agre­si­vo len­gua­je y su cabe­lle­ra –cui­da­do­sa­men­te- des­pei­na­da se ha cons­ti­tui­do en la refe­ren­cia de impor­tan­tes fran­jas de votan­tes juve­ni­les. Es un fenó­meno que se can­di­da­tea para legis­la­dor por la Capi­tal Fede­ral, pero que tam­bién impac­ta de un modo seme­jan­te en juven­tu­des de otros gran­des cen­tros urba­nos del interior.

Sus prin­ci­pa­les ban­de­ras son: liber­tad, anti­es­ta­do y anti­po­lí­ti­ca. Ellas son una res­pues­ta al har­taz­go de gran par­te de la socie­dad y de una juven­tud que no encuen­tra cami­nos para creer en el futu­ro que le ofrecen.

Ante la debi­li­dad de los sec­to­res popu­la­res para ofre­cer alter­na­ti­vas reales de trans­for­ma­ción social, el sis­te­ma da una sali­da a este has­tío pro­fun­di­zan­do sus peo­res perspectivas.

Fren­te a la cri­sis de este Esta­do inca­paz, no plan­tea un nue­vo tipo de Esta­do bajo con­trol popu­lar, sino que pre­ten­de inu­ti­li­zar­lo para que la eco­no­mía con­cen­tra­da ocu­pe su lugar.

Ante una polí­ti­ca, don­de todo se con­cen­tra en la pape­le­ta que se pone en las urnas no pro­po­ne una for­ma de mayor par­ti­ci­pa­ción orga­ni­za­da, sino subor­di­nan­do la polí­ti­ca a la liber­tad del poder económico. 

Por últi­mo la liber­tad que pro­mue­ve es la de un indi­vi­dua­lis­mo exa­cer­ba­do para –entre otras cues­tio­nes- opo­ner­se a la vacu­na­ción con­tra el COVID, negar el cam­bio cli­má­ti­co, los avan­ces de la igual­dad de géne­ro y defen­der a los geno­ci­das de la últi­ma dictadura.

Ese pen­sa­mien­to, en extre­mo libe­ral, escon­de las polí­ti­cas más con­ser­va­do­ras y recal­ci­tran­tes, más allá que des­pués ren­guea cuan­do se plan­tea nego­ciar con todos los paí­ses, sos­te­nien­do que no corres­pon­de hacer­lo con China.

Milei es la pun­ta de lan­za de un nue­vo mode­lo mun­dial que tie­ne como pro­ta­go­nis­ta casi exclu­si­vo, rei­vin­di­can­do un indi­vi­dua­lis­mo anti­so­cial, a los gru­pos eco­nó­mi­cos más con­cen­tra­dos por enci­ma de las orga­ni­za­cio­nes del pue­blo y cual­quier for­ma de ins­tru­men­ta­ción esta­tal que se le opon­ga a ese capi­tal avasallante.

Itu­rria /​Fuen­te

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