Por Matías Gianfelice, Tramas /Resumen Latinoamericano, 11 de noviembre de 2021.
El domingo el joven de 18 fue corrido por la policía y obligado a tirarse al Paraná. Ayer miércoles su cuerpo fue hallado flotando en el río.
Es domingo 7 de noviembre, el litoral hace sentir el calor y la humedad en la bella capital correntina. Lautaro y dos amigos más, deciden ir a pasear por la costanera sur, cerca del puente General Belgrano. Charlaron, quizás de música, de fútbol, de sus sueños por cumplir con tanta vida por delante. Lautaro tiene solo 18 años. También hablaron de lo dura que está la mano en el barrio, de la falta de changas de sus viejos; Lautaro habrá comentado como él y su familia forman parte de un movimiento social, el FPDS-CP, y como esa olla popular y merendero se llena cada vez de gente más necesitada. Los ojos jóvenes descifrando el Paraná compañero, las embarcaciones obreras y sacrificadas, el viento nocturno que devuelve un poco de aire, presagiando a un verano que asoma caliente.
La zona tiene bares y vida nocturna, también tiene precios y consumos prohibidos para el golpeado bolsillo de las familias más humildes de Corrientes. Lautaro y sus amigos siguieron la charla y cayó la madrugada, como cayó también la policía. Los uniformados repitieron la costumbre de desalojar al piberío pobre, para que los sectores sociales más pudientes puedan disfrutar de sus bares y sus tragos a orillas del río. Una vecina nos cuenta que “es una zona pública que la policía tiene que desalojar siempre a los pobres, pasada una cierta hora, para que ingrese gente de la alta sociedad…”.
La llegada policial estuvo signada por la violencia, el relato de testigos y vecinos es que los jóvenes fueron fuertemente desalojados del lugar y algunos detenidos ante tanto atropello. Lautaro y un amigo salen corriendo cuando la policía comienza una feroz represión; se dirigen a la playa Arazaty (más conocida como Boca Unidos) y son cercados por efectivos policiales. La escena, no menos violenta por repetida, remite a las típicas prácticas de la dictadura: la exigen al amigo de Lautaro que se arrodille, el joven les hace caso y de un solo golpe lo desmayan. A Lautaro lo obligan a tirarse al río, desde ese momento no se supo más de él.
Su amigo se despierta y se encuentra solo, relata la escena y familiares y amigos de Lautaro comienzan una desesperada búsqueda del joven. El accionar policial ante las denuncias oscila entre la falta de atención y las amenazas. Las horas corren llenando de angustia y bronca a los seres queridos del joven; siempre nos aferramos a la esperanza de que está bien, que se escondió, que pudo zafar.
Es miércoles 10 de noviembre al mediodía, la peor noticia llega: aparece el cuerpo sin vida de Lautaro Rose; es encontrado flotando en las orillas del río Paraná. La indignación se apodera de su familia, el dolor de un barrio y de sus compañerxs de la organización. En la noche del miércoles la familia recibe el cuerpo de Lautaro y recibe el resultado de la autopsia: no hay signos de violencia, se murió ahogado. ¿Nos suena de algún lado?
El reclamo de justicia empieza a resonar en cada barrio correntino y toma fuerza nacional, el abogado de la familia pidió que sean las fuerzas federales quienes investiguen y como medida “preventiva” fueron separados de sus cargos tres policías.
Hoy es jueves 11 de noviembre, Corrientes continúa con su vida entre el Paraná y la desigualdad social, allí donde un surco de violencia se lleva puesto a los Lautaros, sus ilusiones y los sueños de todo un pueblo.
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COMUNICADO DEL FRENTE POPULAR DARÍO SANTILLÁN-CORRIENTE PLURINACIONAL
Desde el Frente Popular Darío Santillán Corriente Plurinacional con hondo pesar despedimos a nuestro compañero y abrazamos a la familia de Lautaro Rose, joven correntino del barrio el Galván cuyo cuerpo fue encontrado flotando en el río Paraná después de haber sido visto por última vez escapando de una represión policial en la costanera de la ciudad de Corrientes.
Sabemos que esto no es un hecho aislado, sino parte del accionar sistemático de las fuerzas represivas provinciales y federales. Luciano Arruga, Kiki Lezcano, Santiago Maldonado y Facundo Astudillo Castro fueron jóvenes que ‑al igual que Lautaro- primero desaparecieron en situaciones vinculadas a la violencia represiva de las fuerzas de (in)seguridad para luego ser encontrados «ahogados» o muertos en circunstancias dudosas.
Y también decimos que esto no es un hecho aislado porque mientras en Corrientes su familia buscaba a Lautaro, en Esteban Echeverría Fernando Gray ‑de la mano de Sergio Berni- desplegaba una brutal represión contra trabajadores precariazades y desocupades que sostenían junto a sus familias un acampe en la rotonda de Lavallol exigiendo trabajo, salarios dignos y alimentos para los comedores populares.
Una vez más se reafirma lo que denunciamos desde un principio: poner al frente del ministerio de Seguridad a Aníbal Fernández, uno de los responsables políticos de la Masacre de Avellaneda y del asesinato de Mariano Ferreyra, no podría indicar otra cosa más que una escalada represiva contra el pueblo. Por esto lo hacemos responsable de la muerte de Lautaro y exigimos una verdadera investigación, que no caiga en las manos de las propias fuerzas sospechadas de su desaparición seguida de muerte y esté a cargo de peritxs independientes.
Quedamos a disposición de lo que necesite la familia de Lautaro y les brindamos todo nuestro apoyo en estos momentos de tanto dolor y tanta bronca.
Basta de perseguir a les pibxs de barrios pobres, basta de criminlizar a los pueblos originarios en resistencia que defienden sus territorios ancestrales del saqueo!
Justicia por Lautaro Rose!
Justicia por todas las víctimas de la violencia represiva del Estado!
Lautaro presente! Hoy y siempre!
Porque como siempre dijimos, no es un policía, es toda la institución!!