Inte­li­gen­cia USA pene­tró a fon­do la poli­cía ecua­to­ria­na – Resu­men Latinoamericano

El suble­va­mien­to de ele­men­tos gol­pis­tas de la poli­cía ecua­to­ria­na en con­tra del Pre­si­den­te Rafael Correa con­fir­ma un infor­me alar­man­te sobre la infil­tra­ción de la poli­cía ecua­to­ria­na por los ser­vi­cios de inte­li­gen­cia nor­te­ame­ri­ca­nos difun­di­do en el 2008, en el cual se seña­la­ba cómo muchos miem­bros de los cuer­pos poli­cía­cos desa­rro­lla­ban una «depen­den­cia» hacia la emba­ja­da de Esta­dos Uni­dos en ese país sudamericano.

El infor­me pre­ci­sa­ba que uni­da­des de la Poli­cía «man­tie­nen una depen­den­cia eco­nó­mi­ca infor­mal con Esta­dos Uni­dos, para el pago de infor­man­tes, capa­ci­ta­ción, equi­pa­mien­to y operaciones».

El uso sis­te­má­ti­co de téc­ni­cas de corrup­ción de par­te de la CIA para adqui­rir la «bue­na volun­tad» de ofi­cia­les de poli­cía fue des­cri­to y denun­cia­do en nume­ro­sas opor­tu­ni­da­des por el ex agen­te de la CIA Phi­lip Agee, quien, antes de aban­do­nar las filas de la agen­cia, estu­vo asig­na­do a la emba­ja­da de Esta­dos Uni­dos en Quito.

En su infor­me ofi­cial, difun­di­do a fina­les de octu­bre 2008, el minis­tro ecua­to­riano de Defen­sa, Javier Pon­ce, reve­ló cómo diplo­má­ti­cos nor­te­ame­ri­ca­nos se dedi­ca­ban a corrom­per a la poli­cía y tam­bién a ofi­cia­les de las Fuer­zas Armadas.

Con­fir­man­do el hecho, la jefa­tu­ra de la Poli­cía ecua­to­ria­na anun­ció enton­ces que san­cio­na­ría a sus agen­tes que cola­bo­ra­ban con Washing­ton, mien­tras la emba­ja­da esta­dou­ni­den­se pro­cla­ma­ba la «trans­pa­ren­cia» de su apo­yo a Ecuador.

«Noso­tros tra­ba­ja­mos con el gobierno de Ecua­dor, con los mili­ta­res, con la Poli­cía, para fines muy impor­tan­tes para la segu­ri­dad», decla­ró la emba­ja­do­ra esta­dou­ni­den­se en Qui­to, Heather Hodges.

Sin embar­go, la diplo­má­ti­ca dijo a perio­dis­tas que no haría comen­ta­rios «sobre temas de inteligencia».

La agre­ga­da de pren­sa, por su par­te, Mar­ta Youth, se negó rotun­da­men­te a refe­rir­se a las denun­cias del gobierno ecua­to­riano, que incluían la par­ti­ci­pa­ción de la CIA en una ope­ra­ción con Colom­bia, que deri­vó en el ata­que mili­tar colom­biano con­tra la gue­rri­lla de las FARC en terri­to­rio ecua­to­riano del 1 de mar­zo de aquel año.

El jefe de Inte­li­gen­cia del Ejér­ci­to, Mario Paz­mi­ño, había sido des­ti­tui­do por ocul­tar infor­ma­ción rela­cio­na­da con el ata­que con­tra las FARC.

En los últi­mos meses, fun­cio­na­rios nor­te­ame­ri­ca­nos se apa­re­cie­ron en Ecua­dor, bajo pre­tex­to de pro­fun­di­zar las rela­cio­nes entre Ecua­dor y EE.UU.

El secre­ta­rio adjun­to para el Hemis­fe­rio Occi­den­tal del Depar­ta­men­to de Esta­do Artu­ro Valen­zue­la, via­jó a Ecua­dor y se entre­vis­tó con el pre­si­den­te Correa, en vis­ta a una visi­ta de la can­ci­ller Hillary Clin­ton a ese país.

Valen­zue­la se hizo acom­pa­ñar por Tedd Stern, «dele­ga­do espe­cial para los cam­bios cli­má­ti­cos» tam­bién cono­ci­do por su afi­ni­dad con la CIA.

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